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Enero – Marzo – 1980

Martes, 1 de enero
Año nuevo. El país amanece tenso bajo estas divisiones en el interior del Gobierno. Una crisis ministerial se va planteando cada vez más clara. Parece que los civiles están convencidos de que se trata de un Gobierno militar que se está inclinando a la derecha y que ellos no pueden continuar en este sentido. Trato de comprender y de orientar y decir que, ante todo, vean el pueblo, al que hay que servir.

Como todos los primeros de mes, tuvimos a las cinco de la tarde la Hora Santa en el Hospital de la Divina Providencia, con asistencia extraordinaria. Hablé de la plenitud de los tiempos, de que habla San Pablo y cómo Dios va haciendo en la historia natural su gran historia de salvación; cómo Cristo se ha insertado en la historia y le da sentido sobrenatural a todos nuestros años.

Miércoles, 02 de enero
He amanecido muy preocupado porque me toca hoy orientar esta junta tan trascendental, pero cuento con las oraciones de los enfermos, de las religiosas, y de todos aquellos que se han dado cuenta del momento trascendental que vive nuestra patria.

En la Junta me asesoraron Monseñor Urioste y el Padre Estrada. Los Ministros civiles y demás miembros del Gobierno, civiles, llegaron puntualmente a las nueve y media. Los militares parece que equivocaron el lugar y fueron al Hospital; sin embargo, llegaron un poco atrasados, pero no querían entrar mientras no hablaran conmigo; como que no habían entendido que iban a dialogar con los civiles y estaban renuentes. Yo les dije que prevaleciera el diálogo en bien del pueblo, y que era necesario hablar, que yo les había expresado claramente que se trataba de una Junta con los civiles. Después de alguna conversación con los militares, el Coronel Gutiérrez dijo que era abierto al diálogo y que lo demostraba asistiendo a la Junta. Le agradecí y los llevé a unirse con los civiles, que estaban en lo alto del Seminario, en la biblioteca, donde tuvo lugar la reunión. Les pedí excusas por la tardanza, ya que eran casi las once de la mañana, y les motivé mi papel de pastor, representante de la Iglesia y de salvadoreño, representante de un gran sector del pueblo, para pedirles en nombre de la Iglesia y del pueblo que llevaran a cabo un dialogo franco, sincero y que pudieran buscar una solución al servicio del país. Que no fueran a dar un nuevo sentido de frustración a este pueblo ya sufrido. Me atendieron con mucho respeto. Yo les agradecí y le invité a abrir el diálogo, exponiendo el fondo del problema, del conflicto, buscando luego las muchas convergencias que hay entre los sectores en conflicto y, finalmente, señalando las divergencias para tratar de superarlas. El Doctor Zamora, Ministro de Gobernación, inició exponiendo el fondo del problema. la ambigüedad de los militares, la derechización, como ellos llaman, con lo cual ellos no se sienten a gusto para seguir trabajando y en vez de ser cómplices de un Gobierno Militar que siga amparando la derecha, prefieren retirarse. El diálogo se abrió muy franco entre militares y civiles; aunque daba la impresión que los civiles no querían creer las promesas de los militares, o no veían claras sus definiciones en pro de la proclama, que el Gobierno ha prometido defender. Al final, sinteticé esta reunión, diciendo que yo veía un ideal, que es el proceso revolucionario que ellos tratan de fomentar. También veía dificultades y señalé todo lo que había oído en esta discusión, como eran las ambigüedades de los militares y otros aspectos negativos contra el proceso de promoción de nuestro pueblo. Y en tercer lugar, les dije, que había también oído caminos de solución, siendo el principal la sinceridad, la comunicación y todo aquello que fomente el acercamiento. Y entre estos caminos ofrecí el servicio de la Iglesia, que se estaba prestando en este momento y que estaba dispuesta a seguir prestando.

Parece que se logró un ambiente cordial y que el saludo final, de despedida, fue muy distinto del de la entrada. Pero lamentablemente, mientras salíamos, se oía ya por radio la respuesta del Consejo Permanente de la Fuerza Armada, en la cual afirmaban su posición militar, sí en defensa de la proclama, pero rechazaban varios puntos como anti-constitucionales de parte de los Ministros, y ésto predispuso, porque a las tres de la tarde que iba a ser la Junta para recoger la respuesta de los militares, ya oían por la radio y ni siquiera les mandaron la respuesta, sino que, tuvieron que mandarla a recoger. Son todas estas cosas las que agriaron nuevamente la situación y que ha provocado ya la primeras renuncias de ministros, a las cuales seguirán otras sin duda.

Por otra parte, no pude asistir…

Miércoles 02 de Enero (Continuación)
Al mediodía tenía la invitación del Señor Nuncio para un almuerzo en honor del Cardenal Lorscheider, pero teniendo aquí la Junta que se prolongó casi hasta las dos de la tarde, le supliqué que me dispensara por esta situación, que bien comprendió él. El Cardenal ya me había previsto de que tal vez no iba a asistir y que para él era mucho más importante mi Junta con el Gobierno y que no tuviera cuidado si no podía asistir allá; conceptos que me ratificó cuando nos vimos después de la Junta y del almuerzo. Ya el Cardenal salía para el aeropuerto, lo acompañé; platicamos muy cordialmente. El lleva buenas impresiones de mi trabajo, de la gente con quien ha conversado y cree que se trata de sugerir personalmente al Papa un refuerzo del Episcopado y una solución más radical a la situación de nuestra Iglesia. El cree que mis actuaciones, después de haber leído las Cartas Pastorales, las homilías y haber conversado con gente imparcial e inquieta de la vida de la Iglesia, es un trabajo que merece el apoyo, lo cual me ha dejado a mi nuevamente confirmado en el trabajo que vamos llevando en nuestra Pastoral.

Jueves, 03 de enero
Desayuno con Sigfrido Munés y el Doctor Chávez, con quienes conversamos de la dificultad del momento. El doctor Chávez es asesor de la Democracia Cristiana y del Gobierno y me dijo que estaba ya negociándose, desde hace algunos días, la participación del Partido Demócrata Cristiano y que ahora, en esta crisis del Gobierno, va a negociar su trabajo político, tratando de salvar la situación.

Después del desayuno, él salió para Casa Presidencial, donde han mantenido reuniones todo este día.

Tuve visitas de algunos miembros del Gobierno y me ha llenado de satisfacción la confianza que tienen con la Iglesia y algún bien que se puede hacer orientándolos desde la perspectiva pastoral.

Viernes, 04 de enero
Esta mañana la dediqué a una reunión con cinco sacerdotes de la Arquidiócesis, con quienes hay algunas dificultades en la comunión más íntima, por aspectos políticos de su Pastoral. Pero dialogando muy a fondo y buscando sinceramente la solución de estas dificultades y desconfianzas, he encontrado mucho valor humano, cristiano y sacerdotal que seguiremos cultivando en ulteriores reuniones. Recuerdo que fueron el Padre Rogelio, el Padre Benito Tovar, el Padre Trinidad Nieto, el Padre Rutilio Sánchez, el Padre Pedro Cortez; asistieron también el Padre Juan Macho y el Padre Walter Guerra que me dieron muy buena ayuda por sus orientaciones tan bien centradas y sacerdotales.

Por la tarde, tuve una visita de Católicos Ecuménicos de Suecia, quienes me anunciaron un premio de Paz de este año para nuestra Arquidiócesis, de parte de los cristianos de Iglesias Libres, que así se llaman las comunidades cristianas en Suecia, ya que sólo el luteranismo es oficial. Dicen que para mayo me anunciarán el premio que significa esta noticia que ellos me han traído y la que yo agradecí, en nombre también de la Arquidiócesis.

Tuve también la visita del Doctor Guillermo Ungo, que acaba de renunciar como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, junto con otros políticos, para analizar la situación y ver que siempre hay esperanzas de salida para esta situación tan difícil. Me habló por teléfono el otro miembro de la Junta que ha renunciado, el Ingeniero Román Mayorga, quien se dirige en viaje de descanso a México.

Sabado, 05 de enero
A mediodía llegaron los dos miembros de la Junta de Gobierno, militares, Coroneles: Gutiérrez y Majano. Los atendí con Monseñor Urioste y fue un sincero diálogo de los problemas como ellos los ven y de sus esperanzas de salida. Tuve oportunidad de reafirmar mi pensamiento, buscando siempre un servicio al pueblo, para que no se vayan a poner nuevos motivos de fracaso. Ellos creen que la renuncia masiva ha sido una experiencia muy buena, una crisis, pero que no es propiamente un fracaso. Hay optimismos en ellos, en sus negociaciones con la Democracia Cristiana y también con las negociaciones que se van a propiciar con los grupos populares, para procurar siempre un Gobierno que sea del pueblo y para el pueblo. Almorzaron con los sacerdotes que estaban conmigo ayudándome a reflexionar la situación para la homilía de mañana.

Por la tarde, visita del Rector del Seminario y del Padre Rafael Urrutia, encargado del Seminario Menor y de la Comisión de Seminarios. Al Padre Urrutia le encargué, además, que fuera como mi Secretario particular, que nos mantuviéramos más cercanos ya que es un sacerdote joven, inteligente y activo y, por eso, que procurara por lo menos llamarme por teléfono y venir a comer de vez en cuando al Hospital. Tratamos varios puntos de seminario, ya que, en eso, llegó también el Padre Jesús Delgado y nos dió magníficas sugerencias, entre ellas la de crear ya para este año, al año de propedéutica para que se inicien así los que ingresan a primer año de filosofía y se les dé, más bien, introducciones al Espíritu Sacerdotal, vocacional y todo esto que significaría una especie de noviciado, que no es muy necesario para saber a dónde se han metido quienes han venido a veces de colegios donde no han oído hablar de Seminario ni de vocaciones. Se procurará tener ésto en Domus Mariae; se le pedirá la colaboración al Padre Juan Macho Merino, que tiene allá, en la vecina parroquia de San Francisco de Mejicanos, un grupo de estudiantes pasionistas, y se trató también de dar un año de diaconía a los téologos que van a hacer su cuarto año y que les vendrá muy bien para poderse preparar así mejor, en más comunión con el pueblo, para su futuro sacerdocio; en fin, otras iniciativas de carácter de seminario y apostolado juvenil que resultaron muy útiles en esta reunión improvisada.

Domingo, 06 de enero
Ha sido un domingo muy lleno de trabajo y de satisfacciones pastorales. La Misa de la Epifanía la celebré en Catedral y comparé, en mi homilía, el momento de El Salvador con aquella turbación que el Evangelio nos menciona de Jerusalén, cuando los magos buscan al Rey y que buscáramos, con el mismo espíritu, la salvación de nuestro pueblo que, ciertamente, Dios la tiene; ya que la Epifanía nos muestra que Dios ha venido para salvación de todos los pueblos. después de la Misa hubo una pequeña reunión de prensa, ya que durante la Misa había habido bastantes representantes de prensa, televisión y radio y conversamos sobre los puntos que había dicho en mí homilía y otros aspectos de la situación actual del país. Un periodista suizo, también me suplicó una entrevista más privada para el día siguiente en el hospital.
Luego fui a la Parroquia de Aculhuaca, donde los catequistas habían preparado un bonito grupo de jóvenes y niños para la confirmación. También me aproveché de la celebración de Epifanía para hablar de esa vida de Dios que nos ha traído Cristo y que se sigue repartiendo por medio de los sacramentos. Después de almuerzo, una reunión con el pequeño grupo de pastoral. Noté bastante división y desorientación y que recriminaban bastante al párroco por el descuido en atender las comunidades. Creo que el Padre Crespín tomó nota para poder dar respuesta práctica a esta situación de su parroquia.

Después de almuerzo y un pequeño descanso, fui a la Comunidad de Rosario de Mora, donde las religiosas Oblatas al Divino Amor trabajan y han logrado una comunidad muy viva; se ve mucho acercamiento de jóvenes y niños y se nota, de verdad, que se vive allá el espíritu pastoral y se sigue con verdadera solidaridad la línea pastoral de nuestra Arquidiócesis. Tuvimos una primera comunión con una preparación litúrgica muy bien realizada y después una convivencia con los trabajadores de pastoral, entre la alegría de los niños que reventaban sus piñatas de primera comunión; en fin, un ambiente de familia que es lo que Cristo quiso al fundar su Iglesia, la familia de Dios.

Por la noche, junto con el Padre Moreno atendimos una entrevista que ya se había anunciado de un representante del Bloque Popular Revolucionario, quien nos expuso su pensamiento actual, su análisis de la situación del país, y he notado un cambio bastante grande en su apertura al diálogo con las otras organizaciones, incluso esta invitación que hacen a la Iglesia, la cual aprovechamos para inspirar el seguimiento pastoral que queremos hacer a todos aquellos cristianos que se incorporan a estas organizaciones políticas populares, a fin de que se salvaguarde la fe de esta gente en estas militancias. Para mi fui muy esperanzador este diálogo que quedamos de acuerdo en continuar haciendo. Quedó de venir también el Coronel Guerra, que fue el único militar que firmó con los civiles la renuncia de sus cargos ministeriales y el cual, sin duda por eso, ha sufrido alguna venganza ya que le ametrallaron su carro y milagrosamente no le sucedió nada. Lástima que ya era muy noche y no vino, aunque yo traté de contactarlo por medio del Padre Chus Delgado. Espero que no haya nada trágico en este momento para este coronel.

También hablé por teléfono a Héctor Dada, que fue Ministro de Relaciones Exteriores y que renunció junto con el Gabinete, pero que como miembro de la Democracia Cristiana ha sido colocado en la Junta Revolucionaria de Gobierno. Vino a buscarme por la mañana y le hablé por teléfono para saludarlo. Dijo que solamente venía a buscarme para saludarme y para hablar un poco de una tragedia que ha sucedido en Chalatenango, donde le han informado que hay unos setenta muertos. Yo le expresé que no sabía más que lo que había denunciado en la Misa, de unos cuatro; pero que era interesante esta noticia y que nos informaríamos y que tuviera muy en cuenta estas situaciones, que son las que echan a perder la buena voluntad del Gobierno. Le auguré que tuvieran éxito y que oraríamos mucho para que el país encuentre una solución en la opción que acaba de hacer, de llamar a la Democracia Cristiana para ayudar al Gobierno a resolver esta crisis.

Lunes, 07 de enero
Fui brevemente al Arzobispado y vi mucha vida en las diversas oficinas. En la Comisión de Pastoral se prepara el estudio de las Comunidades Eclesiales de Base; en la Vicaría General también se trataban asuntos de carácter jurídico de la Diócesis. Había varias personas, sacerdotes, religiosas y fieles que visitaban por diversos motivos las oficinas. Platiqué con el Padre Alas, que trabaja en Concepción Quezaltepeque. Sacerdote muy ejemplar, con quien compartimos varios criterios pastorales que me parecen sumamente centrados, sacerdotales. Gracias a Dios, tenemos sacerdotes de mucho fondo espiritual y sacerdotal. También me dí cuenta del preparativo para la Junta del Clero de mañana, que será un retiro espiritual para enmarcar la entrega de las licencias que se hará en forma solemne.

El resto del día lo pasé en la finca de las hermanas Oblatas al Divino Amor, en un pequeño descanso. Pero al regresar, tenía, por la noche, una entrevistas de mucha trascendencia en este momento de la crisis del Gobierno y del país; vienen muchas consultas o visitas a las que, gracias a Dios, se les atiende con las luces que el Espíritu Santo me está dando y que le agradezco tanto, pidiéndole que su Iglesia sea siempre digna de estar presente en los momentos de nuestra historia.

Martes, 08 de enero
La reunión con el Clero resultó sumamente rica de espiritualidad y de reflexión teológica sobre la realidad de la Iglesia y, de manera especial, sobre el sentido de comunión y de misión, para darle a la entrega de las licencias ministeriales de los sacerdotes y a las cartas que, por primera vez, se dan como documento de autorización a las comunidades de religiosas, tuviera un sentido profundamente teológico. Me tocó exponer la meditación de fondo y proponer unos puntos de reflexión que luego se recogieron en un breve plenario para pasar a la Eucaristía en la capilla del Seminario, donde se celebró la solemne concelebración Eucarística, al final de la cual se entregaron, como una misión a toda la Arquidiócesis, estos documentos que autorizan la verdadera misión del sacerdote en las parroquias y pueblos donde tienen que trabajar.

Por la tarde, fui a Santa Tecla; visité a las hermanas Salesianas del Colegio Santa Inés y quise dar un pésame a doña Concepción de Viguer, pero no pude encontrarla.

Hubo algunas llamadas telefónicas en la casa. Escuché por televisión al Doctor Morales Erlich, presentando los criterios del Partido Demócrata Cristiano, que ha asumido un compromiso, pero condicionado, para ayudar a las Fuerzas Armadas a sacar de esta situación de crisis al Gobierno. Creo que fue una exposición muy clara, muy sólida. Un llamamiento al pueblo para acuerpar una salida democrática, que es la más racional en este instante, ya que las otras serían de extrema derecha, que lleva consigo una tremenda represión, o de extrema izquierda, que sería una revolución que costaría mucha sangre también. Hubo también otras llamadas telefónicas que durante el día habían llegado y que traté de conectar por la noche.

Miércoles, 09 de enero
La primera estrevista de hoy fue con un grupo de religiosas Carmelitas de San José, que van a dejar la Congregación para hacer una experiencia pastoral; van a vivir en comunidad y con el compromiso religioso, pero sin pertenecer ya a su Congregación; estarán en la Parroquia de Guazapa. Les exhorté a tomar muy en serio este problema y hacer una experiencia que sea de mucho bien para nuestra Diócesis. Uno de estos domingos iré a celebrar la Misa y a presentar esta experiencia a aquella comunidad.

Otra entrevista de mucha importancia fue con Monseñor Rivera y el Padre Vega y David, el encargado del Secretariado Social, ya que se trata de aclarar la situación en vista de que, Monseñor Aparicio, recién nombrado Presidente de la Comisión Social, ha nombrado Secretario al Padre Juan León Montoya, sacerdote que no está en sintonía con nuestra pastoral y que puede hacer mucho inconveniente en nuestro trabajo; por lo cual tratamos de volver a su origen Arquidiócesano el Secretariado Social, distinto de la comisión social de la Conferencia Episcopal.

Recibí la visita del Doctor Chavéz que ha pasado toda la noche discutiendo en Casa Presidencial el convenio entre la Democracia Cristiana y las Fuerzas Armadas. Ultimamente estaba satisfecho de haber logrado, en todos sus puntos, propuestos por la Democracia Cristiana, la aprobación y aceptación del Ejército, aunque me indicó algunos puntitos que siempre dejan algún riesgo, si no se realizan pronto; como por ejemplo, la renuncia del Ministro de Defensa que, citando también mi homilía del domingo recién pasado, hicieron ver a la Junta como algo muy conveniente para quitar la figura de represión que puede significar este mando militar. Pero advirtió el doctor Chávez que algún compromiso secreto habrá, puesto que todos apoyan al Ministro que el pueblo repudia ya bastante generalmente. Pero en general, el doctor Chavéz tiene mucho optimismo de que esta reestructuración de la Junta de Gobierno con elementos de Democracia Cristiana y elementos libres, progresistas, puede dar buena solución a la crisis tan aguda de nuestro país.

Me visitó el Padre Mauro Yánez, viejo compañero de nuestros estudios en Roma, y aunque fue muy breve la visita, pero fue muy cordial y de muchos recuerdos.

Fui a la Vicaría de Mejicanos, pero ya no encontré a los sacerdotes reunidos, sino sólo hablé con el Padre Juan Macho, a quien acaban de elegir como Vicario de aquella Vicaría, por lo cual estoy yo muy satisfecho, ya que es un sacerdote muy pastoral y muy espiritual. Platicamos de varios problemas de la Vicaría, pero él cree que llevando el trabajo a nivel de equipo vicarial, todos estos problemas de la Vicaría se irán resolviendo con la ayuda del Señor. Le entregué mi retrato para su comunidad, otro para Domus Mariae y otro para la hermana belga que trabaja cuidando aquella casa de reuniones pastorales y que posiblemente sirva como local para nuestro año de propedéutica del Seminario Mayor.

Por cadena radial se oyó al mediodía la integración completa de la Junta de Gobierno, con dos militares ya conocidos, coroneles Majano y Gutiérrez, y con tres civiles, dos de la Democracia Cristiana, el doctor Morales Erlich y el ingeniero Héctor Dada, y un elemento independiente progresista, un médico de apellido Arévalo, creo. Pero en el ambiente político popular todavía no ha arraigado la confianza en la solución de la Democracia Cristiana aliada con el Ejército y se oye, más bien, la opción por la insurrección popular, que fomentan los grupos de izquierda. Estos han recibido hoy un golpe publicitario muy grande, ya que el ex-Ministro de Cultura, el Licenciado Samayoa, públicamente se retira a la clandestinidad en el Movimiento de Liberación Popular Farabundo Martí. Ha causado gran revuelo la noticia y se comenta de diversa manera. En mi entrevista por radio, dije que, primero era respetar su opción, desde luego que la habrá tomado muy en conciencia y sacar las lecciones de esta opción, lo cual denuncia la cerrazón de la extrema derecha que no admite soluciones pacíficas, sino los medios violentos que propician estos grupos de izquierda y también la culpa del Ejército que ha acostumbrado a reprimir las aspiraciones de un pueblo y el cual cree que no hay otra manera de defenderse sino con la misma arma: ¡la violencia!.

“Ojalá”, decía yo en mi comentario, “que este caso del Licenciado Samayoa haga pensar que va quedando poco margen para soluciones pacíficas racionales, y que hay que urgir a todos los que puedan hacer algo, para que esta solución pacífica y racional lleve adelante los cambios y no haya necesidad del baño de sangre que se ve venir”.

Don Ernesto Rivas Gallont me trajo la respuesta del Gobierno de Sur Africa y de la familia del ex-embajador Dunn, que está secuestrado, y en la respuesta se pide a los secuestradores que tengan en cuenta los esfuerzos que se están haciendo y que no pidan condiciones superiores a la capacidad tanto de Africa del Sur como de la familia Dunn. Yo soy el medianero y espero que vengan los elementos clandestinos a llevar esta correspondencia, a la cual agregué una carta mía haciendo un esfuerzo por salvar la vida del señor Dunn.

Platicamos con el Padre Moreno y Monseñor Urioste sobre asuntos de la Secretaría de Comunicación Social. Esperábamos una entrevista de miembros del Bloque Popular Revolucionario, pero no vinieron.

Jueves, 10 de enero
La superiora del Colegio de la Divina Providencia trajo una carta en nombre de la Superiora General de la Congregación de Pasionistas, anunciando que no pueden seguir sosteniendo la comunidad de religiosas de San José Villanueva. En privado conversamos varios aspectos que motivan esta remoción y la Madre General se ofrece a explicármelo mejor cuando venga a fines de este mes.

Hubo tres reuniones importantes en la oficina de la Arquidiócesis esta mañana. Una con los Vicarios y Cancilleres para tratar asuntos de algunos sacerdotes y situaciones parroquiales; otra del Seminario para estudiar los informes de los seminaristas y otra de la radio YSAY, para estudiar aspectos legales de esta Sociedad Anónima, del auditor, que actualmente no tiene, y en cuanto a difusión de pensamiento, estudiar los comentarios de YSAX al mediodía. El conflicto principal con el nuevo gerente, señor Napoleón Navarro, es que él quiere tener mejor conocimiento y hasta censurar este aspecto que tiene mucha trascendencia; en lo cual me parece que es justo su deseo, pero por otra parte, no quiero que se pierdan estos valiosos comentarios que ya son muy escuchados en nuestra Emisora.

