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Enero – Febrero – 1979

Lunes, 01 de enero
Es un día sin mayor actividad. Ya que todo se ha realizado, principalmente, por la noche. He tomado un pequeño descanso en la finca de las religiosas Oblatas al Divino Amor.

Esta tarde celebré la Hora Santa que de costumbre realizamos en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia. La asistencia fue extraordinaria. Les hablé del significado del tiempo en sentido bíblico; la experiencia de Dios visitando a los hombres; y el deber de los hombres de responder a la visita de Dios que es el tiempo.

Martes, 02 de Enero
Cuando vuelven los trabajadores a sus tareas, también la Curia Arzobispal abre su vida normal. Hay varias audiencias particulares, que he atendido.

Por la tarde, grabación del programa de entrevista que tengo todos los miércoles.

Miércoles, 03 de Enero
Mucha actividad en el Arzobispado. Entre las visitas más importantes estuvo la de la Señorita Doris Osegueda que ha tomado a su cargo la Secretaría de Medios de Comunicación Social. Entrevista con el Ing. Galván para dedicar todo nuestro interés para que este año sea un año de organización en nuestra Curia Arzobispal.

Se prepara en la Secretaría Privada la edición de una homilía. El primer domingo de Adviento. Esperamos seguir sacando, en folletos, las demás homilías, pero esta primera me interesaba para hacerla como obsequio de agradecimiento a todas las personas que han tenido la bondad de felicitarme durante la Navidad, el Año Nuevo y con motivo de la postulación al Premio Nóbel de la Paz.

También recibí la visita del delegado internacional de la Cruz Roja para tratar asuntos del secuestro de los dos ingleses y del japonés, Sr. Susuki La Cruz Roja no puede intervenir cuando ya hay otra intervención y, en este caso, ha intervenido en el asunto de los secuestros la Comisión de Derechos Humanos; en la cual, por petición de los secuestradores, me han incluido a mí también.

Por la tarde, durante la cena, interesante entrevista con el Rector del Seminario, Padre Gregorio Rosa; quien me informó de las actividades de los otros señores obispos acerca del Seminario, en el cual se quiere educar únicamente a los seminaristas de las diócesis sufragáneas, eliminando así al grupo de la Arquidiócesis que, según los otros señores obispos, es el que causa problemas. Naturalmente, el equipo del Seminario reaccionó en forma muy eclesial diciendo que estaban al servicio de la Iglesia en la formación de los sacerdotes y que había una intervención de la Santa Sede que quería un Seminario Interdiocesano. Me alegré de esta reacción eclesial del equipo, lo mismo que de los informes que se dieron al Visitador Apostólico que estuvo investigando la actuación del Arzobispo y la Pastoral de la Arquidiócesis.

Finalmente, muy noche, visita del Doctor Roberto Lara Velado, del Doctor Napoleón González, miembros de la comisión que está intercediendo para el arreglo del secuestro de los ingleses y del japonés. Me informaron que hoy se presentó a la Asamblea Legislativa una solicitud formal respaldada por muchísimas firmas del pueblo, pidiendo al Gobierno la Amnistía General de los reos políticos y la abolición de la Ley de Orden Público. Dialogaron con el Presidente de la Asamblea, el cual manifestó su deseo de colaborar en el sentido de la petición, pero hizo comprender que su situación política no le permitía hacer mayor cosa. Discutimos cómo poder apoyar esta petición en el sentido de que los grupos extremistas realicen acciones violentas que podrían entorpecer la súplica de esta Amnistía que se solicita.

En el Arzobispado hubo reunión de párrocos y de la Comisión de Seminario. Fue muy interesante la preocupación que existe en todos los sacerdotes para que nuestros seminaristas de la Arquidiócesis sean comprendidos, sean acompañados en su inquietud y sean formados debidamente como sacerdotes, según los necesita la pastoral de nuestra Arquidiócesis. El Padre Sigfredo, Rector del Seminario Menor, queda encargado de seguir coordinando la reflexión de este problema. Reflexión en la cual tendrán que participar todos los sacerdotes que estuvieron y los que quieran seguir colaborando con esta gran preocupación que es la principal de nuestra Diócesis, la formación de un clero que esté a la altura y sepa responder a las necesidades del momento.

Jueves, 04 de Enero
Fui al Cantón La Junta, de la Parroquia Concepción de Quezaltepeque, donde el Padre Eduardo Alas está llevando una pastoral muy eficiente. En el Cantón La Junta se cometió un robo sacrílego del Santísimo Sacramento y fuimos a celebrar un acto de desagravio. Resultó muy impresionante ya que desde la llegada al pueblo, un grupo de niños con banderitas, colores de la Iglesia, anunciaron la alegría y la acogida que allí tiene el Obispo y el párroco; lo mismo que la colaboración que prestan catequistas, religiosas, allá están las Carmelitas Misioneras españolas, trabajando con el Padre Alas muy intensamente, y una gran cantidad de fieles, que me esperaba a la orilla del cantón para conducirme a la Ermita que fue insuficiente y por eso tuvimos que celebrar la Eucaristía en el corredor del convento, sobre la plaza sombreada por unos pintorescos almendros. En el mensaje eucarístico les hablé de la presencia de Cristo entre nosotros, en las diversas formas que él lo ha revelado: En la Comunidad Iglesia, en sus ministros, en la proclamación de su palabra, y sobre todo, en la Eucaristía y cómo a esa presencia cariñosa del Señor le respondemos muchas veces con indiferencias, con persecuciones, con calumnias y cómo, por tanto, es necesario el desagravio. Después de la Misa hicimos una procesión eucarística y al terminar, con la bendición, los invité a un momento de comunión humana. Es decir, que las diversas comunidades que habían llevado bonitos carteles, se acercaran al micrófono, leyeran sus carteles o expresaran sus sentimientos de comunión eclesial. Y fue muy impresionante oir diversas voces: Hombres, mujeres, adultos, jóvenes, expresarse en un sentido de profunda solidaridad con la Iglesia y con su pastor. Como me decía el Padre Alas: “Uno en estas reuniones crece en la fe”. Yo volví, de veras crecido, confirmado en mi deseo de servir a este noble pueblo de Dios, que el Señor me ha encomendado.

A mi regreso tenía algunos recados de importancia de la vida de la Arquidiócesis y también una razón confidencial dicha de viva voz por una persona bien informada de que hay amenazas contra mi persona; pero que con la ayuda de Dios espero superar y seguir sirviendo con lealtad al Evangelio y a nuestro pueblo.

Viernes, 05 de Enero
Por la mañana, tuvimos reunión de medios de comunicación social de la Arquidiócesis. La nueva secretaria es la señorita Doris Osegueda que trabajó conmigo hace mucho tiempo en San Miguel, y hoy, perfeccionada ya en su carrera periodística, Licenciada en Periodismo, ha dejado su trabajo en la Universidad y prestará sus servicios en esta importante oficina; la cual tratamos de estructurar bien en la reunión de esta mañana. Habrá junto a la secretaría un consejo de consulta que asesorará la línea a seguir y también servirá de asesoramiento a la misma jerarquía. Bajo la secretaría está la radio, la prensa y todo servicio de información. Se trató de darle también mayor difusión al periódico ORIENTACION y, sobre todo, de interpretar, tanto en el periódico como en la radio, la línea ideológica que marca el Arzobispo. Fue una junta sumamente constructiva y de mucho consuelo para difundir el mensaje de la Iglesia.

Tuve también una breve entrevista con un periodista norteamericano, el cual manifestó mucha admiración por lo que ha visto en nuestra Arquidiócesis. Siente que esta línea de la Iglesia es la que puede atraer a la Humanidad, ya que una línea espiritualista, desencarnada, despreocupada de las realidades de la tierra, ya no sería muy creíble en nuestro tiempo. Le agradecí sus palabras de estímulo y a sus preguntas sobre la religiosidad y los problemas del país, traté de responder con la lealtad con que siempre he querido hacerlo.

También otra entrevista con una religiosa de Ciudad Barrios, la cual me comentaba el conflicto surgido en la finca de don Carlos Boillat. Es un conflicto de cortas de café, donde el propietario, una persona muy estimada, no se dá cuenta muchas veces de lo que pasa en sus inferiores o sea, los administradores y jefes de cortas de café, donde surgió el conflicto y dejando como saldo un muerto de aquella ciudad.

Por la tarde, visité la comunidad de San José Villanueva donde trabajan las hermanas Pasionistas. Ellas, junto con los catequistas de la Parroquia de Huizúcar, comunidades de Hiuzúcar, de Nuevo Cuscatlán y de San José Villanueva y de varios cantones, tuvimos un diálogo muy interesante sobre las actividades pastorales y sobre las dificultades y, al mismo tiempo, las esperanzas y proyectos que dirige allá el párroco, Padre Benito Tovar. Terminó la reunión con unas sabrosas pupusas y chocolates, servidos a todos los concurrentes.

Por la noche, en el Hospital de la Divina Providencia, visita de representantes de la Comisión de Derechos Humanos para tratar sobre el asunto de los secuestros, que no tiene todavía horizontes favorables.

Sabado, 06 de Enero
Después de mucho tiempo celebramos hoy un desayuno de Consejo en que consulté todavía sobre mi presencia en Puebla, se me dieron bastantes informaciones y sugerencias. Hay esperanzas porque asisten varios obispos y expertos que estarán completamente de acuerdo en la línea pastoral de nuestra Arquidiócesis. Tratamos también de analizar la situación actual del país, los resultados de la visita apostólica que tuvo la Arquidiócesis en estos días, el problema del Seminario y otros temas que, en consulta con estos sacerdotes y laicos, resultan verdaderamente enriquecedores para el criterio pastor.

Al mediodía, entrevista con el Padre Moreno y Beto Cuéllar para recoger la información de la semana y comentarios para la homilía de mañana domingo.

Por la tarde, visita a la Parroquia de Apopa, donde el Padre Oscar Martell ha preparado una confirmación de jóvenes y un diálogo con agentes de pastoral.

Domingo, 07 de Enero
Celebramos la misa de la Epifanía en la Catedral. De las lecturas bíblicas tomo el título para mi homilía: “Cristo epifanía del amor salvífico de Dios” y la presento en tres partes: La epifanía nos revela una salvación trascendente; hablo de la necesidad de que todo movimiento de reivindicación tiene que englobarse en la salvación que Dios puede hacer y sólo Cristo vino a realizar. El segundo pensamiento la epifanía nos ofrece una salvación universal, nadie está excluido, no existen diferencias ante el amor salvífico de Dios. Y tercer pensamiento, la necesidad de la fe, de la cual son ejemplo los magos de oriente, para hacer nuestra esa salvación revelada y ofrecida en la epifanía. La Catedral estaba repleta de gente, como de costumbre, ¡gracias a Dios!
Por la tarde, asistí a la toma de posesión del nuevo párroco de Mejicanos, Padre Samuel Orellana, y como Vicario Cooperador el Padre Octavio Ortiz, para sustituir al Padre Manuel Barrera, que ha pedido permiso para retirarse por una temporada.

También fue un acontecimiento eclesial muy hermoso la Iglesia completamente repleta, mucho cariño para los sacerdotes, mucha solidaridad con la línea pastoral de la Arquidiócesis. Hablaron los tres sacerdotes y asistieron todos los sacerdotes de la Vicaría.

Lunes, 08 de enero
Comienza esta mañana en el Seminario San José de la Montaña la semana de identidad sacerdotal. Asisten más de 70 sacerdotes, algunos ausentes no han explicado y se les reclamará su asistencia. Se les ha solicitado que permanezcan durante toda la semana y que sean puntuales ya que se trata de un problema que atañe tan profundamente a nuestro Ministerio Sacerdotal, para realizarlo como Dios lo quiere y la Iglesia lo necesita en esta hora.

Se toma como base la encuesta acerca de la línea pastoral de la Arquidiócesis y del comportamiento del Arzobispo. Encuesta que fue sugerida por mí y que el Senado Presbiterial ha llevado a cabo y que en este encuentro sacerdotal va a ser estudiada desde el punto Sociológico, Teológico y Pastoral; llevándonos a una identidad sacerdotal que sea verdadera garantía del pensamiento de la Iglesia en nuestra Arquidiócesis.

