Semanario El Apostol

Nº. 62 Pág. 3 La Voz del Pastor

“Cortadores” y “Ayudas”
Estamos en plena recolección del café, que aquí designamos con su nombre quizá discutible gramaticalmente: “la corta” “el corte” como quiera que se llame, lo cierto es que Dios, siempre espléndido en sus obras, nos está regalando también este año esa espléndida lluvia de rubiés que atraen millares de brazos de todas partes para recoger la rica dádiva de nuestras montañas.

Y es aquí donde comienza la discriminación con que el pecado de los hombres hace gemir la hermosura de una creación destinada a todos los hijos del Creador (como diría San Pablo a los romanos, Cap.8). Y por eso la Iglesia tiene que clamar por mandato de Dios: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todo el género humano. En consecuencia los bienes creados deben llegar a todos en forma justa, bajo la egída de la justicia y con la compañía de la caridad. Sean las que sean las formas de la propiedad…jamás se debe perder de vista este destino universal de todos los bienes (Concilio Vaticano II, GS. 68).

Por eso nos alegra la alegría de “la corta”. Porque no solo es alegría de los terratenientes sino que colma de felicidad a tantos “cortadores” que con esta cosecha ven colmada su única esperanza de ingresos de todo el año. Pero así también nos entristece y no preocupa el egoísmo con que se inventan medidas y disposiciones para neutralizar el salario justos de los trabajadores. Piénsese por ejemplo, en esa nueva categoría de “Ayudas” con que se designa a verdaderos “cortadores” para privarseles de su legítimas prestaciones.

Cómo quisiéramos que la alegría de esta lluvia de rubiés y de todas las cosechas de la tierra no se vayan a ver ensombrecida por la trágica sentencia de la Biblia: “Mirad, el jornal de los braceros que cegaron vuestros campos, defraudado por vosotros, está clamando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos” (Carta de Santiago 5,4).
EL OBISPO

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Nº. 51 Pág. 3 La Voz del Pastor

-En nuestro primer aniversario-
Nuestra Diócesis es la Iglesia y, por eso, es mensaje de la gran noticia de la salvación de los hombres, y por eso también, necesita un vocero de su mensaje. La Diócesis es también familia, una familia agrupada en comunidades parroquiales que cubren su amplia geografía; y por eso, necesita un vehículo, aunque sea humilde, pero en la cual pueda llevar familia, las noticias, las experiencias, los éxitos, los proyectos y hasta los fracasos…de nuestros queridos Párrocos, de nuestras comunidades religiosas, de los diversos grupos de apostolado seglar, de todo católico que sienta interés por la vida de su Diócesis.

Eso ha sido y eso ha hecho, dentro de sus modestia, “El Apóstol” durante un año: vocero del mensaje de la Iglesia…carta de familia de la vida de la Diócesis. Eso queremos seguir siendo y haciendo.

Junto con nuestro agradecimiento al Señor y al Apóstol y Patrón Santiago, quiero hoy decir “mil gracias” a quienes ayudan y comprenden a “El Apóstol”: a los párrocos que le hacen eco…a los que colaboraron en su redacción, publicación y administración…a los amables anunciantes que lo patrocinaron…a los entusiastas agentes y distribuidores que le abren camino a su difusión…a los lectores que le muestran su interés compartiendo o criticando su mensaje… a todos Dios se lo pague.
EL APÓSTOL

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Nº. 50 Pág. 2 La Voz del Pastor.

“Evangelii Nuntiandi”
Más de un sacerdote y apóstol seglar han felicitado a nuestro modesto boletín por la publicación del texto completo del documento pontificio sobre “ética sexual”.

Y son innumerables las personas que han solicitado y siguen solicitando ese ejemplar de “EL APÓSTOL”.
Estas mismas personas nos han sugerido que publiquemos así los principales documentos de la Santa Sede pues son muy oportunos y orientadores y el pueblo no tiene otra manera de conocerlos. Por eso tenemos el gusto de ofrecer hoy otro famoso documentos que salió recientemente de la sabia pluma de Su Santidad Pablo VI:
Se trata de la exhortación “Evagelii Nuntiandi” sobre la evangelización del mundo contemporáneo. El Papa recoge las inquietudes y sugerencias de los Obispos que se reunieron en el Sínodo de 1974 y nos presenta una verdadera Carta Magna de la evangelización moderna.
El Padre Oscar René Campos preparó para una reciente reunión misionera interdiocesana el amplio resumen de la “Evangelii Nuntiandi” que como un gustoso servicio de orientación cristiana ofrecemos a continuación.
EL OBISPO.

