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Cristo manifiesta su gloria en la felicidad de los hombres

Cristo manifiesta su gloria en la felicidad de los hombres
HOMILIAS 1980 Homilía del 2o. domingo del Tiempo Ordinario
Isaías 62, 1-5
1 Corintios 12, 4-11
Juan 2, 1-12

Queridos hermanos:

En la palabra de Dios de este domingo, todavía resplandece la Epifanía, ecos del misterio navideño, que consiste en que Dios ha venido a nuestra historia y se manifiesta

Quiere ser conocido por todos los hombres

-Tres signos de Epifanía: los magos. El Bautismo. Primer milagro

En la liturgia católica hay tres hechos del Evangelio que se celebran en estos domingos como manifestaciones de la gloria de Cristo. El primero fue el que celebramos el 6 de enero: los magos de oriente adorando a Jesús, conducidos por una estrella; el segundo fue el del domingo pasado, el bautismo de Cristo y el cielo que se abre para decir: «Este es mi Hijo el amado en quien me complazco»; y el tercer hecho es el de este domingo que San Juan precisamente lo presenta como el primer signo que hizo Cristo para manifestar su gloria y los discípulos afianzaron su fe en él. Allí tenemos también el objetivo de nuestro domingo: creer más en Jesucristo conocerlo más este domingo, que sea verdaderamente una nueva epifanía para nuestra fe.

-Las lecturas invitan a la alegría

Y como toda epifanía, es una invitación a la alegría. El tono de nuestras lecturas está inspirado en la alegría. Cualquiera diría que es un sarcasmo cuando en El Salvador hay tanta aflicción, tanto temor, tanta psicosis, que se nos invite a la alegría y, sin embargo, creo que ningún llamamiento es tan oportuno para nuestra patria y para los salvadoreños, que el llamamiento litúrgico de esta mañana: de alegría de optimismo.

Ambiente de la primera lectura: un profeta rompe el silencio deprimente de Dios.

Nos situamos en el ambiente de Jerusalén cuando regresaba de su desierto el pueblo, después de aquella espantosa depresión de años en que parecía como si Dios callara. Y al regresar a Jerusalén, se encuentra una patria destruida, ruinas, como que todo es muerte. Sin embargo, ante ese silencio, ante esas ruinas, ante esa depresión, ante esa psicosis, el profeta levanta la voz: «Por amor de Sión, no callaré; por amor de Jerusalén, no descansaré hasta que rompa la aurora de su justicia y su salvación. Yahvé como antorcha, y los pueblos verán tu justicia y los reyes tu gloria».

Si hay fe en Dios…

Es el optimismo de la fe, Dios ha estado con nosotros aún en la tribulación y ahora que ya pasó, ya va a despuntar la aurora de la alegría, de la liberación. No estemos tristes. Esta es la seguridad que también hoy la Iglesia quiere sembrar en nosotros, de que Dios va con nosotros. La Navidad es un hecho real, Dios ha venido a la historia y se quiere dar a conocer y debe despertar la fe en sus discípulos.

-Si Cristo está en las bodas donde surge su problema insoluble

Que como María sienta también que en los problemas insolubles, como el de nuestra patria, como el que sentía María: no tienen vino y esta gente va a sufrir la vergüenza de una fiesta que se prolonga y que ya no hay la alegría que en las fiestas tiene que haber. Pero como María, en medio del problema que parece humanamente insoluble, miramos a Cristo y sentimos que Cristo está como comienza diciendo el evangelio de hoy: “Allí estaba Cristo y María, también, su madre estaba con él”.

Yo quisiera entonces, hermanos, que esta reflexión de hoy de esta nueva Epifanía, la tituláramos así:

CRISTO MANIFIESTA SU GLORIA EN LA FELICIDAD
DE LOS HOMBRES

En la medida que un hombre es feliz, se está manifestando allí, la gloria de Cristo. En la manera que un pueblo encuentra los caminos de la paz y la justicia, la fraternidad y el amor, Cristo está glorificándose, Cristo está en la historia y la historia lo refleja, como alegría de los pueblos, como confianza de los hombres.