Por la tarde, tuve la visita del padre encargado de la Compañía de Jesús para asuntos centroamericanos en Roma, junto a la Curia generalicia de los jesuitas. Con él vinieron otros jesuitas con quienes platicamos varios aspectos de nuestra actual situación y de la Iglesia. El Padre Arrupe mandó un saludo especial que yo también le respondí con fraternal cariño, agradeciéndole su apoyo y solidaridad.

La otra visita importante de esta tarde fue la del Ministro de Defensa, Coronel García, junto con el Subsecretario. Expresaron ampliamente sus deseos de transformación en el país y cómo era injusto que se les calificara de “derechizar” el movimiento. En forma concreta, se refirió a mi denuncia del domingo en que pedí la renuncia de este Ministro, ya que era lo que a mí me parece conveniente, después que todos los demás ministros han renunciado y él sigue siendo una figura que entorpece la credibilidad de este proceso de transformaciones en el país. Hubo una amplia conversación que duró casi dos horas.
Visita también de miembros de la Iglesia Enmanuel para tratar asuntos de la próxima celebración de la semana ecuménica. Finalmente, el Padre Gregorio Rosa, me hizo algunas observaciones al trabajo que pienso presentar en Bélgica y del cual debo de perfeccionar varios detalles.

Viernes, 11 de enero
Está mañana ha habido varias visitas de carácter particular, pero algunas de carácter más oficial y transcendente, como fue la entrevista con el Gerente de la YSAX, dilucidando el problema de los comentarios del mediodía. El conflicto ha surgido especialmente por un comentario acerca de la opción del Licenciado Salvador Samayoa, que después de ser Ministro de Educación se ha ido a la clandestinidad, a las FPL, y se presenta el comentario casi elogiando esta actitud y animando a seguirla, ya que parece no haber otra opción en el momento. Esto pareció como una incitación a la insurrección y por eso no se ha dejado publicar en la radio, lo cual ha suscitado tensiones en el grupo de comentaristas. Vino el Padre Estrada y dialogó con el Gerente, Navarro, y con Monseñor Urioste y quedó convencido de las razones que se tuvieron para suprimir este comentario. Por mi parte, les supliqué que siguieran prestando este servicio de solidaridad con la línea de nuestra Iglesia.

Otra visita importante fue la del Doctor Rubén Zamora, del Partido Demócrata Cristiano, quien venía más bien en un carácter particular a buscar un poco de fortaleza, consuelo y orientación, ya que el momento para el partido es sumamente difícil, habiéndolo dejado casi a él sólo para salvar la situación del país, mientras, al otro lado, están las Organizaciones Populares que se unen como para combatir esta alianza del Partido Demócrata Cristiano con el Ejército. Traté de decirle que como hombre de fe y de esperanza, tiene que servir con generosidad al país, y las mismas vicisitudes y riesgos hay que aceptarlos con rectitud de intención; creo que fue satisfecho en su consulta, más bien de carácter espiritual. Por mi parte, creo que debo de animar la esperanza de todos los que sienten la preocupación por el país en un momento tan difícil.

Vino también a exponerme los desórdenes que se notan en la oficina de Cáritas la nueva Gerente que está con muy buena voluntad. Yo le dije que no se desanimara y que, precisamente, por eso se le había llamado, para ayudarnos a que funcionara una verdadera Cáritas de la Arquidiócesis.

El Padre Ramón Vega que va a ser secretario del secretariado social, va a ser también el encargado de Cáritas. He firmado varios nombramientos de Vicarios cooperadores. La Capellanía del Asilo Sara también se la he confiado al Padre Bernardo Amaya. Los padres del Oratorio, que han sido disueltos y buscan el trabajo en la Arquidiócesis, sirviendo a las parroquias de Colonia Luz y 10 de Septiembre, se han organizado como en un equipo para administrar estas dos parroquias. El Padre Brito me enseñó una carta bastante impresionante del Padre Fernando Abad, que se encuentra en Colombia, un poco incierto de su situación pastoral y diocesana. Le mandé decir que viniera, que había mucho trabajo y que nos organizáramos para que no sintiera esta situación psicológica difícil que está viviendo.

El diácono Pedro García, que ha venido de La Ceja, Colombia, me ha dado mala impresión porque quiere hacer prevalecer su ansia de ser sacerdote cuanto antes y no quiere someterse a la prueba del diaconado, que por experiencia, tenemos que poner en nuestra Diócesis. Su último rasgo ha sido una carta pidiendo la excardinación, porque no puede trabajar en la línea de nuestra Arquidiócesis y que ya tiene un obispo que lo va a recibir. Vamos a pedir a qué obispo se refiere, porque tengo que informar su actitud, pero antes lo llamaré pastoralmente para que reconsidere sus pasos.

Por la tarde, una visita muy importante de un periodista que cubre ochenta medios de comunicación social y tuvimos más de una hora una entrevista en la que, gracias a Dios, supe expresarle con la mayor precisión posible la posición de la Iglesia. El me expresó que por todas partes del país y en los diversos sectores con quienes ha conversado, existe mucho respeto y solidaridad conmigo, lo cual le agradecí, diciéndole que mi actitud era, precisamente, de libertad para juzgar las actuaciones de todos desde la luz del Evangelio y, sin duda, por ésto la verdad siempre brillará.

Por la noche, el Padre Paulino que va a tener a su cargo el grupo de estudiantes, vino a visitarme para determinar los últimos detalles de su residencia en nuestra Diócesis. Ha quedado que tomarán la Parroquia de Lourdes y para eso se le comunicará, ya le dije al Padre Cortez, como Vicario General, que le comunique al Padre Mateo Quijada que la Parroquia de Lourdes, que hasta ahora ha sido encomendada a él, se encomendará a esta comunidad Paulina. Los estudiantes Paulinos, igual que los pasionistas ya antes, van a tener a su cargo, además de su estudio en el Seminario, esta tarea pastoral de la parroquia de Lourdes.

También me visitaron un católico y dos bautistas, que están organizando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos; les agradecí su iniciativa y les he ofrecido todo mi apoyo, ya que es una de las ideas que el Concilio ha impulsado para la Iglesia moderna, el Ecumenismo.

También platiqué con un empresario joven, progresista, que siente el conflicto tan tremendo del momento, frente a una oligarquía a la que él pertenece, por categoría económica, pero de la cual está muy lejos por su sensibilidad social; con otros de iguales sentimientos, tratan de ser colaboradores en las transformaciones del país y piden orientación y apoyo, que con mucho gusto les dí de mi parte.

He tenido otras llamadas telefónica a varias personas que han querido hablar conmigo y terminamos ya muy noche nuestra tarea, pero con la satisfacción de haber hecho algo por el Reino de Dios.

Olvidaba decir que también el Padre Chus Delgado y Aníbal Romero me han ayudado a expresar mejor lo sentimientos pastorales en el discurso que, Dios mediante, pronunciaré en la Universidad de Lovaina, con motivos de mi Título de Doctor Honoris Causa el próximo 02 de febrero.

Sabado, 12 de enero
Hacia el mediodía me llamó el Coronel Gutiérrez, de Casa Presidencial, para pedirme si podía mediar en el asunto de la ocupación de la Embajada de Panamá donde además está como rehén el Embajador de Costa Rica. Fue, de parte del Arzobispado, a platicar con los ocupantes, que son las Ligas Populares, un bachiller del Socorro Jurídico, pero no quisieron aceptar esta mediación, pues ya la han pedido los Embajadores de Venezuela y México; así respondí al Coronel Gutiérrez y agradeció, por lo menos, nuestra buena voluntad. Pero la situación ha seguido lo mismo en la Embajada de Panamá.

Supimos por la tarde que, en Arcatao, las dos religiosas guadalupanas habían sido capturadas como rehenes, por un Guardia Nacional, que ha sido capturado por alguna Organización Popular. Nos dirigimos al Ministro de Defensa y éste mandó de la Guardia Nacional que fueran a investigar y, gracia a Dios, a media noche, regresaron las hermanas, las cuales informaron que, efectivamente, habían estado prisioneras, separadas, con la amenaza de que, si no aparecía el guardia que habían capturado las agrupaciones, las iban a matar a ellas.

Almorcé con los sacerdotes Fabián Amaya, Monseñor Urioste, Rafael Urrutia y la señorita Doris Osegueda, para asesorarme de la situación de la semana. Es interesante el criterio de Iglesia con que se orienta esta consulta, que yo siento necesaria para mi homilía.

Por la tarde, la visita de un periodista mexicano, que cubre unos ochenta medios de comunicación social. La conversación se prolongó por más de una obra y resultó muy interesante acerca de la situación del país y del papel que la Iglesia está jugando en este momento.

Domingo, 13 de enero
Celebré como de ordinario la Misa de domingo en Catedral con bastante asistencia. El tema fue el bautismo de Nuestro Señor y nuestro bautismo, que nos compromete a ser mejores ciudadanos; hubo aplausos, como otras veces; hubo agentes de televisión de Guatemala y de “algotro” país. Después de la Misa, unos obreros de fábricas en huelgas se tomaron la Catedral. Me indicaron que no se trataba de una ofensa a la Iglesia, sino de pedir una presión para poder dialogar con la parte patronal, que se niega, en esta huelga, y que afecta a muchos obreros, y me pedían que hiciera yo el papel de mediador para acercar a los patronos y dialogar con ellos. Les ofrecí mis servicios, pero también les hablé de que no era conveniente esta actitud de tomarse el templo porque estorban el culto de nuestra Iglesia; sin embargo, ha seguido ocupada todo este día. Después de Misa tuve una rueda de prensa y también de televisión, en la cual se hicieron las preguntas de costumbre sobre la situación del país; los periodistas temen, y por eso dicen que tendrán que seguir aquí en El Salvador, cualquier desenlace que pueda venir sobre todo si es de carácter sangriento. Esperamos que sean prudentes los hombres y sepan negociar a tiempo. Lástima que hay mucha gente animada por este espíritu de violencia y ya están llamando casi a la Insurrección Popular.

Por la tarde, fui a San Pedro Perulapán, donde el Padre Solórzano dirigía una reunión de laicos de todo el departamento de Cuscatlán; conversé con ellos y se ve que hay muy buenos laicos que son una esperanza para nuestra Iglesia. En la Misa, la Hermana Beatriz, una de las dos que fueron capturadas en Arcatao, dirigió la palabra y expuso la situación de Arcatao, donde según habían amenazado, si a las dos de la tarde no devolvían al guardia prisionero, iban a hacer un operativo muy cruel en aquella región. Se hizo un llamamiento, tanto a los que tienen al guardia para que lo devuelvan, como a la Guardia para que no vaya a proceder con espíritu de venganza. También una Comisión Ecuménica aprovechó la cátedra de la homilía para invitar a celebrar el Octavario de la Unidad, que como siempre será del 18 al 25 de enero.

Lunes, 14 de enero
Está mañana, tuvimos la reunión de Senado Presbiterial; se habló de mi próximo viaje a Bélgica. Se me recomendó ir a Roma llevando informes objetivos para cotrarrestar cualquier parcialidad que allá pudiera filtrarse. Se habló también de la renovación del Senado y de los vicarios, el próximo mes de marzo. Luego, entramos de lleno a analizar la situación política del país y gocé mucho viendo la madurez de mis sacerdotes en esta reflexión realista, a pesar de tener criterios diversos en política. Sin embargo, hay una sola visión pastoral y noté crecimiento en el sentido de Iglesia. Por lo cual, los felicité y les supliqué seguirme asesorando para que en este mar revuelto de la política de la patria, nuestra Iglesia sea conducida con criterios evangélicos y pastorales que la hagan útil, precisamente, a este torbellino que nos rodea.

Estuve esperando los mensajes de las Fuerzas Liberadas para tratar el asunto del secuestro del Embajador de Sur Africa, pero no vinieron; espero que, mañana, vengan a recoger una respuesta interesante.

Por la noche, tuve un análisis de carácter psicológico con el Doctor Semsch, quien reafirme que la posición que estoy tratando de llevar es la correcta; una línea vertical que haga honor a la predicación, a la mentalidad de la Iglesia. Analizamos algunos puntos negativos y ha sido para mí una reflexión muy enriquecedora psicológicamente.

Este día también fui a visitar a las dos hermanas guadalupanas que sufrieron recientemente en su comunidad de Arcatao. Allá fue prisionero de un grupo de organizaciones populares un guardia nacional y quisieron hacer como rehenes a las dos religiosas y a un hermano que estaba con ellas trabajando en Arcatao; las llevaron a la cárcel y las amenazaron que, si no aparecía el guardia nacional, ellas iban a sufrir las consecuencias: ¡las iban a matar! Aquí acudimos al Gobierno y gracias a esta intervención fueron a recogerlas, lo cual pareció una cosa muy difícil, ya que el Director mismo de la Guardia dijo que cuando estos agentes se insurrecionaban, no obedecían a ninguna autoridad, pero, gracias a Dios, las religiosas pudieron volver. Llegaron a medianoche, casi a las dos de la mañana, y fueron entregadas después de pasar por el cuartel general de la Guardia, en el Arzobispado, donde las recibió el Padre Rafael Urrutia y el Padre Salvador Colorado. Ellas están muy apenadas con los sufrimientos de aquella gente, ya que de no aparecer el guardia, sin duda que habrá venganzas muy crueles en todo aquel sector.

A últimas horas de la noche, me llamó la Directora del Colegio Guadalupano para decirme que la Superiora General había ordenado que se fueran para México las dos hermanas, mientras pasaba el peligro que aquí pueden correr. Yo objeté que no era para tanto, y que podían, en el mismo colegio, pasar unos días; sin embargo, es orden superior y mañana el Vicario General, Monseñor Urioste, irá a hablar con las guadalupanas para dar la opinión de nuestro Arzobispado y ver si en este diálogo se hace con más tranquilidad el enfrentamiento de esta situación.

Martes, 15 de enero
Este famoso día del Señor de Esquipulas en nuestra Arquidiócesis se celebra en San Bartolomé Perulapía, en Colón y en Aguilares, donde al Santo Cristo se le da el título del Señor de las Misericordias. A esta comunidad fui a celebrar la Santa Misa; la iglesia estaba repleta de gente; íbamos a inaugurar la clínica asistencial que atiende allá un médico muy abnegado junto con el Padre Octavio Cruz y las religiosas Oblatas al Sagrado Corazón. Hay muchos catequistas y hay comunidades muy vivas, recuerdos del Padre Grande y de los jesuitas que trabajaron tan intensamente en aquella pastoral. Quedé muy satisfecho de la vida de aquella liturgia. Mi mensaje fue enfocar “EL CRISTO CRUCIFICADO CON SU MISTERIO DE ENCARNACION, DE CRUCIFIXION Y DE RESURRECCION”, como camino y meta de la promoción humana que todos dentro de nuestra evangelización tenemos que hacer.

Por la tarde, vinieron los mensajeros de las FPL a llevar la respuesta de parte de la familia del señor Dunn, ex-Embajador de Sur Africa, que está secuestrado. Envié…

Martes, 15 de enero (continuación)
Envié una respuesta a las FPL, por medio de las personas encargadas de esta comunicación. En ellas iba la respuesta de la familia del señor Dunn y también una carta mía en que invocaba los valores humanos para que se diera libertad a este pobre hombre, cuya esposa está gravemente enferma.

Relacionados con este mismo secuestro, estuvieron don Ernesto Rivas Gallont y otro pariente que, independientemente de don Ernesto, quiere que represente yo mejor a la familia y sea el único trámite para acelerar la resolución de este penoso asunto.

Vino también a conversar un delegado del Bloque Popular Revolucionario y lo atendimos junto con el Padre Rafael Moreno y es admirable cómo tienen capacidad de análisis y tienen ideas políticas muy claras. Por nuestra parte, más bien tratábamos de ver lo que interesaba para la misión de la Iglesia.

Junto con un grupo ecuménico, preparé la grabación para la entrevista de mañana. Un tema muy agradable y ameno fue el del ecumenismo, bajo diversos aspectos desarrollado en forma de una conversación de carácter natural.

Monseñor Urioste me informó de su visita a las religiosas guadalupanas donde están decididas a llevarse a México las dos religiosas que sufrieron persecución en Arcatao. También me informó Monseñor da la reunión con los comentarios de YSAX para resolver un impasse en que se encontraba este programa. Todavía quedaron alguna cosas por resolverse últimamente.

Miércoles, 16 de enero
Desde anoche, como a las once, el Padre Fermín Sáinz me anunció la visita de la esposa de don Jaime Hill, secuestrado por el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y han señalado para este día, a las siete de la noche, su ejecución si no se cumplen las condiciones que han puesto y que, confidencialmente, me explicaron que se trata de veinte millones de colones y que ellos han hecho todo lo posible por conseguirlos y no han podido alcanzarlos, dada la situación de congelamiento de los bancos y otras leyes que les imposibilitan conseguir, ni siquiera prestada, una cantidad tan exhorbitante y han venido a pedirme la mediación, que diga unas palabras por radio, para que las oigan los captores, sobre la situación tan difícil de la familia, pidiendo una prórroga a este plazo perentorio y una negociación para cubrir lo posible esas condiciones. Yo hice una grabación para que la pasen por la YSAX, en este sentido de llamamiento, y ellos las pasarán también por otras emisiones de radio.

Salí luego para San Miguelito, en Chalatenango, donde había una celebración de Corpus. Fue una llegada muy cariñosa. Niños con ramos de pino en sus manos y una subida pintoresca a la altura de la Ermita y del grupo escolar donde fue la Misa con mucha concurrencia de gente. En la Misa, tomaron la palabra algunos laicos que expresaron, en forma sencilla pero muy cordial, su solidaridad con el pastor.

Por la tarde, al regresar, traía la inquietud de ver alguna respuesta a mi llamamiento, pero no ha habido más que una confirmación de las condiciones que se publicaron por algunas emisoras, diciendo que prolongan, pero por corto tiempo, el plazo y que pueden, perfectamente, esta familia, hacer uso de su dinero que tienen en el extranjero y no aceptan ninguna otra negociación.

Recibí también la visita del Padre Estrada con Eddie Stein, quienes se preocupan del programa del mediodía, los comentarios de la YSAX. Yo he visto también la conveniencia de que sea una voz de la Emisora, pero les pedí que se sometieran a una previa censura para evitar los conflictos que han llevado a suspender este programa por estos días.

Hablé también con Monseñor Rivera por teléfono para manifestarle mi sorpresa acerca de la Conferencia Episcopal y mi propósito de no asistir a la próxima reunión.

Recibí llamado telefónico de Monseñor Marcos McGrath, el Arzobispo de Panamá, quien también fue solicitado de hacer un llamamiento a propósito del secuestro mencionado y me dijo que lo había hecho, pensando que no tendría yo inconveniente y que había aprovechado para hacer un llamamiento también para unas soluciones pacíficas en El Salvador. Supe también que se había referido al asunto el señor Arzobispo de San José de Costa Rica, a través de la Cadena Centroamericana de Radio.

Tuve una entrevista con un periodista brasileño sobre la situación del país y el papel de la Iglesia. Este día se comenzó en Domus Mariae una serie de estudios sobre Comunidades Eclesiales de Base que va a durar tres días. Lamentablemente, yo confundí la fecha y me comprometí con una salida estos dos próximos días a La Palma, por lo cual, supliqué a Monseñor Urioste que estuviera presente y cuidara mucho el sentido eclesial de esta reunión. Según me informó, el trabajo del primer día ha sido muy positivo y que él no tiene preocupaciones mayores ya que todo ya procediendo bien.

Hoy terminamos el discurso que voy a pronunciar en Bélgica y mañana, primero Dios, lo mandaré por correo aéreo de entrega inmediata. Los detalles de mí viaje están ya también precisados. Iré por Iberia a Madrid, Roma y de allí a Bélgica, para aprovechar en Roma algunos negocios con las Congregaciones de Obispos, de Seminario y visitar a Monseñor Pironio y, si es posible, también la Secretaría de Estado.

Jueves, 17 de enero
Desayuné con Monseñor Rivera y comentamos la situación de la Conferencia Episcopal y nuestras relaciones pastorales.

Luego me fui para La Palma, donde el Padre Vitto Guaratto me ha preparado dos días de visita pastoral. Salimos de La Palma inmediatamente para San Ignacio, el pueblo filial de esta parroquia, donde un grupo pequeño, pero muy cariñoso de cristianos, me dió la bienvenida y celebramos en la Iglesia una bonita ceremonia de confirmación y primera comunión. Platicamos, al final, con el grupo que ayuda más íntimamente al padre, me pidieron que fundáramos allá una comunidad de religiosas y conversamos con el padre de la posibilidad de llevar dos o tres hermanas Franciscanas. Almorzamos en La Palma y nos fuimos inmediatamente a las pintorescas cumbres de Las Pilas, una carretera sumamente empinada. El jeep se nos descompuso a medio camino, pero aprovechamos el otro jeep que llevaban las hermanas que trabajan en Citalá, otra población filial de La Palma. Pasamos por un lugar que se llama Miramundo, y es la cumbre más alta de El Salvador, a dos mil doscientos metros de altura, y de allí descendimos un poco hacia el valle pintoresco rodeado de pinos de Las Pilas, a donde convergieron otros cantones de aquellas cumbres. Celebramos una preciosa Eucaristía, fuera de la Iglesia porque la muchedumbre no cabía. Una acogida muy cariñosa y se celebraron varias primeras comuniones y muchas confirmaciones preparadas por los catequistas de aquel lugar.

Descendimos ya por la noche, después de haber escuchado muchos mensajes de aquellos fervorosos católicos. El Espíritu Santo hace maravillas en esta gente sencilla, que por otra parte, son promovidos por la Revolución en el Espíritu, que este padre franciscano fomenta con bastante equilibrio.

Después de una noche tranquila en La Palma, celebramos allí, por la mañana, una concentración de fieles venidos de las diversas regiones de la parroquia. La Iglesia estaba repleta, hice muchas confesiones, dimos la absolución general, con la condición de que se confesaran después, y celebramos primeras comuniones y muchas confirmaciones, bien preparadas. En la noche habíamos tenido una reunión con los principales dirigentes de la parroquia que colaboran con el sacerdote. Visité con el padre, luego, la obra que está haciendo: Un centro que es una verdadera universidad campesina, con bastante trabajo, pero una obra muy bien hecha, donde se darán cursos, o se darán retiros espirituales, etc…
El saldo de esta visita es muy positivo y me parece caracterizado por una conciencia de Espíritu Santo, a través de la Catequesis para las confirmaciones. Me dí la idea de que es una gente muy capaz de captar esta revelación que Cristo nos trajo del Espíritu Santo y que lo viven con bastante intensidad, con mucha piedad. Les agradecí por ese tesoro de oración que surge allí y que es como el pulmón, la respiración de la Iglesia. Después de almuerzo, colmado de dones y cariño de esa gente, regresé a San Salvador, donde me esperaba una tarde bastante ocupada.

Se inauguraba esta noche la reunión Ecuménica; ocho días de oraciones por la unidad de los cristianos. Pero no pude asistir a su inauguración porque había en el Hospital de la Divina Providencia visitas muy importantes de problemas que abundan en estos días. Tuvimos también una cena de reflexión sobre la realidad de El Salvador que me pareció bastante iluminada, a pesar de lo complicado de la situación.

Sabado, 19 de enero
Caracteriza esta mañana la reunión general de la CONFRES, donde desarrollé el tema del servicio de la vida religiosa en la situación actual del país, invitándoles a identificarse con la línea de la Arquidiócesis, ya que constituye una de las señales de autenticidad religiosa el saber adaptarse al trabajo pastoral de la Iglesia particular donde trabajan.

Tuve visitas de las familias de los secuestrados, de la familia Hill y del ex-Embajador de Sur Africa. Y abrigan esperanzas, tienen gran confianza en la Iglesia, acuden a ella, agradecen toda intervención. Trato de darles, sobre todo, consuelo y mucha confianza en Dios y de aceptar lo que él disponga y de mantener alto el espíritu para orar y para confiar.

