Epifanía, revelación y donación de Dios a todos los Pueblos
- Ciclo C
- Sunday January 6th, 1980
Epifanía, revelación y donación de Dios a todos los Pueblos
HOMILIAS 1980 Domingo de Epifanía
Isaías: 60, 1-6
Efesios: 3, 2-3a, 5-6
Mateo: 2, 1-12
Queridos hermanos:
1- Los Magos perdidos en Jerusalén… Herodes y Jerusalén sobresaltados… imagen de nuestra situación nacional.
Hoy culmina la temporada de Navidad con una fiesta que tiene resplandores de sol para iluminar a todo el mundo, es la Epifanía. Encontramos en el evangelio de hoy unos rasgos que coinciden con nuestra situación y que, por tanto, pueden iluminar desde la palabra de Dios nuestro caminar en la historia nacional.
-Buscan los magos un Rey
Cuando los magos, perdidos en Jerusalén, preguntaron: “¿dónde está el rey que ha de nacer?”, el evangelio dice una frase: “Herodes se sobresaltó y todo Jerusalén también se confundió. Consultaron y luego encontraron de nuevo el camino”. Podíamos decir: hubo una crisis en el proceso.
Una crisis, que como toda crisis, se revuelve para bien en aquellos que buscan con sinceridad y buena voluntad; y que se resuelve en petrificación, en obstinación para quienes buscan con mala voluntad. Para los magos fue aquel ocultamiento de la estrella y aquel preguntar en Jerusalén encontrar de nuevo el camino y llegar felices al final de su proceso a encontrarse con su alegría profunda. En cambio, para Herodes, donde anidaba la ambición del trono y donde junto con otros temblaban ante las perspectivas políticas que pudiera quitarle su poderío, se estremecen y planean el asesinato de aquel niño.
En el país, nos encontramos hoy como en una crisis del proceso también, y es la hora en que, como los Magos, con buena voluntad todos los salvadoreños debíamos de preguntar. “¿dónde encontrar al rey que buscamos, al verdadero salvador de nuestra patria?”
2. Consulta… Respuesta en la palabra de Dios
Y lo encontramos, si consultamos la palabra de Dios y vivimos de fe. Hoy, precisamente en la liturgia de la Epifanía, el Señor nos está dando claves maravillosas, luminosas, de solución.
-Sentido de la Epifanía
El sentido de la Epifanía, palabra griega que quiere decir manifestación. El misterio de Navidad es misterio de un Dios que se hace presente en el mundo y que se manifiesta a todos los pueblos. No basta haberlo conocido en el silencio de la Noche Buena con los humildes pastorcitos, en la intimidad de María y de José, Cristo nace para salvar a todos los pueblos y necesita entonces darse a conocer, manifestarse, tiene que ser epifanía. Ese es el sentido de hoy.
Por eso, aquellos magos que el evangelio nos recuerda hoy, vemos la primicia de una larga procesión de la cual nosotros, aquí en Catedral o en las comunidades donde se está reflexionando este mensaje, somos los continuadores, somos los magos de hoy, de 1980, los que fueron los magos de hace veinte siglos, el principio de este conocimiento de Cristo: ¡Dichosos los hombres, dichosos los pueblos que lo van encontrando!.
3. Lo principal no es una solución política… eso vendrá por añadidura
Esto quiere decir la fiesta de la Epifanía: la revelación de Dios para que los hombres lo adoren, lo reconozcan, esperen en él porque sólo en él puede haber salvación. Por eso decía que para nuestra patria, esta fiesta que convoca a todos los pueblos a adorar al verdadero liberador, puede ser el día en que se resuelva nuestra crisis, puede ser el día en que la palabra de Dios ilumine a quienes buscan con sinceridad. Quiera el Señor que esta fiesta de Epifanía, sea estrella de nuestro pueblo, sea consulta de palabra de Dios que ilumina los senderos, sea verdaderamente el salir de la crisis y que el proceso llegue hasta su final desenlace.