1o. La salvación bajo el signo de un festín de bodas

2o. María, figura de una Iglesia rica de carismas y poderosa en la intercesión ante Dios

3o. Por la fe, compartimos la alegría de la gloria de Dios

1. LA SALVACION BAJO EL SIGNO DE UN FESTIN DE BODAS

a-) San Juan escribe lo que llamamos el evangelio de los signos

Para San Juan, los milagros que cuenta su evangelio, no son simplemente relatos de la taumaturgia de Cristo, ni de su misericordia siquiera con los que sufren, para San Juan hay algo más profundo en cada milagro y por eso se le llama “el evangelio de los signos”.

– Los milagros son signos que revelan el misterio de Jesús

Y El mismo dice al terminar el relato de las bodas de Caná: “… éste fue el primer signo”. Signo para San Juan en los relatos del evangelio es manifestación de la personalidad y de la misión que Cristo trae al mundo. Siete signos se destacan en el evangelio de San Juan, siete milagros; y en cada uno de ellos, San Juan lo que le interesa es descubrir un nuevo rasgo de la personalidad del misterio de Cristo.

* Presagian “su hora”… y el contenido mesiánico de su glorificación. (muerte y resurrección)

No nos vamos a fijar hoy en los siete, sino en este único, el primer signo, que lo une con su hora: “Mujer, no ha llegado todavía mi hora”. La hora de Cristo es una expresión muy de su corazón. Su hora es cuando clavado en la cruz redime al mundo y resucitado es glorificado por Dios. No separa el dolor de la gloria: Cruz y pascua son el signo, son la hora. Y esa hora cronológicamente no ha llegado cuando María le pide algo, pero le está haciendo: “Esto que voy a hacer ahora es un presagio, es un anticipo de mi hora. Voy a manifestar mi glorificación que quedará consumada el día en que muera en la cruz y sea resucitado, pero ya mis milagros van explicando lo que significa esa muerte y esa resurrección. Después de esa glorificación, Madre, Colaboradora de esta redención, tú tendrás una parte muy fecunda, muy activa. Y ahora la vamos a realizar esa hora, anticipándola, pero será entonces cuando tú tomes todo el fundamento de tu intercesión, de tu papel material en la historia de los hombres”.

* El milagro del vino es un signo rico de contenido:

Para Cristo, pues, aquel milagro es un signo rico en contenido redentor, en contenido mesiánico. ¿Qué significa este signo?:

En primer lugar manifiesta que Cristo tiene un poder creador

Que él maneja los elementos de la creación con la misma facilidad con que dijo: “Hágase el agua”. Dice ahora: “conviértase el agua en vino”. El puede transformar la naturaleza, es un creador, está manifestando la gloria de un creador en carne humana.

-Manifiesta una presencia capaz de resolver lo humanamente imposible

Manifiesta otra cosa también, una presencia capaz de resolver todos los problemas. La angustia de María, expresa la angustia de la humanidad: “no tienen vino” Podíamos cambiar esa frase por tantas necesidades humanas: ¡no tenemos pan”! ¡no encontramos el camino de la patria!, ¡angustias por todas partes!, ¡violencia¡, ¡desorden! Pero como María, la angustia está llena de esperanza porque siente en su Hijo que allí está el poderoso, el que puede resolver lo que humanamente no se puede resolver. Le basta decirle: “no tienen vino!” Exponerle la necesidad con una confianza de fe que sabe que el milagro tiene que venir.

¡Ah! si los salvadoreños supiéramos decirle a Jesús con la confianza de María, la angustia de esta hora, no con pesimismos ni desesperación sino con la confianza de una omnipotencia absoluta que se fía de una omnipotencia absoluta: Tú lo puedes todo, solamente te expongo la necesidad, tú verás lo que tienes que hacer. Tan segura se fue María a pesar de una respuesta que parece una negativa, que les dice a los sirvientes: “háganle caso. Todo lo que él diga, ¡háganlo!”