El Padre Moreno y la señorita Doris y el Padre Rafael Urrutia se reunieron conmigo para elaborar el resumen de la semana que me servirá para la homilía.

Domingo, 20 de enero
Estando ocupada la Catedral por sindicatos que reclaman la apertura de sus fábricas que dicen ellos que han sido injustamente cerradas; litigio en que también la Iglesia ha intervenido, tratando de llamar a diálogo a la parte patronal, pero sin lograrlo y por eso la Catedral continúa ocupada, tuvimos que celebrar la Misa dominical en la Basílica del Sagrado Corazón con la asistencia que suele acudir a la Catedral. El pasaje evangélico de las Bodas de Caná me dió la oportunidad de hacer una homilía de optimismo y de alegría, ya que Dios ha querido revelar el Misterio de Cristo y de la Redención bajo el signo de un festín de bodas y que, a pesar de las dificultades y problemas, como el que detectó la Virgen en aquellas bodas, confiaba siempre en la Iglesia porque Cristo está presente en los problemas y dificultades.

Después de la Misa, fui a San Francisco, en Mexicanos, donde se coronaba una vigilia de oración y una profesión de fe, que arrancaba de San Antonio Abad, donde murió hace un año el Padre Octavio Ortiz y cuatro jovencitos que hacían retiro espiritual, y de campaña, frente a la Iglesia de San Francisco, en el Instituto que construyen las hermanas Carmelitas. Una gran muchedumbre asistió a la Eucaristía que concelebramos con los sacerdotes de la Vicaría de Mejicanos y otros amigos del Padre Octavio. Prediqué en la homilía de los dos ámbitos de nuestro mensaje liberador cristiano, la trascendencia, desde donde Octavio y los muertos nos hablan, el fin y el destino de nuestro reino en la tierra, y la tierra, donde nosotros todavía tenemos los pies puestos, para encarnar ese mensaje trascendente, en la medida en que aquí trabajemos por la liberación de nuestro pueblo, por la redención cristiana del mundo, así tendremos también una parte en aquel cielo que es premio trascendente, de los trabajos de la tierra.

Me costó salir porque había mucha gente que saludaba.

Fui a almorzar con las hermanas Oblatas al Divino Amor del Colegio de la Sagrada Familia. Sentí mucho no aceptar la invitación del párroco, que junto con todos los sacerdotes iban a almorzar en Mejicanos, pero yo me había comprometido con esta comunidad religiosa y me esperaban ya para llevarme.

Por la tarde, nuevo encuentro con las familias de los secuestrados. Tengo también un mensaje de los secuestradores del ex-Embajador de Sur Africa y conversamos con las difíciles circunstancias que se proponen como condiciones. A este propósito, también me llama, desde Estados Unidos, la hija del ex-Embajador, sumamente, afligida; traté de darle ánimo y orientarle hacia algunas gestiones que se pueden hacer.

Por la noche, me visitó el Doctor Saca, para Despedirse, porque se va para Estados Unidos con su familia, a instalar su familia y volver. Me dijo que estaba enfermo en su clínica el Coronel Gutiérrez, uno de los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno, y le supliqué que me llevara a verlo. Platicamos, traté de animarlo y de darle el consuelo que la Iglesia suele dar; lo vi bastante sereno, aunque sé que los problemas en el Gobierno son muy difíciles.

Lunes, 21 de enero
Esta mañana, tuve reunión con el Senado Presbiterial para continuar y poner al día nuestro análisis sobre la situación del país y, sobre todo, para ver la actitud que, como Iglesia, debemos de tomar en la Arquidiócesis. Se expuso cómo hay en el ambiente una psicosis, como si todos esperaran próxima una guerra civil. La manifestación que han anunciado para mañana las Organizaciones Políticas Populares, ha causado mucha impresión y la expectativa casi equivale a una espera de la guerra civil. Hemos analizado la situación y es, ciertamente, grave, pero nuestro deber como Iglesia es mantener esperanza y ser superiores a todas las falsas noticias y tratar de vivir en la realidad y, sobre todo, en la conciencia íntima con nuestro Dios. Inculcar ésto a nuestras comunidades es el deber primordial de esta hora.

Respecto a mi viaje a Bélgica, quedamos que nos vamos a reunir dentro de dos días, después de la manifestación, para ver cómo están las cosas y ver que conviene hacer. También se suspendió la reunión de pastoral que se había programado para mañana, en atención a este nerviosismo también.

Entre las visitas que llegaron, la del Diácono Pedro García, que me ha causado mucha desilusión. Después de haberlo formado en La Ceja, en Colombia, él se empeña en irse de la Diócesis porque cree que, en conciencia, no puede seguir las líneas pastorales de nuestra Arquidiócesis. Traté de convencerlo de su error y de que advirtiera, también, como en nuestra Arquidiócesis hay un sano pluralismo, donde caben todas las tendencias con tal que sean legítimamente pastorales. Sin embargo, está dispuesto a irse. Yo le puse dos condiciones; primera, que me dijera a qué Diócesis iba para dar un informe en conciencia y descargar así yo también mi responsabilidad; y segunda, que recuperara a la Arquidiócesis los gastos económicos que se han hecho en él.

Hubo también un contacto con los secuestradores del ex-Embajor de Sud Africa, quienes piden datos sobre el médico que anunciaron que podía ir a verlo. Aproveché de mandarles otros datos que conviene que ellos sepan en favor siempre de la liberación de este pobre secuestrado.
En la radio, a propósito de los comentarios, he tratado de presionar un poco para que no nos dejemos llevar de la cobardía; verdadera prudencia sí; censura, también, racional, pero que no dejemos los programas de los comentarios, ya que son de mucha utilidad para orientar a nuestro auditorio en este momento tan confuso.

El hecho más consolador de este día fue la celebración que tuvimos a mediodía en Apulo, en el Hogar Santa Teresita, donde se ha inaugurado el Seminario de vocaciones tardías. Un grupo de jóvenes que ya pensaban que era imposible para ellos el estudio del Seminario, han encontrado junto con el Padre Fabián, Vicario Episcopal de Chalatenango, una experiencia para poner al día sus estudios y poder continuar en estudios eclesiásticos. Fue hermoso el oirlos, la alegría de su esperanza renacida. Juntamente con esta experiencia, nos sorprendió la promesa de tres jóvenes, que durante varios meses han venido madurando la idea de constituir una comunidad, con promesas de votos religiosos por un año, y a vivir encarnados en la comunidad de Ilopango. Otra experiencia que también vivimos es la de cinco Carmelitas que han dejado la Congregación, pero que continuarán unidas sin dejar su espíritu religioso y de servicio a las comunidades de la Arquidiócesis. Residirán en Guazapa y a mi regreso de Bélgica iremos a celebrar la ceremonia de su incorporación a aquella comunidad. También fue en esta ocasión en que el Espíritu Santo ha mostrado tantos dones, donde dí la confirmación a un estudiante novicio jesuita que tiene que irse a continuar su preparación a Panamá y que recibió en medio de aquel ambiente tan carismático esta preciosa dádiva del Espíritu Santo.

Martes, 22 de enero
Este día fue marcado por la tragedia. Las Organizaciones Políticas Populares organizaron una manifestación conjunta, se dice que la más grandiosa de toda la historia de nuestra nación. Efectivamente, desde el monumento del Divino Salvador arrancaba hacia el centro de San Salvador por cuadras y cuadras; pero a la altura del Palacio Nacional, se inició un tiroteo que desbandó esta preciosa manifestación, que era una fiesta del pueblo. Se refugiaron en las Iglesia, en los almacenes y todos los lugares adyacentes, pero quedaban varios muertos en la calle y también muchos heridos, los que fueron llevados a los centros asistenciales, mientras los muertos se recogián después de ser reconocidos por los jueces. Sólo en la Catedral había por la noche once cadáveres. Ha sido un misterio, porque inmediatamente me hablaron de casa presidencial alarmados por lo que había sucedido y asegurando que los cuerpos de seguridad…

Martes, 22 de enero
Este día está marcado por la tragedia. En 1932, este día se inició allá por occidente, la gran masacre del General Martínez contra una llamada Insurrección Comunista. Conmemorando ese aniversario, se organizó una manifestación de las Organizaciones Populares Política y otras organizaciones de izquierda en San Salvador. Se dice que es la manifestación más grandiosa de la historia nacional. Efectivamente, desde el monumento del Divino Salvador arrancaba esta manifestación hacia el centro de San Salvador, llenando cuadras y cuadras. A la altura del Palacio Nacional, comenzaron ráfagas de metralla contra la manifestación, la cual se dispersó aturdida por todas partes, dejando en las calles varios muertos y muchos heridos.

Muchos se refugiaron en la Catedral, otros en la Iglesia del Rosario y en otros lugares a donde se podían meter. Recibí comunicación de la Casa Presidencial del Ingeniero Héctor Dada, miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno, me informaba que el tiroteo no era de los cuerpos de seguridad, porque todos estaban acuartelados y que se había notado algunos disfrazados de agentes militares que habían participado en esta manifestación y que la queja que se había hecho desde la Iglesia del Rosario, por parte de Marianela García, miembro del Comité de Derechos Humanos de El Salvador, era falsa, la cual había dicho que alrededor de la Iglesia había policías pedían que se retiraran, porque no había tales policías, según el informe del Gobierno, que los tiros que se habían encontrado no pertenecían a armas de los cuerpos de seguridad, etc… Pero por otra parte, reporteros que estaban presentes en los hechos y muchas voces de testigos, señalaban que los guardias que estaban en el balcón del Palacio Nacional habían tiroteado a la muchedumbre; algunos aseguran que hubo una provocación anterior a la actitud de los guardias. El hecho está muy confuso, y por parte de nuestra Iglesia, hemos iniciado una investigación serena para informar nuestro juicio desde la Iglesia.

Hemos tratado de colaborar en esta tragedia, ayudando a evacuar la gente que estaba en Catedral, unos trescientos refugiados, que fueron llevados al Arzobispado, donde se les proveyó de comida y dormida. Han sido aquí muy generosas las religiosas y otras instituciones católicas que se han prestado a colaborar con esta ayuda de la Iglesia. Pero gran parte del pueblo se refugió en la Universidad, donde se calculan unas cuarenta mil almas. La noche ha sido trágica. Ha habido bombas por diversos sectores de la ciudad; una de ellas fue puesta, sin duda, por los de extrema derecha en la antena de nuestra emisora católica, YSAX, la cual ha sufrido algunos daños, aunque no de gravedad. Domus Mariae, donde está la antena, también ha sufrido en sus edificaciones.

En otra intervención a la Casa Presidencial, pedí a Sigfrido Munés, encargado de la Secretaría de Información, que no encadenaran las emisoras particulares a la gran cadena de la Radio Nacional, porque quitaban así la espontaneidad y el pluralismo de la información; pero el señor Munés me contestó que era una táctica para evitar tergiversaciones y que todos los servicios se unificarían a través de la Radio Nacional. Yo insistí en que no se hiciera ésto en forma permanente, sin embargo, la cadena nacional ha permanecido quitando así toda iniciativa y toda participación a las diversas emisoras que habían estado prestando tan buen servicio social e informativo. Ha habido otras comunicaciones con el Gobierno y con los diversos sectores del pueblo, en mediación que ha prestado la Iglesia voluntariamente.

En cuanto a los trabajos de la Curia casi todos los ha absorbido hoy esta psicosis de nuestro pueblo y no han faltado en el Arzobispado muchas visitas, también bajo el nerviosismo de esta situación de violencia.

Miércoles, 23 de enero
Desde las primeras horas, se nos pidió intervención para que se retirara el cerco militar que se ha tendido alrededor de la Universidad Nacional, donde hay más de cuarenta mil personas que se sienten como atrapadas y que piden retiro del cerco militar, para poderse retirar e irse a sus casas. De parte de la Casa Presidencial, a donde acudimos con esta demanda, se nos dijo que la intención de este cerco no era aprisionar a los que están en la Universidad, sino defenderlos de los taques de la derecha, que han sido los que originaron la tragedia desde ayer, y que podían estar continuando sus ataques a los organizados cuando salieran de la Universidad y, por eso, se había puesto estos retener, para evitar que molestaran al pueblo. Hemos insistido en que está manera de interpretar, el pueblo tal vez no la puede comprender; se nos pidió que una comisión del Arzobispado, junto con la Cruz Roja y la Comisión de Derechos Humanos fuera a intervenir a la Universidad, donde ya esa muchedumbre se estaba amotinando contra la guardia, para que tratáramos de convencer de que se iba a retirar el cerco y que fueran prudentes y tranquilos en la salida y que no interpretaran mal el cerco de los militares.

Fueron el Padre Cortés, Vicario General, el Padre Jesús Delgado, el Padre Rafael Moreno y el licenciado Roberto Cuéllar, quienes hicieron su papel de intervención en la Universidad Nacional. Se logró quitar el cerco militar y la salida pacífica de aquella muchedumbre.
Por la tarde, hubo una concentración en el parque, junto a la Catedral, y en la Catedral, donde celebré, rodeado con varios sacerdotes, la Misa por los difuntos y dirigí un mensaje a aquella muchedumbre que rodeaba las cajas de los muertos. El entierro no se hizo esta tarde, sino hasta mañana por la mañana, cosa que me sorprendió, puesto que me habían invitado para la Misa con motivo del entierro, pero así son estas organizaciones que tergiversan o desorientan las cosas para sus fines. De todas maneras la Catedral está prestando este servicio a los pobres.

Por la mañana, este día, tuve dos importantes reuniones: Una con el Senado Presbiterial para analizar lo sucedido en la manifestación de ayer y, más que todo, para tomar medidas de actuación ya en este momento, habiendo sido una de las conclusiones, la comisión que se fue a mediar en la Universidad; quedamos que mañana continuaremos nuestro análisis, sobre todo, para determinar cuál es la función de la Iglesia en este momento. La otra reunión tuvo lugar en el convento de la Parroquia de La Asunción, de Flor Blanca, con la comisión de administración de bienes del Arzobispado. Se hizo un análisis del trabajo que esta comisión está haciendo con tanto sacrificio y con tan buena voluntad, y al mismo tiempo, se señalaron las deficiencias de la función como también de algunas personas en el trabajo del Arzobispado. He tratado de darle más autoridad a esta comisión y de reorganizar el funcionamiento del aspecto financiero de nuestro Arzobispado, el cual se confiará plenamente a la comisión de administración de bienes.

Por la tarde, tuve tres importantes visitas que recibí con el asesoramiento de Monseñor Urioste y del Padre Estrada. La primera fue del señor Embajador de Estados Unidos junto con el Subsecretario de la Secretaría de Estado de Estados Unidos, que se entiende de los asuntos de América Central y del Caribe. Fue una visita de una hora, en la cual analizamos detenidamente la situación y se nota de parte de Estados Unidos un apoyo al Gobierno. Muy confidencialmente nos contaron varios aspectos de sus proyectos y de su buena voluntad para El Salvador y, de nuestra parte, con mucha franqueza, también pusimos nuestros criterios. La segunda visita fue de miembros de la Suprema Corte de Justicia, la cual preocupada de los acontecimientos de ayer, trata de llevar a cabo una investigación y por eso visitaban a la Iglesia, que ellos elogiaron en su trabajo de información y de precisión en sus denuncias y en su funcionamiento en favor de los atropellados en nuestro país. Conversamos largamente y nos dimos cuenta de la buena voluntad de estos abogados para darle a la Corte Suprema de Justicia toda la prestancia que en un sistema democrático tiene el poder judicial, que según ellos dijeron, tiene organismos muy muertos por las tradiciones de nuestro pueblo, pero que deben de reactivarse para defender la justicia del pueblo. Hubo conversación muy cordial y, sobre todo, ideales muy patrióticos. La tercera visita fue del señor Embajador de España, junto con el encargado de asuntos para América Latina. Conversamos largamente asuntos de España y de América y analizamos un poco también la situación de El Salvador, que era lo que más interesaba a este representante del Gobierno Español. Manifestó que mi nombre es conocido mucho en España y me traía una felicitación y un saludo por el trabajo pastoral que aquí estamos desarrollando.

Todavía más noche, llegó el Ingeniero Rosa, hermano del Padre Gregorio Rosa, a conversarme de sus experiencias y de su testimonio de la manifestación de ayer. Ya que él estuvo en la terraza de Catedral y pudo observar bien las actuaciones del Palacio Nacional; sobre todo, del grupo de guardias nacionales que, según él, evidentemente, dispararon sobre la muchedumbre.

Este día también y en el Consejo del Senado Presbiterial acordamos que mi viaje no era tan oportuno en un momento en que el pueblo está sufriendo. Sin embargo, los días que faltan decidirán y, de todas maneras, encomendé al Padre Gregorio Rosa para que me organizara un viaje que ocupa el menor tiempo posible y que, si era posible, aceptaran allá un representante. El Padre Goyo habló con el Padre Juan Deplanke, a Bélgica, pero le dijo que era preferible cortar las actividades que él había programado para diez días en Bélgica, pero que no dejara de ir, aunque fuera sólo a recibir el doctorado Honoris Causa que me ha ofrecido la Universidad de Lovaina. De todos modos, se me ha organizado un viaje sumamente corto, pero que decidiré en los próximos días si lo hago o no.

Jueves, 24 de enero
Una llamada telefónica del Padre Juan Deplanck desde Bélgica me hace decidir el viaje a aquel país, ya que el padre me explica que se han hecho varios preparativos, y, aunque puede reducir mucho el programa, sin embargo, cree que es indispensable que llegue siquiera al acto de recibir el doctorado Honoris Causa de Lovaina. El también está de acuerdo en que la situación de nuestro país es muy grave y por eso hará lo posible de acortar lo más este viaje. Según él, y yo estoy de acuerdo, se trata de un servicio a la Diócesis. De un apoyo a nuestra pastoral y, en este sentido, creo que debo de hacer el sacrificio de ir. Arreglaré, pues, de modo de poder salir el lunes de la próxima semana para estar el sábado, después de haber pasado por Roma, donde tengo algunos asuntos y, el lunes, todavía me lo pide el Padre Juan, el marte de la semana siguiente podré ya emprender el viaje de regreso.

Tuvimos reunión del Senado Presbiterial que con más frecuencia se ha estado reuniendo para analizar la situación tan difícil del país y cumplir la misión de la Iglesia lo mejor posible. Hubo un análisis muy franco y se dieron los elementos para redactar un boletín informativo con el criterio de la Iglesia, acerca de los disturbios con que terminó la manifestación de hace dos días.

En el Seminario hay muchos refugiados de pueblos donde se les persigue, pero ya están saliendo. Se informó en el Senado de la actividad que los representantes de la Iglesia desarrollaron en el desalojamiento de los refugiados en la Universidad, después de quitarse el cerco militar. Es difícil comprender cuál es el verdadero móvil de estas actividades militares, ya que según los civiles de la Junta es para proteger a los mismos refugiados; mientras que las organizaciones y, en general, la sospecha del pueblo, es que se trata de reprimir manifestaciones de las Organizaciones Populares.

Conversé ampliamente con mi hermano acerca de la Organización de la administración Económica y de la combinación administrativa de bienes de la Arquidiócesis. Con buena voluntad, él y los padres de la comisión están dispuestos a prestarme un buen asesoramiento.

Vino también a visitar el Arzobispado la superiora general de la Congregación de Hermanas Pasionistas, que tienen a su cargo el pueblo de San José Villanueva y que, por ir a renovar sus votos, tendrán que dejar esta comisión. Hemos insistido en la conveniencia de no abandonar este campo y aunque sea desde la comunidad del Colegio de la Divina Providencia puedan seguirlo atendiendo. La madre prometió estudiar el caso y resolverlo antes de irse para México.

Por la noche, en el hospital, tuve la visita de la gerente de Cáritas, informándome sobre la actividad con los refugiados pero que puede ser mal interpretada, ya que hay prevenciones contra las Organizaciones Política Populares. Le dije que en estos casos lo que prevalece es la necesidad del hombre y la caridad cristiana.

También, por la noche, vino una representación del FAPU. Me acompañó en la visita el Padre Rafael Moreno y dialogamos como dos horas sobre el análisis que el FAPU hace de la situación y da la salida pacífica; que ofrece; desde el punto de vista de una unión, una alianza, entra las Organizaciones Populares, la juventud militar, y la parte sana del Gobierno, todo en favor del pueblo. El Padre Moreno hizo ver que esta propuesta coincide bastante con lo que yo dije el domingo recién pasado en la homilía. Y de mi parte ofrecí toda la colaboración de la Iglesia a efecto de unir esfuerzos para salvar al país.

Viernes, 25 de enero
Esta mañana vino a visitarme la provincial de los Carmelitas misioneras españolas, Congregación que se ha encargado del cuidado de la Policlínica Salvadoreña, y de dos comunidades eclesiales de la Arquidiócesis, Plan del Pino y La Laguna, en Chalatenango. Platicamos ampliamente de la labor que desarrollan y de la situación del país y mostró su satisfacción de trabajar en esta Iglesia; lo que yo le agradecí.
También vino por la mañana una comisión del PUCA, Partido Unión Centroamericana, para pedirme que hiciera valer la palabra de la Iglesia, en favor de la unidad de Centroamérica, que para ellos sería la mejor solución de la crisis en cada país de Centroamérica. Piden, concretamente, que ayude a conseguir la Personería Jurídica y que las oficinas y funciones de la ODECA se entreguen a este partido, que es el que mejor puede interesarse de los asuntos centroamericanos.
A mediodía vino Monseñor Bambarén, Obispo de una Diócesis de Perú, presidente de la Comisión Social del CELAM. Dijo que venía expresamente a visitarme y también a invitar a algún representante a la próxima reunión de esta comisión del CELAM, que tendrá lugar en Panamá. Cuando le dije que el presidente de esta comisión en la Conferencia Episcopal de El Salvador era Monseñor Aparicio, me dijo que no le gustaba que fuera por las experiencias que se sintieron en Puebla, cuando este señor obispo dió ocasiones de muchos malestares y que mejor invitara otro aunque fuera como invitado; lo cual hicimos hablando por teléfono a Monseñor Rivera, quien aceptó gustosamente la invitación. Con Monseñor Bambarén platicamos ampliamente de nuestra situación; lo siento muy comprensivo, está muy de acuerdo con la línea pastoral de nuestra Arquidiócesis, ya que, él también, en Perú, lleva línea parecida y ha sido objeto de contradicciones, como lo somos aquí. Aquí se quedó en mi habitación y aquí convivió la vida de esta Comunidad. Mientras él salía a dar una vuelta yo tuve reunión con los vicarios generales y los cancilleres para hablar de la ausencia, durante mi viaje a Bélgica. Monseñor Urioste es del parecer que no debía de ir, dada la gravedad de las circunstancias del momento, pero pensándolo bien yo, como me dijo el Padre Juan Deplanck, de Bélgica, haría un servicio a la Iglesia, y reforzaría nuestra línea personal con el honor que allá me prepara la Universidad de Lovaina, por lo cual creo que debo de ir y dejar aquí, durante lo más breve que sea posible, un período de unos cinco o siete días, a los encargados de la Curia con suficiente autoridad.