Pero quiero decirles que en esta Epifanía, así como en todas las fiestas litúrgicas y en todos los domingos del año, venimos a nuestra Catedral no con una curiosidad política, transitoria; ¡qué interesante se torna la historia de nuestra patria cuando domingo a domingo encontramos coyunturas distintas! Si eso fuera nuestro quehacer en la tierra, que variable, que inconsistente, que inconstante sería nuestro caminar humano como caminan los oportunistas, como caminan los que van al vaivén de las coyunturas. Pero les repito: la Iglesia no vive de coyunturas, la Iglesia sigue un caminar sereno que le orienta la estrella de su fe, un destino superior a los proyectos de la tierra, unas meta que han de persistir aún cuando pasen las colas de la política.
¡Qué inconsistente es el hombre cuando se apoya en el hombre! Quienes confiaban que el Gabinete que acaba de renunciar lo iba a resolver todo, ahora se sentirán desilusionados; se acabó por completo. Quienes confían en otro régimen, se sienten caídos, tal vez, víctimas de venganzas. Hermanos, no vivamos de estos criterios, sepámoslos iluminar con lo eterno. La Epifanía inspiró a la liturgia de la Iglesia un himno precioso en que se le dice al rey Herodes: “¿Por qué temes Herodes? No viene a quitarte reinos temporales el que viene a dar reinos eternos”. Esta es la grandeza del cristianismo; no vivimos del vaivén de las conveniencias de la tierra. Por eso insisto a las queridas comunidades cristianas: mantengan, sobre todo, su fe en Cristo; mantengan, sobre todo, su trascendencia y desde allí iluminen lo inmanente, lo transitorio.
Si no acertamos en un juicio político, no importa; el hombre es falible. Lo que importa es no equivocarse en asuntos de fe. Lo que importa es ser fiel a la palabra del Señor que orienta todas las coyunturas, lo que importa es tener hombres tan íntimamente renovados en su corazón, que al servir al pueblo desde la política y desde las cosas temporales, lo que los inspire sea su fe. Esto es lo que pido al Señor: “Danos Señor políticos, gobernantes, hombres que tengan fe! “Porque de nada serviría el cambio de estructuras, por más profundos que sean, si no las manejan, esas estructuras, hombres de fe, que sepan lo relativo de las coyunturas y de las estructuras y sepan lo absoluto del Reino de Dios.
Lo que ahora viene a fulgurar, a iluminar como sol, los pasos de los magos y los pasos de todos los hombres, es la fe que nace en el corazón y la alegría de haber conocido a Cristo; y saber que él nunca falla, y que en todas las crisis y aún en los fracasos, siempre queda flotando la alegría de no haber fracasado por haber puesto la confianza en aquel que puede salvarnos. Por eso, yo quiero darle a mi homilía de hoy, este título, que ojalá sea una inspiración para todos los que hacemos esta reflexión.
EPIFANÍA, REVELACIÓN Y DONACIÓN DE DIOS A TODOS LOS PUEBLOS
Comprendemos el espíritu de esta fiesta. Esto es Epifanía: es revelación y donación. Dios que se revela y se dá a todos los pueblos.
1º Los magos, primicia de un llamamiento universal
2º Lo que Dios ofrece y dá a todos los pueblos
3º Los magos, ejemplo de los que buscan y encuentran la verdadera liberación.
1. LOS MAGOS, PRIMICIA DE UN LLAMAMIENTO UNIVERSAL
a.- “Se me dió a conocer por revelación el misterio… que también los gentiles son…”
En la segunda lectura, cabalmente, San Pablo se siente feliz de ser el apóstol de los gentiles. Recordémonos de la enorme división que hasta se marcaba en el culto del templo de Jerusalén con un gran muro, el muro de los gentiles. La división entre el pueblo judío, el predilecto, los hijos de Dios, los hijos de Abraham, los que se van a salvar; y el pueblo gentil los llamaban los perros, los extraños, no se podían juntar gentiles y judíos.
“…pero he aquí que Cristo- dice San Pablo- ha roto ese muro y ha hecho de los dos pueblos, uno solo”. Y el gran misterio que Pablo anuncia, lo dice con toda claridad en la epístola que hemos leído hoy: “Se me dió a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas- a los encargados de predicar. ¿Cuál es ese misterio?-: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio. “Esta es la gran noticia!”.