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Nº. 49 Pág. 3 La Voz del Pastor

Nuestra Reunión fue Pastoral
Durante los días 12 y 13 de este mes, celebramos en nuestra residencia episcopal una “Jornada de estudio sobre la ley de transformación agraria y sus repercusiones en la pastoral diocesana”. Este título de nuestra reunión define claramente el carácter y la finalidad de la misma.
No nos reunimos como técnicos para apoyar o desaprobar una ley. Nos reunimos como pastores, es decir, como hombres responsables de iluminar con la luz del Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia a los acontecimientos y las realidades en que se mueven los hombres, para orientarlos hacia una auténtica promoción integral. La Ley de T.A. es una realidad que afectará a gran parte de los hombres de nuestra Diócesis y necesitábamos una información exacta que con gusto y competencia nos dieron los propios responsables de esa ley. Invitamos también a la ANEP para tener una información directa de sus criterios. No era una invitación para una confrontación de técnicas e intereses que nos hubiera llevado a una polémica inútil para nuestro caso.

Nuestro caso era sencillamente una reflexión pastoral. Y fue eso lo que tuvimos todo el viernes 13 con una rica recogida de recomendaciones para el quehacer propio de la Iglesia, en esta coyuntura de la Diócesis.

Este rico material será llevado a la Conferencia Episcopal, como una aportación de la Diócesis que los Señores Obispos podrán tener en cuenta para una posible orientación conjunta a los católicos salvadoreños en esta difícil coyuntura del país.
EL OBISPO

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Nº. 48 Págs. 3 y 4 La Voz del Pastor

Dios se lo pague
En mi oración de estos días, he pedido mucho al Señor que sea él quien recompense la cariñosa fiesta que mis amigos montaron con motivo de mi cumpleaños el 15 de agosto.

No fue posible pasarlo desapercibido, como sería mi deseo, pues sinceramente quisiera no empañar con la más pequeña sombra de personalismo la gloria de Dios, la figura luminosa de Cristo y la gloria de la Iglesia que es la única razón de ser del trabajo de todo ministro de Dios. Me gusta mucho la frase de San Juan Bautista que conjura tal peligro: “el (Cristo) debe crecer, yo desaparecer”.

Pero comprendo también que no debo rehuir el homenaje a mi persona, desde luego porque es educación recibir con agradecimiento toda muestra de aprecio y amistad; y también porque Cristo autorizó el lucir ante los hombres, con tal que eso sirva para que glorifiquen al Padre que está en los cielos. Y ojalá que así fuera, por lo menos en mi intención eso le repetía al Señor mientras mis queridos feligreses me colmaban de felicitaciones: “no a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre sea dada la gloria”, como dice el salmo.

Y creo que fue la gloria de Dios aquel sacrificio inolvidable de la parroquia de San Agustín que vino a despertarme con su deliciosa alborada y su Santa Misa celebrada por el Padre Majano con tan fervorosa participación de todos los peregrinos…gloria de Dios fue mi alegría al presidir la solemne misa de confirmaciones y primeras comuniones que con tanto celo prepararon en Jiquilisco los Padres Pasionistas y sus colaboradores catequistas…gloria de Dios fue la nutrida asamblea de las comisiones parroquiales de Cáritas que junto con sus edificantes informes de trabajo, trajeron al pastor de la Diócesis el cariñoso saludo de solidaridad de tantas parroquias…gloria de Dios fue el convivio acogedor de un almuerzo con distinguidos elementos de las ciudades y poblaciones que compartían la mesa con elementos campesinos, para proclamar que esta es la alegría del pastor porque es ideal del Señor: “que todos sean una misma cosa”…gloria de Dios considero las múltiples visitas, telegramas, llamadas telefónicas, que han contribuido a cargar de nuevos ánimos la difícil misión del pastor…y gloria de Dios fue el espontáneo y alegre festival de la noche que fue un nuevo testimonio de la fraternal unidad y de la alegría con que quiere marchar la Diócesis como porción del pueblo de Dios que canta su peregrinar hacia la casa del Padre…
Y para garantizar mejor que todo este homenaje se orientaba hacia la gloria de Dios, estaba allí María, la dulce Madre, que precisamente con el misterio de su asunción en cuerpo y alma al cielo es una continua invitación a poner en sus manos todo el cariño que cosechamos en la tierra para que ella lo lleve al cielo, muy cerquita de Dios. Que Dios se los pague.
EL OBISPO.