Sabado, 26 de enero
Esta mañana fui a dejar al Aeropuerto a Monseñor Bambarén, quien se mostró muy cordial y muy contento. Me pidió que le diera una colección de las homilías. Le prometí mandárselas, ya que no las tengo a mano, porque dice que leyó en ORIENTACION la del último domingo y le pareció muy buena, y él quisiera tener otros ejemplares, otras homilías, con gusto le mandaré, lo cual me sirvió a mi de mucho estímulo.
Tuve la reunión para preparar la homilía; casualmente vino antes el Padre EllaCuria y el Padre Estrada, con quienes conversamos situaciones de El Salvador en Estados Unidos, por donde acaba de pasar el Padre EllaCuria, parece que se alarmaron con mi últimas homilía donde hablaba de un proyecto popular y donde no apoyaba tanto a la Democracia Cristiana, porque para Estados Unidos la solución es la Democracia Cristiana, a la que prometen ayudar. Dijimos que no se trataba de complacer a Estados Unidos o quedar bien con nadie, sino de buscar la solución que más conviene a nuestro país. Y los asesores que estaban de acuerdo en lo que yo dije en la homilía. Seguimos conversando sobre un pronunciamiento que, después de oír el parecer del Senado, escribió el Padre Moreno acerca de la manifestación que fue disuelta a tiros. Me parece muy bien, se hicieron también enriquecimientos con las opiniones de los demás y se van a denunciar muchos casos sangrientos que ha habido en esta semana. Haciendo resaltar siempre el aspecto pastoral y evangélico de la Iglesia.
Por la noche, según me anunció el Padre Moreno, vino él con otro joven de las agrupaciones clandestinas a hablar de sus proyectos políticos y en que tuve ocasión de expresar el sentir de la Iglesia acerca de las soluciones violentas, que son las que patrocinan estas organizaciones y que han hecho tanto mal durante estos últimos tiempos. Ellos tienen ya su Ideología y su modo de pensar y es difícil hacerlos cambiar. Creo que la oración por toda esta gente es la mejor manera de colaborar con ellos y de dar a la patria una solución que no esté basada sobre sangre y odio o violencia.

Domingo, 27 de enero
Otra vez la Misa tuvo que ser en la Basílica del Sagrado Corazón, por continuar ocupada la Catedral. La asistencia fue muy numerosa, el tema “CRISTO PROFETA, PROLOGO Y PRINCIPIO DEL MINISTERIO” en el Evangelio de San Lucas, me dió oportunidad para explicar el sentido de la Homilía, ya que Cristo cuando dice “esto se ha cumplido hoy”, dice una verdadera homilía, actualización viviente de la Palabra de Dios. Me referí también al acontecimiento magno de la semana, que fue la manifestación terminada en tragedia y analicé, después de haber consultado con varios sacerdotes, la responsabilidad de un momento en que todos tienen que deponer actitudes de polarización y entregarse a la conjugación de los diversos modos de pensar, para procurar el bien común del país. Después de la Misa, tuve una reunión de prensa. Había gente de televisión de Inglaterra, periodistas de Suiza y de Estados Unidos y de México y conversamos siempre sobre el tópico de la situación del país y del papel de la Iglesia. Al mediodía, vino, como se había anunciado, el coronel Majano de la Junta Revolucionaria de Gobierno, muy sencillo en sus maneras cuando está en privado, conversamos ampliamente de la situación y de sus proyectos, ven con preocupación el momento, pero tienen confianza de ganarse la voluntad de un pueblo al que están tratando de servir. Les hice mis observaciones, tal como las había hecho en la homilía, de que, lo que era interesante era asociarse sinceramente con el pueblo, tomar en cuenta sus organizaciones y quitar el aspecto de represión de estas organizaciones, ya que esta represión de la impresión de que ellos no controlan a la Guardia Nacional y a los otros cuerpos de seguridad y que, con estas actitudes de venganzas y violencias de estos cuerpos de seguridad, le quitan prestigio y credibilidad a la buena voluntad que pueda tener el Gobierno. Almorzamos juntos con las religiosas del hospital, el Coronel Majano estuvo muy cordial y hasta ofreció varios servicios a las religiosa de este hospital.
Pasé la tarde arreglando mi valija para el viaje de mañana a Europa. Tuve, sin embargo, varias actividades de escritorio y de atender algunas visitas, como el Padre Alliet, que me trajo las direcciones de sacerdotes y religiosas belgas que trabajan entre nosotros y a quienes espero poder visitar allá. También, una reunión que íbamos a tener con la Coordinadora Nacional de las Organizaciones, se tuvo que suspender porque sólo vinieron los de las Ligas Populares y los otros se excusaron por tener otras actividades, entre esas, el entierro de miembros muerto del UDN. Y fui a ver al señor Nuncio que había tenido el deseo de entregarme algo, se trataba de una carta en la que me hacen la observación de que yo he dado solidaridad a una reunión ecuménica en el Brasil y que tienen el tema que tratarán como criticando a Puebla y la división del Episcopado y que me recomiendan que asuma una responsabilidad personal si voy a ir a esta reunión. Expliqué al señor Nuncio que me sorprendía, porque yo no he expresado tal solidaridad y que agradecí, sí, la invitación y puse excusas, puesto que no podré salir a tan corto plazo de haber regresado de Europa. El Nuncio dijo que así iba a informar y creo que quedó satisfecho.
Todavía al regreso, hablé por teléfono con el hijo del señor Dunn, que está secuestrado, y a quien traté de darle alguna esperanza y que tuviéramos confianza en Dios.

Lunes, 28 de enero
Este día emprendí el viaje hacia Bélgica para ir a recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Lovaina. La ruta que me organizaron fue en Pan American a Guatemala, Miami, Madrid, a Roma, donde haré dos días de trabajo, y luego Lovaina, Bélgica. A las ocho de la mañana salió el avión, después de haber compartido una despedida con mi hermana, con familiares y religiosas y algunos sacerdotes. El recorrido ha sido muy pintoresco y he sentido un gran descanso, aunque llevo la preocupación de lo que puede suceder en mi país. Pero al salir me recordaba la Madre Luz, Superiora del Hospital de la Divina Providencia, que habíamos rezado en los Salmos de esa mañana, “el Señor apaciente a su pueblo”, y que fuera tranquilo, que todos íbamos a rezar para que el Señor apacentara esta grey que tengo que dejar, aún sin quererlo; pero por ir a cumplir otro deber también en servicio de la Iglesia, porque creo que recibir este honor no es simplemente un homenaje a mi persona, sino que es un apoyo a la Pastoral de nuestra Arquidiócesis y es un apoyo general a todos cuantos trabajan en esta línea que el Concilio Vaticano Segundo ha iniciado para la Iglesia.
Hacia el mediodía estábamos en Miami, donde esperamos varias horas, ya que a las cinco de la tarde salió el avión para Madrid. Después de una noche muy corta, amanecíamos en Madrid, mientras nuestros relojes marcaban las once de la noche.
El invierno hace muy oscura la mañana, parecía pues que era una noche y no ya las siete de la mañana en que los trabajadores comenzaban a ir a sus oficios. Hacia las nueve de la mañana, después de una espera en el Aeropuerto de Madrid, hicimos el último trayecto hacia Roma, con la emoción de siempre, Roma significa para mí volver a la cuna, al hogar, a la fuente, al corazón, al cerebro de nuestra Iglesia. Le he pedido al Señor que me conserve esta fe y esta adhesión a la Roma que Cristo ha escogido para ser la sede del pastor Universal, el Papa. Llegamos al Pensionato Romano, llevados por el mismo Padre Juan Bosco, que tan amablemente nos fue a recoger al Aeropuerto y nuestra primera visita, después de almorzar, fue a la Basílica de San Pedro. El recorrido que siempre me ha gustado hacer, la visita al Santísimo, la visita a la tumba del Apóstol San Pedro, a la tumba de San Pío X, y a las tumbas de los Papas, donde sentí especial emoción al orar junto a la tumba de Pablo VI, de quien estuve recordando tantas cosas de sus diálogos conmigo, en las visitas que tuve el honor y la dicha de ser admitido a su presencia privada.
Después fuimos a buscar al Cardenal Pironio, pero está muy ocupado en el Sínodo de los Obispos de Holanda y me señalará una hora en que pueda recibirme. Hicimos otros recorridos por las calles adyacentes a la Plaza de San Pedro; todo ésto me hace recordar muchos mis años de seminario en el Pío Latino y reviven en mí la fe y el entusiasmo sacerdotal. Nos invitaron a cenar las religiosas Dominicas, quienes muy amablemente fueron a recibirnos; pero no nos pusimos de acuerdo y llegamos antes de que ellas llegaran y no nos encontraron. Nos habían preparado también habitación en su casa de Monte Mario y para compensar un poco esta generosidad, tuve el gusto de ir a cenar con ellas y platicar de las cosas que suceden en nuestra patria.

Miércoles, 30 de enero
Este día ha sido muy denso de la gracia de Dios y de satisfacciones muy íntimas. Comenzó con una llamada telefónica, a las siete de la mañana, que, dado el cambio de horas, me parecía que era… muy de madrugada. Era el Padre Juan Deplanck que llamaba desde Bélgica para saludarme y para suplicarme que prolongara mi estadía en Bélgica hasta el próximo lunes para poder ir a Francia y que había mucha expectativa de mi llegada y de mi conversación con esta gente. Yo le dije que con mucho gusto, sólo que me ayudara a arreglar mi viaje para el martes, o sea, el día siguiente. Después, acudiendo a la cita con Monseñor Pironio, fui a la Secretaría de Estado arreglamos primero nuestra asistencia a la audiencia general del Santo Padre; también visité a Monseñor Enriquez, encargado en la Secretaría de Estado de los asuntos de América Central para decirle que quería conversar con él, pero él me dijo que era más conveniente que hablara con el propio Secretario de Estado, Cardenal Cassaroli, que él me arreglaría la Audiencia. Luego hablé con el Cardenal Pironio, que fue para mi una breve, pero muy animadora entrevista. Me dijo que, él mismo quería verme para comunicarme con alegría que la visita del Cardenal Lorscheider había sido muy positiva y que, el Papa mismo, tenía un informe muy bueno acerca de mí. El Cardenal Lorscheider le había dicho al Cardenal Pironio, que yo tenía razón en El Salvador,que la cosa era muy difícil y que era yo quien miraba claro las circunstancias y el papel de la Iglesia y que había que ayudarme. Supongo que ésto es una síntesis de lo que platicó acerca de su viaje por El Salvador el Cardenal Lorscheider. Le agradecí mucho al Cardenal Pironio y también lo animé, porque él también me dijo que sufría mucho, precisamente, por este esfuerzo en favor de los pueblos de América Latina, y que me comprendía perfectamente. Me recordó una frase del Evangelio que él le da una aplicación especial, “no temáis a los que matan el cuerpo, pero nada pueden hacer con el espíritu”. El lo interpreta que si los que matan el cuerpo son terribles, son más terribles los que acribillan el espíritu, calumniando, difamando, destruyendo a una persona, y él creía que este era precisamente mi martirio, aún dentro de la misma Iglesia y que tuviera ánimo. El resumen fue un aliento muy poderoso que luego me preparó para ir más alegre a la entrevista con el Santo Padre en la audiencia general. A las 10 de la mañana estábamos entrando a audiencia general junto con un enorme torrente de gente que llegaba a la sala Pablo VI, una sala inmensa, pero llena de fieles, que cantaban, aplaudían, rezaban. El Santo Padre, a las once, ingresó desde la entrada hasta el escenario donde tiene su Sede, un largo tiempo ya que va saludando a un lado y a otro, va caminando y ésto le lleva casi una hora. El discurso del Papa…
El Discurso de Su Santidad en la audiencia general de este miércoles 30 de enero fue una prolongación de sus meditaciones que va llevando en esta audiencia general, sobre el Génesis, concretamente, habló de la dignidad del hombre bajo sus dos aspectos humanos del cuerpo, la virilidad y la feminidad, y cómo en la inocencia estaba la felicidad y que la vergüenza en el cuerpo humano era un signo de su pecado en el origen. Una meditación que me pareció muy hermosa, pero también muy profunda, porque creo que mucha gente siente dificultad en comprenderle. Alguien me dijo que el Papa era sumamente interesante al pueblo en sus relaciones de entrada y sus saludos personales, pero que durante el discurso se siente una lejanía, una incomprensión. Es algo que da lástima, porque es un momento en que la gente está muy atenta y cualquier idea por sencilla que sea, pero que sea comprendida puede hacer mucho bien al auditorio. Cuando terminaba su audiencia llamó a los Obispos para bendecir juntos con él al pueblo. Yo tuve la dicha de quedar directamente a su derecha y después cuando saludábamos al Papa, los Obispos, me dijo que después de la audiencia quería hablar especialmente conmigo. Pero tuve que esperar todavía un buen rato porque después del saludo de los Obispos, comenzó su actuación un circo que había llegado para honrar al Santo Padre y pedir su bendición. Hizo números artísticos, divertidos, muy graciosos, que llenaron de alegría a todo el auditorio y, desde luego, al Santo Padre. También saludó detenidamente a un coro que había venido de Polonia, su patria, y con quien se entretuvo muy cordialmente, lo mismo que a los enfermos y a todos aquellos que tenían un puesto privilegiado en la muchedumbre. Cuando terminó todo este largo saludo de despedida, en una salita donde tuvo otras audiencias especiales, me recibió con mucho cariño, me dijo “que comprendía perfectamente lo difícil de la situación política de mi patria y que le preocupaba el papel de la Iglesia, que tuviéramos en cuenta no sólo la defensa de la Justicia Social y el amor a los pobres, sino también lo que podría ser el resultado de un esfuerzo reivindicativo popular de izquierda, que puede dar por resultado también un mal para la Iglesia”. Yo le dije, “Santo Padre, precisamente, es ése el equilibrio que yo trato de guardar, porque, por una parte, defiendo la justicia social, los Derechos Humanos, el amor al pobre, y por otra, siempre me preocupa mucho también el papel de la Iglesia y el que no por defender estos Derechos Humanos vayamos a caer en unas ideologías que destruyen los sentimientos y los valores humanos”. Que estaba muy de acuerdo con sus discursos y que esos discursos me daban mucha fuerza y argumentos para mi actuación y mi predicación. Le mencioné especialmente, sus discursos de México, el de Oaxaca y que aquí estaba precisamente mi doctrina, lo que yo predico y lo que trato de hacer. El Papa sentí que estaba muy de acuerdo en todo lo que yo le decía y, al terminar, me dió un abrazo muy fraternal y me dijo que rezaba todos los días por El Salvador”. Yo he sentido aquí la confirmación y la fuerza de Dios para mi pobre Ministerio. Ya eran las tres de la tarde casi, y me fui a la Curia generalicia de los jesuitas donde lamentablemente no pude aceptar la invitación del Padre Arrupe para almorzar con él, porque ya llegué demasiado tarde. Sin embargo,… sostuve una conversación con él también sumamente interesante. El se alegró de lo que yo le había contado en mis diálogos con el Cardenal Pironio y con el Santo Padre, y me reiteró su solidaridad y el apoyo que los jesuitas me daban. Con toda franqueza me dijo también los temores que puede haber en la Compañía de Jesús, pero lo mucho bueno que allí hay, y que el discurso del Papa a los jesuitas, que tanto revuelo hizo como una reprobación, era todo lo contrario. Que el Papa quiere mucho a la Compañía y la quiere prevenir de posibles errores. No niega que, como humanos tengan sus defectos y equivocaciones, pero que, en general, hay un espíritu de mucho servicio a la Iglesia.
Desde la misma Curia Generalicia, logré una entrevista por teléfono con la radio YSAX, de El Salvador. La entrevista de los miércoles la pude continuar a través del teléfono y la realicé con Monseñor Urioste, quien me comunicó las noticias del país, dolorosas por cierto, porque me informaba de matanzas, de crímenes, pero al mismo tiempo de trabajo en la Iglesia. Por mi parte, le informé lo de mi viaje y lo que ya he mencionado acerca de las audiencias que tenía esta mañana y cómo tendría próximamente las otras entrevistas que interesaban para la Arquidiócesis.
Por la noche, me visitaron las hermanas Pasionistas que viven en Piazza San Giovanni e Paolo y que nos invitaron a cenar; fuimos allá con el Padre Jesús Delgado y con los dos padres jesuitas que han sido tan buenos en nuestro acompañamiento aquí en Roma. Fue una cena muy cordial, muy fraternal, que nuevamente fue para mí también un aliento de la fraternidad de la Iglesia. Estas religiosas me aseguraron que continuamente rezan conmigo y que están plenamente de acuerdo en la línea Pastoral del Arzobispado.
Al regresar al Pensionato Romano me tenían razones de las entrevistas de mañana, con el señor Secretario de Estado, Cardenal Cassaroli, y con el Cardenal Prefecto de la Congregación para Obispos, Cardenal Baggio, y trataremos de conseguir también la entrevista con la Congregación de la Educación para la Fe, para tratar asuntos del Seminario. Ya es noche, pero estoy muy satisfecho de un día que ha sido colmado de bendiciones para la Arquidiócesis y para su Pastor.

Jueves, 31 de enero
Es otro día lleno de grandes satisfacciones y de muchos logros pastorales. Lo primero que recibí hoy fue la visita del señor Embajador de Sud Africa ante la Santa Sede, quien venía a agradecerme mi preocupación en el secuestro del señor Dunn, Embajador de Sud Africa en El Salvador, que ha sido secuestrado y por el cual estoy mediando. El quiso tener otros informes que yo pude darle y que le dieron mucha satisfacción, porque él dice que es un gran amigo del señor Embajador Dunn.
Vinieron a verme también dos religiosas de Bethania, salvadoreñas, que trabajan aquí y a las que yo saludé, diciéndoles que si se les ofrecía algo y por eso traían una carta para la Superiora General que vive en Santa Tecla. Luego me fui a la Secretaría de Estado, donde tenía cita con el Cardenal Cassaroli, el cual me recibió muy cordialmente y me preguntó sobre la situación de país y la función de la Iglesia. Me reveló que el Embajador de Estados Unidos había venido a verlo con cierta preocupación de que yo estuviera en una línea revolucionaria popular, mientras que Estados Unidos apoya el Gobierno de la Democracia Cristiana. Yo le aclaré al señor Cardenal que no se trataba de una opción política, sino simplemente de buscar la justicia en la solución de los problemas de mi pueblo. El me dijo que no insistía en ésto, porque la visita del embajador no tenía carácter oficial, y que, de todas maneras, la Iglesia tiene que proceder no por complacer a las potencias de la tierra, sino de acuerdo con su fe y su conciencia en el Evangelio. También se preocupó el Cardenal de que la defensa de los derechos humanos, las reinvindicaciones del pueblo, no vayan a suponer una hipoteca de la Iglesia y de los sentimientos cristianos ante las ideologías, lo cual le dije, como ayer al Santo Padre, que era también mi preocupación de predicar la justicia social, la defensa de los derechos humanos, pero al mismo tiempo advertir a las fuerzas populares reivindicadoras el peligro de caer en ideologías extrañas. Le expliqué también que no podíamos hablar de un anti-comunismo sin el peligro de que nos quisieran hacer cómplices de las injusticias de los ricos, que hablan del anti-comunismo, pero no por defender principios cristianos, sino por defender sus intereses materialistas. Yo noté que el señor Cardenal quedó satisfecho de nuestra conversación y me aseguró que oraba también mucho por El Salvador.
Otro aspecto que es necesario consignar es cómo el Cardenal veía que era justa mi perspectiva, de que había que procurar salvar lo sano que hay en el actual Gobierno y unirlo con lo sano que puede haber en los esfuerzos y apoyos populares. Me dijo que él creía que esa era la verdadera salida de nuestras crisis. Lo cual me confirmó mucho en seguir defendiendo la parte sana del Gobierno y esforzarla a que encuentre un diálogo con las bases populares, a las cuales también hay que advertirles de su peligro de perder los sentimientos cristianos por una liberación temporalista.
Después fui a la Congregación para Obispos, pero el Cardenal Baggio no estaba porque el Papa lo había invitado a la Misa de clausura del Sínodo Holandés, y tampoco el Subsecretario, Monseñor Moreira, brasileño, a quien ví a la salida y me dijo que volviera dentro de un rato. Me dió oportunidad de ir a hablar a la Congregación para la Educación y tratar el asunto del Seminario. Allá me encontré con el Subsecretario y fue una fortuna, porque es una mentabilidad abierta a los progresos que, muchas veces, escandalizan el tradicionalismo de nuestra Iglesia y me expresó, en forma muy confidencial, cuánto temía él por esa falta de apertura de la Iglesia. Se alegró de encontrar criterios parecidos en mí y conversamos ampliamente de la situación del Seminario y me prometió hacer todo lo posible de conseguir lo más que pudiera y que me iba a comunicar. Me exhortó a tener mucho ánimo y a tener en cuenta que, quien sigue esta línea progresista de una Iglesia auténticamente fiel a los postulados del Vaticano Segundo, tiene que sufrir mucho ser tenido también en perspectivas sospechosas, pero que la conciencia y la satisfacción de servir a Dios y a la Iglesia valía por encima de todas las persecuciones. Fui luego a la Congregación para los Obispos, no estaba el Cardenal Baggio, pero me atendió Monseñor Moreira, muy comprensivo, al que pude dejarle la carta que escribí al Cardenal Lorscheider, resumen de nuestras conversaciones en San Salvador, y le he encarecido de manera especial resolverme el asunto del Obispo auxiliar y tomar muy en cuenta la sugerencia de revitalizar la Conferencia Episcopal con nuevos elementos, abiertos a las nuevas mentalidades de la Iglesia. Me escuchó muy atentamente toda la problemática que yo pude explicarle y le dejé también documentos de la Conferencia Episcopal, los cuales me prometió estudiar y conversar con Monseñor Baggio y hacer, de su parte, todo lo que estaba a su alcance. Terminando ésto fui a arreglar mis maletas al Pensionato Romano, a almorzar y luego ya estaban las hermanas Dominicas que nos llevaron al aeropuerto, rumbo a Bélgica en Alitalia.
Eran las cuatro de la tarde y nuestro vuelo fue felíz. Llegamos a Bruselas, donde nos esperaba el Padre Juan Deplanck y otros amigos salvadoreños y belgas que nos dieron una cariñosa bienvenida. El Padre Juan dijo que tenía ya comprometida esta noche, una reunión en Brujas, y allá nos fuimos, sin preocuparnos de la cena, más que tomando un pequeño “sandwich” en el camino, y efectivamente, después de una hora, un poco más, de camino, estábamos en esta pintoresca ciudad que no pude conocer más que de noche, en cuyo salón parroquial estaba reunida una gran cantidad de fieles, que son miembros de comunidades eclesiales de base, iniciadas aquí por el Padre Pedro con el deseo expreso del señor Obispo, Monseñor Desmet, el cual se encontraba en el centro de la reunión. El Padre Rogelio que está de vacaciones, estaba dirigiendo la reunión y me presentó, fui recibido con un caluroso e interminable aplauso. Saludé yo a la muchedumbre como un sentimiento de comunión. La alegría de sentirme como en la casa, saludar a Monseñor Desmet, agradecerle toda su colaboración para nuestra Iglesia y a todos los belgas, que nos habían dado tan valiosa ayuda de personas, ayudas económicas y toda clase para nuestra pastoral.