Y la gloria de Dios se manifiesta cuando el maestro sale, probando el vino tan sabroso, le habla al dueño de la fiesta: “Todos ponen el buen vino al principio y cuando ya están inspirados los de la fiesta, se les dá el vino peor. Tú haz hecho al revés, haz dejado lo más bueno para último”. ¡Tan sabroso!, ¡hecho por las manos directas de Cristo! Es un testimonio de un poder que resuelve, mejor de lo que nosotros deseáramos, los problemas insolubles.

* Manifiesta la transformación del rito judío (tinajas, purificación), al culto cristiano (vino, presencia de Jesús).

¿Qué otra cosa es el signo? Manifiesta una transformación. No sólo es el agua que se ha convertido en vino. En San Pablo hay un signo más profundo siempre y hay que buscarlo. El evangelio de San Juan, no hay que leerlo superficialmente, hay que analizarlo y cuando uno va adquiriendo conocimientos teológicos, va sintiendo uno más profundidad en este evangelio que es pura teología.

En el signo del agua, contenido en aquellas tinajas de los judíos para la purificación, sin duda que Pablo nos quiere decir todo el ritual del judaísmo, toda la ley antigua va ya a ceder lugar al vino que será el signo del culto del cristianismo. Signo de nuestra misa: pan y vino. Signo de una religión que se perfecciona con la presencia ya de Dios entre nosotros. Todo ésto y mucho más podíamos encontrar en el signo de esta transformación del agua en vino.

-Ambiente de boda manifiesta la felicidad y la riqueza de la salvación mesiánica

Pero hay un signo preciosísimo que no lo debemos de perder y es el ambiente en que Juan ha querido contar este relato del primer signo de Cristo. Ambiente matrimonial, ambiente de una sola boda. Manifiesta aquí que la felicidad es la gloria de Dios. Que así con la alegría de un novio que desposa a su novia- como nos ha dicho la primera lectura-, Dios quiere que los hombres gocen la felicidad de la tierra, la alegría de vivir, la felicidad de amar, de compartir, de hacer fiesta. Dios no es un Dios triste, Dios es dios fiesta, Dios festín, Dios alegría y en el corazón del hombre que tiene fe, no cabe el pesimismo.

– Así se anunció en el Viejo Testamento

Para comprender mejor este signo del matrimonio hay que remontarse al antiguo Testamento. Por eso la lectura para que comprendiéramos mejor el evangelio de hoy, nos ha traído un pasaje de Isaías, donde precisamente es uno de esos pasajes en que Dios describe las relaciones con la humanidad bajo la figura de una boda. ¡Qué precioso saber que Dios así nos ama, como se aman los esposos!.

-Jerusalén abatida entra en una nueva situación que se describe como la intimidad nupcial

“Serás – le dice a Jerusalén que es como el signo de la humanidad que Dios ama para redimir -corona fúlgida en la mano del Señor”. Era costumbre que los reyes se coronaban a veces con coronas que simulaban las murallas de su ciudad y aquí aparece como Dios, haciendo su corona de los muros de Jerusalén: “… diadema real en la palma de tu Dios”. ¿Ven cómo para Dios, la gloria es la felicidad de los hombres? Como que somos -que locuras las de Dios! su corona, somos la cumbre de su felicidad, nos ha creado para sentirse feliz con nuestra felicidad: “Ya no te llamarán abandonada, ni a tu tierra “devastadas”, a tí te llamarán: “Mi favorita”.- El cariño que un hombre siente para su esposa- y a tu tierra “Desposada”, porque el Señor te prefiere a tí, y tu tierra ya tiene marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó. La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encuentra Dios contigo”. Es la felicidad de Dios, coincidente con la felicidad de los hombres.

Yo quisiera sacar de paso una conclusión, y es que nuestra religión es un festín

Nuestras reuniones de misa dominical debían de caracterizarse por la alegría, el contacto con este Dios que nos ama. Debíamos de cantar, debíamos de participar. Esta salida del templo para mí es una inspiración: la alegría, el amor, el cariño con que nos saludamos, nos expresamos para ir cada uno a su casa.