Hermanos que llenan la Catedral, nosotros somos gentiles, nosotros no pertenecemos a la raza judía, nosotros somos descendientes de unos paganos que poblaban estas tierras hace apenas unos cinco siglos; salvajes, pero Dios pensaba en nosotros. ¿Quién le iba a decir a Cristóbal Colón que sobre aquellas tierras vírgenes llenas de selvas y de animales, y de indios, iban a florecer nuestras catedrales, nuestros santuarios, nuestros templos, la civilización cristiana? Este es el gran misterio.
También ustedes indios de América son llamados a participar en la herencia de Cristo, también ustedes negros de Africa, también ustedes del Asia y de todo el mundo, son llamados.
b-) El sentido de la fiesta de Epifanía
-Dos mundos: judío-gentil
* Unos Magos de Oriente
Los magos, precisamente de aquellas tierras asiáticas, posiblemente en ese problemático Irán, de allá posiblemente arrancaron estos hombres, iluminados por noticias que llegaban de los judíos que emigraban a otras tierras o de los judíos que venían acompañados, tal vez, de gentiles a las grandes fiestas del templo de Jerusalén. Allí se escuchaba como un profeta del Antiguo Testamento había dicho que de la casa de Jacob se levantaría una estrella. Allí se tiene el origen de esa estrella que no le podemos buscar explicaciones naturalistas.
Son tradiciones de aquellos pueblos que sabían de una estrella. Habían oído hablar también como se había anunciado un rey que saldría de David, mejor dicho de la estirpe de Abraham y que en Belén: “Y tu Belén, tierra de Efrata, no eres la más pequeña porque de tí saldrá el que ha de regir a mi pueblo, Israel”. Y hay una profecía allí del profeta Miqueas que anuncia que este reino que nacerá en el humilde pueblito de Belén, se extenderá hasta los confines de la tierra. Quizás ésto es lo que oyeron los magos y esta es la estrella que vislumbraron en su pequeña aurora de fe. Y llegaría la noticia de unos ángeles y unos pastores y se encaminaron a buscar al Señor.
-“Caminarán los pueblos a tu luz…”
“Unos magos de oriente…” es la expresión del evangelio, pero nosotros, a la luz de la fiesta de Epifanía, comentamos con el profeta Isaías, se trata ya del cumplimiento de esa gran profecía: “Caminarán los pueblos a tu luz, te traerán los pueblos sus riquezas; los dromedarios de Madián y de Efá vienen; de Sabá trayéndote incienso para quemar en tus altares”. Todas estas figuras de los profetas que anunciaban un imperio universal, misterioso es un mundo partido entre reyezuelos, en imperios, hacía soñar a los nobles de corazón: “¿dónde irá a nacer ese gran Rey?” Y cuando estos hombres, iluminados según tal vez su ciencia astrológica, busca al que ha de nacer, no son más que la primicia del cumplimiento de esta promesa.
-Los magos inician una peregrinación de los pueblos hacia Dios
Por eso es grande esta fiesta de Epifanía, porque es el día en que celebramos que aquel muro que tenía a los judíos como predilectos y a los demás como espureos, se ha roto y que la fe ha pasado por encima de la generación carnal. Ya no son hijos de Abraham según la carne, los que van a ser el pueblo de Dios, son hijos de Abraham porque tienen la fe de Abraham. Y aquí están las primicias, los magos hijos también de Abraham aunque nacidos en el Lejano Oriente, porque han encontrado la misma fe y han encontrado el Rey.
Parece que lo que el apóstol San Mateo quiere dibujar en este evangelio es como Cristo se revela, y es conocido, y seguido, y amado por los gentiles más que por los judíos. Porque los judíos, Herodes y los que rodeaban su trono, pudieron dar el índice donde se encontraría, pero se quedaron indiferentes y el que no, se quedó indiferente; Herodes, quiso conocer dónde nacería para irle a matar. “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron. Pero a los que le recibieron -aunque sean gentiles- les dió el poder de hacerse hijos de Dios”.