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Nº. 46 Pág. 3 La Voz del Pastor

Cristo y la Dignidad Humana
Ofrecemos, en este número de El Apóstol, el texto completo de la “Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual”. Complacemos así los deseos de muchos lectores de nuestra revista y de muchos radioyente de nuestro programas católicos.

Y nos alegramos de poder ofrecer esta valiosa colaboración a los que se preocupan del grave problema de la educación sexual. Las familias, los educadores de vocación, los jóvenes y todos los que quieran orientar los poderosos instintos de sexualidad humana según el orden y la ley de Dios y no dejarlos prostituirse por le libertinaje auténtico de la Iglesia que es interprete autorizada de la ley natural y guardiana celosa del pensamiento de Dios revelado a los hombres.

Hay dos circunstancias, en esta semana, que dan actualidad y belleza a la dignidad humana defendida en este documentos sobre ética sexual: la fiesta del Divino Salvador que celebra, el 6 de Agosto, la transfiguración de Cristo en el Tabor…y el Congreso Eucarístico Internacional de Filadelfia que se celebra del 1 al 8 de Agosto. La transfiguración es la más espléndida expresión del alto destino inmortal del cuerpo humano y la Eucaristía es el antídoto y alimento espiritual que Cristo ofrece a la fragilidad de ese mismo cuerpo humano tan inclinado a las bajas pasiones. Si la castidad que la ética sexual exige, es difícil a las débiles fuerzas naturales del hombre, el Divino Salvador y sus fuerzas redentoras estimulan y ayudan al hombre en esa difícil conquista.
EL OBISPO

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Nº. 45 Pág. 3 La Voz del Pastor

Dos Diócesis Hermanas
El 25 y 26 de Julio celebran las fiestas de sus patronos respectivamente las Diócesis de Santiago de María y de Santa Ana. La una bajo el Patronato del intrépido Apóstol Santiago y la otra bajo el privilegiado patrocinio de la Abuelita de Cristo, son dos porciones de la Iglesia Universal, llamadas “Diócesis”, o como prefieren los eclesiólogos modernos “iglesias particulares”.

Dos “Iglesias particulares” están de fiesta en El Salvador. Es una buena oportunidad para reflexionar sobre el significado de la Diócesis y sus relaciones con la Iglesia Universal.

“La Diócesis explica el Concilio Vaticano II- es una porción del pueblo de Dios que se confía a un Obispo para que la apaciente con la cooperación del presbítero, de forma que, unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en que verdaderamente está obra y la obra de la Iglesia de Cristo”. (ch.D.11)

Subrayamos esas últimas palabras: “en la Diócesis verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo”. Quiere decir que toda la fuerza de la redención que Cristo confió a su Iglesia está presente y operante en la vida de una Diócesis.

Por eso el concilio llama a la Diócesis “imagen Universal”. Porque así como el Papa es principio de unidad de la Iglesia Universal, del mismo modo cada Obispo es el principio y fundamento visible de unidad en su Iglesia particular…y de todas las Iglesias particulares queda integrada la única iglesia católica. Por esto cada Obispo representa a su Iglesia, tal como todas ellas, a una con el Papa, representan toda la Iglesia en el vínculo de la paz, del amor y de la unidad”. (L.G.23)

Desde la Iglesia particular de Santiago de María a la hermana Diócesis de Santa Ana en la alegría de nuestras fiestas patronales SALVE!.
EL OBISPO

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Nº. 44 Pág. 3 La Voz del Pastor

Nuestro Patrón Santiago
El próximo domingo celebrará nuestra Diócesis y nuestra Ciudad la fiesta de su celestial Patrono: el apóstol Santiago el mayor.

Grande por haber sido uno de los doce hombres escogidos por el Divino fundador de la Iglesia para hacerlos confidentes de su Revelación, y no fundador de la Iglesia para hacerlos confidentes de su Relevación, y fundamentos insustituibles de esa Iglesia, el catálogo de los apóstoles lo califica “el mayor” no sólo para distinguirlo del otro Santiago sino por su grandeza de alma, por la intrepidez y audacia de su espíritu que le mereció de Cristo el gracioso sobrenombre de “Boanerges” que quiere decir “Hijo del trueno”.

Pero esta figura sobresaliente del Colegio Apostólico se hace para nosotros más cercana y querida porque es nuestro Patrono. Y como Patrono de una Diócesis, significa protección especial de una intercesión ante Dios en favor de todas las responsabilidades, trabajos y problemas del Reino de dios en esta “Iglesia Particular”.