Y quisiera también sacar otra conclusión y es que cada matrimonio tiene que ser signo de esa alegría de Dios entre los hombres

No debía de haber amargura entre el esposo y la esposa y los hijos. Debía de haber tal concordia, tal alegría y tal amor, que al mirar una familia todos pensáramos: ¡qué bello es Dios cuando es capaz de hacer grupos como ese! Cuando se ve de veras, por ejemplo, una familia que va de paseo, que van juntos, es la alegría de Dios reflejándose en la tierra, es el gran misterio del matrimonio, gran misterio” “dice San Pablo. Yo lo digo de Cristo y de la Iglesia, todo hombre y toda mujer que se casan y tienen hijos, son Iglesia, es Cristo, es Iglesia, es comunidad, es familia de Dios que se refleja en la familia de la tierra. La salvación, pues, bajo el signo de un festín de bodas.

2. MARIA FIGURA DE UNA IGLESIA RICA DE CARISMAS Y PODEROSA EN LA INTERCESION ANTE DIOS

a-) Siguiendo la simbología, los símbolos del evangelio de Juan, María no es simplemente aquí la madre de aquel Jesús, María aparece en toda la rica simbología de este pasaje como la imagen de la Iglesia.

Quiere presentarnos aquí San Juan entre María y Jesús, la relación de Jesús y la Iglesia. Esto es de las cosas más bellas de nuestro Concilio Vaticano II, haber puesto la corona de sus reflexiones sobre la Iglesia, trayendo el capítulo de María Madre de la Iglesia y hacer consistir todo el trabajo eclesial pastoral, misionero, catequístico, en hacer hombres que se parezcan a María. Poner a María como meta e inspiración de todo el trabajo eclesiástico , porque Ella es el modelo de la Iglesia que tratamos de construir.

-La Madre de Jesús estaba allí… donde estaba Jesús

Está María donde está Jesús, es el primer signo de María. Nunca podremos encontrar a María separada de Jesús ni a Jesús separado de María. Querer un cristianismo sin María, es quitarle a la piedra preciosa de un anillo montadura de oro en que esa perla se está luciendo. Querer un Cristo sin María, es querer un niño sin los brazos de su madre. Una Navidad sin María no tiene sentido. O también al pie de la cruz, un muerto abandonado sin el cariño de unos brazos maternales que lo recogen de la cruz. María es indispensable, no es divina, no es diosa, no es redentora, pero es algo tan íntimamente colaborando con Dios, que no podemos prescindir.

Por eso, tan bonito dice el evangelio de hoy: “Estaba allí, estaba la Madre de Jesús y sus discípulos estaban también”. Una sola cosa, Jesús, María y todos los cristianos.

-Intercesión confiada

Otro signo de la presencia de María, intercesión confiada. Nuestra plegaria gana tanto, cuando la ponemos en las manos de María y nosotros mismos somos María, somos Iglesia. Cuando oramos unos por otros, cuando le decimos a Jesús en nombre de la aflicción de la boda: “no tienen vino!”, cuando nos preocupamos por pedir más por los otros que por nosotros mismos. ¡Qué escuela de generosidad este sentido comunitario!.

-La respuesta de Jesús no es repulsa sino expresión del signo de María

La respuesta de Jesús es también todo un misterio. “Mujer!”. No es un desprecio, pues desde luego era el modo original con que los orientales decían Señora. “Mujer!” También quiere decir algo más profundo, ¡quiere decir Eva!, ¡quiere decir madre de los vivientes!, quiere decir: ¡ese ser maravilloso que Dios ha hecho para que de sus entrañas salga la vida humana!. Para Cristo, María es algo más que su madre física, es madre creada por Dios para engendrar espiritualmente toda una humanidad divina. “Mujer” quiere decir como Adán en el paraíso llama “Eva” a la que será compañera de la fecundidad que va a poblar la tierra.