Después hubo algunas otras participaciones de saludo, de solidaridad y se me invitó a desarrollar algún tema, que yo escogí con el tema de mi doctorado Honoris Causa, “La fe y la política”: lo que la fe puede dar a las realidades políticas, tomando de mi carta pastoral, los servicios que la Iglesia da en este tiempo de crisis, ante todo, a partir de su identidad de Iglesia… Y en el segundo punto, lo que la fe recibe a cambio de este servicio al mundo, que es maduración en su creencia en Dios, profundo más sentido del pecado y conocimiento más hondo de Jesucristo, su encarnación y su redención; que hay una reciprocidad entre el bien que la Iglesia hace al iluminar la política, al profundizar la fe de los cristianos en su propia realidad. Después de varios saludos y recibir regalos de las familias de los sacerdotes, sobre todo, de la mamá del Padre Pedro, me fui al episcopado, por invitación de Monseñor Desmet, donde platicamos largamente sobre la situación de los sacerdotes belgas en El Salvador; preocupándonos principalmente de la situación de Rogelio, al cual el mismo señor obispo aprecia y tiene reservas igualmente que las que yo tengo, de modo que, compartimos bien nuestra preocupación, y nos propusimos no hacerlo víctima, sino al contrario, ayudarle fraternalmente con el Diálogo para que sea un buen instrumento de la Pastoral de nuestra Diócesis. Lo mismo hablamos del problema del Padre Esteban Alliet y me alegré mucho de poderle dar buenas noticias de los otros sacerdotes y religiosas de su Diócesis. Monseñor Desmet me dijo que qué otra cosa podía hacer, que él no tenía ninguna reserva para ayudarnos, que la Divina Providencia le ayudaría, aún cuando se tratara de sacerdotes que se quieran ir para allá, él con mucho gusto les autorizaría. Me admiró este sentido tan generoso de un Obispo que ama de veras a la Iglesia Universal y no ve sólo los intereses de su Diócesis. Ya era la media noche. Era curioso salir a media noche de Brujas y regresamos a Lovaina, donde pudimos encontrar un poco de sueño en la Casa de Formación de América Latina, que los padres belgas dirigen para preparar agentes de pastoral de Europa y principalmente de Bélgica, para las Diócesis latinoamericanas.
Un hermoso cuarto me esperaba y así terminó, ya comenzando el nuevo día, la larga jornada que he tratado de describir en este diario.

Viernes, 01 de febrero
Apenas cuatro horas y media de sueño y ya el padre Juan Deplanck me llamaba para que fuéramos a celebrar la Santa Misa, a desayunar y luego salir a cumplir varios compromisos que él tenía en su programa. El primero fue a la casa de gobierno, en Bruselas, donde nos recibió el primer Ministro, que es la suprema autoridad práctica en el país, muy cordial, muy atento. Nos preguntó sobre la situación del país, el papel de la Democracia Cristiana, ya que él pertenece a ese partido y pude explicarle con toda franqueza las realidades de nuestra situación política y eclesiástica de aquel querido país. Luego nos dirigimos a la reunión de prensa que estaba preparada en la Universidad de Lovaina, había unos veinticinco o más periodistas, de prensa, de televisión y de radio con quienes compartimos casi dos horas de diálogo, muy interesante, muy inteligentes, preguntando, también sobre la situación del país, la situación de la Iglesia en América Latina; los problemas que ellos ven dentro de la Iglesia, dentro de la Política, y traté de mantenerme dentro de mi aspecto pastoral, pero dando respuesta a todos. Me ayudó mucho el Padre Jesús Delgado, con aportaciones muy valiosas en este diálogo, lo mismo que el Padre Juan Deplanck, sobre todo, por su traducción al flamenco y al francés. Después de la reunión, fuimos a almorzar a un simpático restaurante de Lovaina. Fue un pequeño descanso y luego, por la tarde, fuimos de nuevo a Bruselas para visitar la sede del partido Demócrata Cristiano, cuyo presidente nos recibió con mucha atención y expresó mucha preocupación por nuestra situación y por la ayuda que puede prestar Bélgica a la situación política de nuestro país. La segunda visita fue a la sede de la Central de Trabajadores, una autoridad mundial de sindicatos, donde vivimos profundamente el calor humano de una reunión que se preocupa de la situación de nuestros obreros y se preocupaban de qué podía hacerse en esta terrible crísis del mundo obrero, campesino y pobre de nuestra patria. Fue una conversación muy positiva, muy cristiana, en la cual coincidimos muchos puntos de vista con la ideología de esta Organización y del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Por último, fuimos al Ministerio de Relaciones Exteriores a visitar el Ministerio de Desarrollo, donde se dan ayudas para los países del tercer mundo; nos recibió el subsecretario y nos explicó grandemente que podía prestar mucha ayuda a nuestros programas, toda vez que los presentáramos a través de organizaciones con Personería Jurídica y que ellos aprobarían todo lo que fuera en bien de nuestro desarrollo. El Subsecretario, que parece ser de un pueblo latinoamericano manifestó que conocía mucho al Padre Ramón Vega y esta circunstancia me valió para ofrecerle que aprovecharíamos el ofrecimiento de ayuda que nos daba, ya que el Padre Vega tiene mucha experiencia y es amigo suyo, para presentar programas de ayuda a la necesidad de nuestro país.
Eran las ocho de la noche cuando regresamos al Seminario, donde nos esperaba el Rector que cordialmente cenó con nosotros y nos llevó a su cuarto para darnos un traguito con galletas y platicar profundamente, como hermanos sacerdotes, de ciertos problemas de los sacerdotes belgas en El Salvador, prometiéndonos su ayuda cordial y sacerdotal. Cuánto se puede hacer cuando se dialoga con un sentido de fraternidad y así terminó este otro día providencial en nuestro viaje por Europa.

Sabado, 02 de febrero
Ha sido un día de la Virgen de Candelaria con muchas emociones y muchas comunicaciones y contactos muy útiles. Celebré la Santa Misa en la capilla del Colegio Latinoamericano, con el Padre Juan Deplanck y después del desayuno me vestí con mi sotana, de Obispo, para asistir a la Universidad de Lovaina a la ceremonia de la imposición de mi Título del Doctorado Honoris Causa. Un desfile con todos los profesores vistiendo sus togas se dirige hacia la Iglesia de la Universidad, donde se canta una misa gregoriana, se celebra la Santa Misa muy solemnemente, una homilía en la cual se da bastante importancia a la vida de nuestra Iglesia en la Arquidiócesis, en flamenco, yo no entendí, pero sí sonaban los nombres muy queridos de Aguilares, de Jesús Jiménez, del Padre Rutilio Grande, donde noté y después me explicaron que había sido un elogio muy grande a la Pastoral de nuestra Diócesis. Eran cuatro los doctorados Honoris Causa, pero el elogio se me dirigió de manera especial a mí. Al volver a la Universidad nos dispusimos a entrar en el Aula Magna repleta de personalidad. Estaba el primer Ministro, estaba el señor Obispo de Brujas, Monseñor Desmet; había todos los profesores, los cuatro candidatos al doctorado y un público muy selecto y allá arriba, un grupo muy nutrido de estudiantes. El Rector hizo la presentación del acto y me cedió la palabra, ya que a mi me tocaba disertar el tema principal sobre la dimensión de la política, de la fe. Al ocupar el estrado, la muchedumbre me saludó con un caluroso aplauso, casi interminable, que agradecí naturalmente. Dije unas palabras que me habían preparado en flamenco, para decir que sentía mucho no poder hablar en su lengua, pero hablaría en el lenguaje de mis pobres a los que yo venía a representar. Fue saludado este gesto de esfuerzo por hablar su lengua, con otro caluroso aplauso. Y empecé mi disertación en español, sobre la dimensión política de la fe, a partir de los pobres. En resumen, es lo que la fe puede hacer en el campo de la política, el quehacer de nuestra Arquidiócesis en el compromiso del país, y en segunda parte, cómo nuestra fe se agiganta, los misterios se hacen más profundos, a partir de esas realidades de la política, cuando se tiene en cuenta la opción preferencial por los pobres. Fueron cuarenta minutos que yo noté que había una atención extraordinaria, ya que aunque yo hablaba en español, el Padre Juan había preparado una traducción en flamenco que todos iban siguiendo y, al terminar, aquel aplauso fue muy extraordinario. Me sentí abrumado, de verdad, por el entusiasmo y la acogida, sobre todo, de la juventud universitaria de Lovaina, que impulsaba a continuar el aplauso a toda la concurrencia. A continuación, siguieron las entregas de las togas de doctores, leyendo a cada uno su elogio propio. Una señora de Sud Africa, literata; un médico, un ingeniero, y yo. También fui saludado de manera especial por el público, cuando mi promotor, un Monseñor cuyo nombre no recuerdo hoy, pero muy amable, hizo una exposición de mi persona, de mi vida, que me la tradujeron en español oportunamente y que era un elogio muy grande. Y al terminar este elogio, como habían hecho con los anteriores, el Rector me impuso la insignia del doctorado, un símbolo de la toga, que también fue ovacionado.
Por último, el médico expresó en nombre de los cuatro, el agradecimiento. Y prosiguió una recepción muy cordial, muy animada, de toda aquella concurrencia; donde pude saludar a muchos parientes de los sacerdotes y religiosas que trabajan en nuestra Diócesis, y muchos conocidos de América Latina. Una verdadera fiesta del espíritu y de la cultura. Después pasamos a un salón típico de la Universidad, donde se sirvió un almuerzo compartido con todas estas personalidades que participaron como miembros o invitados de la Universidad.

Los saludos, en particular, de todas estas personas me llenaron de mucho aliento. Todos me decían que había sido un mensaje muy oportuno y que había hecho pensar a muchos en la situación de nuestro país y en las perspectivas cristianas y teológicas de nuestra pastoral. Algún teólogo, que tenía prevenciones contra la teología de la liberación, manifestó que había entendido muchos puntos que él no entendía y que sentía que, de verdad, América Latina tenía su propia teología, sin dejar de ser la teología de la Iglesia. Muchos testimonios, sobre todo, de jóvenes que sentían un impulso a una fe más comprometida con las realidades de la tierra, etc., para darle gracias a Dios y a la Virgen por este impulso y apoyo moral que yo he sentido en este acontecimiento.
Ya eran las cinco de la tarde, cuando en el cuarto del Padre Juan me esperaban algunos salvadoreños que querían compartir sus preocupaciones por nuestro país y después fuimos a Bruselas a una entrevista preparada con latinoamericanos, que en Bélgica se cuentan como unos cinco mil, muchos de ellos exiliados, otros estudiantes, y hubo un ambiente muy cordial de preguntas y respuestas sobre problema de América Latina, sobre la Iglesia, y en especial, sobre El Salvador. Todos quedamos muy satisfechos de este diálogo tan cordial y, por último, nos fuimos a cenar en la casa de un uruguayo, muy amigo del Padre Juan, que vive con su esposa y su familia en un de los hogares de la Universidad. Los que nos acompañaban eran otro matrimonio y otro amigo con quienes compartimos un diálogo muy interesante. Y así está terminado este día tan denso hacia la media noche. Ya casi es el domingo, 03 de febrero.

Domingo, 3 de febrero
Después de la Misa celebrada con el Padre Juan y el Padre Chus en la capilla del Colegio de América Latina y después de atender algunas visitas, una señora de Alemania que ha venido, precisamente, para platicarme sobre las cosas en que puede servir una agrupación de solidaridad alemana hacia El Salvador, y una pareja de ancianos, un sacerdote, una anciana, que me pidieron llevar al Padre Rosa y a los otros que estudiaron en Bélgica un donativo para que así ayudaran a los intereses que ellos quisiera; salimos con el Padre Juan y el Padre Chus hacia la casa del Padre Juan Deplanck, en un pueblo que no recuerdo el nombre, y allí almorzamos y saludamos a esta familia tan unida, tan numerosa, y nos dirigimos luego hacia la Casa Generalicia de las hermanas de San Nicolás en otra población muy al sur de Bélgica, donde estaban reunidas todas las familias de sacerdotes y religiosas que trabajan en nuestra Arquidiócesis. Fue emocionante la acogida cariñosa que me brindaron y la convivencia que compartimos; primero, en la capilla, donde leíamos un texto del Evangelio acerca de la misión de los enviados de Dios a predicar su Evangelio y una homilía en que traté de comentar los sentimientos que allí nos unían y el recuerdo de los seres queridos, que están allá lejos, y que son el producto de estas familias tan unidas, tan acogedoras, tan cristianas. Compartimos luego una sabrosa merienda, en la que tuve otra nueva ocasión de saludar uno por uno y de fotografiarnos en grupos familiares. En fin, que fue una tarde inolvidable, de mucho corazón y de mucho sentido cristiano. Llevaré recuerdos de esta tarde a todos los queridos colaboradores belgas en nuestra Arquidiócesis. Ya bastante noche, nos dirigimos a París, donde tendremos una intensa jornada el día de mañana. El camino fue muy pintoresco, a pesar de que llovía, pero para mi era todo nuevo y la llegada a París, también es la primera vez que yo conozco esta hermosa ciudad, aunque sea brevemente, pero tengo ya una idea de haberla visto con mis propios ojos.

Lunes, 04 de febrero
Nos hospedamos, en París, en la casa de una comunidad de Padres Dominicos, cuyo Superior ha organizado esta densa jornada del lunes en París. Celebramos con la comunidad la Santa Misa, desayunamos y luego comenzó el trabajo. Primero fuimos a ver las oficinas de INODEC, un servicio de información y de solidaridad para con los pueblos latinoamericanos. Allí tuvimos una breve entrevista en que se informaron de la situación de El Salvador y de la relación de la Iglesia con esta situación. Agradecí lo que yo conozco de esta Organización en favor de nuestro pueblo salvadoreño. Luego, acompañado del Padre Jardines, es un simpático sacerdote joven, que habla muy bien el francés y el español fuimos a visitar la secretaría General de la Conferencia Episcopal de Francia. El padre Secretario me atendió muy exquisitamente y pude platicar con él también en una forma amplia, para informarles de la situación del país, de la situación de nuestra Iglesia y con confianza fraternal, le hablé de la división de nuestro Episcopado, y pedí a la Conferencia de Francia que hicieran algo fraternalmente con nuestros problemas episcopales de El Salvador. El Padre recogía datos por escrito y los presentará al presidente, que es el Cardenal Etchegaray, Obispo de Marsella. Me comunicó con el Cardenal presidente, por teléfono y tuve la dicha y el honor de platicar con el Cardenal que habla español y que muy cordialmente lamentó no haberme podido ver en lo personal, pero me ofreció toda su colaboración y se alegró, de veras, de esta presencia mía en la oficina del Episcopado de Francia.
Luego, fuimos a la entrevista con el Cardenal Marty, que fue sumamente agradable y muy interesante y eficaz. Me ganó la confianza con la acogida tan fraternal y le hablé profundamente de los problemas del episcopado, de la Nunciatura, de mis relaciones con la Santa Sede y me prometió, en todo, ayudarme, ya que él es muy amigo del Cardenal Lorscheider y el Cardenal Pironio, a quienes, le dije, que podía consultar para formarse una idea más imparcial de lo que yo podría decirle. Se manifestó muy de acuerdo con las ideas progresistas de nuestra Arquidiócesis y con las problemáticas de quienes no quieren progresar en este sentido conciliar y me dijo que era un problema para toda la Iglesia, ya que todos estamos interesados en que no se bloquee el avance de el Concilio Vaticano II, que había mucho grupos integristas en la Iglesia que tratan de manipular las actuaciones del Papa en favor de un retroceso, lo cual es falso, ya que el Papa siempre ha tenido un amor muy grande por el Concilio y por sus avances. Sentí mucha sintonía con el pensamiento del Cardenal y mucha esperanza de sus promesas de hacer algo por nuestra Iglesia salvadoreña en sus relaciones con la Santa Sede.
Fuimos luego a almorzar con un grupo de Justicia y Paz y otras organizaciones de solidaridad con nuestra república. Fue un almuerzo compartido con unas quince personas, que tuvieron mucho interés en preguntar, en informarse de nuestra situación salvadoreña, y de lo que pueden hacer en sentido de solidaridad con nosotros. Sentí muy útil esta entrevista porque deja muchas esperanzas a nuestro pueblo.
Nos dirigimos luego a una reunión de Amnistía Internacional, una pequeña oficina, donde se trabaja toda esta colaboración con los países, en solidaridad, y estuvimos analizando la situación de los desaparecidos y lo que se puede hacer para seguir insistiendo en un tema tan delicado y en otras formas de represión contra nuestro pueblo.
Luego nos dirigimos a la dirección de una casa católica, donde tuvimos una reunión de prensa muy interesante, serían unos cuarenta periodistas de los principales periódicos de Francia, a los que presenté mi saludo e hice un bosquejo de la situación actual del país y del papel que la Iglesia está desempeñando y se entabló un diálogo muy interesante en que preguntaron asuntos del país y de la Iglesia y en que tuve oportunidad de aclarar mi pensamiento y agradecerles de que ellos, con sus medios maravillosos de difusión, extendían este pensamiento al mundo. Colaboró muy bien el Padre Jesús Delgado, traduciendo y agregando varios conceptos.
Después de esta entrevista, nos fuimos a la Iglesia de San Merlie, donde celebramos un acto ecuménico con un pastor protestante, que expresamente había venido desde Marsella, donde me esperaban también, si hubiera tenido tiempo, pero él vino muy caballerosamente y participó conmigo en la celebración ecuménica, dirigiendo una homilía él, y yo, para darle el sentido de un mensaje evangélico a este homenaje…

Lunes, 04 de febrero, (Continuación)
Estábamos narrando la tarde en París. Era ya el acto de la noche en la Iglesia de San Mierlie, un acto ecuménico, presidido por un pastor protestante y por este servidor. Se dedicaba especialmente al pastor y a la Arquidiócesis de San Salvador, cantos muy hermosos, lectura apropiada del Evangelio, comentario primero del pastor en que hizo elogios de la persona del Arzobispo de San Salvador y un mensaje mío en en español que iba traduciendo una señorita, aunque muy mal traducido, y sentí que perdía mucho de lo que yo quería decir. Era un resumen de mi discurso en la Universidad de Lovaina, de lo que la fe cristiana puede dar en servicio del mundo y cómo la fe cristiana se enriquece, recibiendo del mundo los reflejos de lo que ella misma cultiva en el mundo. Los que entendieron español y, eran casi todos, me agradecieron al final el mensaje que parece haber sido aceptado con agrado. Se mencionaron los nombre de Aguilares, del Paisnal y de todas estas personas y lugares de nuestra Arquidiócesis que han escrito páginas de amor a nuestra Iglesia. Tuve el gusto de saludar aquí varias religiosas de La Asunción de El Salvador, varios exiliados de América Latina, muchos amigos de El Salvador, con quienes, después del acto ecuménico, compartimos una cena en la comunidad de los Padres Dominicos. Y ya bastante entrada en la noche, regresamos a Lovaina, donde llegamos a las dos de la mañana.

Martes, 05 de febrero
Este día lo he dedicado especialmente a arreglar varias cartas, recados y otros escritos, que por el trajín de los días anteriores, los tenía todos confusos; especialmente, junto con el Padre Jesús Delgado, organizamos las diversas aportaciones económicas que nos han dado aquí para las necesidades de nuestra Iglesia. También escribí cartas de agradecimiento y de excusa a todas aquellas agrupaciones que tenían preparado un encuentro y que, por falta de tiempo no pudimos llevar a cabo, ya que tuve que acortar mi viaje y no pudo realizarse el programa que inicialmente había preparado el Padre Juan.
Hacia las tres de la tarde, junto con el Padre Jesús y el Padre Juan nos comunicamos telefónicamente con la radio, donde Monseñor Urioste, en El Salvador, nos entrevistó y le contamos lo que había sucedido, mis últimos momentos en Roma, el Doctorado en la Universidad de Lovaina y los diversos encuentros con grupos en Bélgica y en Francia. De mi parte, también subrayé el encuentro con cardenales, obispos y otros personajes, que son de mucha esperanza para nuestra Arquidiócesis.
Hubo también algunas visitas o llamadas telefónicas, que atendí con la mayor atención. Y hacia las seis de la tarde, estábamos en el aeropuerto de Bruselas, para emprender el retorno. Allí estaba el Padre Rogelio con su familia y estaba también Jaime Meléndez, que trabaja en la diplomacia de este país, y es salvadoreño muy estimado por varias familias. Dejé al Padre Jesús Delgado, al Padre Juan y, junto con el Padre Rogelio, salimos en vuelo hacia Madrid.
A las nueve de la noche en Madrid, arreglamos nuestro contacto con el viaje de Iberia, que sale a la una de la mañana.

Miércoles, 06 de febrero
Este día, pues, comienza muy temprano a la una de la mañana, subiendo al avión de Iberia, que nos ha de transportar, a través de una noche muy larga, ya que vamos hacia el occidente, a nuestra América. El viaje de avión, en esta noche interminable, se hace agradable, buenas butacas, una exhibición de cine y a través de los auriculares también oyendo música clásica o leyendo o durmiendo. Y así amanecimos, todavía muy temprano, en Santo Domingo, donde hicimos una pequeña parada y luego salimos hacia Panamá, a donde llegamos a las siete de la mañana de América, que equivale a siete horas más tarde de lo que vamos en Europa.
En Panamá pude saludar por teléfono a Monseñor McGrath, el Arzobispado de aquella metrópoli, quien me invitó a ir a saludar a los otros Obispos que se encuentran en una reunión del departamento del CELAM de acción social y es una reunión de varios Obispos de Centroamérica, México y el Caribe. Allá tuve la oportunidad, pues, de saludar además de Monseñor McGrath, a Monseñor Rivera, a Monseñor Flores, a otro obispo guatemalteco, a otro obispo mexicano, a Monseñor Vega de Nicaragua, y varios sacerdotes que llevan trabajos de acción social en diversos países. El presidente de esta comisión, de parte del CELAM, es Monseñor Bambarén, a quien no pude saludar porque estaba ausente y hubiera gozado mucho, ya que él vino personalmente a El Salvador a invitar para esta reunión a Monseñor Rivera. Conocí también el trabajo pastoral del Padre Pedro L’Ecleir en Panamá y que pronto vendrá a El Salvador.
De Panamá, después de una pequeña espera, volamos hacia Costa Rica, hacia Managua, donde subieron al avión del Padre Plácido, Piquín y Paco. Hubo un desperfecto que nos hizo esperar más de la cuenta, dos horas atrasadas y llegamos a El Salvador a las cuatro de la tarde, en vez de las dos, que estaba anunciando; me dió pena por la gente que nos estaba esperando y que con tanto cariño nos recibieron.
Es impresionante volver al país después de una temporada en que, dada la densidad de nuestra historia, hay muchos acontecimientos y cambios, de los que comenzó a platicar el Padre Urrutia, que fue a encontrarme y otros amigos, mientras nos dirigíamos de nuevo aeropuerto, durante cuarenta y cinco minutos, al Hospital de la Divina Providencia. Aquí me he encontrado un montón de correspondencia. La alegría de las religiosas que me recibían, los pequeños primeros comentarios. ¡Que agradable es volver al hogar, después de unos días de ausencia!. Sin embargo, las preocupaciones han comenzado. Ya estaban unas cartas en relación con mi mediación en el secuestro del señor. Dunn, así como también recibí ya llamadas telefónicas de la Embajada de España, que está ocupada por las Ligas Populares 28 de Febrero y otras llamadas telefónicas que indican la necesidad de permanecer aquí, en su puesto, mientras no haya una verdadera necesidad de salir.