2. LO QUE DIOS OFRECER Y DA A TODOS LOS PUEBLOS
¿Qué ofrece este Cristo que nace y se manifiesta y se hace conocer ya de una primicia de gentiles y se dará también a todos los otros, los gentiles que lo vayamos conociendo y tengamos la dicha de seguirlo y amarlo? ¿Qué ofrece Dios, qué dá a todos lo pueblos: tres cosas, o mejor dicho pongo mi pensamiento en tres capítulos porque son tres cosas tan grandiosas que no se deben confundir: En primer lugar, dones individuales; en segundo lugar, dones sociales; y en tercer lugar, una Iglesia administradora de estos dones del Señor.
a-) Dones individuales
Los dones individuales nos lo dicen las lecturas de hoy
-Vocación
Porque yo, en el evangelio, cuando los magos preguntan: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido, porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo?”, encuentro la expresión bellísima de una vocación que quiere ser fiel a su llamamiento. Esto es lo primero que Dios dá: una vocación.
Queridos hermanos, sobre todo ustedes queridos jóvenes y niños, pregúntense como los magos: ¿esta es mi estrella?, ¿dónde está la realización plena de mi vida?, ¿dónde me quiere el Señor? La vocación la tenemos todos; no nace un hombre ni una mujer, sin vocación de Dios. Todos tenemos un puesto en la historia, conocer ese puesto y desarrollarse allí es realizar su propia personalidad. Seamos felices buscando siempre: ¿para qué me quiere Dios?
-Fe
¿Qué otra cosa expresa los magos cuando encontraron al niño?: “Se postraron y lo adoraron”. Es la fe. Sólo la fe puede descubrir en un niño puesto en las rodillas de una mujer, que se trata de un Dios, de un Redentor, del rey que buscan. Y los dones: oro, incienso y mirra, son expresiones de fe, son primicias de la liturgia cristiana. También en nuestro altar usaremos incienso, oro para nuestros cálices y mirra, también, el signo de la redención que pide sacrificio al pueblo. No predicaremos una predicación sin mirra, sin amargura, sin desprendimiento. Por eso es tan difícil que la comprendan.
-Alegría
¿Qué otra cosa reciben los magos? Lo dice explícitamente el evangelio que: “…cuando vieron otra vez la estrella se llenaron de una alegría inmensa”. La gran ausente de nuestro tiempo: ¿la alegría? Porque no hay fe, porque no hemos conocido a Dios que es fuente de alegría. Esta es una de las señales de estar con Dios aún en medio de las dificultades de la historia: estar alegres porque el Señor está cerca. Lo sintieron los magos.
-La gracia de la redención…
San Pablo, en la segunda lectura de hoy va completando este cuadro de dones personales.
“Coherederos…”
Nos hemos hecho coherederos de las promesas de Dios a Abraham, ya son nuestras cuando tenemos fe: que somos hijos de Dios, que nos redimirá Cristo, que tendremos una vida eterna. No es ilusión, no la comprenden los pobres que no tienen fe pero para nosotros es el motivo de nuestras luchas, de nuestros esfuerzos, de que trabajamos en la tierra con más empeño que nadie porque la recompensa es más grande que la que esperan todos los que no tienen fe ni esperanza.
* Miembros del mismo cuerpo
San Pablo dice; “Este es el gran misterio que os revelo, que también ustedes, gentiles, son miembros del mismo cuerpo”. Se van a incorporar a Cristo. Por su bautismo, que trajeron los misioneros a estas tierras, comenzaron a hacerse miembro de Cristo también nuestros antepasados, nuestros indígenas. Y nosotros somos, también; no importa de qué raza, lo que importa es ser ya miembro de Cristo. Ya no hay judío, ni griego, ni esclavo ni libre, ni siquiera sexo, hombre o mujer; una sola cosa vale, ser miembro de Cristo. La gran igualdad que predica el cristianismo y que necesita tanto nuestro problema nacional: la igualdad de los hijos de Dios.
*Partícipes de las promesas…
“Partícipes dice San Pablo de las promesas en Jesucristo, por el evangelio. El evangelio, amémoslo cada vez más, porque es la señal que la procesión de los Magos continúa también entre nosotros porque nos de
amos llevar de la palabra del evangelio. En una palabra, hermanos, los dones de carácter personal, cada uno de ustedes, así como yo, los debemos de sentir en la intimidad de nuestra personalidad.