Las participaciones de este día, las reflexiones por grupo, los plenarios, han resultado ya desde el primer día muy prometedores. Se ha entrado muy a fondo de la cuestión. Leyeron sociológicamente la encuesta los sacerdotes Octavio Cruz y Walter Guerra, ambos especialistas en Sociología y pertenecientes al Clero Diocesano. Dio cuenta de la encuesta el Padre Carlos Mejía, párroco de La Asunción de Flor Blanca. Está llevando la responsabilidad de la semana el Padre Astor Ruiz, en nombre de la comisión de pastoral.

Por la noche, Misa en la Iglesia de la Colonia Miramonte, con participación de todos los párrocos de la Vicaría de Mejicanos y Zacamil. Misa en sufragio de la mamá del Padre Rogelio, párroco de Zacamil asistió…

Lunes, 08 de enero
Al regresar de la Iglesia de la Colonia Miramonte, a las nueve de la noche, Conferencia de Prensa con un periodista mexicano, otro de Costa Rica y otra señorita también mexicana. El diálogo fue muy interesanta sobre la situación de la Iglesia en nuestro país.

Martes, 09 de enero
Continúa en el Seminario San José de la Montaña la semana de identidad sacerdotal. En la mañana continuó el plenario sacando conclusiones y dialogando sobre temas muy interesantes de nuestra pastoral, de las relaciones obispo-presbíteros y muchos aspectos de nuestra pastoral concreta. En seguida, el padre Jesús Delgado dio la interpretación teológica de la encuesta que estamos estudiando. Vista teológicamente, esta encuesta, aparece muy rica de detalles de nuestra pastoral.

Al mediodía, tuvimos una reunión pro-seminario en la que estuvieron presentes: La Comisión de Seminario, párrocos que tienen seminaristas de sus parroquias y el equipo de formadores del Seminario. Se habló principalmente de los seis alumnos de la Arquidiócesis que el equipo trata de eliminar de la vida del Seminario y que los párrocos y las comunidades defienden por conocerlos como esperanzas muy grandes para la Iglesia en sus trabajos pastorales de pueblos y cantones. El equipo de formadores se comprometió a estudiar de nuevo el problema de estos seis seminaristas y el Padre Sigfredo quedó encargado de concertar una nueva reunión para conocer los resultados.

Miércoles, 10 de enero
Hoy fue el tercer día de la semana de identidad sacerdotal. El tema central estuvo a cargo del Padre Torruella, para darnos una interpretación pastoral de la encuesta. Fueron muy interesantes los aspectos pastorales y elogiaron el interés de todos por buscar la verdadera postura de la Iglesia y solidarizarse con la línea que por una historia de promoción se comenzó a llevar ya desde los tiempos de Monseñor Luis Chávez y González y que ha sido continuada por el actual Arzobispo. La discusión del plenario también muy interesante, provando el tema sobre “la búsqueda del verdadero concepto de pobreza”. Por mi parte, opiné que me parecía que todo era asunto de conversión, que era pobre aquel que estaba convertido a Dios y ponía en Dios toda su confianza y que es rico el que no se ha convertido al Señor y pone su confianza en los ídolos, que son: El dinero, el poder, las cosa de la tierra. Y que todo nuestro trabajo debe ser convertirnos y convertir hacia ese sentido de pobreza auténtica a todos los hombres. Pues Cristo dijo que el secreto está en que no se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero.

Por la noche acudí a una cena con las hermanas del Colegio de La Asunción. La comunidad está aumentada por religiosas que han venido de Santa Ana y de Guatemala a tomar parte en un curso de educación.

Jueves, 11 de enero
En la semana de Identidad Pastoral este día está consagrado a una síntesis. Los grupos por vicarías trabajan buscando en toda la riqueza de los tres días anteriores, una síntesis para proponer en el plenario. El cual resultó sumamente rico, ya que las ideas han sido muy abundantes y ha habido sugerencias para el carácter pastoral, para vivir nuestro sacerdocio en verdadera identidad al servicio de nuestro pueblo.

Aproveché las reuniones de grupos menores para atender varias audiencias. La principal fue la del mediodía del señor Embajador de Venezuela, con el cual compartimos largamente haciendo recuerdo de mis antiguos compañeros venezolanos con quienes en Roma congeniábamos quizá más que con ninguna otra colonia. También el Embajador se mostró muy interesado en conocer la situación de nuestro país y de nuestra Iglesia.

Por la noche acudí a bendecir la casa del doctor Guerra, un profesional muy amigo, que celebra su catorce aniversario de matrimonio y, al mismo tiempo, cumpleaños de su señora.

Viernes, 12 de enero
Hemos llegado al final de la reflexión de identidad sacerdotal. Todavía el plenario de ayer continuó por largo rato esta mañana. Después del cual fue mi participación que aproveché para agradecer, felicitar y animar a los queridos hermanos sacerdotes. Y como tema de mi reflexión tomé los diversos capítulos que señala el Directorio para el Ministerio de los Obispos, diciéndoles a los sacerdotes cómo me alegraba de encontrar maravillosas incidencias entre los puntos que hemos encontrado en nuestra reflexión de la semana con las indicaciones que, bajo los diversos aspectos del Ministerio Episcopal, señala a los Obispos nuestra Santa Madre Iglesia. Presenté como lo hace el Directorio, una perspectiva de la Iglesia, según la cual ha de ser modelado a nuestra identidad sacerdotal. Luego, los oficios de maestro en la fe que junto con los sacerdotes tenemos que vivirlo, vigilando para que nuestra predicación y nuestra doctrina sea siempre la verdadera doctrina de Cristo. Como Ministro de la Liturgia, junto con los sacerdotes, tenemos que santificar y toda nuestra liturgia tiene que ser digna y tiene que respetar el sentido jerárquico y, por tanto, de obedecer las normas que hagan de nuestro culto, de la administración de nuestros sacramentos, de la celebración de nuestra Misa, un verdadero acto de obediencia racional a la disciplina de la Iglesia, buscando siempre el mejor bien y edificación del pueblo. Hablé aqui, también de la religiosidad popular tan rica entre nosotros, de nuestra devoción personal, de nuestro cuidado de que los sacramentos también nosotros sepamos aprovecharlos en nuestra vida individual. El Obispo como centro y el Ministro de la Sociedad Jerárquica, que es la Iglesia, cómo juntos los sacerdotes tenemos que cuidar todo el pueblo de Dios y sentirnos muy unidos; aquí traté de hacer énfasis en las múltiples reflexiones que se habían hecho acerca de las relaciones entre el obispo y el Clero Diocesano; lo mismo que entre el Clero Religioso y la vida de la Diócesis: Las religiosas, los laicos y todo eso que constituye el pueblo de Dios. Que trabajemos por compactarlo cada vez más en la unidad que Cristo quiere. Luego el Directorio presenta al obispo como presidente de la comunidad de amor y de caridad y nos habla de fomentar el sentido del amor cristiano y también de justicia social. Hice énfasis como en nuestro tiempo no se puede prescindir de este aspecto de educar a nuestro pueblo; de promover la conciencia, la crítica de nuestra gente acerca de una sociedad más justa como Dios la quiere. Y finalmente, de los organismos que son la Curia, las vicarías, las parroquias; entre estas realidades, los sacerdotes tienen un papel preponderante y les suplicaba toda la cordialidad de su servicio al pueblo y a Nuestro Señor, desde luego.

Fuimos a terminar a mediodía en torno del altar de la Iglesia parroquial de San José de la Montaña. Y fue muy impresionante esta Misa concelebrada con todo el presbiterio. Al final de la Misa, como una verdadera ceremonia de la misión de nuestros sacerdotes a sus parroquias, se les entregaron las licencias ministeriales, después de haber renovado el diálogo de nuestra ordenación sacerdotal. Almorzamos juntos y fue un verdadero sentido de fraternidad sacramental la que se sintió aumentada, como éxito de esta semana de reflexión y espiritualidad.
A continuación del almuerzo los vicarios se quedaron para tener una primera reunión y organizar el Consejo de Pastoral Arquidiocesano, que ha sido una de las iniciativas más provechosas de esta semana de identidad sacerdotal. Las religiosas que trabajan en la vida pastoral también serán representadas, lo mismo que los laicos y se nombró al Secretario Ejecutivo, Padre Astor Ruiz, quien llevará la vida de eta comisión o consejo de pastoral arquidiocesana tan necesario para coordinar tantas riquezas y actividades pastorales de la Arquidiócesis.

Un periodista de Noruega me entrevistó preguntando, para un artículo de su periódico y para la radio de su país, varios asuntos de la vida de nuestra Iglesia y de las relaciones con el pueblo y con el Gobierno.

Por la noche, en la Catedral, celebramos la Misa por la Paz. Asistió Monseñor Arturo Rivera Damas, obispo de Santiago de María, por ser también Presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz. Esta Comisión fue la que promovió esta noche, que resultó muy espléndida, con su Misa celebrada con varios sacerdotes y la conferencia de Monseñor Rivera que fue muy aplaudida, sobre todo, al final cuando, como conclusión repitió los deseos de la carta pastoral que él y yo hemos publicado sobre la organizaciones políticas populares y sus relaciones con la Iglesia. Las conclusiones se referían a apoyar las peticiones que estos días se están haciendo de Amnistía para los reos políticos, de libertad para que ingresen al país los que están fuera del país, de aprobación de la Ley de Orden Público y también para que se deje en libertad a los secuestrados. La Catedral estaba repleta de gente y al salir tuvimos momentos muy cordiales con ese pueblo que está sintiendo mucha confianza en nuestra Iglesia.

Sabado, 13 de Enero
Hay una convivencia del catecumenado en la Iglesia de los franciscanos de Planes de Renderos. Yo no he podido asistir y me he dedicado a reflexiones y trabajos personales; ya que durante la semana no he tenido lugar.

Al mediodía almorcé con el Padre Moreno y con el bachiller Roberto Cuéllar, para preparar el informe que todos los domingos damos en la homilía.

Domingo, 14 de Enero
La Misa de la Catedral estuvo muy concurrida y hubo representaciones de prensa extranjera. Después de la Misa una entrevista con algunos de estos periodistas y salí para San Antonio Abad donde celebré la Santa Misa, como participación de la novena que aquella comunidad está dedicando en preparación a su fiesta patronal. Les hablé de un esfuerzo de unidad y de superar cualquier dificultad de las que, lamentablemente, han sufrido anteriormente.

Por la tarde, en forma espontánea, fui a visitar al Santo Cristo de Esquipulas de la parroquia de San Bartolomé Perulapía. Sorprendí al Padre Luis Montesinos, quien se sintió muy halagado con mi visita y me presentó desde los micrófonos a la romería y tuve que dirigir alguna palabra, hablando de la religiosidad popular y aprovechar estos centros y devociones populares para crecer en nuestra fe.

Por la noche visité otro santuario de nuestra Diócesis en honor del Cristo de Esquipulas. Se trata de la Parroquia de Colón, donde el Padre Nicolás Menjívas me había invitado para celebrar una Misa de la juventud, en honor del Santo Cristo. Después de la Misa, en la que dirigí un mensaje a la numerosa concurrencia que llenaba la Iglesia visitando al Santo Cristo, pasamos a compartir con los agentes de pastoral una convivencia muy agradable.

El lunes 15, día del Señor de Esquipulas, en la Parroquia de Aguilares se celebra al Santo Crucifijo bajo el título de “El Señor de las Misericordias”, como fiesta patronal. Invitado por el Padre Octavio Cruz y las religiosas del Sagrado Corazón, presidí la Eucaristía a la que asistieron casi todos los sacerdotes de la Vicaría y numerosa gente, ya que allí le tienen mucha devoción al Santo Cristo. Aproveché para explicar un pasaje de la epístola a los Hebreos, que nos habla del sacrificio de Cristo y de su ingreso como redentor y salvador de la humanidad al santuario perfecto que es el cielo.

Entre la concurrencia hay muchas personas que pertenecen a organizaciones políticas populares y traté de darles una orientación a fin de que el esfuerzo reinvindicador de sus organizaciones no se aparte del sentido cristiano, sino que lo englobe en la redención universal y profundo de Jesucristo, es decir, a partir de la liberación del pecado.