Jueves, 07 de febrero
He ocupado casi toda la mañana en reunirme con los Vicarios Generales y los cancilleres, a fin de informarme de las actividades de la Curia. Al mismo tiempo, nos ha servido también para hacer una evaluación del ambiente político en que se encuentra nuestra Iglesia. Quedo satisfecho de la fidelidad y de la laboriosidad con que estos colaboradores más íntimos han estado llevando la autoridad de la Diócesis durante mi ausencia.
Recibí llamada telefónica del embajador de España, que se encuentra como rehén en la propia embajada, ocupada por las Ligas Populares 28 de Febrero. Traté de darle ánimo y le prometí irlo a visitar. Al mismo tiempo, me habló el encargado de la ocupación, señor Argueta, quien me dijo que también tenía interés en hablarme personalmente para aclarar algunas cosas, que en la llamada del embajador, pudieron haberme confundido de la situación interna de aquella embajada. También le prometí ir a visitarlo.
Telefónicamente también me comuniqué con la casa presidencial para saludar al Coronel Majano, quien me expresó su felicitación muy cordial por el honor de mi doctorado en Lovaina y quien comentó también la tergiversación que los medios de comunicación han hecho de esa noticia y de mis entrevistas por radio. Y me dijo que ya se había dado cuenta, durante el tiempo de su gobierno, del mal uso que nuestros medios de comunicación social hacen de las noticias, para orientarlas a favor de la oligarquía que maneja esos medios. Me dijo que vendría pronto a visitarme y le dije que ya sabía la hora que más nos gustaba y era de poder almorzar juntos.
Dos veces vinieron este día los embajadores de Italia y el embajador especial de España para tramitar el asunto de la ocupación de la embajada de España. Me dieron cuenta de sus trabajos de mediación con las Ligas Populares y ante el Gobierno, la cosa se torna difícil ya que hay poca información de lo que hacen en sus operativos militares los guardias nacionales o porque el Ministerio de Defensa no se presta a estas aclaraciones. Por mi parte, les ofrecí interponer siempre mis oficios en todo lo que pudiera, tanto en la embajada como con las Organizaciones Populares, aunque no está todo a mi disposición; sin embargo, noto un respeto que puede ser atendido y usarse en bien de las vidas que están sufriendo en los rehenes, como rehenes, en la embajada de España.
Hubo deseos de entrevistas periodísticas de periodistas extranjeros que están en el país. Los de Argentina por teléfono y España también por teléfono, pero no estando bien informado de la realidad durante mis días de ausencia, he creído más prudente, omitirlas y trasladarlas todas al próximo domingo, después de la Misa en que tendremos, como de costumbre, la rueda de prensa.

Viernes, 08 de febrero
En el desayuno me reuní con el Padre Provincial de los Jesuitas, Padre Jerez, y los dos jesuitas EllaCuria y Estrada y el Padre Fabián Amaya, el Padre Cristóbal Cortés, el Padre Rafael Urrutia y el Licenciado Roberto Cuéllar, encargado de Socorro Jurídico, con el fin de analizar la realidad política del país y la actitud más conveniente para nuestra Iglesia. Fue una junta muy franca, muy enriquecedora, en que se hizo un análisis de el papel que desempeña en este momento el Gobierno, la Democracia Cristiana, las organizaciones políticas populares, y , sobre todo, la reacción tan cerrada de la extrema derecha y de sus grupos armados que están haciendo mucho mal, mucha violencia. Tomé nota para que, en la próxima homilía, oriente así la situación de nuestra Iglesia, la cual tiene que ser siempre de anuncio del Reino de Dios, de favorecer todo lo positivo que puede encontrarse en esta confusión de actividades políticas y militares, de denunciar también el atropello a los derechos humanos y de buscar salidas que no sean por los caminos de la violencia sino que denunciando las diversas clases de violencia y evalúandolas en su justa medida, poder dar también un juicio desde el Reino de Dios, que no es de carácter político ni apoyando ningún proyecto político concreto, sino que es iluminación de la fe para una justicia sobre bases de nuestra fe y de nuestros sentimientos cristianos.
Nuevamente tuve la visita de los embajadores de España y de Italia que se encuentran un poco abatidos porque sus entrevistas con el supremo Gobierno se encuentran bloqueadas por la falta de información de los cuerpos de seguridad. Y se cree que las exigencias de las Ligas Populares 28 de Febrero, acerca de capturas y desaparecidos no se logra que se esclarezcan y hará que este sitio de la embajada se mantenga hasta que no se den informaciones más claras. Me pidieron que tratara de influenciar en las Ligas Populares, a fin de dejar la embajada, y que ellos prometen también seguir trabajando y se dan cuenta de la necesidad de estos recursos anormales en una situación en que se dan tan poca importancia a los derechos humanos justamente reclamados por estas organizaciones, pero están de por medio ocho vidas en el Ministerio, aunque no peligran por violencia, pero sí por un malestar y la privación de su libertad.
He dedicado la tarde a organizar una gran cantidad de correspondencia durante mi ausencia y voy a recoger ya las notas que me servirán para la próxima homilía.

Sabado, 09 de febrero
Lo especial de este día fue la reunión-cena para recabar datos para mi homilía, el Padre Fabián me hizo un buen resumen sobre el esquema de los tres proyectos políticos que están en juego en El Salvador: el proyecto del Gobierno, el de los grupos populares políticos y de el de la derecha. En torno de esos tres hemos situado los diversos actos de violencia que han sido muchos en esta semana y las posibilidades de salida sin que haya necesidad de recurrir a una lucha insurreccional armada, que será terrible, sí se desata en El Salvador. Pasé hasta muy noche arreglando estos apuntes y me levanté muy temprano también para preparar la mejor manera de exponer esta situación del país y el papel de la Iglesia, inspirado en las lecturas de este domingo que nos hablan, precisamente, del Dios de la historia que llama a los hombres a colaborar con él en la construcción de al historia de cada pueblo.

Domingo, 10 de febrero
En la Misa, que fue en la Basílica, porque la Catedral continúa ocupada, se me dió una cálida acogida después de mi viaje; sentí que había un cariño especial en aquella Iglesia que estaba bastante concurrida y que fue haciendo más densa a medida que pasaba la Misa. La homilía se prolongó casi dos horas y ésto me da la impresión de que estoy abusando del tiempo, pero siento, por otra parte, la necesidad de orientar esta gente que me escucha con avidez, ya que, precisamente, me prolongo porque no noto cansancio en el auditorio, que lo noto siempre atento, y así me expresan que siguen con atención también a través de la radio.
Después de la Misa tuve una reunión de prensa con periodistas del extranjero principalmente, de la América Latina y de Europa. No hubo mucho que preguntar, puesto que, ellos mismos dijeron, que todo estaba ya explicado en la homilía. Sin embargo, fue un momento muy cordial en que me sentí muy amigo, de los periodistas y también había mucho pueblo que rodeaba esta reunión saboreando con gusto el diálogo, en el cual ellos, también gente del pueblo, intervenía con interesantes observaciones. La homilía fue transmitida en “retardo”, porque eran las grabaciones las que se llevaron al aparato, ya que en la basílica es más difícil hacer la transmisión directa.
Fui a almorzar y a pasar la tarde con las religiosas del hospital que acudieron a la casa de las Oblatas al Divino Amor, religiosas del Colegio de la Sagrada Familia, que también concurrieron y vivimos un ambiente de familia, muy agradable, que tonifica nuestro esfuerzo por una Iglesia que, en su dura lucha, tiene que sentir también la ternura del amor que Dios ha querido darnos como tónica de nuestro trabajo por el Reino.

Lunes, 11 de febrero
Fui a celebrar la fiesta patronal del Cantón de Lourdes, en la Parroquia de Colón. La Iglesia estaba rebosante y hubo una cálida acogida al pastor. Prediqué de la Virgen de Lourdes, presentándola como figura de la Iglesia, y cómo lo que había pasado en Lourdes, entre la Virgen y Bernardita, era precisamente la función de la Iglesia con la humanidad, acercar los hombres a Dios para orar, hacerles ver su misión, dar un compromiso que Dios a cada hombre señala y vivirlo. La Virgen le dice a Bernardita cuál es su misión y realizar el trabajo de Iglesia, en comunión con los pastores. La Virgen dice a Bernardita que le diga a los sacerdotes que quiere allí un templo. Sobres estas tres ideas, exhorté a las personas a ser dóciles a la Iglesia y a construir, en comunión con sus pastores, la Iglesia que nuestra Diócesis quiere hacer, para que sea la verdadera Iglesia de Jesucristo. El Padre Nicolás Menjivar, párroco, estuvo muy oportuno y generoso al leer a la gente las razones por las cuales se me dió el Doctorado Honoris Causa de Lovaina y pedir un sentido de solidaridad con el Obispo, que se expresó en un caluroso aplauso; lo mismo al final de la Misa, cuando pedí testimonios a la gente de su sentir de Iglesia. Sentí mucho ánimo en la expresión de solidaridad y comunión que viven estos católicos.
Por la tarde, tuve la visita del embajador de Nicaragua, el cual además de saludarme, me invitaba para ir a su patria a conocer la experiencia tan interesante de aquel país. Yo le expresé mi deseo de ir a saludar al señor Arzobispo, Monseñor Obando, y también de aprovechar el conocimiento que él me está ofreciendo.
Vino también el Doctor Jiménez, antiguo político de Venezuela, quien estuvo en mi Misa del domingo y expresó su complacencia del Ministerio que, sin dejar de ser espiritual, está orientando también la política del país para que se realice según el proyecto de Dios. Fue muy franco y me expresó algunos puntos en que él quisiera que la Iglesia apoyara un poco más a la Democracia Cristiana en su esfuerzo por salvar al país. Le dije que estaba de acuerdo, pero ante todo quiero ser fiel a mi pueblo y reclamar a la Democracia lo que el pueblo le reclama y para lo cual tiene hoy una posibilidad, sobre todo, para hace que el Ejército cese de su represión, que están tan violenta contra nuestro pobre pueblo.
Estuvo también un ingeniero para manifestarme que había sido ocupada su oficina por las Ligas Populares, y me pedía una mediación. Lo cual yo hice por medio el Socorro Jurídico, ya que el Licenciado Cuéllar irá a negociar y a ofrecer el Arzobispado para esta negociación.
Vino también el seminarista Miguel Rodríguez, cuya familia ha sido víctima de esta represión, allá en el departamento de La Unión; su mamá ha dado ejemplo de una fortaleza cristiana, pero el tormento de su familia es muy grande, y le he ofrecido toda la ayuda del Socorro Jurídico y le he pedido una descripción de este atropello para denunciarlo como es mi deber.
Por la noche, fui a visita a la familia Chacón y convivir también estos sentimientos humanos de familia, que son tan necesarios en estas horas de tantas tensiones.

Martes, 12 de febrero
La mañana comienza con la visita en el hospital del Ingeniero Villacorta, Subsecretario de Agricultura, quien atentamente me entregó el proyecto de transformación agraria que él ha elaborado, junto con los colaboradores del Ministerio. Me explicó algunos puntos más difíciles y me lo traía con el deseo de oír el parecer de la Iglesia, sobre todo, en los asuntos de la doctrina social cristiana. Le dije que lo iba a estudiar, junto con los asesores, y comentamos ampliamente lo difícil de este paso, pero lo decisivo que será para que la Democracia Cristiana constante si las Fuerzas Armadas quieren o no quieren la transformación necesaria del país. Después, en el Arzobispado, me esperaba don Ernesto Rivas Gallont, junto con el hijo del ex-embajador de Sud Africa, el señor Dunn, para conversar acerca de la propuesta que había que presentar a las Fuerzas de Liberación acerca del secuestro del señor Dunn, que está en negociaciones. Se me dijo que se hacía un gran esfuerzo, de parte de personas particulares, en Sud Africa, para recaudar una buena calidad que entregar a los secuestradores y que no podían ofrecer más.

Martes, 12 de febrero
El señor Rivas Gallont y el hijo del señor Dunn me autorizaron, para decir a los secuestradores del señor Dunn, que se está haciendo una intensa campaña en Sud Africa, para recaudar fondos y poder rescatar así al señor Dunn, pero que no podían ofrecer más de lo que se colectara, ya que la familia personalmente está pobre y no cuentan con el apoyo del Gobierno. Los secuestradores del señor Dunn vendrán en esta semana a buscarme, en mi calidad de mediador en este penoso asunto del secuestro.
Hubo en el Arzobispado mucha actividad de visitas de sacerdotes y seglares; mientras en la sala de reuniones, había un diálogo entre patronos y obreros de una de las fábricas que tienen conflictos y huelga. El Arzobispado está siendo sede de muchas negociaciones, lo cual honra por su fama de imparcialidad y de justicia.
La entrevista más importante de hoy fue la que tuvimos con el Padre Octavio Cruz, en su calidad de encargado de la Comisión de pastoral. He quedado muy satisfecho de la información que me ha dado acerca del trabajo que está haciendo intensamente esta promotora de la Pastoral.
El acontecimiento principal fue el cursillo de comunidades eclesiales de base en Domus Mariae y la preparación para participar en otro curso de dichas comunidades en el Brasil. También la actividad acerca de los diversos grupos de Seminario y otros aspectos de la Pastoral. Me interesó mucho lo que el Padre Octavio me dice acerca de la promoción espiritual y cultural de los sacerdotes, que se sienten quizá muy pobres humanamente por haber descuidado su esfuerzo de “aggiornamento”.
También fue interesante la entrevista con el Doctor Mario Levy, quien me comentó varios aspectos de la línea pastoral de mi carta pastoral y de algunas ilogicidades que él encuentra cuando se trata de los grupos políticos de izquierda. Su carta es muy interesante y la comencé a comentar en el programa por radio, que grabamos esta tarde para la entrevista de mañana. Trataremos específicamente de la organización que es necesaria en el pueblo, pero no, precisamente, de pertenecer a tal o cual Organización, sobre todo, si no complace al pueblo. Pero sí de despertar el sentido crítico del pueblo, para que deje de ser masa y pueda ser un pueblo que se organiza para el bien común.
También vino a visitarme, en carácter de emergencia, Rubén Zamora y otro miembro del Partido Demócrata Cristiano, para informarme del acontecimiento más grave de este día. Una manifestación de estudiantes, celebrando el triunfo obtenido en el Ministerio de Educación, hacía una manifestación, que fue disuelta violentamente por elementos de la derecha, en colaboración con el Ejército, el cual siguió la desbandada hasta introducirse en el edificio de la Democracia Cristiana, ocupado por las Ligas Populares 28 de Febrero y donde se armó una balacera, que dejó un saldo de varios muertos y muchos heridos. La comisión de Democracia Cristiana venía a pedirme, en el Seminario, asilo para dos señoras pertenecientes a las Ligas que ocupaban el local de la Democracia y que salieron amparándose como rehenes que salían a la libertad. Una de estas señoras vió caer muerto bajo las balas a su propio marido y está sumamente nerviosa. Conseguimos hospitalidad en el Colegio de la Sagrada Familia, ya que por ser mujeres, era muy difícil alojarlas en el Seminario que está ya en actividad.
Por la noche, tuve la visita de un periodista que pedía una entrevista para una revista de Argentina y platicamos ampliamente sobre la situación del país, el papel de la Iglesia y algunos datos personales míos.

Miércoles, 13 de febrero
Platiqué, durante el desayuno, con el Padre Ramón Vega, invitado por mí para conversar sobre asuntos del Secretario Social. Me expuso una serie de problemas y veo que ya va caminando para bien de nuestra Diócesis. Está logrando reunir intelectuales que pertenecieron a la asociación de universitarios, que hoy muchos son profesionales, y se espera de ellos una colaboración desde una conciencia cristiana. Le dije que alguna vez visitaría esas reuniones y que siempre contraría con el asesoramiento que yo necesito tanto, para saber dar una repuesta de Iglesia a estos momentos tan culminantes de nuestra historia.
En seguida, llegó el Doctor Rubén Zamora a contarme los acontecimientos sangrientos de ayer y cómo fue el desalojo de los ocupantes de Ligas Populares que tenían en rehenes, en el local de la Democracia Cristiana a varias personas, y cómo este operativo militar, que causó tantas víctimas, se hizo contra la voluntad de la Junta de Gobierno, que expresamente había ordenado al Ministerio de Defensa no actuar militarmente en este desalojo. Me contó cosas horroras de lo que hicieron los cuerpos de seguridad. Y que estaban analizando, desde anoche, en el partido, qué debían de hacer; desde luego, pedir la destitución del actual Ministro de Defensa y también presionar más, como partido, al Ejército y algunos hablan hasta de retirarse del Gobierno. La cosa es muy delicada, pero es hora de tomar medidas que demuestren, de verdad, que se busca el cese de la represión que está tan cruel en el país.
En el Arzobispado varias audiencias concebidas, pero además de las que estaban señaladas, varias visitas extraordinarias, a las cuales pude dar atención dentro de lo posible. Ayudaron mucho los Vicarios, los Cancilleres, a atender mucha gente que viene cuando hay estas circunstancias críticas en la política del país.
Después del almuerzo, pasé la tarde estudiando y, por la noche, una interesante reunión con el Seminario Mayor, en que con toda confianza me expusieron sus dudas, sus inquietudes y en un diálogo franco, creo que traté de solventarles y quedaron satisfechos, para seguir trabajando la formación de unos sacerdotes, tal como los necesita la Iglesia en este momento. Ha sido una satisfacción encontrarme rodeado de estos veintiún jóvenes teólogos y filósofos, que son verdadera esperanza para nuestra Iglesia.

Jueves, 14 de febrero
Breve entrevista, después del desayuno, con los Vicarios Generales, Monseñor Urioste, que regresa de una breve vacación, y el Padre Cortés que me informa de algunas actividades en la Curia en mi ausencia. Tratamos de evaluar nuestro trabajo y encontramos un poco de falta de comunicación por lo cual, se repiten o se contraponen algunas disposiciones. Monseñor Urioste me dice con franqueza fraternal que, muchas veces, mi actitud es como destruir alguna disposición de los Vicarios Generales y que ésto entorpece la marcha de la autoridad. Yo reconozco, pero vuelvo a insistir que necesitamos más comunicación, por lo cual hemos acordado que, todos los días, a las ocho, nos reuniéramos para ver lo que hay que hacer en conjunto en la Diócesis. Me pareció muy útil esta breve e inesperada reunión.
Me fui enseguida a Domus Marie, en la casa de la hermana María me reuní, como lo había prometido antes de mi viaje, con aquellos sacerdotes que son más señalados como avanzados del lado de izquierda. Con ellos ya tuve una conversación muy fructuosa y esta reunión de hoy ha sido también un gran acercamiento, en que, muchas veces, parece como que estamos más separados y hay más peligros, cuando, de verdad, hay esfuerzos sinceramente pastorales y sacerdotales. Al mismo tiempo, he aprovechado para expresar mis temores y reclamar que seamos, en medio de los vaivanes de la política y de nuestras aficiones por las organizaciones políticas populares, seamos verdaderamente signos del Reino de Dios, porque para eso estamos en la Iglesia, para dar presencia de la trascendencia, en medio de los trabajos de la tierra. Ellos han comentado, según el Evangelio, este pensamiento. Seguiré pidiendo a Dios para que sean, como me dijo el señor Obispo de Brujas, en Bélgica no enemigos, no víctimas, sino verdaderos colaboradores.
Por la tarde, interesante reunión con representantes de las organizaciones populares, fue uno del partido político UDN y otro de las Ligas Populares 28 de Febrero; no pudieron venir los otros dos, FAPU, y Bloque Popular Revolucionario, por atrasos de última hora. Posiblemente, porque a esta misma hora se realizaba el entierro de las víctimas de la represión del día anterior. Pero esta conversación, que de parte de la Iglesia, sostuve con el Padre Moreno, Monseñor Urioste, y los dos representantes políticos, ha sido muy fructuosa y tuve oportunidad de poner mis reparos y de señalar las competencias de la Iglesia y defender los sentimientos cristianos del pueblo y buscar, entre todos, como verdaderos salvadoreños, la salida más pacífica y honrosa de esta crisis del país. Quedamos de continuar nuestras reuniones y de prestar la Iglesia sus servicios, sin perder su identidad de Iglesia. Pedimos, ante todo, que apresuraran un proyecto de Gobierno que salga del pueblo y que se presente a pueblo para aglutinar al pueblo en estas organizaciones y que en ese proyecto, la Iglesia puede prestar un doble servicio, en aquellos campos técnicos que no son de su competencia iluminarlos desde el Evangelio y juzgar según los criterios evangélicos los aspectos humanísticos. Y en el otro nivel, de los aspectos religiosos y humanos, por ejemplo, cómo se consideraría la religión, los aspectos justos en este nuevo proyecto, la Iglesia podrá aportar toda la riqueza de su doctrina. Pero al mismo tiempo, queda constancia de que, no participaremos en categoría de una fuerza política, sino como Iglesia, con luz de Evangelio. Pareció muy bien esta relación y hay un nuevo aspecto en nuestras relaciones con estas organizaciones.
Por la noche, una breve entrevista que ya se había anunciado con un representante de una organización clandestina, con la cual estoy mediando la liberación de un secuestrado, y al mismo tiempo, aprovechando para iluminar con el Evangelio las actividades que no concuerdan muchas veces con el sentir cristiano. He sentido que hay acogida y que mi mensaje, a través de este representante, llega también a toda la organización desde su dirigencia.

Viernes, 15 de febrero
Como he prometido, a las ocho de la mañana, estuve en la reunión de quienes tenemos la responsabilidad de la Curia Diocesana, a fin de tener más comunicación y llevar un Gobierno más comunitario y éste fue el tema de nuestra reunión de hoy, ver cuáles son las deficiencias de que estamos adoleciendo y cómo podemos corregirlas, ya surgieron también varios temas concretos que tratados en conjunto resultan mucho más inteligentemente resueltos y llevaderos. Después de una intensidad de visitas, unas ya anunciados, y otras que llegaron improvisadas.
Llegó un grupo de jóvenes de Sonsonate a pedirme que fuera a bendecirles una clínica y celebrarles la Misa, pero les dije que era otra Diócesis y que les agradecía su amabilidad, les prometí ir a visitarlos en carácter privado en otra ocasión; ellos insistieron en que fuera a la inauguración que deseaban y les dije que para eso fueran a pedir el permiso a la Diócesis y quedaron de comunicarme. Esto indica la sabiduría de la Iglesia en dividir su territorio y también la simpatía de la gente que yo no puedo despreciar, sino encauzar.

Por la tarde, hubo varias visitas a pesar de no estar anunciadas, pero dada la inmensidad de problemas, ocupaciones, rehenes y otros casos similares hay que atenderlos sin dilación.

Sabado, 16 de febrero
Este día, aunque quise dedicarlo enteramente a la preparación de mi predicación del domingo, tuve que ir a la Catedral por la mañana a cumplir un compromiso de bendecir la imagen de San Rafael que van a llevar para el cantón de ese nombre en la Parroquia de Candelaria de Cuscatlán, allá la recibirá el Padre Interiano, pero no quise negarse a esta petición de los humildes campesinos, ya que en ellos siempre siento la presencia y el llamamiento de Dios.
Precisamente, tuve la oportunidad de hablar con los que dirigen la ocupación de la Catedral, son dos jóvenes pertenecientes a un sector del Bloque Popular Revolucionario, cristianos, pero que se sienten obligados a hacer estas acciones, ya que no encuentran seguridad fuera de la Iglesia y se trata de alojar allí una cantidad de campesinos, muchas son mujeres y niños, que han venido huyendo de cantones de la jurisdicción de Las Vueltas, en Chalatenango, donde la Guardia Nacional y ORDEN los persiguen encarnizadamente y otros han tenido que huir a los montes y éstos se han podido refugiar en la Catedral. Yo les dije que comprendía todo ésto y que la Iglesia siempre estaba dispuesta a esta clase de hospitalidad y que no era necesaria la ocupación en la forma en que lo están haciendo. Y le expresé que me comunicara con la dirigencia del Bloque para hablar de la ocupación de templos, ya que comienza próximamente la Cuaresma y el pueblo tiene derecho a estos lugares de oración; y dialogando con la Iglesia pueden encontrar otros modos de realizar los fines para los cuales han ocupado las iglesias.

Por la noche, todavía tuve visita de un caso laboral en que han estado en conflicto, precisamente, dos organizaciones, el BPR y el PAPU; se estorban mutuamente, en vez de ayudarse en beneficio de una fábrica que está cerrada, pero que está en proceso de reabrirse y una ocupación de la otra organización ha venido a estorbar este proceso, lo denunciaré y llamaré al orden mañana en mi homilía, si Dios quiere.