Yo les invito a que este día hagamos un ejercicio parecido al de los magos. Dice el Concilio que cada hombre tiene en la intimidad de su ser, su conciencia como una cámara secreta donde Dios baja a hablar con el hombre y donde el hombre decide su propio destino. ¡Que bajáramos hoy, como los magos, a la intimidad a encontrar a Cristo aquí, en el corazón¡ ¡No lo busquemos afuera busquémoslo adentro y veremos que allí podemos hablar del papel que podemos desempeñar en esta hora histórica de El Salvador! Tenemos mucho que dar porque Dios está con cada uno de nosotros.
b-) Dones de carácter social
-Claro camino de la historia
Que bellos los describe hoy la primera lectura de Isaías: “El pueblo que andaba en tinieblas, ¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz! ¡La gloria del Señor amanece sobre tí! ¡Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre tí amanecerá el Señor!”. El mayor bien que Dios puede hacer a un pueblo, es su fe. Pobres los pueblos que no tienen fe, andan en tinieblas. “Las tinieblas se ciernen sobre ellos, pero sobre tí brillará la luz”.
-Sabiduría de sus reyes…
Caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora. ¡Dichosos los pueblos que tienen gobernantes cristianos! ¡Dichosos los pueblos, cuyos reyes adoran al rey de la historia, al Señor y descubren en él, lo que Dios quiere para sus pueblos y no se hacen tiranos de los pueblos, sino administradores de la voluntad del Señor que quiere la felicidad y la luz de los pueblos!
-Unidad Universal
¿Qué otros dones hay de carácter social? La unidad universal cuando dice Isaías: “Mira como todos los pueblos traen a sus hijos y a sus hijas en el reconocimiento de tu única soberanía y traen las riquezas”.
* Riqueza
Cuando uno piensa que la fe católica que se inyecta en los pueblos no es para arrebatar lo físico de esos pueblos, sino para purificarlos, para elevarlos, para darles un valor divino y eterno a las culturas, a los modos de ser.
La Iglesia en El Salvador no nos quiere uniformar con una Iglesia de Roma, o de Asia, o de otra parte; respeta la índole de los salvadoreños y siendo salvadoreña eleva lo salvadoreño, su historia, sus valores, sus frutos, su trabajo. Nosotros, cristianos salvadoreños, estamos capacitados para decir, somos auténticamente nacionales, nuestra fe no nos aliena, al contrario, ¡nos purifica lo grande y bueno que tiene cada raza y cada pueblo! Por eso la Iglesia predica sus misiones y a sus misioneros les enseña a no llevar una especie de imperialismo a otros pueblos, a no imponer otras culturas, sino a dar esta fe que purifica las culturas de todos los pueblos.
Los liberadores que quisieran imponernos ideologías traídas de otras partes, traicionan nuestra nacionalidad. La Iglesia nunca traicionará al pueblo como lo puede traicionar una inspiración marxista o una inspiración de carácter alienante y ajena a la índole de nuestro pueblo. Gracias a Dios que en lo profundo del alma de los salvadoreños, vive lo cristiano y desde lo cristiano, están los gérmenes de su auténtica promoción, de su auténtica liberación. Esto dá la fe cristiana a nuestros pueblos: una unidad universal que respeta la índole de la variedad.
c-) La Iglesia
¿Qué nos dá Dios a través de las promesas que hoy hemos escuchado? Una Iglesia encargada de administrar estos dones de Dios a los pueblos.
– María con Jesús, imagen de la Iglesia
A mí me encanta en este día mirar la figura de María con el Niño Jesús en sus brazos dándole a adorar a los Magos. Me parece la bella imagen de la Iglesia dando a Cristo a los pueblos. María y la Iglesia son una sola cosa. María es la imagen bellísima de la Iglesia, y la Iglesia mira en María el modelo de lo que deben de ser todas las almas redimidas, la meta de su trabajo. Por eso la Iglesia y María están presentes en esta dádiva de Dios, en esta Epifanía de Dios, para decirle a los hombres: Si quieren encontrar a Cristo, no se separan de la Iglesia.