Jueves, 18 de Enero
Tuvimos un desayuno de diálogo con los asesores de costumbre, en que enfocamos, a petición mía, unos perfile en mi participación de la Conferencia episcopal de Puebla. También analizamos un poco la realidad y la situación del país. Son reuniones sumamente útiles y que estoy descuidando un poco, pero al regresar de Puebla, haré más normal estas reuniones.

Comenzó la semana ecuménica. Los bautistas, principalmente, y los católicos, con todo entusiasmo, organizamos la semana de oración por la unidad de los cristianos. Esta noche tuvo lugar la ceremonia de inauguración en la Primera Iglesia Bautista. Se me dió participación en la bienvenida como un saludo a la concurrencia que era muy numerosa. El tema estuvo a cargo de un pastor bautista, sobre lo que el Espíritu Santo es como fuerza de unidad y que confiemos mucho en él, pidiéndole sus luces y su fuerza para los objetivos del movimiento ecuménico.

Viernes, 19 de Enero
Por la tarde tuvimos una interesante reunión acerca del problema del Seminario donde hay seis muchachos que han sido señalados por el equipo formador y que, según ellos, mejor no vuelvan al Seminario; pero sacerdotes parroquiales y comunidades de base, que conocen la labor de estos muchachos, se oponen a este juicio del equipo formador y han pedido que intercedamos para que no se pierdan estas vocaciones. El diálogo fue muy interesante y estamos dispuestos a salvar la vocación de estos seminaristas, mientras no nos conste lo contrario.

Sabado, 20 de Enero
Día sumamente trágico. Amaneció con la noticia de que había habido un operativo militar en el local de El Despertar, de la Parroquia de San Antonio Abad. En esta casa se llevan a cabo, frecuentemente, convivencias para profundizar en la fe cristiana. El Padre Octavio Ortiz, junto con la hermana Chepita, como le llaman a la religiosa belga que allí trabaja, dirigían un encuentro de iniciación cristiana. Eran como cuarenta jóvenes. Pero al amanecer hoy, la Guardia Nacional, con una fuerza de violencia, estalló una bomba para romper la puerta y luego violentaron la entrada con tanquetas y disparando. El Padre Octavio, al darse cuenta, se levantó, pero no encontró más que la muerte, lo mismo que otros cuatro jóvenes. Los demás del grupo, incluyendo a las dos religiosas, fueron llevadas al cuartel de la Guardia Nacional. El asesinato del Padre Octavio y de los otros cuatro jóvenes no lo conocimos sino hasta en la tarde cuando ya el cadáver del Padre y de los otros jóvenes habían sido llevados a la morgue del Cementerio. El rostro del Padre Octavio estaba sumamente desfigurado; parecía aplastado por algún enorme peso que debió pasar encima. Lo llevaron a la funeraria La Auxiliadora, lo mismo que los otros tres jóvenes, ya que uno de ellos había sido recogido por su familia, pero de estos tres todavía no se habían identificado sus familiares. Por nuestra parte, los llevamos a la funeraria para que los arreglarán y luego los llevaríamos a la Catedral para la velación, donde serían reconocidos por sus familiares y se harían cargo de ellos. Por la noche fue llevado este cortejo trágico, fúnebre, a la Catedral. Allí había mucha gente. La Catedral estaba casi llena, orando mucho por los difuntos y dirigiendo mensajes evangélicos a la muchedumbre. Yo llegué como a las once de la noche. La muchedumbre me recibió con un aplauso. Yo dirigí un responso en sufragio del Padre Octavio y de los otros jóvenes y dirigí también la palabra para orientar cómo íbamos a proceder al día siguiente. Les invité a todos para la Misa de ocho en la Catedral a la que asistirán todos los sacerdotes, quienes dejarán sus horarios ordinarios de domingo para concurrir a esta concelebración por un hermano sacerdote.

Domingo, 21 de Enero
La mañana la llena la hermosa concelebración de la Catedral. Más de cien sacerdotes alrededor del féretro de su hermano difunto, el Padre Octavio. Allí estaban también los ataúdes de los otros tres jóvenes que fueron recogidos por la Iglesia de la morgue del cementerio. No pudo celebrarse la Misa dentro de la Catedral, sino que se organizó en la calle y en el parque. A la hora de comenzar la Misa estaba sumamente repleto, una concentración que emocionó a todos, sobre todo, por la participación piadosa con que todos seguían esta plegaria por los difuntos. Estuvo a mi lado un representante del Obispo de Cleveland, lo mismo que otros sacerdotes norteamericanos. Al predicar la homilía, hice un análisis del crimen del Padre Octavio y de sus cuatro compañeros de sacrificio. Hice un llamamiento a usar la racionalidad antes que la violencia y la fuerza. Protesté por este atropello a la dignidad de nuestra Iglesia. Recordé la pena de excomunión en que han caído los autores intelectuales y materiales de este crimen sobre el sacerdote. Entre la muchedumbre había gente de todas las parroquias de la Arquidiócesis y también representantes de muchas comunidades de otras diócesis. El féretro del Padre, lo mismo que de los otros jóvenes, se introdujeron nuevamente a Catedral después de la Misa, para seguir recibiendo ese cariño de oración y de contemplación con que desfilaban ante ellos nuestros fieles.

La comunidad de San Francisco, Mejicanos, pidió el cadáver del Padre para sepultarlo en su Iglesia. Y después de dialogar sobre esta situación, procurando que evitaran cualquier provocación a una manifestación de violencia, lo llevarían privadamente. Ese cuerpo les pertenece a ellos, ya que allí fue ordenado el sacerdote y allí trabajó los cinco años de su ministerio. Yo fuí quien ordené al Padre Octavio en 1974, por encargo de Monseñor Luis Chávez y González. Fue el 3 Marzo. Por la tarde, ya había sido trasladado el cadáver del Padre Octavio a su parroquia de San Francisco en Mejicanos y fuí a presidir la concelebración. Había unos cuarenta sacerdotes y la muchedumbre era inmensa. Era incapaz la calle frente a la Iglesia de contener el numeroso acceso de gente que llegaba de todas partes. Por eso, se concelebró al aire libre y después de la Misa se volvió a continuar la visita de los fieles al Padre Octavio, en unas filas que llegaban hasta la estación terminal de los autobuses de Mejicanos. ¡Una verdadera manifestación espléndida de solidaridad, de sufrimiento, de amor, de entrega a la causa de Jesucristo! La muchedumbre estuvo sumamente cariñosa con los sacerdotes y con su obispo, al que saludaban con aplausos, con beso de manos, etc. Yo terminé esta ceremonia con mucha satisfacción en el Espíritu. ¡Qué bien responden los pueblos cuando se les sabe amar!. El Padre Octavio quedó en capilla ardiente hasta que terminara el desfile de fieles que todavía era muy numerosos.

Lunes, 22 de Enero
A las ocho y veinte de la mañana en un avión de la Pan American me traslado a México para asistir a la reunión de Puebla. En el Aeropuerto de Guatemala, donde hicimos escala, saludamos a algunos sacerdotes que nos esperaban y tuvimos una breve entrevista con un periodista, el cual se interesó de manera especial sobre las declaraciones que acaba de hacer el Presidente de la República en México, diciendo que no hay persecución en la Iglesia de El Salvador y también quería detalles sobre el atropello a la casa de convivencia de jóvenes donde murió trágicamente el Padre Octavio. También en el Aeropuerto de México, al darse cuenta que llegaba el Arzobispo de San Salvador, nos hicieron rueda de periodistas, agentes de la televisión y de la prensa de México que también se interesaron sobre el asunto de la Iglesia en El Salvador y sus relaciones con el Gobierno, y donde hubo que aclarar varios aspectos inexactos de las declaraciones del Señor Presidente en México. Confidencialmente, uno de los periodistas me dijo que la presencia del Presidente Romero y, sobre todo, su despedida hacia El Salvador habían sido muy frías, “de hielo”, me dijo el periodista.

Fuimos recibidos cordialmente por las religiosas Carmelitas de Santa Teresa que ya habían sido prevenidas de mi llegada por las hermanas de la misma congregación del Hospital de la Divina Providencia en San Salvador. Nos esperaban en el aeropuerto y nos llevaron a su casa de noviciado en la Colonia Santa María de la Rivera. Me acompañan el Padre Jesús Delgado y el Padre Astor Ruiz; también venía conmigo el Padre Rafael Moreno, pero él se fue con sus hermanos jesuitas. Nos hemos estado comunicando porque él lleva el encargo de la información de Puebla y de todos los incidentes de este viaje a la Secretaría de Información del Arzobispado de San Salvador.

Después de descanzar un poco en la casa de las hermanas, salí con los otros dos sacerdotes hacia la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, ofreciéndole así las primicias de este viaje. Eran las seis de la tarde. Llegaba una peregrinación de gente del mercado y supliqué al capellán de la basílica me permitiera concelebrar junto con mis otros dos sacerdotes y fue muy amable el sacerdote de darme participación en la celebración que ya estaba preparada para recibir a los peregrinos.

Por la noche, platicamos con el Padre Moreno, el cual vino a mi posada, a contarme de las relaciones que está logrando con Obispos y con otros sacerdotes. También tuve llamada telefónica del señor Obispo de Cuernavaca, Monseñor Sergio Méndez Arceo, el cual me informó que había una reunión de revistas a la cual iba a asistir y en la cual podríamos conversar. Yo le manifesté que con mucho gusto, que era mi deseo también conversar con él. Quedó de confirmarme en primeras horas del día siguiente.

Por la televisión de las diez de la noche, ví un pedazo de estrevista que me hicieron en el aeropuerto. También me dí cuenta que ya había llegado, y fue entrevistado, el Cardenal Pironio. También el Padre Moreno me dice que llegan esa noche los Obispos de Chile y otros Obispos, que seguirá informando.

Martes, 23 de Enero
Después de una noche tranquila de gran descanso, gracias a Dios, celebré la Santa Misa en el santuario pequeñito de las hermanas novicias, donde compartimos también unas pequeñas reflexiones sobre la Palabra de Dios, aplicándolas a este momento trascendental de América Latina. Y pidiéndoles que fuéramos una fuerza viva en oración, para que la reunión de Puebla y la venida del Papa al continente significaran un verdadero pentecostés para nuestros pueblos que tanto esperan de la Iglesia. Saludé al padre provincial de los dominios, acompañado con el Padre José Luis que está hospedado con ellos y que ha venido para ayudarme en reportajes para nuestros medios de comunicación social, a fin de llevar a nuestra gente noticias auténticas de la venida del Papa y, sobre todo, de la Reunión de Puebla. Con ellos fuimos a conseguir las credenciales que los acreditarán como periodistas; ésto se está despachando en la oficina que se ha levantado a propósito del servicio de comunicaciones del Arzobispado y del CELAM. A las once y media fui a buscar a Monseñor Méndez Arceo que me invitó para esta hora en la casa donde están reunidos los directores de revistas. Lamentablemente no estaba, pero ya al terminar mi tiempo de que disponía lo saludé brevemente. Se notó alegría al encontrarme y apoyo mutuo en nuestra posición como pastores en la Iglesia que quiere ser fiel a ese Evangelio de servicio al pobre.

Me contó sus aventuras como pastor, su encuentro con el Papa Juan Pablo II y su alegría de poder estar sirviendo así al pueblo de Dios.

Por la noche fuí invitado a la Casa Generalicia de las hermanas Carmelitas, a cenar, y después de cena vimos en la televisión algunas escenas de los preparativos para la venida del Papa.

También por la noche, tuve la visita de dos periodistas con quienes platiqué más a fondo sobre mis ideales como servidor de la Iglesia y de los problemas que ésto suscita.

Miércoles, 24 de Enero
Fuí a ver la Catedral de México y la inmensa plaza del Zócalo, donde tendrá un encuentro el Santo Padre con nuestros pueblos latinoamericanos. La Catedral la preparaban con escalinatas con asientos agregados en el coro y en el cuerpo de la Iglesia para la muchedumbre que asistirá a la Misa celebrada por el Papa en la Catedral. En esos momentos se cantaba, ensayando, un hermoso coro acompañado de orquestas y de órgano.