Por la tarde, fui a Guazapa. Un acto muy original celebrado en el mismo convento parroquial, donde tienen su residencia las religiosas Carmelitas que hoy han cambiado de actitud, siempre dentro de sus mismos propósitos religiosos. Se han desprendido de su Congregación, la congregación de Carmelitas de San José, y han inaugurado, cinco de ellas, una casa para servir allí al pueblo en forma pastoral y llevar siempre sus compromisos religiosos, pero sin relación con su antigua Congregación. Todo se ha hecho ordenadamente y, aunque en la Congregación tal vez no se comprende plenamente este paso, sentí que el pueblo ha comprendido muy bien y que ellas si son fieles a sus propósitos actuales, pueden hacer mucho bien, aún bajo el aspecto de la vida religiosa, acercándola y haciéndola muy simpática en medio del pueblo. De hecho, me dijeron que ya son varias las jóvenes que quieren integrarse a este grupo, pero que quieren proceder con toda prudencia exigiendo todas las cosas que el Evangelio exige a la vida religiosa. Tuvimos, pues, esta Misa muy íntima, junto con familiares de estas nuevas religiosas, y junto con la comunidad que colabora en la pastoral. Fue un ambiente muy comprensivo de mucha oración, de mucha reflexión; fue para mi también un enriquecimiento del Espíritu del Señor.

Regresé a preparar mi homilía, escuchando los asesoramientos de quienes se reúnen conmigo este día: El Padre Moreno, la señorita Doris Osegueda, el Licenciado Cuéllar el Padre Cortés y el Padre Urrutia. Me dan elementos muy valiosos para conocer mejor la realidad de la semana y saberla iluminar evangélicamente desde la homilía dominical. He llegado hasta horas de la madrugada, ya es domingo 17 de febrero.

Domingo, 17 de febrero
La homilía se prolongó por una hora y cuarenta y cinco minutos. Hablé de la pobreza con el esquema del documento de Medellín, presentándola como una denuncia contra la injusticia del mundo, como un espíritu que se vive, apoyándose en Dios, y como un compromiso, el de Jesucristo que se compromete con los pobres, y desde allí, la Iglesia también cumple la misión de Cristo para llamar a todos a salvación. Y con esta luz de las bienaventuranzas, que se leyeron hoy en el Evangelio, iluminé la realidad del país para condenar el egoísmo de la riqueza que se empeña en mantener sus privilegios y para dar también las orientaciones desde las exigencias de los pobres a la política del país. Ha sido bastante bien comentada, porque esta noche estuve con los jesuitas de la UCA, para llevar una correspondencia, y encontré una acogida muy cálida, junto con otras visitas seglares que también habían escuchado.

Por la tarde, a las siete de la noche, mejor dicho, fui a Santa Lucía la Parroquia de jurisdicción de Ilopango, donde se instaló al nuevo Párroco, Padre Luis Recinos, que ha venido de Nicaragua para continuar aquí sus estudios, y nos dará este servicio pastoral, atendiendo la Parroquia de Santa Lucía, ya que su párroco anterior, Padre Astor Ruiz, no pudo entrar al país y tuvo que ir a tomar compromisos, precisamente, a Nicaragua. Así resulta un intercambio de sacerdotes, alguien que va de Santa Lucía a Nicaragua y alguien que de allá viene a Santa Lucía. Fue también un momento muy pastoral, platicando con las diversas comisiones, animándolas a continuar, felicitándolas porque un año de ausencia de sacerdote han sabido comportarse como verdadera comunidad cristiana.

Entregué, al regresar de esta Misa, la carta secreta que la familia del secuestrado señor Dunn, entrega a sus secuestradores, por este camino secreto.

Lunes, 18 de febrero
En la reunión que acostumbramos ya en la primera hora de trabajo, analizamos algunos puntos al respecto de sacerdotes y de sus puestos en parroquias. Y concluímos que, era un estudio que había que llevar más a fondo, de acuerdo con el Senado Presbiterial y con la comisión de pastoral, pero como se trata de un asunto bastante secreto, se escogerá uno o dos elementos de cada uno de estos sectores pare estudiar, a conciencia, la situación de nuestro Clero, a fin de colocarlo en el lugar más apropiado a las cualidades de cada uno.

Después, tuvimos reunión con el Senado Presbiterial, muy interesante por tratarse asuntos de actualidad como son las ocupaciones de los templos y el problema de la violencia en el país. Acerca de la toma de los templos, se discutió bastante sobre la conveniencia de un documento acerca de lo que la Iglesia piensa y a fin de que todos pensamos igual. Pero se creyó más oportuno una acción directa con los que causan las ocupaciones y así se encargó a aquellos sacerdotes que tienen más contacto con las organizaciones para que procuraran que la Dirigencia de dichas agrupaciones se entendiera en diálogo conmigo, a fin de platicar la manera de que estas ocupaciones no se realicen más o, en caso de extrema necesidad, se haga siempre de acuerdo con el responsable de los templos.

Por la tarde, otra reunión muy importante en el Centro Universitario Católico, con la Comisión de Administración y con los Vicarios Generales y con el administrador de la Curia, Ingeniero Galván y el encargado del centro, Padre Ramón Vega, a fin de estudiar, en aquel mismo lugar, donde Monseñor Chávez planeaba la construcción del Arzobispado y de la residencia del Arzobispo, si se continuará ese trabajo o se preferirá, como últimamente se ha venido pensando, hacerlo junto al Seminario San José de la Montaña. Prevaleció esta opinión, después de razonarlo ampliamente y acerca del local que antiguamente se había destinado para esto, se acordó hacer allí la bodega de Cáritas y también la construcción de la Iglesia que es condición para este donativo. El Padre Ramón Vega se encargará de pedir un subsidio al organismo correspondiente para que nos ayude a ambas construcciones; y acerca de la construcción del Arzobispado en el terreno del Seminario, se redujo bastante a una construcción más sencilla y se tiene esperanza de tener subsidios de instituciones extranjeras, uniendo el dinero que ya se tenía, como producto de la venta de un terreno del Seminario, en tiempos de Monseñor Chávez, y que fue destinado para esta obra, de la residencia del Arzobispo y del Arzobispado.

Por la noche, el Padre Estrada y el Padre EllaCuria vinieron a buscarme para comunicarme que la homilía del domingo recién pasado ha causado revuelo en Roma y que el Padre General de los jesuitas, les comunicó, al Provincial de Centroamérica, el comentario que se hace en la misma Secretaría de Estado. Esta misma noche, hablarán con el Padre Jeréz que está en Panamá, para que si es necesario vaya a Roma a explicar la situación y ver que las palabras de la homilía corresponden a las situaciones tan difíciles de El Salvador. En concreto, la carta que se anuncia para el Presidente de Estados Unidos y que fue leída en la homilía, y que es, parece, la causa principal de este comentario, se inspira en el peligro próximo que supone la ayuda militar a El Salvador y, sobre todo, el nuevo concepto de guerra particular, que consiste en eliminar de manera homicida todos los esfuerzos de las Organizaciones Populares, bajo pretexto de comunismo o terrorismo. Esta guerra quiere acabar no sólo con los hombres directamente responsables, sino con toda su familia que, según ese concepto, se encuentra toda envenenada de estos conceptos terroristas y que hay que eliminarla. El peligro, pues, es grave y la carta se orienta a pedir al Presidente de Estados Unidos que no facilite un subsidio de carácter militar que vendría a suponer mucho daño en nuestro pueblo, porque trataría de eliminar y de matar muchas vidas.

Martes, 19 de febrero
Me despiertan con una llamada urgente de la Hermana María, desde Domus Mariae, para decirme que ha estallado una bomba en la planta de la YSAX y que ha quedado completamente arruinada. Pregunté si había habido daños personales y me alegré de que sólo fueran de carácter material, lo cual puede tener reparación.
Esta misma noche y a la misma hora, como a las once de la noche, también estalló otra bomba en la biblioteca de la UCA, evidentemente, pues, se trata de maniobras de la extrema derecha contra la voz de la Iglesia y contra las exigencias de la justicia social.

En el Arzobispado, muchos sacerdotes y seglares llegaron a expresar su solidaridad con el atropello a nuestra emisora y a ofrecer ya, desde el principio, ayudas para rehacerla pronto. Monseñor Rivera también expresó su solidaridad, ya que a las once y media, tuvimos reunión de Obispos en la Nunciatura. Ninguno de mis hermanos obispos mencionó el asunto de la radio-emisora, así como tampoco nadie se refirió a mi Doctorado Honoris Causa, ni a ninguna circunstancia de nuestra Arquidiócesis, más que para criticar, siempre como si fuera desviada en su camino pastoral. La reunión fue provocada por el señor Nuncio por indicación de la Sagrada Congregación para Obispos, que en nombre de Su Santidad, declara inválidas las elecciones de presidente de la Conferencia Episcopal y nos llama a que hagamos una nueva elección, pero después de haber hecho reflexión y oración. El señor Nuncio comenta otros aspectos y logra que nos reunamos en el próximo marzo para hacer un retiro espiritual por la mañana y hacer las elecciones por la tarde. El ambiente de esta reunión siempre me resulta muy frío y muy raro, opté por no decir palabra alguna, ya que todo cuanto se dice es mal interpretado por la mala voluntad que existe, sin duda, en algunos hermanos Obispos. El almuerzo fue en la Nunciatura.

Por la tarde, estuve esperando seminaristas ya que todos los martes he ofrecido dedicarme a este diálogo interesante con los futuros sacerdotes. Y terminé la jornada en casa de las señoritas Godoy, donde me ofrecieron una cena con el cariño con que esta familia lo sabe hacer.

Tuve también la visita el embajador de España ya liberado de su secuestro en la embajada, junto con el Secretario de Asuntos Interamericanos, venida de España para este problema y el señor embajador de Italia. Con todos, los tres conversamos amablemente y con mucho sentido de solidaridad para nuestra Diócesis y agradecimiento, por la colaboración en el problema de la ocupación de la embajada.

Miércoles, 20 de febrero
Ha sido un día sumamente cargado de actividades, el Arzobispado se torna cada vez más denso de gente que visita, que consulta, que se reúne. Se nota mucha vitalidad y le doy gracias a Dios. Tuvimos nuestra reunión de Curia con los Vicarios y Cancilleres, examinamos algunos aspectos con toda franqueza y creo que va siendo cada vez más útil esta reunión, aunque reclamé que fuéramos más puntuales y eficientes y encargué al Padre Rafael para que él se ocupa de hacer la agenda y de que la reunión se tuviera siempre, aunque faltara algún elemento.

Entre las visitas tuve una reunión de prensa hacia las once y media, en que hubo periodistas de Estados Unidos, de Suiza, de Alemania, de Francia, una cosa improvisada, pero muy rica de preguntas y de orientaciones de parte de nuestra Arquidiócesis. También llegó la señorita Marta Benavides que es tan activa, miembro ecuménico, para ofrecer toda su colaboración y le invité a prestarnos esta colaboración en el campo de la comunicación social, lo cual ella tomó con mucho agrado y lo ha comenzado a hacer con mucho interés.

Por la tarde, fui a compartir con los seminaristas de Santa Tecla, que están haciendo el año de Propedéutica. Después de expresarles el objetivo de este año y la esperanza que en ellos tenemos, dialogamos ampliamente y con toda franqueza invitándoles a sentirme amigo más que autoridad. Y hubo un ambiente muy cordial, confianza para expresar sus ilusiones, la alegría de encontrarse en esta nueva experiencia del Seminario, así como sus temores hacia el futuro. Pero les he prometido que lo que se ha comenzado en apertura no podrá cerrarse sino que, tomando en cuenta sugerencias, críticas constructivas, iremos mejorando, con ellos, la formación del futuro sacerdote. Después de cenar con ellos, me dirigí a la Basílica del Sagrado Corazón, donde en una solemnidad de mucha asistencia celebré la inauguración de la cuaresma y la imposición de ceniza, habiendo invitado al pueblo, como representante de toda la Arquidiócesis, a caminar junto con el pastor en esta peregrinación de santificación, de austeridad que nos lleva hasta la pascua, para ofrecer al país una Iglesia renovada en su cuaresma, con hombres nuevos que puedan ser los verdaderos, auténticos liberadores de la patria. Después de la Misa todavía hubo periodistas que tuvieron interés en dialogar y resultó también muy interesante.

Las nueve de la noche y al llegar al hospital tengo dos compromisos serios, uno del Padre Estrada, Padre EllaCuria con un señor especialista en bancos que quiere presentarme un proyecto acerca de la Transformación Agraria y del problema de los bancos. Lo oí con atención, pero le dije, se trata de aspectos técnicos y sólo le invito a que continúe perfeccionando sus ideales, para que luego tengamos oportunidad de confrontarlos con otros proyectos, principalmente de parte del pueblo que, es lo que hace falta hoy, proyectos concretos y, por eso, le di mi enhorabuena y mi felicitación y el deseos que trabajara siempre con ilusión esta clase de colaboraciones a nuestro pueblo.

La otra reunión era improvisada, de la Coordinación Nacional de Organizaciones Populares que iban a encontrarse hoy con elementos militares jóvenes, pero los cuales no pudieron asistir. Sin embargo, el contacto con las dirigencias de las organizaciones resultó muy fructuoso, aunque no profundizamos en aspecto concreto alguno, pero quedamos de reunirnos mañana con elementos de la Iglesia, para platicar varios aspectos de las relaciones entre la Iglesia y las Organizaciones Políticas Populares.

Jueves, 21 de febrero
Hoy comenzó el día, después de la Misa, con un desayuno con el Padre Ramón Vega, para hablar asuntos de la Secretaría de Acción Social y problemas de Cáritas. Después reunión de pastoral, en el Arzobispado. Para mí es la comisión más importante de la Diócesis, ya que me ayuda a coordinar las diversas actividades de la Vicaría de la Arquidiócesis y orienta con sugerencias nuevas nuestra pastoral. El Padre Octavio Cruz, como Secretario General, está dándole mucho impulso a esta Secretaría, lo mismo que el seglar, Francisco Cuéllar. No pude estar en toda la reunión, porque a las diez y media de la mañana tenía una entrevista con el representante de Estados Unidos, que en ausencia del embajador nuevo, está llevando los asuntos norteamericanos en El Salvador. El punto principal de la conversación fue el comentario sobre mi carta, dirigida el domingo recién pasado, al Presidente Carter, de Estados Unidos. Me dijo, en primer lugar, que el presidente no había recibido esta carta, a la que se ha dado ya amplia difusión en todo el mundo, y trató de explicarme el objeto principal de la carta, que era la ayuda militar a El Salvador, explicándome que no se trataba de poner armas en los cuerpos de seguridad, sino de perfeccionar algunos elementos que faltan en el Ejército, y así otras explicaciones, que luego yo traté de contestar diciéndole que mi carta se basaba en una información y condicionadamente a esa información le hacía mi comentario y que mantenía mis temores de que una ayuda militar, aunque fuera con las distinciones que él me explicaba, siempre redundaría en mayor represión del pueblo, ya que es el mismo Ministro de Defensa el que lleva ambos sectores de la institución militar y que, por más que se dijera que no era para las fuerzas armadas, podía determinar allá esta ayuda de cinco millones, nada menos, para armarse más y reprimir más al pueblo y, en cuanto a la influencia de Norteamérica en la política del país, le decía que una ayuda al Gobierno, que no tiene apoyo popular, aparecería para el pueblo como una imposición y que lo que más agradeceríamos era impulsar el proceso que el pueblo lleva ya adelante y no estorbarlo, imponiendo otro modo que no es el que el pueblo se construye como autor de su propio destino. Hubo otros temas y lo más importante fue que el señor embajador se llevaba la sugerencia de que esta ayuda militar ojalá se condicionara a que las reformas, que tanto se anuncian, se comenzaran a llevar a cabo y que se eliminara la línea represiva, que evidentemente prevalece en el Gobierno actual.

Otra visita de gran importancia fue la de Catholic Relief para ofrecerme ayuda en las necesidades de emergencia que pueden surgir en El Salvador y hablarme otros aspectos de la colaboración entre esta Institución norteamericana y nuestra Cáritas arquidiocesana.

Por la tarde, fui con el Padre Alliet a visitar las religiosas de Quezaltepeque y al Padre Roberto, todos ellos belgas, para llevarles un saludo de Bélgica con motivo de mi reciente viaje. Me da mucho gusto que estos sacerdotes y religiosas están haciendo mucho bien en un pueblo tan necesitado. Lamentablemente, está allá un cisma con el Padre Quinteros, que vive escandalosamente y sigue usurpándonos el convento y la Iglesia.

Pero el padre Roberto, ha logrado centrar la atención de la vida parroquial en la capilla del colegio de las hermanas Dominicas.

También visitamos, al regreso, a la Hermana María, encargada de Domus Mariae, donde pude ver personalmente los tremendos estragos de la bomba que acabó con la planta de nuestra emisora YSAX, la Voz Panamericana.

Regresaba de este viaje, hacia las cuatro y media, en el Seminario, donde estaba ya preparada una reunión con la Coordinadora Nacional de las Organizaciones Políticas Populares, y entre los puntos de agenda, escogímos para discutir primero el de las ocupaciones de los templos: primero, las organizaciones expusieron los motivos por qué ocupan los templos; enseguida, los sacerdotes, principalmente, el párroco de la Iglesia del Rosario y el de la Iglesia del Calvario expresaron los inconvenientes de estas ocupaciones para la vida de la parroquia y luego se discutió la manera de poder entrar en un arreglo para que estas ocupaciones no causaran el mal que se hace y tuvieran toda la eficacia que las Organizaciones dicen poner a estas táctica de presión, de defensa, de denuncia.

Otra reunión, ya entrada la noche, fue con un elemento de las FPL, fuerza clandestina, que es muy temida entre nosotros, causa de varios secuestros, pero con los cuales he podido entrar en diálogo con el objeto de expresar el sentimiento y los pensamientos de la Iglesia y hacer comprender que el respeto a estos sentimientos cristianos de la mayoría del pueblo, serán una condición para que ellos puedan disfrutar la popularidad de que carecen, cuando atropellan estos sentimientos.

Viernes, 22 de febrero
En este día de la cátedra de San Pedro, se celebra el tercer aniversario de la toma de posesión de la Arquidiócesis por parte mía, los sacerdotes se acordaron de esta fecha y me sugirieron que querían celebrarla, les manifesté mi voluntad de hacerlo en forma eucarística, celebrando la Misa con ellos este mediodía. Y así se organizó esta conmemoración que evoca, ante todo, mucha responsabilidad y mucho sentido de oración. Pero antes de la Santa Misa, pasamos una mañana de reflexión con un equipo de análisis político sobre la situación del país. Fue un catedrático de la UCA, junto con el Rector de la misma Universidad, el Padre Estrada también, y también los sacerdotes Urioste, Fabián Amaya, Cortés, Urrutia, el Padre Moreno, el bachiller Cuéllar, quienes compartimos el desayuno y dialogamos sobre el tema indicado. La reunión se tuvo en el comedor del Hospital de la Divina Providencia, apesar de que se había proyectado en la Casa de Santa Eugenia, en Planes de Renderos. El cambio fue debido al deseo del señor Héctor Dada, miembro de la Junta de Gobierno, quien quiso estar con nosotros porque traía un encargo de la misma Junta de Gobierno. El tema fue desarrollado por el experto y comentado por todos. Es una situación pre-revolucionaria la que existe en El Salvador, pero camina rápidamente hacia una fase revolucionaria. El mensaje del señor Héctor Dada era, en nombre de la Junta de Gobierno, para suplicar a la Iglesia interponer su valiosa palabra a fin de pedir una tregua a la Izquierda, tregua que dé oportunidad al Gobierno a realizar sus proyectos de transformación. Se analizó la petición del Gobierno diciendo que, no era la Iglesia, sino el pueblo el que debía de negociar con el Gobierno esa tregua y que el Gobierno debía de buscar el arraigo popular y no imponer unas reformas, sobre todo, si el pueblo se ha dado cuenta que es con el apoyo de una potencia extranjera como es Estados Unidos. De nuestra parte, nuestra mejor voluntad de colaborar con las transformaciones que beneficien al pueblo, pero no podemos ignorar que el pueblo y las organizaciones de izquierda no pueden colaborar con un proyecto donde, al mismo tiempo, existen realidades de represión y pedíamos que la parte sana del Gobierno, como es la buena voluntad de la Democracia Cristiana, representada por el señor Dada y el doctor Morales Erlich, debían de favorecer esa credibilidad del pueblo, quitando todos esos aspectos represivos. Por otra parte, se dijo que la tregua no sólo debía pedirse a la Izquierda, sino que la principal fuente de la violencia en estos días es la derecha, que pueden ser controlados por el Gobierno y evitar que provoque la violencia de la Izquierda. En fin, que con toda franqueza se dialogó un tema muy importante, que nos llevó, en esta franqueza de expresión de todos, toda la mañana.

Viernes, 22 de febrero
Al mediodía, nos dirigimos a la Basílica para la concelebración del tercer aniversario de mi Arzobispado. La ceremonia resultó muy fervorosa, íntima, no había mucha gente, pero sí estaban representaciones de las diversas comunidades de la Diócesis.

Un buen número de sacerdotes, religiosas, que celebraron con verdadero fervor y cariño. La homilía estuvo a cargo del Padre Cristóbal Cortés, quien fue muy generoso en sus elogios, sobre todo, destacando el magisterio de las cartas pastorales, a las que analizó como el pensamiento del Arzobispo y de la pastoral de la Arquidiócesis. Después saludos muy cariñosos, a la salida del templo. Los seminaristas de los diversos grupos de formación sacerdotal eran una nota de alegría y de esperanza en esta celebración.

Por la tarde, fui a visitar las congregaciones belgas de Cojutepeque y de Santa Cruz Michapa. Por la noche, recibí al Secretario General de una Organización contra la tortura, que tiene su sede en Milán, Italia, y traía un saludo y el anuncio de que este año la organización dedicará especialmente sus actividades a El Salvador. También me visitó el padre Provincial de los Pasionistas, junto con el Padre Juan Macho, con quienes compartimos los pensamientos de la vida pastoral de nuestra Arquidiócesis que, sin duda, son muy halagadores. De manera especial nos referimos a los seminaristas y vocaciones, ya que ellos tienen entre nosotros un grupo de estudiantes pasionistas y desean lo mejor, porque son la esperanza de la Congregación. A este propósito comentamos si era suficiente la formación filosófica y teológica que están recibiendo sus alumnos en la UCA. Yo expuse claramente mi pensamiento diciendo que lo sometieran al juicio del Padre Juan, que me parece muy seguro, para ir completando lo que pueda haber de deficiente. Sin embargo, me dió una idea para que nuestros seminaristas también procuraran una formación más autónoma y más de acuerdo con nuestra Arquidiócesis, ya que hay muchas quejas de ellos y de los sacerdotes, acerca de la actual formación en el Seminario Interdiocesano. No queremos perder la interdiocesanidad, pero también queremos colaboradores para la pastoral de nuestra Arquidiócesis.

Sabado, 23 de febrero
Esta mañana fui al Cantón Botonsillal, de la Parroquia de Colón, donde vamos a celebrar una ceremonia de matrimonios preparados por catequistas de aquel lugar. Me acompaña un equipo de televisión inglesa, que quiere tener información de nuestra vida pastoral en el sector rural. Fueron muy bien impresionados y tomaron bastante fotografías para su reportaje. El acto estuvo muy cordial y, al final de la Misa, expresaron sus sentimientos de solidaridad con la Arquidiócesis varios jóvenes y otras personas del lugar.