-San Pablo ha dicho hoy que: este misterio de Dios dándose a todos los pueblos, lo reveló el Espíritu a sus apóstoles y profetas
Quiere decir: por medio de los ministros de la Iglesia, por medio de la Iglesia, los pueblos conocerán a Dios y serán redimidos con la redención de Cristo.
Es bueno tener en cuenta esta gran doctrina, porque cunde por allí alguna idea de que lo jerárquico, el magisterio, no deben de tenerse en cuenta sino el pueblo, Iglesia del pueblo. Claro que el pueblo es el objeto de nuestros trabajos; y él, por el pueblo, Cristo fundó una Iglesia, “Pero la Iglesia- dice el Concilio- es el germen del Reino de Dios que salvará a todos los pueblos”. Es el instrumento de Dios para anunciar su Reino a todos los pueblos.
Cómo quisiera, queridas comunidades cristianas, que tuvieran bien clara esta idea con un orgullo santo de que: ser dócil y estar en comunión con el Obispo y con el Papa no es traicionar al pueblo, sino estar dándole garantía al pueblo de traerles el Reino de Dios…
Por favor, queridos hermanos católicos, y, sobre todo, las comunidades eclesiales no se descoyunten de los santos, apóstoles y profetas, del magisterio que recibió del Espíritu Santo el encargo de anunciar que: todos los pueblos son llamados a redimirse en Cristo y a recibir estos grandes dones de la Redención.
El día en que un sacerdote, o una comunidad, o un catequista, un agente de pastoral prefiera los caprichos del pueblo a las inspiraciones del Magisterio de la Iglesia, ya no es Iglesia, ya está predicando algo muy terrenal, muy humano. Si quiere de verdad ser una conexión con la doctrina que bajó del cielo por Cristo Jesús, y dé la vida y santidad que Cristo trajo al mundo, tiene que usar ese canal que Cristo ha puesto y que dijo: “El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desatiende, a mí me desatiende”. En que Cristo ha querido, pues, unir el ministerio de su Iglesia a la felicidad de los pueblos, a la fidelidad a Dios. Sólo, sí, les suplico, que pidamos mucho al Señor para que esta Iglesia sea verdaderamente servidora y fiel, y que seamos todos, aunque pecadores, esforzados en una conversión que nos haga cada día ser más fieles instrumentos de una Iglesia de Dios que quiere salvar al mundo.
3. LOS MAGOS EJEMPLO DE LOS QUE BUSCAN
Y ENCUENTRAN AL SEÑOR
Prontitud en seguir la llamada
No todos encuentran al Señor, pero los magos nos dan maravillosos ejemplos que yo creo que nos están dando la clave aún para encontrar la felicidad temporal. Todos los que sienten íntimamente este momento de crisis política en el país, mírense en el espejo de los magos y puede ser que aún sin pensar en la fiesta de Epifanía, aún sin ser cristianos, simplemente porque quieren sacar del atolladero al país, creo que pueden encontrar en este ejemplo cristiano de los magos el ejemplo político, el ejemplo que hará feliz a nuestra patria, el único que la puede redimir.
a-) Desprendimiento, desinstalarse
Los magos ven la estrella, sienten el llamado de Dios y emprenden el Camino. Esto es importante. Yo creo que muchos hablan de cambios en El Salvador pero no quieren cambiar nada. Sobre todo, los más culpables, los que tienen el poder económico, no quieren desprenderse de sus cosas para buscar la felicidad del país, y así no se encontrará. También, aquellos que tienen la idolatría del poder, quieren mantener el poder y no lo quieren compartir con los civiles que, tal vez son más llamados que ellos para el bien del pueblo… También los que dicen que han emprendido la marcha y caminan. ¡No basta! Partidos políticos, organizaciones populares, ¿qué buscan en sus tácticas? ¿Se han desprendido de su propio modo de pensar para poder dialogar y para poder buscar entre todos el bien que la patria necesita? ¿Se adoran a ustedes mismos o adoran al pueblo?…
Este deshacimiento es necesario. Los magos no hubieran encontrado nunca la felicidad de haber conocido al rey del universo si no hubieran dejado sus comodidades, sus palacios, sus tronos- si de verdad eran reyes-, si no se hubieran puesto en marcha en un camino lejano, incómodo, -sobre todo- en aquellos tiempos.