Por la noche, entrevista de prensa. Alan Riding había preparado un grupo de periodistas, mejor dicho, de corresponsales de agencias de publicidad. No esperábamos tanta gente, pero me alegré de tener enfrente unos cincuenta periodistas con sus cámaras de televisión, con sus fotografías y, sobre todo, con una serie de pregunta muy interesantes, pero que yo notaba como una simpatía especial para la Iglesia y hasta en las preguntas había respeto y también sinceridad. Comencé agradeciendo esta oportunidad de ampliar mi voz en favor de los que no tienen voz y de hacer conocer en la amplitud de sus mensajes, al pensamiento de una Iglesia que quiere ser fiel al Evangelio. Les describí brevemente la situación económica, social y política de mi país y cómo en ese ambiente tan difícil es donde la Iglesia trata de realizar una misión profética, que va a despertar la conciencia de los salvadoreños, para que no sean masa, sino que sean hijos de Dios, formando comunidades donde reine el verdadero amor y por eso la Iglesia denuncia todo aquello que destruye la dignidad del individuo y, sobre todo, destruye la capacidad de construir un pueblo sobre bases de amor, de justicia y de paz.
Después de la conferencia de prensa, tuve la satisfacción de oir comentarios muy elogiosos y cómo la situación de El Salvador muchos no la conocían y gracias a esta entrevista se ha dado a conocer lo que la Iglesia está realizando en este ambiente tan difícil.

Por la noche nuevamente fuimos a cenar con las Superioras de la congregación de Carmelitas y allí vimos también en televisión las últimas horas del Papa en Roma de su viaje. La televisión invitaba a continuar viendo ya que, a la una de la mañana, hora de México, estarían transmitiendo la salida del Papa hacia América, directamente a Santo Domingo.

Jueves, 25 de enero
En la breve homilía de mi Misa celebrada en el Noviciado de las Carmelitas, recordé los acontecimientos de estos días: La venida del Papa a América, la reunión de Obispos en Puebla, que precisamente comienza este día, y la oración por la unidad de los cristianos que se ha estado teniendo estos ocho días y que, precisamente hoy, fiesta de la conversión de San Pablo, se clausura con especiales oraciones que en San Salvador se tendrían en la Catedral. Oramos, pues, mucho por estas intenciones y, sobre todo, les encomendé oraciones por la reunión de Puebla.

Es el día señalado para reunirnos en Puebla. Una religiosa Carmelita bondadosamente nos condujo de México a Puebla. A mediodía llegamos, a la hora de almuerzo, a la casa de un salvadoreño muy acogedor, el Arquitecto Gonzalo Yánez, que con su esposa, María Teresa, y su hija, nos brindaron una acogida cordial y nos ofrecieron una comida muy sabrosa.

Después, ya eran casi las cinco de la tarde, me llevaron al Seminario Palafoxiano, sede de la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Me inscribí; me dieron el material de estudio y me instalaron en el cuarto 325. Hay ya muchos cardenales, arzobispos, expertos, sacerdotes, laicos; hay diáconos, hay religiosas. Hay toda una buena representación de nuestra Iglesia para deliberar sobre la evangelización en el presente y en el futuro de América. Terminada mi inscripción, salí con el Padre Jesús y con el Padre Moreno a dar una vuelta por el centro de la ciudad, que es muy simpático. Visitamos la Catedral y luego tomamos un café en el portal.

De regreso al seminario me encontré con varios obispos conocidos: El Cardenal Primatesta, que fue compañero mío de colegio; el Canciller de la Diócesis de Puebla, Padre Miguel Navotrato, que me acogió con un fraternal abrazo muy efusivo; el señor Obispo de León, Monseñor Salazar; el señor Arzobispo de Panamá, Monseñor McGrath; algunos obispos de Chile, varios otros obispos, que noté sentían simpatía por mi persona y por mi Arquidiócesis. Restan todavía muchos obispos con quienes tomar contacto, pero ya esta noche, en la cena, tuve oportunidad de seguir saludando, así ligeramente, a otros que todavía no me son conocidos.

Viernes, 26 enero
Esta mañana tuvimos la primera celebración. El lugar que servirá para la Asambleas Plenarias es el que va a servir también de capilla: Un amplio salón que hace paralelo con el comedor del Seminario Palafoxiano de Puebla. El día entero transcurre en inscripción, en preparaciones, conocimientos del edificio y, naturalmente, ir tomando contacto con los diversos participantes. En el Hospital San José de las hermanas Josefinas está un sacerdote norteamericano de Maryknoll, que estuvo en Opico. Vino a saludarme con mucho cariño y le prometí ir a ver a un compañero suyo enfermo en el hospital. Lamentablemente, el tiempo y el desconocimiento de la ciudad no me facilitaron esta entrevista. El Padre Jesús Delgado, que me acompaña como Secretario, lo mismo que el Padre Moreno, como asesor para datos de información y prensa, se han hospedado en la casa del Arquitecto Gonzalo Yánez, donde su señora, María Teresa, ha sido muy fina en alojarlos y atenderlos.

Sabado, 27 de enero
El punto culminante ha sido la peregrinación que, en buses hicimos desde Puebla hasta la basílica de Guadalupe, en la ciudad de México, para concelebrar con el Santo Padre. La llegada a la basílica, después de un recorrido piadoso, rezando el rosario y cantando a la virgen, fue una llegada muy difícil. En la amplia Avenida de Guadalupe la recorrimos con dificultad porque estaba llena de gente que esperaba el paso del Santo Padre. La gente nos saludaba con mucho cariño, ya que se dió cuenta que eran lo buses de obispos que se reunían en Puebla. La multitud se compactaba más en la plaza y tuvimos muchas dificultades, incluso saltar una barda todos los obispos para poder entrar a la antigua basílica donde nos revestimos para la concelebración. Esta operación inesperada nos atrasó y cuando llegamos a la antigua basílica el Santo Padre estaba ya frente a la misma antigua basílica porque él también se iba a revestir. Era llevado en el carro preparado expresamente sobre un microbús abierto adornado de rojo; su figura blanca se destacaba, saludando cariñosamente a la muchedumbre que no se cansaba de aplaudirlo. De la antigua basílica, el cortejo de sacerdotes y obispos parecía interminable en medio de la muchedumbre, que ya estaba más organizada para el paso de los concelebrantes hacia la nueva basílica. El aplauso y los cantos, la emoción iba como creciendo al paso de este cortejo que coronaba la figura del Santo Padre vestido de pontificial. En la basílica, un coro muy imponente dió el saludo de bienvenida a la procesión episcopal a la entrada del Santo Padre y se fueron colocando en los sitiales o sillones de presidencia detrás del altar y llenando también las bancas del pueblo, ya que, sólo la asistencia de obispos del CELAM y de todo México y de otras partes, venidos para esta inauguración solemne de la reunión episcopal, llenaba gran parte de la basílica misma dedicada al pueblo. El Santo Padre pronunció una homilía en honor de la Virgen y recalcando el acto solemne de la inaguración de la Tercera Reunión de Puebla. El discurso está en el libro editado expresamente por el CELAM, con todos los discursos del Papa en su peregrinación por América Latina.
Regresando a Puebla, en el bus en que yo viajaba, los diversos obispos y sacerdotes de otro países dimos testimonio de la devoción a la Virgen, típica de nuestros países. Sentí mucho gusto de poder dar este testimonio en honor de Nuestra Señora de la Paz.

Al regresar a Puebla, salí todavía por la noche a llevar los boletos para que pudieran entrar a la Misa del Papa, en el Seminario de Puebla, los Padres Moreno y Chus Delgado y la familia donde se han hospedado y me dí cuenta que ya había mucha gente venida de los pueblos vecinos para esperar la llegada del Santo Padre y dormían en las aceras mientras que otros católicos venidos de más lejos o más acomodados, estacionaban sus carros en lugares próximos al Seminario donde iba a celebrase la Misa de Su Santidad.

Domingo, 28 de enero
Toda la mañana la llena la expectativa del Papa en el Seminario de Puebla, donde obispos, sacerdotes y participantes de la reunión estamos dispuestos ya para su llegada. Antes, habíamos celebrado nuestra oración de la mañana y nuestra concelebración eucarística, ya que la Misa en el Seminario la celebrará sólo el Papa. El amplio campo de deporte del Seminario está completamente lleno. Se calculan, dicen los expertos, en unas ciento cincuenta mil personas. De Puebla y de los lugares circunvecinos han venido muchos católicos con el ansia natural de conocer al Papa. Muchos que no pudieron entrar tuvieron la oportunidad de conocerlo y saludarlo a lo largo de toda la carretera desde México a Puebla que estaba reservada únicamente para el paso del Santo Padre y su comitiva. El Papa vino en el microbús abierto para poder saludar a toda la gente que acudieron a la carretera. Naturalmente, esta muchedumbre crecía en los poblados y de manera extraordinaria a la llegada de Puebla y en todo el recorrido de la ciudad hasta el Seminario. En la Catedral se le esperaba con ansia, se encendieron las luces, pero el Papa venía con una hora de retraso y sintió mucho no poder complacer a la gente, ya que es una de sus características para comprender y tratar de complacer los deseos del pueblo. Una hora más tarde de lo esperado, o sea, a la una, llegaba el Santo Padre al Seminario y después de revestirse de pontificial, salió en medio de una gran aclamación de lo obispos que llenábamos un pasillo que va hasta el estrado preparado para la celebración y el pueblo que estaba al otro lado frente al altar. Las porras, el entusiasmo típico de esta ciudad de Puebla, se desbordó maravilloso hasta las lágrimas. El Papa, sumamente emocionado, saludaba y comenzó la Santa Misa. El Señor Arzobispo de Puebla, Monseñor Huesta, le dió la bienvenida y el Papa comenzó el sacrificio eucarístico. En la homilía, el Papa trató el tema de la familia con enfoques sociales muy interesantes. A la hora de la ofrenda fue muy emocionante ver acercarse al Santo Padre representaciones de indígenas y costumbres autóctonas, llevandole el producto de estas tierras tan fértiles y flores y frutas tan típicas. El Papa lo recibió emocionado y ofreció estas ofrendas al Señor, en el signo del pan y el vino. Fue lástima que no se haya previsto una manera práctica de distribuir la comunión, y así que solamente pudo comulgar un grupo de seminaristas de manos del Santo Padre.

En el comedor del Seminario tuvimos el honor de almorzar con el Santo Padre; él que se notaba bastante fatigado del recorrido de México a Puebla y de la celebración, se retiró muy pronto a su cámara, que había sido preparada, para que descansara un poco y a las cuatro o cinco de la tarde, en el salón de Asamblea Plenaria, tuvimos el honor de escuchar el mensaje del Papa a lo obispos reunidos en la tercera conferencia. Fue el discurso principal de todo el recorrido del Papa por América, Ya que a ésto venía propiamente y a ésto se lo había invitado de manera especial. El mensaje del Papa también está en el libro de los discursos de su peregrinación por América y es un discurso sumamente orientador para los trabajos de la reunión en Puebla. Después el Papa se despidió de los obispos y emprendió su regreso privadamente hacia México. Acompañando al Papa venía el delegado apostólico, Monseñor Prigione, que fue Nuncio en El Salvador y a quien tuve el gusto de saludar. Las vísperas las presidió Monseñor Héctor Santos, Presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras y Arzobispo de Tegucigalpa. Se anunciaron ya los modos de trabajar, pero se anunció que, de manera especial, al día siguiente, se dedicaría a conocer el sistema de…

DIARIO del 29 de enero al 16 de febrero

Lunes 29 de enero
En Puebla, en la Tercera Reunión Episcopal de Latinoamérica. A las ocho de la mañana celebramos los laudes y la Eucaristía y a continuación tuvimos la primera sesión plenaria de iniciación de trabajos. El Cardenal Luis Lordscheider, presidente del CELAM y, en esta reunión, presidente también, junto con el Cardenal Baggio y el Arzobispo de México, Monseñor Corripio. El Cardenal Lordscheider hizo la presentación de la reunión, los objetivos, presentación del documento de trabajo. El Secretario General, Monseñor Alfonso López Trujillo, hizo una presentación de las preparaciones que habían dado por resultado este documento de trabajo. La consulta a todas las conferencias episcopales, el libro de consulta, el libro de trabajo, las reuniones, etc. Así llegábamos, pues, a este momento, en que los obispos reunidos van a evaluar el trabajo pastoral bajo el tema de: “EVANGELIZACION EN AMERICA LATINA EN EL PRESENTE Y EN EL FUTURO”.