Significa fuera de unidad que, junto con el Obispo, sacramento visible de esa misma unidad, polariza la rica variedad de vocaciones y carismas hacia la construcción espiritual de la Iglesia así como la quiere el Señor: una y única. El Patrono desde su cielo, significa, sobre todo, la orientación escatológica del trabajo de la Diócesis, es decir, señala una meta que está más allá de la historia, que transciende todos los horizontes sociales, políticos, económicos, precisamente para dar un sentido divino a todas las tareas temporales de los hombres.

Sin el bullicio de las fiestas cívicas trasladadas a febrero, el recogimiento religioso de nuestra catedral favorecerá mejor nuestra reflexión para dar más profundidad espiritual a la celebración de nuestro Patrono Santiago.
EL OBISPO

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Nº. 43 Pág. 3 La Voz del Pastor

Celebremos el 25 de Julio
El 25 de Julio, es en el calendario de la Iglesia Universal, la fiesta del Apóstol Santiago, Patrono de nuestra Ciudad y de nuestra Diócesis. Por eso la Diócesis y la Ciudad santiagueña se preparan para celebrar con carácter sagrado y litúrgico tan significativa fiesta patronal.
Decimos con carácter sagrado y litúrgico, porque las fiestas de carácter cívico y profano ya se celebraron en el mes de febrero.

Por su parte la Iglesia estuvo presente con entusiasmo en esas fiestas febrerinas, que resultaron espléndidas, gracias al reconocido entusiasmo de nuestro Señor Alcalde Don Roberto Ferreiro Gutiérrez y su activo comité. La Iglesia colaboró con gusto al esplendor de febrero; que impresionante resultó aquella visita de los dos Patronos principales de las imágenes de la República, qué fervorosa aquella concelebración de la Catedral con participación del Clero de la Diócesis y de sacerdotes y otras Diócesis.

Y hasta acudimos a Roma con el deseo de fortalecer en forma definitiva, esa presencia de la iglesia en la alegría cívica del Pueblo. Pero la prudencia de Roma creyó más importante la solidaridad de nuestra Diócesis, con el sentir universal del calendario litúrgico y reafirmó la fecha tradicional de nuestra celebración.

Con gusto recogeremos nuestro deseo y no dudamos que el pueblo y su autoridad comprenderán las válidas razones que Roma tuvo para negarlo. Lo cual no impide que la Iglesia siga acompañándolo a la alegría cívica de las fiestas en febrero, aunque la celebración oficial y litúrgica seguirá exhalando aquel insustituible hábito de las viejas tradiciones julias

La Iglesia pues, espera que, así como acompañó con gusto al pueblo en las alegrías cívicas de su fiesta de Santiago en febrero, así se alegrará con la participación ferviente del pueblo el próximo 25 de julio.
EL OBISPO

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Nº. 42 Pág. 3 La Voz del Pastor

Dos actitudes de CONTRASTE

En esta semana, dos poblaciones de la Diócesis han sido escenarios de dos actitudes contrastantes: Ciudad Barrios y Ozatlán.
Ciudad Barrios nos conmovió con su espléndida apoteosis de unidad eclesial, el martes, Día de San Pedro. En torno del Papa. sucesor de San Pedro representado por el Señor Nuncio Apostólico Monseñor Emmanuele Gerada, y en torno también de su propio Obispo, signo de la unidad diocesana, una corona magnífica de sacerdotes, cuya mística se remozaba con la impresionante ordenación sacerdotal de Elías Morales, y una abigarrada muchedumbre de miles de fieles llegado de todas las Parroquias de la Diócesis, la pintoresca “Ciudad de los cipreses” ofrecía un inolvidables testimonio de la unidad que Cristo pidió a su padre para su Iglesia.

Al día siguiente, por la tarde, una pequeña comitiva de sacerdotes y laicos, presidida por el Padre Juan Macho Merino, Vicario General de Pastoral, entraba a Ozatlán, a dar posesión al Padre Vitalino Zilli como nuevo Párroco de aquella población que más parecía un desierto asolado por la desunión y la confusión, pero donde el nuevo Párroco, con mansedumbre franciscana, ha comenzado ya a sembrar la verdad, la unidad y el amor.