b-) Búsqueda
Si no hubieran tenido también una segunda condición, no sólo desprendimiento… la búsqueda. Búsqueda humilde. Nadie debe pretender saberlo todo. Los magos legaron hasta Jerusalén y allí se confundieron y sintieron la necesidad de ir a preguntarle nada menos que a Herodes. Y Herodes tampoco lo sabía, tuvo que consultar a los intérpretes de la Biblia. La verdad no la tiene nadie, sólo Dios. Y el que quiere caminar en la verdad tiene que ser humilde y buscar con otros la verdad. A un diálogo no se va a imponer mi modo de pensar. A un diálogo se va a encontrar en la respuesta del otro, lo que a mí me falta: búsqueda. ¿Dónde está el rey que ha de nacer?
Vale la pena, sobre todo, cuando lo que se busca es tan grande como el bien del país- Como los magos, conocer al rey del universo-, vale la pena matar el amor propio y que prevalezca el bien del Señor, el bien del pueblo.
c-) Adoración
Y finalmente, un tercer ejemplo de los magos, además de la desinstalación, de la búsqueda, la adoración. Cuando encontramos a Cristo, como humildes hombres ante la majestad de Dios, deponen coronas y dones y postrándose, lo adoran. Sólo a éste hay que adorar, sólo Cristo es el Señor. ¡Dichoso el que está de rodillas ante el único que hay que estar de rodillas! Qué útil es esto ante las idolatrías de nuestra sociedad. Ya las he denunciado muchas veces y basta recordar que hay muchos idólatras de la riqueza y del dinero que no serán capaces de adorar a Dios porque están adorando su dinero. Idólatras del poder que son capaces de maniobrar hasta las conciencias de los otros por sus ambiciones de poder. Idólatras de su modo de pensar, sólo mi partido, sólo mi organización. Idolatrías que impiden al único Dios, salvar. El único que puede salvar.
HECHOS DE LA SEMANA
Aquí tenemos queridos hermanos, los criterios evangélicos para vivir nuestra comunidad eclesial y para mirar desde nuestra comunidad eclesial, la realidad nacional.
HECHOS ECLESIALES
* EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS
Como realidades eclesiales de esta semana, quiero alegrarme con la comunidad de Tonacatepeque que el domingo pasado celebró una fiesta tan bonita de primera comunión y confirmaciones. Una ofrenda tan original que parecía una procesión de magos, depositando en el altar frutos de la tierra, obsequios generosos.
Quiero alegrarme con la concentración del movimiento de Renovación en el Espíritu que convocó más de ocho mil cristianos en el Gimnasio Nacional.
También, con los Encuentros Conyugales que celebraron el domingo pasado, día de la Sagrada Familia, una bonita fiesta en que evaluaban y proyectaban más pastoral familiar.
No pude asistir, pero estuvo muy hermosa, la ceremonia del Movimiento Catecumenal, también el domingo pasado.
Nota muy eclesial, la visita del Cardenal Luis Lorscheider, Arzobispo de Fortaleza en el Brasil que estuvo tres días con nosotros, sin duda, por encargo del Santo Padre tomando una relación de lo que pasa en Centro América. Venía de Nicaragua, iba para Costa Rica y me dió mucha satisfacción su aprobación del trabajo que estamos haciendo. Me dijo, también he leído tus Cartas Pastorales, algunas de tus homilías y veo que todo está correcto. Yo siento en esta visita de este nuevo enviado del Papa, una nueva confirmación de lo que está trabajando nuestra Arquidiócesis…
Por eso también he sentido mucha alegría de haber recibido ayer un telegrama que es un honor para ustedes. Están aquí presentes en nuestra misa quienes me lo comunicaron de palabra. No había recibido todavía el telegrama pero en su persona -de ellos- quiero decirles que vean como fue acogida la noticia en nuestra Catedral. Es de un telegrama de Estocolmo: “Arzobispo Romero, San Salvador. Acción Ecuménica Sueca ha decidido otorgarle a Ud. y su Iglesia, premio Paz 1980 por significativos aportes a la justicia, reconciliación entre los hombres y Derechos Humanos. Carta llegará…”
Notas más bien de carácter personal pero para pedirles a ustedes sus oraciones. Murió un gran amigo mío en San Miguel, don Joaquín Ernesto Cárdenas, escritor, historiador y gran colaborador de nuestra Iglesia Migueleña. También en San Salvador, la mamá del Sr. Embajador ante la Santa Sede, el Dr. Prudencio Lach. Para ellos nuestras condolencias para su familia y nuestra oración para el descanso de sus almas.