-“Qué a mí?”… mi relación principal es con el Padre

Y cuando aquella respuesta misteriosa: ¿qué a mí y a tí? No es un desprecio, es una revelación profunda de que la relación entre Cristo María está subordinada a una voluntad superior. Esta respuesta se parece a la que el Niño Jesús le dió a María en el templo cuando se perdió: “¿por qué me buscabas, no saben que debo de estar en las cosas de mi padre?”. ¿Qué tenemos que hacer tú y yo sino obedecer al padre? La hora que él designe es la hora de los milagros y no la que tú me pidas”. Es decir, la relación de
a Iglesia con Jesús, obediente a la hora del Padre, colaborando con Jesús en la obediencia a Dios. Esto es lo más grande, porque María no se interpone para trastornar los planes de Dios sino que es la esclava del Señor y si colabora con Cristo, será siempre en función no de madre e hijo, sino en función de criaturas para su creador, obedeciendo siempre la voluntad del Padre.

-Mi hora…

Y cuando Cristo le ha dicho: “mi hora no ha llegado”, le está diciendo: “es tu hora también la que va a llegar. Cuando sea yo glorificado, tu misión también será glorificada y si ahora vamos a anticipar esa hora en un milagro, es porque vamos a dar un signo de lo que será la perpetuidad de la historia de la Iglesia. Tú serás siempre esa hora en que yo he redimido al mundo, la colaboradora más íntima. Tú alcanzarás de mis manos, toda la gracia que la humanidad necesita”.

¿Ven como la respuesta, el diálogo misterioso de este domingo de Jesús y de María, nos está abriendo los horizontes a una profunda Mariología, teología de María, que San Juan, también eclesiólogo, teología de Iglesia, hombre profundo en la teología bajo los signos de la vida de Cristo, nos está revelando verdaderamente que es un signo de tanta enseñanza para nosotros?

-La actitud de María:
* confiada y activa

La actitud de María debe ser nuestra actitud de Iglesia: confiada pero activa. Orar como si todo dependiera de él, pero trabajar como si todo dependiera de nosotros porque apenas le dice a Jesús su oración, María se va a decir a los sirvientes: “pongamos nuestra parte, llenemos las tinajas, obedezcamos a lo que él dice”. No se puede dar un milagro sólo esperándolo de Dios, hay que poner de nuestra parte todo lo que está a nuestro alcance… Supone, pues, el milagro pero también supone la acción. María es la conjugación maravillosa de la fe y de la actividad. Eso debe ser cada católico también: conjugación maravillosa de fe que pone en Dios toda su confianza y conjugación también de los valores humanos. Creer también en mi actividad humana, y la necesidad de poner confianza, también, en los hombres.

b-) Relación carismática de María-Iglesia con Jesús

– María, “plenitud del carisma”.

En la segunda lectura de hoy quiero encontrar lo que yo llamaba: María, figura de una Iglesia rica en carisma.

-Pablo VI en Fátima= plenitud Jerárquica y plenitud carismática

Recuerdo cuando fue el Papa Pablo VI a Fátima; hay un retrato donde él está entregándole a la imagen de la Virgen de Fátima un rosario de oro o de plata, y alguien, inspirándose en ese retrato, dice: “es el encuentro de la cumbre del carisma, con la cumbre de la jerarquía”. La Iglesia es jerarquía y carisma.

La jerarquía la constituye el Papa, los obispos, los sacerdotes, todo lo que lleva una misión del que dijo: “así como me envió mi Padre, así yo os envío”. Y carisma es todo ese conjunto de cualidades que surgen en el Pueblo de Dios y que la autoridad jerárquica evalúa, ordena para el bien común. Carisma y jerarquía no se pueden separar.

María no es jerarquía, María no fue escogida para ser el Papa, María no fue puesta por Cristo para que fuera sacerdote y celebrara sacramentos, María se quedó así como ustedes, estimadas, hermanas mujeres, una mujer del pueblo. Pero María tuvo otra cosa y es la riqueza de los carismas.

Carismas son todas las gracias que Dios dá a una persona para que sea útil en el conjunto de la comunidad. María es el modelo de todos los seres que necesitan carismas para servir a la comunidad. Por eso miramos en Ella – nosotros los obispos-, el modelo de la pastoral; los matrimonios, el modelo del amor matrimonial; los jóvenes, la alegría de la juventud; los niños, la confianza de una madre.