El Secretario Adjunto, Padre Héctor Urrea, dió lectura a la lista de los participantes en la Tercer Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. En la Presidencia, el Cardenal Baggio, el Cardenal Lordscheider; el Arzobispo de México, el Secretario General; vicepresidentes: El Cardenal Landázuri, de Lima y Monseñor Luis Manresa, Obispo de Quezaltenango. Como Presidente de los diversos departamentos del CELAM: Monseñor Luciano Cabral Duarte, Arzobispo de Aracajú, Brasil, presidente del departamento de Acción Social del CELAM; Monseñor Francisco de Borja Valenzuela, de Chile, presidente de la Conferencia Episcopal y presidente del departamento de Catequesis; Monseñor Darío Castrillón, de Colombia, del departamento de Comunicación Social; Monseñor Carlos Quinteros Arce, mexicano presidente del departamento de educación; Monseñor Antonio Quarracino, argentino, presidente del departamento de laicos; Monseñor Romeu Alberti, brasileño, presidente del departamento de Liturgia; Monseñor Roger Aubrie, boliviano, presidente del departamento de Misiones; Monseñor José Cotardi, uruguayo, presidente del departamento para religiosos y Monseñor Román Arriete Villalobos, costarricense, presidente del departamento de Vocaciones y Ministerios. Además de los departamentos, el CELAM tiene también secciones y son los encargados: Monseñor Samuel Carter, de las Antillas, responsable de la sección de Ecumenismo; Monseñor Ovidio Pérez Morales, venezolano, responsable de la sección de no-creyentes y Monseñor Willer Ellis, de las Antillas Holandesas, responsables de la sección de Juventud.

También el Comité Ecuménico, bajo la presidencia del Cardenal Luis Aponte Martínez, de Puerto Rico. Hasta aquí 19 Cardenales y Obispos que representan la presidencia de esta reunión, o la presidencia o responsabilidad de los diversos sectores del CELAM.
Siguen desde el número 20 hasta el número 187 los obispos presidentes de conferencias episcopales o elegidos por las conferencias como representantes de los diversos países de América Latina; algunos designados directamente por el Santo Padre. Sigue la lista desde el número 188 hasta el número 211, sacerdotes también representantes de sus países o nombrados directamente por el Santo Padre. Siguen cuatro diáconos permanentes y en la lista siguen los religiosos, desde el número 216 hasta número 235. Se trata de religiosos representantes de las diversas regiones del Continente o designados por la Santa Sede. Desde el número 236 hasta el número 266, lista de seglares, hombres y mujeres, representando también las diversas regiones o aprobados por las Santa Sede. Desde en número 267 hasta el número 271 son los religiosos de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, CLAR. Siguen luego, los invitados desde el número 272, primero los componentes de la comisión para América Latina; luego otros dignatarios de la Santa Sede o representantes pontificios superiores generales, indicados por la Santa Sede; representantes de las conferencias Episcopales de Estados Unidos y Canadá, de Europa, Africa y Madagascar y Asia; representantes de organismos episcopales nacionales de ayuda a las Iglesias de América Latina, hasta el número 329. Y finalmente, están los observadores cristianos que no son católicos, pero que asisten con calidad de observadores. Está la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Anglicana, La Iglesia Luterana, la Iglesia Metodista y el judaismo, son 5 observadores. Y finalmente, los peritos, propuestos por las conferencia episcopales, y así llegamos hasta el número de 350, que son los participantes. Si alguien quiere conocer detalladamente los nombres o las procedencias y otros datos, pueden encontrarlo, todo ésto, en el archivo correspondiente a esta reunión. Tal como se guarda en el Archivo de nuestra Arquidiócesis.

El Cardenal Lordscheider al presentarnos el documento de trabajo, nos presentó también una síntesis que favorecerá el trabajo que se nos pide. Es un pliego grande que familiarmente comenzaron a llamar la sábana; donde están resumiendo los diversos temas y aspectos del documento de trabajo, presentado en núcleos, en temas, a fin de que unas comisiones provisionales alfabéticas traten de confrontar con el documento de trabajo y ver si están de acuerdo con los temas propuestos o se quitan o se proponen otros; a fin de abrir ya unos temas en torno de los cuales se organizarán las comisiones definitivas.

En mi grupo están, naturalmente, los apellidos que comienzan con “R”, entre ellos, Monseñor Romero de Lima, Maximino, Secretario de la Congregación para el Clero; el Cardenal Rossi, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; Monseñor Ladislao Rubín, Secretario General del Sínodo de los Obispos; Monseñor Andrés Rubio, un Obispo de América del Sur que conocí en alguna reunión anterior. Una comisión, llamada de empalme, recoge el fruto del trabajo de este día, para organizar definitivamente el esquema del documento que hemos de redactar luego, en las diversas comisiones que se organizarán, de acuerdo con el número de núcleos y temas que hayan resultado del trabajo de este día. Las vísperas las presidió Monseñor Francisco Borja Valenzuela, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.

Martes, 30 de enero
En la reunión de Puebla. Este día fue dedicado al ministerio jerárquico, así como el día anterior fue dedicado a la unidad de la Iglesia. Presidió la celebración de laudes y la Eucaristía el Cardenal Angelo Rossi, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Evangelización de los Pueblos. La recitación de los salmos y la celebración de la Eucaristía resultan muy piadosos, muy sublimes con la participación del Coro del Seminario y del Coro de religiosas, resulta verdaderamente una celebración que llena el espíritu y hacer sentir la presencia de Dios en esta reunión.

El Cardenal Rossi, en su homilía, habló del ministerio jerárquico y orientó también hacia el deber misionero de la Iglesia. En la Asamblea Plenaria se explicó el método de trabajo, que estará a cargo de dos expertos muy conocidos: El padre jesuita, Manuel Vela, colombiano y el Padre José Marins, brasileño. Ellos van a organizar las comisiones de estudio, de acuerdo con los temas que se señalaron en el trabajo de ayer, y los participantes podrán escoger la comisión según el tema que más les guste. Pero por si acaso haya necesidad de algún cambio, por razón de número, se dieron otras dos papeletas para que señalaran, en caso de no poder quedar en la comisión de su preferencia, cual quisiera en segundo y en tercer lugar.

Por la tarde, organizadas las comisiones de acuerdo con las preferencias de cada uno, se señalaron los lugares y temas donde se van a trabajar. Así se inició ya el trabajo de la redacción del documento final, el cual será sometido largamente a cuatro redacciones. Por ahora, se trata de buscar, en el tema, los diversos aspectos que se deben de tocar, teniendo en cuenta el documento de trabajo y las sugerencias o iniciativas que vayan surgiendo en la comisión. En este trabajo, que terminará señalando como el esquema de cada tema, se no va toda esta tarde; que termina con la celebración de vísperas presidida por el señor Román Arrieta, costarricense, quien nos habló también sobre el Ministerio, pero de manera especial sobre el trabajo de las vocaciones.

Miércoles, 31 de enero
Este día se consagrará a la vida religiosa. Por eso la Eucaristía la preside el Cardenal Eduardo Pironio, Prefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Instituciones Seculares, que anteriormente fue Presidente General del CELAM, un prelado sumamente estimado en la reunión de Puebla. Su homilía, con la unción que le caracteriza, animó a una gran espiritualidad del Cuerpo Místico de Cristo, en el cual se destaca la vida religiosa por su seguimiento del Señor. El trabajo de las comisiones de estudio durará todo el día y tendrá como resultado la primera redacción, llamada así porque no es propiamente una redacción, sino un esquema que habrá que desarrollar en la redacción. Se entregará por los diversos coordinadores a la comisión de empalme; la cual hará sus observaciones para que vuelva a las comisiones a perfeccionar una segunda redacción. Las comisiones que están trabajando en esta primera redacción son veintiuna y y abarcan los diversos temas: La primera, visión pastoral; de la realidad; la Segunda Comisión, Cristo Centro de la historia; la tercera, la Iglesia; la cuarta, la dignidad del hombre; quinta, evangelización destino universal y criterios; sexta, en la cual me incorporé yo, esta Evangelización y Promoción Humana, quiero observar que en esta sexta comisión he tenido el gusto de encontrarme entre los 17 obispos y sacerdotes que la formamos, con Monseñor Helder Cámara y con los conocidos amigos Gerardo Flores de Guatemala, Domingo Roa; Constantino Maradei de Venezuela y Manuel Talamás de México.

El tema de nuestra sesión es de mucha importancia ya que él se estudiará la Teología de la Liberación.

el séptimo tema es evangelización, cultura y religiosidad popular; el octavo tema es sobre evangelización, ideologías y políticas; el noveno, sobre familia; el décimo, comunidades eclesiales de base, parroquia, Iglesia particular, comunión de la Iglesia Universal; la undécima comisión estudiará ministerio jerárquico; la décima segunda, vida consagrada; trece, laicos; catorce, pastoral vocacional; quince, oración, sacramentos, liturgia, piedad popular; dieciséis, catequesis, testimonio, educación, medios de comunicación; diecisiete, diálogo para la comunión y participación; dieciocho, opción preferencial por los pobres; diecinueve, por los jóvenes; veinte, acción en los constructores de la sociedad pluralista; y la comisión veintiuna, que es la última, estudia el tema de acción con la sociedad nacional e internacional. En estas veintiuna comisiones estamos divididos todos los participantes en la reunión de Puebla, estudiando como se ve, en repartición de trabajo, los diversos temas que formarán el conjunto del documento final.

Las vísperas de la tarde las presidió Monseñor Claudius Angénor, Obispo de Haití; es un obispo de color. De acuerdo con el día consagrado a las religiosas y religiosos, habló del Cuerpo Místico y de los diversos carismas en ese Cuerpo.

Jueves, 1o. de febrero
El día ha sido consagrado a los laicos y ministerios laicales. La oración de la mañana y la Eucaristía, fue presidida por el Cardenal Juan Landázuri, Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú. En la capilla había numerosas representaciones del laicado de Puebla y Monseñor Landázuri, en su homilía, habló de las inmensas posibilidades que la Iglesia tiene en el laicado de América Latina. El trabajo continuó por los grupos o comisiones organizadas ayer, para continuar estudiando el documento repartido en veintiuna comisiones, que son los temas en que está proyectado dicho documento.

Por la tarde, se nos dejó libres y así pudimos dedicar a nuestras cosas personales. Yo fui a buscar a los padres que están con el arquitecto Yánez y fue una tarde de descanso. Fui también por la Catedral, donde sorpresivamente me encontré con el Padre Ramón Vega, quien me manifestó su deseo de volver a trabajar a Nicaragua, su Diócesis de León. El señor obispo de León, Monseñor Salazar, que está en la conferencia ha sufrido una recaída en su diabetes y ha sido hospitalizado, parece que se complica y hasta hay peligro de que le amputen el pie.

Viernes, 02 de febrero
Se le llamó el día de la reconciliación y de la paz. Un día en que se celebró la festividad de la Virgen de Candelaria, según la costumbre de nuestros pueblos. Desde el pórtico del Seminario hasta la capilla se hizo la procesión con los cirios y presidió la Eucaristía el Cardenal Avelar Brandau Vilela, que es Presidente del Consejo General de la Comisión para América Latina. Fue un día muy intenso de trabajo. Las diversas comisiones avanzaron en sus redacciones que se van a presentar mañana, definitivamente, en su segunda redacción.