EN LA IGLESIA UNIVERSAL
Esta Iglesia en comunión con la Iglesia Universal, encuentra también esta semana un respaldo a su trabajo por la paz. Es maravilloso como hay en esta semana en el Papa y en el Magisterio de los Obispos, como una característica: un llamamiento a la paz.
El Papa apenas terminó de escuchar por televisión al Presidente de darle su respaldo en lo que acababa de decir condenando el terrorismo y la carrera armamentista.
El Papa, hablando en el día de la Paz, el primero de enero, se refirió a la pesadilla de una guerra nuclear. Dijo el Santo Padre que: “Una guerra reduciría ciudades y aldeas a una pila de escombros y expondría al hombre a grandes peligros desconocidos, como las mutaciones genéticas”. Palabras del Papa: “La guerra se hace siempre para matar, es contraria a la humanidad. Debe decirse al pueblo del mundo de la terrible pesadilla que puede acarrear una guerra nuclear”. Señalaba algunos datos estadísticos cuando dice que: “Una acción directa o retardada de esas explosiones podría acarrear la muerte de 50 a 200 millones de personas. La guerra nuclear causaría también una drástica reducción de los recursos alimenticios al esparcir residuos radioactivos sobre las tierras cultivables y causar substanciales alteraciones a las capas de la atmósfera”. No somos técnicos en asuntos bélicos o de armamentos pero el Pastor puede mirar a su humanidad, sobre todo a su Iglesia, responsable de levantar su voz, también, para que los hombres no vayan a cometer la locura de desatar esas fuerzas de destrucción.
Los obispos del Brasil, también, con motivo del día de la Paz y ante diversos atropellos a la Iglesia, han hecho un llamamiento para que los hombres se sientan más hermanos.
Un Cardenal del Brasil, Mons. Vicente Scherrer fue también atropellado en lo personal, fue herido. Y cuenta él, en el hospital: “Querían dinero pero yo no tenía más que $ 50.00, sólo comprar gasolina”. Insatisfechos con esa suma, los atacantes comenzaron a golpear y a apuñalar al prelado mientras se alejaban en el automóvil. Lo dejaron desnudo- ustedes ya saben por el periódico, la noticia- como gracias a que alguien avisó a la policía pudo ser recuperado.
El hermano Arzobispo de Nicaragua, con motivo del primero de enero y del lema del Papa, “la verdad fuerza de la paz”, condenó todo tipo de explotación del hombre por el hombre o por el estado; y condenó como contraria a la libertad del individuo, la manipulación de los medios de comunicación social. Monseñor Obando dijo que: “el que devuelve el odio por el odio, no es hombre, es una fiera. Ni el odio, ni la brutalidad, ni la venganza, nos van a traer la paz”.
Los obispos de España, también, en una carta conjunta de primero de enero; se refieren al problema de la violencia: “sentimos el deber de dirigirnos a vosotros en cuanto podamos ser útiles para la pacificación de nuestro pueblo. “Dios quiera hacer eficaz este ofrecimiento para alcanzar la plena paz!”.
Fíjense bien en esto y ojalá lo escuchen los que se sienten devotos de la violencia: “A quienes han llegado a creer entre nosotros que la violencia armada es necesaria para la transformación de la realidad socio-política según sus ideales, les decimos que depongan esta actitud. No podemos aceptar que el f