María es todo lo que puede necesitar la Iglesia en su aspecto carismático. Por eso María no puede estar ausente de ningún corazón, de ningún hogar; todos la necesitamos. No tiene poderes jerárquicos como los tenía San Pedro: poder de perdonar pecados, poder de celebrar la misa, María no los tenía. Esos poderes jerárquicos Dios los canalizaba por un servicio oficial, la Iglesia institución; no la tenemos que despreciar porque Cristo ha querido esos canales oficiales de la institución jerárquica para tener una Iglesia unida en comunidad, pero de nada serviría esa autoridad jerárquica si el espíritu que ha dado vocación para que yo sea sacerdote, no hubiera dado también los carismas para que en el Pueblo de Dios encontremos eso que estoy encontrando en este momento: una fe maravillosa que me escucha, una buena voluntad del Espíritu Santo para llevar a la obra lo que estamos predicando, todo ésto es el carisma. Ustedes hacen vida la palabra que yo predico porque llevan de la jerarquía, del magisterio, a la vida, al carisma al mundo.

Pues, María es el signo precioso de esta epístola que hoy se ha leído y que yo les suplico reflexionarla mucho porque yo creo que aquí está como la pauta para la resolución de nuestros problemas nacionales también. Claro que San Pablo habla de la comunidad cristiana, de lo que hemos distinguido tanto: el Pueblo de Dios distinto del pueblo natural, pero de esa figura de Pueblo de Dios, de los bautizados, de los que constituimos la Iglesia, de allí tiene que derivar también una iluminación para el pueblo natural.

Ya les he narrado como en el principio de Europa, los monasterios benedictinos fueron el modelo de la civilización, porque así como vivían los monjes en sus monasterios, con un sentido tan equilibrado de autoridad y de libertad, así tenía que constituirse la sociedad también, y copiaban de esas comunidades cristianas, lo que fue la civilización del mundo occidental.

Si en El Salvador también, se propusieran los cristianos a hacer verdaderas comunidades, Pueblo de Dios, inspirados en fe, iluminados en esperanza, animados por un amor fraternal, hijos de un mismo Padre, estas comunidades religiosas o de comunidades de base, comunidades de cristianos, estarían dando el modelo, el proyecto para organizar la sociedad en El Salvador…

-El espíritu y la diversidad de carismas

¿Cómo no va a ser modelo de una nación, una Iglesia que pusiera en práctica esto que San Pablo ha dicho hoy?… “hay diversidad de dones pero un mismo espíritu. Hay diversidad de servicios pero un sólo Señor. Hay diversidad de funciones pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el espíritu para el bien común”.

– Un ejemplo de actitud: pluralismo convergente en unidad de bien común

Miren que principio más sabio, “en cada uno se manifiesta el espíritu para el bien común”. No todos servimos para todo pero todos servimos para algo. Y ese conjunto de algos, constituye el bien común: Cuando recibimos del espíritu las cualidades que tenemos para ponerlas al servicio del bien común: “Y así unos reciben el espíritu de hablar con sabiduría, otros de hablar con inteligencia. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe, etc..” y va diciendo San Pablo los diversos carismas, pero termina diciendo: “el mismo único Espíritu obra todo ésto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece”.

Hermanos, lo llamamos hoy el “pluralismo”, modos de pensar distintos, proyectos políticos distintos, opciones distintas, pero lo bonito fuera que cada uno según sus opciones, buscara el bien común; construyéramos, según hemos recibido del Espíritu, la patria común; poner en común lo que cada uno ha recibido. Qué solución maravillosa nos está dando hoy la palabra del Señor para que viviendo no sólo una Iglesia unida en el espíritu sirviendo al mismo Señor, fuéramos figura de un país. Lamentablemente, con vergüenza lo digo, ni siquiera como Pueblo de Dios estamos unidos.

Pero es trabajo de todos. Que cada uno sepa poner, por lo menos que no sea uno, causa de la división; que los dones que he recibido, los de con generosidad al servicio de los demás; si los demás no lo quieren recibir pues, que sea culpa de ello, pero por mi parte sepa que lo he recibido todo del Señor para darlo también al servicio de todos.