Sabado, 03 de febrero
Es el día consagrado a la familia. Era impresionante ver en la capilla muchas familias; esposos con sus niños que acudían a orar por los Obispos y a recibir un mensaje del Episcopado Latinoamericano y a orar por todas las familias del Continente. Presidió la Eucaristía el Cardenal Luis Aponte Martínez, de Puerto Rico, y habló muy bonito sobre la misión de la familia y la esperanza que la Iglesia tiene en ella para la evangelización del continente. El día ha sido muy intenso de trabajo para redactar y presentar esta misma noche, la segunda redacción, ya terminada. Las vísperas las celebró por la tarde, Monseñor Angelico Meloto, de Guatemala. Olvidaba decir que todos estos días de la semana he tenido varias citas con periodistas que han querido interrogarme sobre la situación de la Iglesia y el El Salvador. Algunos han sido por televisión en el Canal 13, donde se pasa todas las noches el programa Siete Días y otros han sido periódicos, no sólo de América sino de Europa y Estados Unidos. Ha sido muy satisfactorio poder dar testimonio de la vida de mi Iglesia a nivel de todo el mundo. Lamentablemente, este día salió también publicada una declaración de Monseñor Aparicio, en la cual echa la culpa de la violencia en El Salvador a los jesuitas y denuncia que hayan venido a Puebla a defender la posición del Arzobispo que según la declaración es “indefendible”, ya que, en sus actuaciones ha llegado hasta las ofensas personales del gobierno; lo cual es falso y los jesuitas, cuyo superior general, el Padre Arrupe, está entre nosotros, han manifestado sus resentimientos por unas publicaciones tan peligrosas, máxime cuando en El Salvador hay tanta represión y tanta predisposición para la obra de la Iglesia. Con el Padre Arrupe platicamos de esta situación y él lo va a consultar con sus jesuitas y tomaremos algún acuerdo; no tanto para defendernos en lo personal sino por el bien de la Iglesia y para evitar peligros que con esta declaración puedan desatarse contra la Compañía de Jesús.

Domingo, 04 de febrero
Es el día consagrado al Ministerio de la palabra y han tenido en Puebla la feliz ocurrencia de llevar a los Obispos a las diversas parroquias de las diócesis. Era muy bonito ver las camionetas que venían de cada parroquia con grupos de fieles, muchos de ellos jóvenes para acompañar a los pastores a visitar y a compartir la mañana, la Eucaristía, el almuerzo, con las parroquias a las cuales iba cada obispo.

Lunes, 05 de febrero
El día se titula: “Día de la bienaventuranzas”. Presidió las preces de la mañana y la Eucaristía el señor Arzobispo de México, Monseñor Ernesto Corripio y Ahumada. Luego se nos explicó el trabajo que había que hacer hoy y es el que llaman de “rejas”, o sea, que la diversas comisiones se van a distribuir por delegaciones a otras comisiones, y así, enriquecer los documentos redactados la semana pasada. Tenemos en nuestras manos un “folder” muy grueso de las veintiuna comisiones que han redactado sus veintiun temas y de los cuales tenemos que dar cuenta en las diversas comisiones de “reja”. Al mediodía visité el grupo de teólogos que en la Calle Washington 14 están a la disposición de los obispos, dándonos una valiosa colaboración, asesoramiento de teología.

La otra noche fuí a cenar con ellos y estuvo también Monseñor Helder Cámara y otros obispos que manifestaron su complacencia por esta obra tan abnegada de estos sacerdotes y religiosos. También este mediodía tuve una entrevista de televisión para el gran programa, muy famoso en México, que se titula “24 horas”. Me preguntaron sobre la situación de El Salvador y se interesaron sobre el proceso de nuestra reunión en el Seminario de Puebla.

Este día hablé por teléfono con Monseñor Urioste para preguntarle sobre la situación de la Arquidiócesis; sobre todo, me interesaba saber la reacción ante las publicaciones de Monseñor Aparicio y, francamente, es una lástima porque se está explotando en El Salvador contra la Iglesia y es peligrosa la situación para los padres jesuitas, pero me anunció Monseñor que mañana tendrán reunión de Clero y de Senado para estudiar las medidas que hay que tomar. Les autoricé, invitándoles únicamente a que no provocaran más de lo que está la situación actual. Me prometió que serían muy serenos y que lo harían siempre buscando el bien de la Diócesis y no comprometer a su obispo. También me informó sobre la situación del Seminario. Gracias a Dios se han resuelto los problemas de los seminaristas que habían sido eliminados.

Martes, 06 de febrero
Llamamos a este día “el día de los pobres”. Presidió la liturgia de la mañana el Cardenal José Clemente Maurer, de Bolivia, y asistió una buena representación de los asilos, donde hay muchos pobres atendidos por religiosas. El día transcurrió, en la mañana, concluyendo las comisiones de reja, enriqueciendo así todos los temas del documento, y por la tarde, comenzó la sesión plenaria para que todos pudieran aportar a todos los documentos. Al mediodía tuve visita de periodistas y de televisión muy interesantes, generalmente son para Europa y aquí en México para el programa “24 horas”.
Por la tarde, presidió la liturgia el señor Obispo de La Habana, Cuba, Monseñor Francisco Obes Fernández.

Hubo, por la noche, una diversión de parte de la sociedad de Puebla, que ha estado muy acogedora.

Miércoles, 07 de febrero
Día especial porque lo hemos dedicado al ecumenismo. Entre los asistentes a la reunión están representantes de otras confesiones cristianas como observadores, entre ellos está el Abad de Taizé, que se ha hecho muy amigo mío. Celebró la liturgia de la mañana el Cardenal Pablo Muñoz Vega, Arzobispo de Quito, Ecuador. Todo este día ha sido muy pesado. Ha sido de plenario por la mañana y por la tarde. Ha habido muchas participaciones porque no se conceden más de tres minutos en cada participación. Se han enfocado muchos temas. Han venido también aportaciones de los asesores que están fuera de la reunión y que están prestando muy valioso servicio.

Por la tarde, las vísperas fueron una celebración ecuménica en que participaron vestidos sacerdotalmente los Ministros de otras confesiones, y presidió la Eucaristía el Señor Obispo de las Antillas, Monseñor Samuel Carter. Tuve al mediodía también entrevistas de periodistas y supe que ayer me esperaba en una rueda de prensa a la que creí prudente no asistir por estar tan fresca la declaración de Monseñor Aparicio y no querer entrar en conflictos. Y por eso la he pospuesto para el próximo viernes. Ha venido el Padre Provincial de Centroamérica, de los padres jesuitas, el Padre César Jeréz, con quien almorzamos, lo mismo que con el amigo Julián Ludokoski de Inglaterra, que ha estado prestándome valiosos servicios en la zona de periodistas, y entablando algunas relaciones con otros obispos, ya que es un hombre que conoce gran parte del episcopado suramericano. A través del Padre Jeréz me di cuenta del escándalo que ha producido en El Salvador la noticias dadas por Monseñor Aparicio, y la carta que la provincia le escribe protestando, respetuosamente, y pidiéndole hacer algo para deshacer el peligro de una amenaza a causa de sus declaraciones. Sé que en la presidencia del CELAM, los obispos jesuitas, que son varios, pidieron audiencia con el Cardenal Baggio para exponerle esta situación que es muy penosa; quienes me comentan en intimidad este problema, me dicen que ha sido el hundimiento de Monseñor Aparicio, ya que ha causado muy mala impresión en este ambiente de la reunión de Puebla.

Por mí parte, he pedido al Señor que estemos muy superiores a estas miserias humanas de la Iglesia y así lo comuniqué este día al transmitir por teléfono a la YSAX, el diálogo que todos los miércoles (gracias a Dios no se han interrumpido)… me entrevistó por teléfono desde El Salvador, el padre Sigfredo, el cual me habló de el interés por saber qué trabajos estaba yo desempeñando en la reunión, qué ambiente había -aquí dentro y cuáles habían sido mis impresiones acerca de la expulsión del Padre Plácido. Traté de hacer un mensaje de optimismo y de esperanza, a pesar de todas las dificultades. También dicté por teléfono el artículo para ORIENTACION, titulándolo: “DESDE PUEBLA A MI ARQUIDIOCESIS”. Que Dios bendiga este esfuerzo de aprovechar los medios de comunicación social para que el mensaje del Evangelio siga animando a nuestra querida comunidad arquidiocesana.

Jueves, 08 de febrero
Este día lo consagramos como homenaje a la EUCARISTIA. Presidió la orientación de la mañana el Cardenal Raúl Primatesta, argentino. La mañana se dedico toda a la lectura para preparar la nueva redacción del documento. La tarde fue libre. Yo, en la tarde, tuve entrevista con la televisión alemana, con el TIMES de Londres y tenía una invitación para almorzar con los antiguos compañeros del Pío Latino, invitación especial del Señor Arzobispo de México que fue compañero, Monseñor Ernesto Corripio, pero circunstancias especiales me impidieron este gusto.

Por la noche, tuvimos una cena con varios obispos y teólogos consultores, en la casa 14 de la Calle Washington. Fue para mi un gran consuelo cuando pude informarles la soledad que siente un pastor cuando quiere ser fiel a todas las consignas que nos da el Evangelio, el Vaticano II, Medellín, y como compañeros como los que han venido conmigo, de El Salvador a Puebla, piensan distintamente. El testimonio fue bien acogido y el Padre Patiño sugirió la redacción de una carta de solidaridad para mí y para los obispos de Guatemala y Nicaragua que se encuentren en iguales circunstancias. Fue aprobada la idea y se recogerán firmas de los obispos que quieran expresar esta solidaridad.

Viernes, 09 de febrero
El malestar de la vista me ha perseverado. Yo pensé que era una simple basura, pero al ir al oculista, descubrió una pequeña llaga en la retina y me recetó reposo de la vista y me dio unas medicinas que me obligan a tener cerrado el ojo. Yo cancelé otros compromisos que tenía con periodistas y, gracias a Dios, las hermanas josefinas que tienen el Hospital San José, me han dado muy cariñosa acogida y me interné en el hospital todo este día viernes.

Sin embargo, por la noche, a las siete, estaba concertada una rueda de prensa que se pospuso desde el martes y, con la autorización del oculista, asistí. Resultó un verdadero homenaje a mi Arquidiócesis. Me presenté junto con el Padre Plácido y con el Padre Ortega, como testimonios de la expulsión de los sacerdotes de mi patria. Invité a compartir las experiencias pastorales de una Arquidiócesis que puede dar testimonio del sufrimiento, así también como de la fecundidad del sacrificio. Hubo preguntas muy interesantes, la sala estaba completamente llena. Y a ciertos momentos hubo aplausos muy entusiastas; sobre todo, a la salida en que se coreaba: “Nóbel, Nóbel”. Varios quisieron todavía continuar entrevistas privadas. A los que traté de dar complacencia y volví luego al hospital, donde me hicieron los primeros tratamientos.

Sabado, 10 de febrero
Lo pasé todo en el hospital. El reposo de la vista y de todo mi organismo ha resultado muy beneficioso.

Domingo, II de febrero
Igualmente, estuve segregado de la reunión de Seminario y estuve en el Hospital de San José, donde compartí las oraciones, la Santa Misa de la comunidad.

Lunes 12 de febrero
El médico me dio la buena noticia de que estaba cicatrizada la llaga, que podía descubrirme el ojo, siguiendo sin embargo, un tratamiento de colirios y vitaminas, y así volví hacia el mediodía, al Seminario a integrarme nuevamente a la reunión de los obispos.

El ambiente es bastante optimista acerca de los documentos que ya se han comenzado a votar, aunque hay una fuerte presión de parte de obispos conservadores; sin embargo, tenemos una buena comisión de redacción y empalme, que está manteniendo los ideales de una evangelización que esté muy a tono con las exigencias de nuestro pueblo. He conocido también, el esbozo del mensaje a los pueblos latinoamericanos; me lo han pedido televisión y prensa. He tenido ocasión de compartir con los periodistas momentos de mucha confianza, preguntas muy interesantes. Me he hecho amigo de la mayoría de los periodistas. Con los teólogos también tuve cambio de impresiones muy útil, los que han venido de El Salvador estuvieron compartiendo muy cordialmente esta tarde.

He comenzado a arreglar mi valija para el regreso.

Martes 13 de febrero
Llegamos al día final de la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. La mañana se ha dedicado a pulir y definir el Texto final del Documento. Más se ve la disposición de todos a preparar sus viajes de regreso. Sin embargo, los encargados de redacción trabajan febrilmente para que esta tarde quede todo terminado.

A las cuatro de la tarde se inicia el último plenario, en el cual se entregan los últimos temas, que junto con la primera parte, recibirá después de la Misa la votación final.