Son dos experiencia de contrastes que, en esta semana han enriquecido la historia de la Diócesis. Son dos episodios de la vida diocesana que viene a confirmar una eterna lección de la iglesia: que ésta no se puede construir sólidamente si no se pone como cimiento la Jerarquía puesta por el mismo Cristo: NIHIL SINE EPISCOPIO” (Nada sin el Obispo). O como lo expresó el Papa Pablo VI en su reciente discurso a los Cardenales, sin causarse jamás, que quien se separa de la Iglesia, de sus Pastores, de su doctrina, de sus normas morales, corre el peligro de colocarse por sí mismo fuera de la comunión eclesial” (21 VI-76).
EL OBISPO

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Nº. 41 Pág. 2 La Voz del Pastor

Elías, ha llegado tu Hora
La hora de la ordenación sacerdotal es par un hombre como la hora de Jesús.
Jesús se refería a su “hora” como a una obsesión de toda su vida. Para un jóvenes se torna una obsesión también la hora de ser sacerdote, desde que sintió allá en su niñez o juventud, la voz misteriosa y dulce que lo llamaba la voz del Señor que lo llamaba para ser sacerdote.
“La hora” de Jesús, era la hora terrible de su muerte en la cruz para salvar a sus hermanos los hombres. También comenzar a ser sacerdote, es comenzar a ser crucificado: sólo desde la cruz puede el sacerdote colaborar con el Redentor, en la verdadera liberación de sus hermanos.

Pero junto con la espantosa visión de la cruz, “la hora” de Jesús significaba sobre todo la hora de su exaltación, la hora de la glorificación de su padre, la hora de la Redención y de la felicidad de todos los que quisieran creer en El. Así también la cruz de la vida, sacerdotal, tiene mucho de alegría y satisfacciones pascuales para el sacerdote y para los dichosos fieles que tengan la fortuna de seguir a un sacerdote y para los dichosos fieles que tengan la fortuna de seguir a un sacerdote santo. Y ese placer sacerdotal que arranca de la cruz, supera todas las otras alegrías frívolas de quienes se olvidaron del secreto pascual de la cruz.

Elías, ha llegado tu hora. La hora que marcarán las de tu Obispo, cuando se posen sobre tu cabeza, como signo sacramental de la gracia y del carácter con que el Sacerdote Eterno te participa sus poderes sacerdotales para siempre. Que, como “la hora” de Cristo, esta hora de tu ordenación no pase nunca. Que a la fidelidad del Eterno Sacerdote, que nunca se arrepentirá de haberte obsequiado esta hora, corresponde la fidelidad de tu entrega a El, incasable y absoluta. Son los deseos de:

TU OBISPO

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Nº. 40 Pág. 3 La Voz del Pastor

El “Obolo de San Pedro”
Ciudad Barrios va a ser, el próximo 29 de junio, el escenario pintoresco del homenaje filial que ofrecerá la Diócesis de Santiago de María al Sucesor de San Pedro, el Papa Pablo VI. La visita de su Excelencia, el Señor Nuncio Apostólicos, Monseñor Emmanuele Gerada, a aquella ciudad ha despertado mucho entusiasmo. Nuestro proverbial cariño y adhesión al Papa busca expresiones adecuadas para volcarse en la persona de su digno Representante, no solo en la Ciudad Barrios, sino también en Moncagua y Chapeltique, donde se preparan típicos saludos al paso del Señor Nuncio.

Pero creo oportuno recordar una expresión tradicional del cariño filial de los pueblos católicos al Papa; el “Obolo de San Pedro”.
El “Obolo de San Pedro” es un generoso donativo de dinero que los católicos ofrecen, ese día al Papa, con el fin de ayudarles en su misión de socorrer las necesidades y desgracias de los pueblos, como los hizo este año a Guatemala y a Italia sacudidas por los terremotos, y a otros países, abatidos por la guerra, la peste y el hambre.

El “Obolo de San Pedro” nació en la edad media como una tributación al poder temporal del Papa. Pero desde que los Estados pontificios fueron usurpados por Italia al Papa Pío XI, el “Obolo de San Pedro” fue un necesario socorro al mundo para salvar la dignidad del Papa despojado. Hoy el “Obolo de San Pedro” es algo más grande todavía: es nuestra humilde dádiva que, en las manos del Papa, se convierte en caridad universal.

Por eso, junto con nuestro entusiasta homenaje del 29, la Diócesis de Santiago de María entregará al Señor Nuncio, para que lo lleve a nuestro querido Padre Santo, un generoso “Obolo de San Pedro”.
EL OBISPO

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