3. POR LA FE COMPARTIMOS LA ALEGRIA Y LA GLORIA DE LA SALVACION

-Objeto de la Epifanía= “Manifestó sus signos… y creció la fe de sus discípulos”

Termino mi meditación con este último pensamiento con que termina el evangelio de hoy, diciendo: “Así Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él”. Esto quisiera decir yo de todos los que estamos haciendo esta reflexión: que ha crecido nuestra fe en él, que ha crecido nuestro sentido de Iglesia, que ha crecido nuestro sentido nacional también; que vamos a salir de nuestra reflexión de hoy con la alegría y el optimismo que Cristo quiso poner como marco de su primer signo: alegría de un festín, confianza en los momentos difíciles y la alegría de colaborar también con él.

– Los discípulos de Juan Bautista han superado la etapa del Viejo Testamento

Los discípulos de Juan Bautista que eran muchos de aquellos discípulos que estaban con Cristo, han superado una etapa. Juan Bautista llegó hasta las orillas del Viejo Testamento; pero ahora estos hombres, que Juan Bautista entregó a Cristo, han descubierto en Cristo que Dios está en la historia.

Creen en Cristo como en un Dios poderoso, creen en Cristo como el Salvador de Dios, el Jesús salvación del Señor. Ellos han visto, y San Juan lo va a escribir después con una nostalgia profunda: “vimos su gloria como de unigénito del padre, lleno de gracia y de verdad. Hemos comido con él, lo hemos tocado”. Que testimonio maravilloso debíamos llevar los cristianos: lo conocemos, sabemos que existe en la historia, lo hemos tratado esta mañana en la misa, nos ha enseñado, nos ha sembrado optimismo! Iríamos llevando por todas partes esta gloria del Señor que es creer en él y también hacer de nuestra parte lo que tenemos que hacer.

Llama pues, a nuestra actitud cristiana, un sentido de confianza y una responsabilidad en el trabajo, que no hay problema insoluble que Cristo no lo pueda resolver. Que en este momento nuestra patria lo que necesita, más que todo, son hombres que pongan toda su confianza en Cristo y trabajen con todo su ardor por la patria…

HECHOS DE LA SEMANA

* EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS

Lo primero es mirar nuestra Iglesia: si lo que estamos haciendo y trabajando está construyendo de verdad esa Iglesia que María prefigura tan bellamente en el día de hoy, como Iglesia rica de carisma, poderosa de intercesión.

¿Qué significa que este día vamos a celebrar el aniversario de la muerte violenta del P. Octavio Ortiz, con cuatro jovencitos allá en El Despertar? se ha celebrado un novenario que culminó con la vigilia de anoche. Me contaba el P. Rafael que estuvo haya, que ha sido de profunda reflexión yo me alegro de que estas muertes de sacerdotes y de cristianos, en vez de apagarnos el ardor de nuestra fe, han entusiasmado nuestras comunidades… Y va a culminar hoy, ya estarán preparándose en El Despertar, con una procesión que va ir a terminar a la Iglesia de San Francisco, en Mejicanos, donde voy a tener el gusto de celebrar la misa a las 11 de la mañana, allí junto a la tumba del P. Octavio.

Quiero recordar con cariño que hace un año, en la portería de Catedral celebramos ante los cuatro ataúdes, un funeral que más parecía una Pascua de Resurrección. En la cual, en el ambiente de Octavario de Unidad de los cristianos, estuvo con nosotros un amigo que ya conocen: el Dr. Lara Braud, que dejó también recuerdo de unas palabras dichas en honor de nuestros mártires.

Porque encontramos desde el 18 de enero, a nuestra Iglesia junto con las confesiones cristianas protestantes, en un Octavario de Oración por la Unidad.

Es triste que mientras se hacen esfuerzos por la unidad y la comprensión, se desarrollen actos como éste que describe el P. Interiano en Candelaria Cuscatlán: “Lamento informarle, mañana sábado termina campaña proselitismo secta protestante procedente Cojutepeque usando parlantes potentes plaza pública todas las noches, desde sábado anterior, coincidiendo Octavario Unidad Cristianos respetuosamente”. Me parece que es un anti signo, cuando los cristianos llamados por la Iglesia a borrar ese pecado de nuestra desunión, en vez de trabajar por unirnos, estemos fomentando la desunión.