Del plenario salimos ya revestidos para la concelebración de clausura. Todos llevan hoy una mitra que México obsequia a todos los obispos. La Misa se celebra frente a los campos del Seminario, ya que ha sido convocado el pueblo, que numeroso, recibe con entusiasmo la llegada de los obispos. Se calcula una muchedumbre no menos de 15.000 personas. Las lecturas bíblicas narran el origen del Colegio Apostólico, cuyos sucesores somos los obispos, coronando aquel altar de la concelebración, y la homilía del Cardenal Baggio conecta esta realidad con las oraciones y exigencias de Cristo al escoger sus primeros doce obispos. A la hora de la ofrenda, se presenta como fruto de toda la conferencia los documentos que van a ser entregados a los presidentes de conferencias episcopales nacionales. Cada presidente nacional recibe en nombre de la Conferencia de Obispos de su país y bajo la protección de la advocación nacional de la Virgen. De tal manera, que la entrega resulta una verdadera letanía de la Virgen en América Latina. El pueblo a la invocación de la Virgen bajo esos títulos contesta: ¡Ruega por nosotros! y el animador dice: ¡Viva! a cada país.

Al terminar la Misa se convierte la aglomeración en una fiesta. Se encienden los cirios que todos los fieles han traído. El señor arzobispo de Puebla ha comentado este acontecimiento como si fuera una pascua, que del cirio de Cristo ilumina los caminos de América. El Cardenal Baggio recuerda también como en una procesión de cirios son llevados los padres del Concilio de Efeso, cuando se proclamó la maternidad divina de María. En una y otra comparación, este fiesta de luces quiere significar la fe del pueblo que acompaña y estimula el Ministerio de los obispos de América Latina. Luego se desata una lluvia de luces, de pólvora, y hay alegría, saludando ya a cada uno de los obispos que se confunden en la muchedumbre. Finalmente, nos recogemos en el plenario para hacer la última votación de todo el texto del documento de Puebla. Que fue aprobado en su gran mayoría.

En el comedor también hay despedidas, cantos mexicanos muy apropiados al momento, muchos han salido ya con sus familias que los han adoptado para cenar con ellos y luego llevarlos a México o al Aeropuerto.
Los periodistas esperan ansiosos el texto que no ha alcanzado ni siquiera para los obispos y se les invita a pasar la mañana siguiente a recogerlos.

En la casa del arquitecto Yánez me tributaron cariñosa acogida con una cena y una larga conversación recordando cosas de la patria.

Miércoles, 14 de febrero
El retorno a México nos lo proporciona la Congregación de Carmelitas de Santa Teresa, que ha mandado su camioneta nueva para llevarnos y alojarnos en el noviciado de la congregación. La superiora general nos ha invitado a almorzar juntos.

Fuimos invitados también a una reunión de comunidades eclesiales de base, celebrada en el colegio de los Maristas, donde cerca de un millar de cristianos, que viven la experiencia de las comunidades eclesiales de base, en diversas parroquias del país, se han congregado para estudiar más a fondo esta realidad de nuestra Iglesia. Y se me pidió expresarles las experiencias de mi Arquidiócesis, junto con el Padre Jesús Delgado y el Padre Astor Ruiz dimos testimonio de la vida y del sufrimiento de nuestra Arquidiócesis. Estaban entre los asistentes, el Padre Ortega y el Padre Plácido, que han sido expulsados de El Salvador, y ellos también narraron esta realidad que impresionó mucho a los asistentes. Me tributaron cariñosas muestras de solidaridad y salí muy animado de esta convivencia fraternal. También expresó la realidad de Chile, otro obispo que había sido convidado.

Por la noche, en nuestro hospedaje, fuimos visitados por una representación de los muchachos que han sido expulsados del país, que se habían tomado la Embajada de México. Lo mismo que otros paisanos que sufren en México la pena del destierro desde hace ya mucho tiempo. Platicamos mucho para darles aliento en su situación y vemos que el espíritu es muy bueno y se mantienen optimistas. Tratamos de ayudar más bien a los recién llegados que se encuentran en un hotel bajo el amparo de México, pero sólo para 40 días, al término de los cuales tendrán que mostrar al gobierno mexicano que están trabajando ya en el país para recibir ya la legalización de su situación en México.

Jueves, 15 de febrero
Muy de mañana cuando me disponía a ir a visitar a este grupo de salvadoreños en el exilio, vino una gran parte de ellos a decirme que, por el bien de ellos y el mío, quizá era conveniente que no fuera yo al hotel. Y que más bien me agradecían y que aceptaban la ayuda que se les había proporcionado y que, más bien ellos vendrían a visitarme más tarde.

Me visitó también el Padre Vicente Nieto, que nos ayudó en la formación del Padre Elías Morales. Comentamos el resultado o fracaso de este esfuerzo, ya que el Padre Elías actualmente ha dejado su Ministerio en la Diócesis de Santiago de María. Con el Padre Nieto me fui para la Basílica de la Virgen de Guadalupe, donde, sin prisa, dediqué el resto de la mañana a la oración, terminando con la celebración de la Santa Misa. Y después una visita a los viejos amigos de Tepito, como les llamo a lo familiares adoptivos del querido y recordado Padre Antonio Aguadé. Hicimos muchos gratos recuerdos. Me dieron almuerzos y hasta lugar para hacer la siesta y regresé bajo el agua, gracias a Dios que encontré un taxi, a la posada de las hermanas carmelitas.

Por la noche nueva visita de los exiliados, a los cuales traté de dar palabras de aliento y ofrecerles la ayuda que, dentro de mis capacidades, les he podido ofrecer y les seguiré ofreciendo, sin ningún color político, simplemente con un sentido cristiano de fraternidad y de caridad.

Viernes, 16 de febrero
Desayuné en la Casa Generalicia de las Carmelitas de Santa Teresa, donde celebré también la Santa Misa. Dediqué la mañana a arreglar mi valija para el regreso y también las novicia del Noviciado Carmelitano, nos obsequiaron una cariñosa despedida de canto.

Viernes 16 de febrero(continuación)
Decía en el cassette anterior que el viernes 16 de febrero celebré la Misa en la Casa Generalicia de las Carmelitas y arreglé mi valija para el regreso de México a El Salvador y el último momento fue una conversación homenaje de las novicias, en que cantaron varias canciones y conversaron sobre temas muy interesantes. Una religiosa nos llevó al aeropuerto y emprendimos el regreso, mientras muchos que habían participado en la reunión de Puebla, también buscaban aviones para diversos rumbos del continente y de Europa.

En el vuelo de Pan American hicimos un viaje sin ninguna cosa extraordinaria a Guatemala, donde la televisión de Guatemala me hizo una breve entrevista, preguntándome sobre asuntos de la reunión de Puebla, sobre la situación de mi país. Y llegué a El Salvador casi a las siete de la noche. Me sorprendió la atención en el aeropuerto, porque un grupo de sacerdotes, el Padre Cortés, el Padre Víctor Guevara, el Padre Fabián Amaya me esperaban al pie de la “escalerilla” del avión y tenían un carro ya preparado para mi regreso, el carro del Padre Guevara. El mismo gerente del aeropuerto me pidió mi pasaporte para arreglarme todos los trámites y tenía disponible el salón de los diplomáticos, pero veía yo en el aeropuerto mucha gente que había venido a esperarme y no acepté el carro para salir inmediatamente, sino que salí a pie para saludar a todos mis amigos: Religiosos, sacerdotes y laicos que me dieron una cariñosa bienvenida. Pero, al mismo tiempo, me anunciaban que en Catedral a las siete y media estaba anunciada una Misa, para la cual invitamos a todos los asistentes en el aeropuerto, y me dirigí a la Catedral. Realmente la Catedral, estaba ya repleta y cuando se dieron cuenta de mi arribo, estalló un sonoro aplauso y vivas que fue creciendo, porque la muchedumbre también iba creciendo. Me revestí de celebrante de la Santa Misa. Muchos sacerdotes me esperaban para entrar en la procesión de entrada y comenzar la Misa, mientras, más sacerdotes y más gente seguían llegando.

A la hora del Evangelio el Padre Cortés me dio cariñosa bienvenida en nombre del Clero y del Pueblo, el cual recibió muchos aplausos, porque interpretó en forma sencilla, pero emotiva, los sentimientos de aquella Catedral llena de gente.

En mi homilía agradecí este saludo y esta bienvenida, y me referí al tema de Puebla en estos tres puntos: Primero, como yo fui en Puebla el representante de una Diócesis en oración, y les inculqué mucho, así como les agradecía la oración que yo sentía tan fuerte, que siguieran orando para que ésto fuera la mayor fuerza de nuestra Diócesis: La oración; el segundo pensamiento es que yo en Puebla llevaba el testimonio de una diócesis en una línea de pastoral muy de acuerdo con lo que se estudió en Puebla y me referí a los numerosos testimonios de la vida de la Arquidiócesis que yo tuve tan presentes en la reunión de Puebla. Agradecí aquí el trabajo pastoral del Vicario General, de los Vicarios, de los párrocos, de las comunidades, que durante mi ausencia, sin embargo, continuaron llevando una vida eclesial muy rica. Y me alegré de lo que pude contar en Puebla del testimonio vivido en mi Arquidiócesis. Y el tercer pensamiento, lo que yo traigo de Puebla para la Arquidiócesis, la experiencia, la riqueza, la amistad de numerosos pastores y diócesis del Continente y del Mundo. La gente me interrumpió varias veces con cariñosos aplausos. Y al terminar la Misa me despedí de los sacerdotes que estaban casi en su totalidad y salí entre las aclamaciones del pueblo para saludar en la calle, porque había gente hasta la calle frente a Catedral. Fue un momento muy cariñoso de saludos, de abrazos y hasta de besos de algunas personas, dándome una bienvenida que yo sentía casi como una familia, un hogar en el cual me encontraba, ¡tan a gusto!.

Sabado 17 de febrero
Fui a la Curia Arzobispal, no había hada extraordinario. Se ha trabajado con normalidad. Noticias muy variadas que han sucedido y que yo también era informado en México.

Por la tarde, preparé la homilía del domingo. Por la noche, invitado por las hermanas de la Asunción, fui a saludar a su superiora general que se encuentra entre nosotros. Y di testimonio de una congregación que está haciendo mucho bien a la Arquidiócesis. He sentido también aquí una acogida muy cordial, muy de Iglesia, entre estas religiosas que trabajan en el Colegio de la Asunción y en las comunidades de zonas marginadas y en Chalatenango.

Domingo 18 de febrero
La Catedral para la Misa de las ocho estaba como todos los domingos anteriores, repleta de gente y pude presentar entre las lecturas bíblicas el mensaje de Puebla a los pueblos latinoamericanos. Di a mi homilía el título de: “Cristo, la palabra siempre nueva en la Iglesia”. Apoyado en las lecturas de Isaías, de San Pablo a los Corintios y del Evangelio de San Marcos; mis tres pensamientos que desarrollé eran: La realidad histórica, Dios salva en la historia, y a través de la lecturas se ve el Israel que deja atrás su historia del Exodo, para referirse al momento de la historia de Babilonia y cómo también el Evangelio pone a Cristo en una situación histórica, la lucha contra los fariseos y así llega la Iglesia viviendo la historia del mundo hasta Puebla, donde también es un hecho histórico que la voluntad de Dios aprovecha para hacerlo momento salvífico de América Latina. El segundo pensamiento es una reflexión sobre la historia, una teología de la historia, y en las lecturas de Isaías y del Evangelio referí este reflexionar de la historia, cómo sólo vale la construcción del Reino de Dios, pero cómo los hombres se oponen por su pecado. Aquí el mensaje de Puebla me sirvió maravillosamente para ver como la denuncia contra el pecado en la historia, no es sólo una predicación mía, sino que, todos los obispos denuncian tantos pecados en América Latina, sobre todo, el pecado de la injusticia social. Y el tercer pensamiento es lo de la lectura de San Pablo, su segunda a los Corintios, Cristo es el SI permanente de Dios y el AMEN de los hombres. He tratado de dejar un mensaje de esperanza, el que quieren dejar los obispos en el mensaje de Puebla, basado en la fe y en la esperanza en Cristo, que hace nueva siempre la salvación de los pueblos. Invité a que confiáramos en Cristo y que abriéramos nuestros corazones a la esperanza y nos ofreciéramos todos, cada uno en su propia profesión, a trabajar por un mundo más justo, pero con gran confianza puesta en Jesucristo.

