- Semanario El Apostol
- Sunday November 28th, 1976
Nº. 62 Pág. 3 La Voz del Pastor
“Cortadores” y “Ayudas”
Estamos en plena recolección del café, que aquí designamos con su nombre quizá discutible gramaticalmente: “la corta” “el corte” como quiera que se llame, lo cierto es que Dios, siempre espléndido en sus obras, nos está regalando también este año esa espléndida lluvia de rubiés que atraen millares de brazos de todas partes para recoger la rica dádiva de nuestras montañas.
Y es aquí donde comienza la discriminación con que el pecado de los hombres hace gemir la hermosura de una creación destinada a todos los hijos del Creador (como diría San Pablo a los romanos, Cap.8). Y por eso la Iglesia tiene que clamar por mandato de Dios: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todo el género humano. En consecuencia los bienes creados deben llegar a todos en forma justa, bajo la egída de la justicia y con la compañía de la caridad. Sean las que sean las formas de la propiedad…jamás se debe perder de vista este destino universal de todos los bienes (Concilio Vaticano II, GS. 68).
Por eso nos alegra la alegría de “la corta”. Porque no solo es alegría de los terratenientes sino que colma de felicidad a tantos “cortadores” que con esta cosecha ven colmada su única esperanza de ingresos de todo el año. Pero así también nos entristece y no preocupa el egoísmo con que se inventan medidas y disposiciones para neutralizar el salario justos de los trabajadores. Piénsese por ejemplo, en esa nueva categoría de “Ayudas” con que se designa a verdaderos “cortadores” para privarseles de su legítimas prestaciones.
Cómo quisiéramos que la alegría de esta lluvia de rubiés y de todas las cosechas de la tierra no se vayan a ver ensombrecida por la trágica sentencia de la Biblia: “Mirad, el jornal de los braceros que cegaron vuestros campos, defraudado por vosotros, está clamando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos” (Carta de Santiago 5,4).
EL OBISPO