Yo les invito para que ese Octavario de Oración lo hagamos intensamente, si no podemos asistir a los actos públicos, en privado hagamos algo por la unidad de los cristianos, el anhelo de Cristo, que todos los que creen en él, sean una sola cosa…

Esta noche toca el acto de oración ecuménica a la Iglesia de San Francisco, en Mejicanos. Allá junto a la tumba del P. Octavio, protestantes y católicos nos reuniremos para orar. Aquí, en la Basílica, el jueves de esta semana. Ya, desde ahora, les invito para que el jueves a las 7 de la noche vengamos también a ese acto de oración ecuménica.

Se fueron para México, por orden de sus superioras, las hermanas Nicolasa y Beatriz que trabajan en Arcatao y que ustedes escucharon aquí el domingo pasado. Tienen la gratitud de nuestro pueblo y el deseo de que regresen, porque ellas llevaban el corazón puesto en Arcatao y sufrían más por irse que por quedarse. Creo que tienen que volver para que esa comunidad que tanto las ama y que está sufriendo tanto, reciba el consuelo de sus religiosas. Esta bien que una temporada de reposo y de tomar distancia les sirva para tomar nuevos alientos y venir a trabajar con nuevos bríos.

Ayer se celebró una reunión de todos los religiosos y religiosas de El Salvador, que están agrupados bajo una institución que se llama CONFRES, Conferencia de Religiosos de El Salvador. Es una gran fuerza pastoral en toda América Latina, la vida religiosa. Y esto significa para nuestra Arquidiócesis y para las diócesis de El Salvador, una gran esperanza; el esfuerzo de perfeccionar y de trabajar unidos los diversos sectores de la vida religiosa.

Enriqueciendo esa vida religiosa, este día están haciendo su profesión tres novicios somascos en la Basílica de la Ceiba. ¡Los felicitamos y nos alegramos de que esa Congregación crezca hoy con tres nuevos miembros!

Desde el jueves al sábado, se tuvo un estudio de pastoral sobre las Comunidades Eclesiales de Base, en que agentes de pastoral han aprendido mucho para poner en práctica esta línea que nuestra Arquidiócesis tanto estima: Hacer comunidades Eclesiales de Base.

Nuestra Secretaría de Comunicación Social se ha visto obligada a hacer una aclaración a propósito de un anonimato y de una falsa noticia que se difundió por Radio Sonora, como si un pseudo sacerdote de nombre Federico López Pérez trabajara en el Arzobispado, y comunicaba que había proyecto de incendiar esta Basílica. Hemos dicho que ni existe tal sacerdote como trabajador de la curia, ni se sabe tal noticia. Yo veo que aquí hay un peligro de los anonimatos en esas cadenas de radio y en esos diálogos por radio. Yo quiero agradecer la invitación que me han hecho la Y.S.U., y la Radio Sonora, pero por esto, precisamente, por el abuso de los anónimos que se presta también a la ofensa, a la distorsión, no he creído conveniente participar ya que tengo, gracias a Dios, estos medios maravillosos de mis homilías y del diálogo de la Y.S.A.X., siempre que lo queramos tener, cuando Uds. quieran…

Sería bueno que tuvieran en cuenta estas anomalías.

Estos esfuerzos nobles, sin duda, de poner al servicio, los medios de comunicación, al pueblo pero que no se abuse de ellos, hay que cuidar mucho…

Participé el domingo pasado en la convivencia de laicos de la Vicaría de Cuscatlán que se reunieron en San Pedro Perulapán. Muy animados de una promoción laical que nuestra diócesis está llevando por todas partes.

El día del Señor de Esquipulas celebré también en Aguilares una fiesta patronal muy animada, ya que allá hay muy bonitas comunidades eclesiales de base, que cuando se reúnen así en las grandes concentraciones parroquiales, le dan un sentido muy profundo a la oración comunitaria.

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