Por la tarde, o mejor dicho al terminar la Misa, me dirigí a Tamanique, donde la madre Juanita preparó un grupo de catequistas para autorizarlos a ser Ministros de la Comunión. Eran dieciséis y aproveché para explicar a la gente el sacramento de la Eucaristía y también los carismas que Dios dá al pueblo de Dios. Llamé a las familia a cultivar las vocaciones sacerdotales y religiosas y a todos los laicos a buscar su propio carisma para servicio de la Iglesia. Después compartimos unos momentos muy felices en un ágape verdaderamente fraternal. Las comunidades expresaron pensamientos, poemas, canciones y se notaba que hay solidaridad del pueblo con su pastor. Me sentía en familia.

Al regresar, en el Hospital de la Divina Providencia, recibí a la Superiora General de las religiosas belgas, que venía acompañada de una consejera y de dos sacerdotes. Pensé interceder para que permaneciera entre nosotros la hermana Chepita, que fue capturada en EL DESPERTAR de San Antonio Abad y puesta en libertad, pero bajo la custodia del señor Nuncio. El Vicario General intervino, en su oportunidad, ante el Gobierno, ante el embajador de Bélgica y no iba a ser expulsada, como lo había proyectado el Gobierno, pero la superiora general ha decidido llevársela, y aunque hice lo posible para suplicar que la dejaran, la decisión estaba tomada y el viaje será mañana.

Por la noche vino la hermana Chepita a cenar y a conversar sobre sus impresiones. Traté de darle ánimo en su obediencia tan difícil y dejar una puerta abierta a la esperanza de que volverá a trabajar con nosotros.

Lunes, 19 de febrero
En la oficina de la Curia encuentro que todo ha procedido con normalidad. Hay mucha correspondencia pendiente recibida, y organizada también para que la pueda revisar y contestar.

Por la noche celebré la Misa en el Centro Ana Guerra de Jesús para inaugurar un nuevo curso de promoción de señoras del mercado.
También asistí a la ultreya donde un grupo de cursillistas me dio una cálida acogida y donde pude expresar la opinión que algunos obispos de América Latina, en Puebla, manifestaron acerca de Cursillo de Cristiandad. Muchos se quejan de que son muy aferrados a su método y poco se acomodan a la pastoral local. Y les dije que, por mi parte, pude dar testimonio de que, aunque algunos también se han aferrado al método y se han alejado, cuento con un grupo decidido de cristianos que han madurado y se han identificado con la pastoral de la Arquidiócesis. Yo los felicité y les animé a seguir esta línea, que es la auténtica de la Iglesia.

Martes, 20 de febrero
Por la mañana, entrevistas con sacerdotes, con varias personas seglares y algún periodista. Pero, sobre todo, por la tarde tuve una rueda de prensa muy interesante a las que asistieron todos los medios de comunicación de mayor importancia. Les dije que el tema principal sería informarles acerca de la reunión de Puebla, pero luego surgieron muchas preguntas acerca de la situación de la Arquidiócesis y, sobre todo, de sus relaciones con el Gobierno. En lo cual reafirmé la posición de la Arquidiócesis de estar dispuesta como Iglesia verdadera al servicio del pueblo, para las cosas que se refieren a Dios y que la relación con el Gobierno, como con cualquier otra organización en el mundo, será siempre en función de su misión de Iglesia.
En ORIENTACION de esta semana se publicará la versión de esta entrevista, que resultó muy cordial y muy interesante.
Más tarde tuve reunión con personas que han sufrido en las cárceles y que milagrosamente han escapado y cuentan aquellas situaciones tan difíciles y la esperanza que les dá la Iglesia cuando está en defensa del que sufre.
A las ocho de la noche fui a la Iglesia del Carmen, en la Colonia Roma, invitado por un grupo de Encuentros Conyugales, donde les dí también una palabra de aliento y como el mensaje de Puebla considera como una pastoral prioritaria el trabajo con los matrimonios y la familia.

Miércoles, 21 de febrero
Entre las visitas de la mañana vino el Decano y otros colaboradores de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional para invitarme a dar una conferencia acerca de la Iglesia en América Latina. Yo les propuse que en vez de una conferencia fuera mejor una mesa redonda, lo cual les pareció muy bien. Y me autorizaron para buscar mis colaboradores sobre el mismo tema.
Por la tarde recibí una visita de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos del Canadá, que se mostraron muy interesados de conocer la situación de los Derechos Humanos en El Salvador, habiéndoles procurado, junto con la Secretaría de Información, bastante material informativo. También tuve una entrevista con un periodista holandés que versó sobre el mismo tema.
La noche, en casa de doña Ana Margot Méndez, con otros padres jesuitas cenamos y platicamos de temas muy importantes de la vida de la Iglesia y de la UCA.

Jueves, 22 de febrero
Hoy se celebró en el salón parroquial de San José de la Montaña la primera reunión del Consejo de pastoral. Tenía mucha ilusión de asistir, pero una circunstancia inesperada me privó de estar con esta reunión de tanta vitalidad para la Diócesis. Le encomendé al Vicario General, Monseñor Urioste, y al secretario del Consejo, Padre Astor Ruiz, que dieran el giro conveniente a este nuevo instrumento de nuestra pastoral arquidiocesana. Lastimosamente faltaron muchos laicos que debían representar a sus diversas vicarías y se dio cita para una reunión en el próximo mes.
Por la tarde asistí, en Apulo, a un retiro espiritual de los seminaristas. Celebré la Eucaristía en el patio frente a la Iglesia, donde compartimos, en torno del altar, a la luz de la Palabra de Dios, inquietudes de la pastoral vocacional y del Seminario. Me dio mucho gusto la confianza y la franqueza con que los seminaristas expusieron sus inquietudes. Es una juventud de mucha esperanza para nuestra Arquidiócesis.

Viernes, 23 de febrero
En la parroquia del Calvario de Santa Tecla se concluye este día una reunión para preparar catequistas y también como promoción de cristianos de toda la Vicaría de La Libertad. El Padre Benito Tovar, Vicario de este departamento, junto con el Padre Xavier, Párroco del Calvario, compartieron conmigo la concelebración, ya que han sido ellos los que han llevado este cursillo que parece muy fructuoso, dada las intervenciones de los participantes en la Misa.

Este día también, el señor Zeledón, de la agencia de carros Toyota, me trajo el nuevo carro que voy a cambiar por el anterior, que todavía me lo valúan un poco alto y por necesitarlo para mi Ministerio.

Sabado, 24 de febrero
En el Colegio de La Asunción, reunión de la CONFRES para conocer los resultados de la reunión episcopal de Puebla. Participamos todos los que asistimos a esta conferencia general, es decir, el Padre Jon Sobrino, el Padre Jesús Delgado, el Padre José Luis Bourguet y como Presidente de la CONFRES, el Padre Francisco Estrada. La asistencia era extraordinaria, creo que más de 300 entre religiosos y religiosas y se nota muy buen espíritu para adoptar el documento, las conclusiones de Puebla y encarnarlas en la pastoral de nuestra Arquidiócesis. Yo me alegré de poder decir que Puebla no ha sido una sorpresa para nuestra Arquidiócesis, sino que sus lineamientos pastorales, ¡gracias a Dios!, se marcan en la misma línea en que nosotros vamos caminando. Y así les animaba a seguir fieles en comunión con el Arzobispado y con toda la línea pastoral que hemos heredado de Monseñor Chávez, y que gracias al esfuerzo de todos, va haciendo florecer nuestra comunidad arquidiocesana y nuestras comunidades parroquiales, comunidades religiosas, comunidades eclesiales de base. Invité a alimentar a la Diócesis de esa fuerza insustituible, que es la oración y el testimonio de una vida consagrada que sea imagen fiel de la presencia de Cristo entre nosotros.

Domingo, 25 de febrero
La Misa en Catedral siempre concurrida y muy animada con una participación verdaderamente litúrgica, viva, eclesial. La respuesta de Cristo a la objeción de que sus discípulos no ayunan, mientras los de Juan y los fariseos si, me dió el tema de la homilía: “CRISTO EL NOVIO DE LA IGLESIA”. Para hablar de esa novedad, alegría y entusiasmo, esperanza que el cristianismo dá, cuando se tiene fe de que Cristo vive con todo su amor dentro de nuestra Iglesia.
Después de Misa, tuve muchas visitas de gente del pueblo, que siempre se apresura a conversar aunque sea brevemente con su Obispo.
Almorcé con las religiosas del Colegio de la Sagrada Familia. Por la tarde, participé en el Externado San José en la celebración del décimo aniversario de la parroquia de Zacamil. Su trabajo con las comunidades eclesiales de base, se ve muy fructuoso, ya que aquella gran aglomeración que llenaba primero el teatro y luego la Iglesia del Externado, demuestra que hay mucha conciencia de vida cristiana y comunitaria entre los feligreses de aquella parroquia, a la que asistieron comunidades de diversos sectores de la Arquidiócesis.
Por la noche, fui a la Iglesia de San Jacinto a dar posesión al nuevo párroco Padre Eduardo López Molina, que va a sustituir al Padre Bobadilla el cual pasa a Ilobasco. Hablé de la tradición ya larga que los padres paulinos están escribiendo en esta parroquia de San Jacinto. Les agradecí y les exhorté a seguir dándonos los ricos carismas de San Vicente de Paúl en este sector de la Arquidiócesis. Saludé con mucho cariño a las hermanas de la Caridad, en su asilo de ancianitas, donde se recogen tantos méritos de religiosas que han dado su vida por la caridad cristiana. El entusiasmo también de los fieles, sobre todo, de los niños que se acercan al Obispo, demuestra el cultivo pastoral de aquel sector.

Lunes, 26 de febrero
Presidí esta tarde, la Misa en sufragio de don Abraham Rodríguez, antiguo amigo migueleño, padre una religiosa del Sagrado Corazón.
Hubo como unos catorce sacerdotes que concelebraron, lo cual demuestra la simpatía para esta familia.
Por la noche tuve la visita de un joven empresario, el cual presentado por su mamá desde días anteriores, me habló de las inquietudes de empresarios jóvenes como él; de dialogar con la Iglesia acerca de la situación tan difícil del país. Vi un signo de acercamiento que me gustó mucho y, por supuesto, acogí esta invitación aceptando una reunión que se tendrá en esta misma semana.

Martes, 27 de febrero
Desayuné con Monseñor Urioste y el Padre Brito para hablar acerca del funcionamiento de la Curia durante mi ausencia. También asistió el ingeniero Galván, para evaluar el avance de la organización de la Curia. Estuvo presente también el Padre Astor Ruiz para darnos informe de su trabajo en la oficina del consejo pastoral.
Almorcé con las señoras de CARITAS Arquidiocesana y su coordinador el Padre Tilo Sánchez, y otras personas amigas de la señora de Trigueros, en la Colonia San Benito, donde departimos con un sentido muy cristiano.
Por la tarde en la casa “María Eugenia”, de las hermanas de la Asunción, en Planes de Renderos, participé en la Santa Misa, celebrando 25 años de vida religiosa de una de ellas. Les hablé de las relaciones entre la jerarquía y la vida religiosa. Y después departimos amigablemente una fiestecita de familia. Estaban todas las religiosas de la República y me di cuenta del alto cariño que guardan para su pastor, se los agradezco.

Miércoles, 28 de febrero
Es miércoles de ceniza, la función principal, bajo el aspecto litúrgico, fue la inauguración de la Cuaresma a las siete y media de la noche, en la Iglesia del Corazón de María. La Vicaría de esta zona residencial de San Salvador me había invitado para celebrar con ellos la inauguración de la Cuaresma, y yo aproveché para invitar a toda la Arquidiócesis y darle un carácter diocesano a la ceremonia. Esto contribuyó a que la Iglesia que estaba completamente llena y con ese fervor que le da la participación del pueblo. Todos los padres de la Vicaría concelebramos y la ceremonia penitencial de la ceniza resultó muy impresionante; la gente de aquella zona, junto con gente humilde del pueblo recibiendo este testimonio de la verdadera humildad e igualdad humana que es la ceniza y el sentido de penitencia. Una absolución general con las bebidas advertencias y la homilía que les recordaba el sentido de conversión a que nos llama la Iglesia. Todo ésto contribuyó a inaugurar una cuaresma muy fervorosa. Espero, con la gracia de Dios, que ha de redundar en muchas bendiciones para toda la Arquidiócesis.

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