Por la tarde, fui a cumplir con una invitación que me habían hecho los jóvenes de Sonzacate, pueblo vecino a Sonsonate, aunque no es de mi Diócesis, sino de Santa Ana, ellos habían conseguido el permiso del señor Obispo, que yo confirmé cuando ví a Monseñor Barrera en la Nunciatura y me dijo que no había inconveniente. Hubo varios propósitos de no ir, por evitar este conflicto y también porque estamos bajo una amenaza de muerte. El señor Nuncio de Costa Rica me ha avisado que el peligro de amenaza existe otra vez contra mí y me advierte que tenga cuidado. Sin embargo, sentí un compromiso especial con esta juventud y fui y, francamente, fue una acogida muy cariñosa: mi ausencia hubiera causado un gran desencanto y traté de llenar sus aspiraciones, bendiciéndoles luego una clínica asistencial que ellos, por su propia iniciativa, han llevado a cabo. Creo que, aunque fuera de mi territorio, es Iglesia y es aliento a los esfuerzos de la Humanidad.

Al regresar, tuvimos la junta de asesoramiento que suelen darme de parte de la Secretaría de Comunicación Social el Padre Moreno, y el señor Cuéllar. Es una semana también bastante conflictiva, muchas violencias y hay mucho que denunciar; así como hay también mucho que animar en nuestro pueblo tan afligido.

Domingo, 24 de febrero
La Misa siempre se tuvo en la Basílica, a pesar de que ya está desocupada la Catedral, pero ha quedado muy sucia y maloliente y se llevará mucho tiempo para adecuarla al culto, después de un mes de ocupación. El inconveniente de las ocupaciones es grave, pero comprendemos que nuestro pueblo necesita estos refugios de la Iglesia, ante las situaciones de opresión tan horrorosas que estamos viviendo.

La asistencia a la Misa fue extraordinaria y se debe, en gran parte, a que nuestra emisora no está funcionando después del lunes, cuando le pusieron una bomba. Al referirme, al principio de mi homilía, a este atentado y comentar las muchas solidaridades y muestras de dolor y ayuda que van llegando, el público aplaudió con mucho entusiasmo y todo ésto es una esperanza para rehacer muy pronto nuestra Emisora. Un representante de Radio Noticias del continente, de Costa Rica, ofreció los servicios de su emisora en onda corta, 31 metros, para transmitir íntegra la homilía que va a mandar grabada hoy mismo y, si el próximo domingo es necesario, nos ofreció que lo haría directamente por línea telefónica. Este gesto también fue muy aplaudido. También anuncié, con mucha alegría de la gente, que los técnicos de la UCA y otras personas expertas en esta materia, han ofrecido su colaboración para erigir una Emisora más potente que la que acaban de bombardear. El repudio de la gente para este acto es evidente y el apoyo a nuestra Emisora se ha hecho también más evidente. Después de Misa hubo una rueda de prensa, muy elocuente, porque eran de varias partes del mundo y tuvieron mucho interés en conocer el pensamiento de la Iglesia en la situación actual del país y también mucho interés en la amenaza que yo denuncié a mi persona en la Misa, También, de parte del pueblo, que rodeaba esta rueda de prensa, se expresaron varios pidiendo a los periodistas el apoyo para nuestra Diócesis, para nuestra radio, para el Arzobispo.

Al mediodía, fui a terminar la convivencia de seminaristas mayores, que se ha venido desarrollando en San José de la Montaña, con los seminaristas de nuestra Arquidiócesis, desde el viernes recién pasado. Antes de Misa, dialogamos con mucha confianza y es admirable la inquietud juvenil de estos futuros sacerdotes, a los que queremos no mutilar en nada sus entusiasmos, sino orientarlos hacia una pastoral de acuerdo con las inquietudes también de esta Arquidiócesis que se siente joven y entusiasta.

Por la tarde, tuve que decidir mi viaje a Guatemala o su supresión, ya que los padres de la Curia, tuvieron una reunión privada en la que vieron el peligro de que yo fuera a celebrar mis ejercicios espirituales a Guatemala, donde hay más peligros que en el mismo país, y porque también mi presencia aquí es muy conveniente en estas horas de conflicto. Por fin, he decidido no ir, y hemos conseguido hacer mis ejercicios en la casa de las hermanas Pasionistas, en Planes de Renderos.

Lunes, 25 de febrero
A la hora del desayuno llegaron los padres de Chalatenango que iban a ir conmigo a Guatemala para hacer allá nuestros ejercicios espirituales en la casa de las Carmelitas, Carmel Juyú; todos teníamos ilusión de esta convivencia en un lugar tan pintoresco, pero la razones de los Curiales, que se dialogaron también por teléfono en este momento, convencieron al grupo al grupo a desistir del viaje, y hacerlo aquí, junto conmigo, en la casa de las hermanas Pasionistas, que muy generosamente, a pesar de lo improvisado, nos han acogido. Hacia las nueve de la mañana, estábamos ya en la casa-Finca Lourdes, camino de Planes de Renderos, lugar muy pintoresco, empezando nuestro ejercicios, que coordinará el Padre Fabián y que todos participaremos en un diálogo muy cordial y muy profundo. Este día ha sido muy rico de reflexiones, ya que nos hemos propuesto a hacer una sola motivación por la mañana y otra por la tarde y dejar el mayor espacio posible a la reflexión personal, que luego comentaremos a mediodía y al final de la tarde.

Por la noche, tuvimos también otro diálogo muy rico, más de carácter pastoral, que orientamos esta noche a la visita pastoral, tal como la han ideado en la Vicaría de Chalatenango, en tres zonas en las que habrá un Pro-Vicario, para ayudar al Vicario Episcopal y en cada zona tendremos dos días de trabajo con los agentes de Pastoral y, desde allí, se trazarán programas parroquiales que en el trimestre siguiente iré a visitar y así creo que tendremos una visita pastoral de evaluación, de programaciones y más técnica hacia una pastoral de conjunto. Se encomendará a la comisión de pastoral que perfeccione este proyecto para llevarlo acabo ya, en la próxima semana de pentecostés.

Martes, 26 de febrero
Desde hoy, hasta el viernes 29 de febrero al mediodía, me he encontrado en ejercicios espirituales, en la Finca de Lourdes, de las hermanas Pasionistas, camino de Planes de Renderos, han sido días de profunda reflexión y de convivencia muy fraterna e íntima con los sacerdotes diocesanos que trabajan en la Vicaría de Chalatenango. El Padre Fabián Amaya, Vicario Episcopal de esta Vicaría, nos orientó con dos meditaciones diarias, que luego reflexionábamos en oración individual y que recogíamos en diálogos fraternales al terminar la mañana y al terminar la tarde, durante la Eucaristía y, por la noche, teníamos un diálogo de carácter pastoral en que surgieron muchas iniciativas para el bien de aquella Vicaría y de la Diócesis en general.

Durante estos días también hubo, en la Curia arzobispal, una reunión privada de las organizaciones políticas populares con otros organismos políticos, a fin de analizar la plataforma que las organizaciones prometen como Gobierno Democrático Revolucionario; la Iglesia ha ofrecido sus servicios, desde su competencia de humanismo y cristianismo. También, durante estos días, se ha comenzado a trabajar en la antena de YSAX, la planta transmisora que fue destruída casi totalmente por la bomba, que nos ha dejado sin radio católica. El Padre Pick, jesuita norteamericano, que está trabajando en emisoras de Honduras y Panamá, fue traído y está dirigiendo, junto con el Padre Pedraz, este trabajo. Se han ofrecido también los técnicos de la Universidad Católica y los técnicos de ANTEL, con tanta ayuda y mucho apoyo popular esperamos que muy pronto nuestra Emisora esté ya saliendo al aire.

El viernes por la tarde, visité, después de salir de ejercicios, los trabajos de la planta transmisora de YSAX y me encontré al Padre Pick trabajando como cualquier jornalero en el despeje de las ruinas de la bomba. Lo mismo que otros albañiles dirigidos por ingenieros de la UCA, tratando de reconstruir la caseta, donde se instalará el transmisor nuevo, provisionalmente. Porque el lugar definitivo será fuera de la ciudad y ya tenemos el terreno adecuado.

Sabado, 01 de marzo
Lo más sobresaliente de este día fue la ordenación sacerdotal de Jaime Paredes, un Diácono joven, descendiente de una distinguida familia de San Salvador, se preparó en México y ha realizado su diaconado, en gran parte ya en El Salvador, y es un sacerdote de mucha esperanza. Actualmente, está dirigiendo el grupo de seminaristas que hacen el año de introducción o propedéutica y trabajará también en otros sectores pastorales. La ceremonia fue muy impresionante en su sencillez, sobre todo en el momento en que se le imponía las manos, ya que habían muchos sacerdotes participando en esta Consagración; lo mismo sus padres y amigos presentes, que miraban y saludaban con profundo cariño. Conmovedora fue la presencia de los seminaristas, nuestros cinco seminarios asistieron y parecía una fiesta de juventud vocacional que, sin duda, encontró mucho estímulo en la ordenación de Jaime. Después de la Misa, hubo una recepción sencilla, pero muy cordial en la que tomaron parte no sólo los distinguidos invitados, sino también campesinos venidos de las comunidades de Chalatenango.

También después de la ceremonia, tuve una entrevista de prensa con un periodista norteamericano, siempre interesados en conocer esta crisis que está viviendo nuestra patria y la función de la Iglesia dentro de ella.

Por la tarde, celebré la tradicional Hora Santa a los primeros de mes, en el Hospital de la Divina Providencia, con bastante asistencia. Hablé del Evangelio del domingo siguiente, que es el de la transfiguración del Señor, llamando a participar en la vida de Cristo y de la Iglesia, en una hora en que los cristianos tenemos una gran misión que cumplir en nuestra patria. También este día tuve una entrevista con especialistas de Reformas Agrarias que sostienen aquí en El Salvador los Estados Unidos, pero que fomentan el proyecto del Gobierno que tiene poca popularidad y que cuenta sí con el apoyo de los Estados Unidos, pero en una situación, como ésta, hay que guardar muchas reservas respecto de estas ayudas, que quieren condicionar a un proyecto impuesto, el deseo auténtico del pueblo. Agradecí, me interesé mucho por conocer los detalles, son verdaderos técnicos, pero insinué estos reparos para que el proyecto, con toda su ayuda económica, fuera siempre contando con el sentimiento y el deseo del pueblo y no solamente apoyando un Gobierno que, por su aspecto represivo, pierde cada día más popularidad.

Por la noche, tuvimos la reunión de consulta para preparar la homilía del día siguiente.

Domingo, 02 de marzo
Segundo domingo de cuaresma. Por falta de la Emisora, muchos llegaron personalmente a la Basílica y se encontraban más llena que de costumbre, pero los servicios de la Radio Noticias del Continente, de Costa Rica, llevaron, en onda corta, la voz de la Misa, sobre todo la homilía que, después, he tenido referencias que fue muy escuchada y con bastante nitidez, no sólo en el país, sino como onda corta que es de Centroamérica, en todo el Istmo y también en el Continente. Supe también que habían colaborado radios de Venezuela y de Colombia; los cuál me impresionó mucho, cuando, por primera vez, la voz de una homilía del Arzobispo de San Salvador, trasciende las fronteras y es escuchada en todo el Continente. Aproveché esta circunstancia para tener presente al auditorio, no sólo de mi Diócesis, sino de América Latina, para la cual trabaja esta Iglesia, de acuerdo con unas normas bien claras, que se le dieron en Medellín y en Puebla. Hubo después de Misa una interesante conferencia de prensa en que participaron unos diez periodistas y, además, mucha gente de la Misa, que ya se está haciendo costumbre de participar también en este diálogo de aclaraciones, que se refieren muchas veces a puntos de la homilía o a otros intereses de los periódicos que nos visitan. Todos eran periodistas extranjeros.

Por la noche, fui a la Parroquia del Barrio de Lourdes, donde el Padre Mateo Quijada había preparado un grupo de confirmaciones. La Iglesia rebosaba de fieles. La acogida fue muy cariñosa y tuve que anunciarles que había un cambio en esa Parroquia y que el Párroco, a pesar de que lo querían mucho, como yo también lo estimaba, tendría que pasar a otra parte; mientras que allí, el próximo domingo daríamos posesión a una comunidad de Padres Paulinos que nos ayudarán a trabajar en ese sector pobre de nuestra Diócesis. Mientras que el párroco actual, Padre Mateo, irá al cantón El Carmen, de la parroquia de Cristo Redentor, a la que estará inscrito como Vicario-Cooperador.

Lunes, 03 de marzo
Después de una semana de ausencia, volví hoy al Arzobispado, donde inicié mi trabajo con la reunión de costumbre, con los vicarios y Cancilleres; pero no asistió Monseñor Urioste por encontrarse un tanto enfermo de su mal que lo hace sufrir tanto, problemas de circulación y de venas en los pies. Comentamos, precisamente, que, por deficiencias de mi carácter, puedo causar a veces resentimientos o divisiones, pero que no dudara de la fidelidad de estos colaboradores. Yo les dí la razón y les dijo que había sido uno de los punto de mi examen en el ejercicio espiritual de la semana pasada y que traía el propósito de que, con su ayuda, procuráramos trabajar más unidos, en más comunicación, y que mutuamente nos corrigiéramos aquellas cosas que pueden entorpecer este trabajo comunitario tan interesante. Que vamos a tener, como allá en los ejercicios lo propuse, esta reunión del principio del día, en la capilla doméstica, para que sea también un momento de oración y de orientación evangélica para el trabajo de dirigir esta Arquidiócesis. Inmediatamente, participamos en la reunión de Senado, que se había acordado para esta mañana, pero que algunos olvidaron y por eso fue con poca asistencia. Sin embargo, se trataron puntos muy interesantes, como fue preparar la junta del Clero de mañana, en la que se elegirá al nuevo Senado Presbiterial. También se tocaron otros puntos de la misión de la Iglesia en este ambiente tan politizado, en que las comunidades eclesiales de base corren el peligro de perder su identidad y hacerse sentir un poco más políticas que evangélicas. Traté de aclarar, dentro de mi alcance, la trascendencia de que una Iglesia, en este momento no puede prescindir del gran problema político, del proceso de nuestro pueblo, porque no debemos de correr el riesgo de quedarnos al margen en una hora tan histórica, pero que sí será nuestra presencia con profunda identidad eclesial. Otros puntos se trataron muy en ambiente de familia y de confidencia.

Fui a almorzar con los padres belgas, ya que ha venido el Padre Pedro Le Clair de Panamá y así cumplí ya este primer día de trabajo con uno de mis principales propósitos, de compartir más mi vida, aún en forma privada, con los queridos sacerdotes de la Diócesis. Fue una conversación muy fraternal en la que pude expresar también mis temores acerca de las críticas que se hacen del trabajo de los belgas pero que tratándolos de cerca es un trabajo muy cristiano, pero que merece mucho cuidado de parte del pastor de la Diócesis. También me confiaron que habían sido amenazados por teléfono y que preferían no dormir en ese mismo sitio donde tienen su residencia. Yo les conseguí que en una Colegio con algunas reservas, podían ir a pasar las noches que quieran.

Por la tarde, con el Padre Moreno, estudiamos un documento que se decidió presentar por parte de la Iglesia y de las dos universidades acerca de la situación del país y que sirviera como un llamamiento al pueblo a tomar parte en la decisión de su propio destino y no esperarlo todo de los grupos políticos, sino aprovechar estos esfuerzos de unidad y de apertura de las Organizaciones Populares para que el pueblo también critique la situación actual y trate de buscar los caminos que más conviene, y que así resulte ser el propio pueblo el que está trabajando su propia configuración. Hice algunas reservas al documento y también pedí más tiempo para poderlo estudiar con algún grupo de sacerdote de la reunión del Clero que será mañana.

Esta noche se oyeron detonaciones durante casi una hora. Asalto del Ejército Revolucionario del Pueblo al Cuartel de la Guardia Nacional…

Martes, 04 de marzo
Como primer martes de mes, se celebró hoy la reunión del Clero. No asistieron religiosas, porque se trataba principalmente de elegir el nuevo Senado Presbiterial, para otros dos años. Hubo primero una motivación de cuaresma, presentada por el padre Juan Macho Merino, y después de motivó la elección para elegir representantes de los diversos sectores del Clero en el Senado Presbiterial. Un joven, cuatro sacerdotes trabajadores en el sector rural, dos diocesanos del sector urbano y dos religiosos. La elección fue muy bien llevada y al final tenemos una selección bien representativa de estos diversos sectores del Clero. Por parte mía, elegiré otros cinco y así completaremos el Senado, que se reunirá próximamente para tener su primera sesión.

Me dí cuenta también en Domus Mariae del avance de los trabajos, tanto de la caseta donde se va a instalar el nuevo transmisor de YSAX, como del trabajo técnico de la transmisión que lo está llevando el Padre Pick, con colaboración de técnicos, ANTEL y UCA.

Por la tarde, entrevista con los norteamericanos que están asesorando el proyecto de Reforma Agraria, me acompañó el Padre Juan Ramón Vega; hicimos observaciones al proyecto. Están decididos a apoyarlo en todo y se dice que mañana mismo saldrá ya esta ley de parte de la Junta de Gobierno. Nuestra principal dificultad es si tendrá autoridad la Junta de Gobierno entre los dos extremos, de derecha y de izquierda, que la están combatiendo tan duramente. Sin embargo, de mi parte, apoyé todo lo justo de esta reforma y le prometí el apoyo moral de mis oraciones y el deseo de que se lleve a cabo para beneficio de nuestro pueblo.

No pude asistir a la invitación que me hicieron de la Parroquia de San Antonio, de Colonia América, donde en la capilla de los Andes tuvieron hoy la entrega de las Biblias a los seguidores del movimiento catecumenal, que está haciendo entre nosotros bastante bien.

De mi parte, también insistí a los sacerdotes en que está institución del organismo de consulta, que es el Senado, no quería agotar mis intenciones de diálogo con cada uno de los sacerdotes, pidiéndoles excusa de no haberlos podido atender por tantos problemas que hay, pero prometiéndoles siempre mi sincera buena voluntad y pidiéndoles la colaboración para abrir canales acerca de estos diálogos personales.

Miércoles, 05 de marzo
Después del desayuno, sorprendió la Comisión Ecuménica de ayuda humanitaria, porque les habían dicho que iban a tener una junta conmigo a las ocho, de lo cual yo no había tenido noticias, pero brevemente les expresé mis preocupaciones de esta disgregación de energías con diversas comisiones de carácter benéfico y que los invitaba para las cuatro de la tarde, que convocaría a los otros sectores de Cáritas y de comisión arzobispal de emergencia, para unificar nuestros esfuerzos, lo cual consulté luego en la reunión con los Curiales, que también participan de esta preocupación, pero no se puede tener esta tarde la reunión porque varios elementos no pueden asistir. La dejaremos para próxima ocasión. Parece que hay elementos disgregadores o quienes quieren aprovechar esta actividad, como instrumentalizando al Arzobispado para fines políticos. Estaré muy atento y trataremos de hace una verdadera caridad al estilo de Iglesia.

La reunión con los Vicarios y Cancilleres resulta siempre muy útil, se examinan muchos aspectos de la vida de la Curia y de la Diócesis y creo que es indispensable hacerla diariamente.

Durante la mañana, muchas audiencias particulares que se habían anunciado y hacia el mediodía una entrevista de periodistas norteamericanos y de Europa, tradujo la señorita Marta Benavides, que está trabajando en el Arzobispado, ecuménicamente, ya que ella es protestante, pero está prestando un buen servicio a nuestra Arquidiócesis.

Ya bastante tarde, vino a visitarme al Hospital de la Divina Providencia el Secretario de información de la Presidencia, don Sigfrido Munés, para presentarme una invitación a Casa Presidencial para el día de mañana, a las once, pero que no podía decirme el motivo, lo cual le dije que era un poco absurdo, que no podía ir si no tenía conocimiento a dónde iba, pero que por su conversación, yo había deducido que se trataba de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y que han sido invitados también los otros obispos y todo el Gabinete y el Gobierno y otras personas que pueden interesarse en apoyar al Gobierno en este esfuerzo de transformación Agraria. Le expresé mis ambigüedades, desde luego, que no había sido una visita con conocimiento de su objetivo, y, luego también que tenía mis reparos para estas reformas sociales, económicas políticas cuando al mismo tiempo se está masacrando al pueblo; aunque sé que hay muy buena voluntad en un sector del Gobierno, pero lo que prevalece y ofende tanto al pueblo es ese carácter represivo; mientras el cual exista, la Iglesia no podrá sentir toda la confianza con el Gobierno. De todos modos, apreciaba la invitación y quería mantener mi amistad personal con él y con otros miembros del Gobierno, pero a un nivel meramente personal. Que como pastor de la Iglesia comprendiera mis reparos y la responsabilidad de mi presencia. Sin embargo, le prometí analizarlo y reflexionarlo y decidiría, según mi conciencia. El me dijo que estaba de acuerdo y que sea que fuera o que no fuera, él siempre se sentiría tranquilo y sentía que la amistad conmigo en nada había perdido.

Por la noche, fui a una reunión del movimiento de intelectuales católicos, que está volviendo a renovar al Padre Ramón Vega. Había profesionales, un número de unos doce, y abordamos el tema de la necesidad de que los profesionales se introduzcan plenamente con toda su capacidad en el proceso del pueblo y que lleven una conciencia cristiana a esta vida de la nación. Había dudas si debía de continuarse esta organización o no valía la pena, pero los animé y les dije que era indispensable este trabajo de la Iglesia en el sector profesional. Y que para los mismos pastores, principalmente, para el Arzobispo, era un apoyo muy fuerte tener este grupo de intelectuales con los cuales contar en casos de dudas y de diálogos.

Ultimamente fui a la casa de los Padres Jesuitas, UCA, para consultar con ellos mi decisión acerca de si voy o no, a la reunión de Casa Presidencial; prevalecieron los criterios que ya había expresado yo y se creyó más conveniente mandar un representante, pero no ir personalmente y que, en la homilía del próximo domingo, diera mi juicio aprobando y apoyando lo bueno, así como también expresando mis reparos, siempre en favor del pueblo.

Jueves, 06 de Marzo
En el desayuno consulté a Monseñor Urioste sobre la conveniencia de atender la invitación de Casa Presidencial hoy a las once para promulgar la Ley de Reforma Agraria, vió él más detenidamente el aspecto positivo que es apoyar una causa que beneficia al pueblo, pero también vió el aspecto negativo de un Gobierno en que está incrustada una línea de grave represión. Y concluimos, igual que anoche, de que no iría personalmente, sino que enviaría al Padre Cortés como representante.

A las once y media, en una cadena de radio-televisión, desde Casa Presidencial fue promulgada solemnemente por el coronel Majano, la Reforma Agraria. Inmediatamente se dió una Ley de Estado de Sitio, para evitar los transtornos que pueda traer esta disposición.

Por la tarde, he platicado con miembros de las Ligas Populares 28 de Febrero y también con algún miembro del FPL, y ambos descalifican la medida gubernamental como una reforma que no va al fondo de la transformación que el país necesita, sino que es una nueva manera de apañar nuestra situación de injusticia y de quedar bien internacionalmente y de admitir una intervención de Estados Unidos. En estos análisis bastante profundos, hay muchas cosas que cuestionamos con Monseñor Urioste, que estuvo presente en la primera reunión, y a las preguntas, respondieron con mucho convencimiento estos obreros y campesinos políticos, que no hay duda profundizando mucho en la situación verdadera de nuestro país. Pedimos a Dios que no vaya a acelerarse esta violencia que se ve venir, ya que la izquierda y los grupo políticos populares, no ven otra salida para la verdadera transformación del país que el…

Viernes, 07 de Marzo
Pasé la mañana en la “Aldeíta”, en la casa del Padre Gabriel Rodríguez, donde tenemos los cuatro seminaristas de cuarto año de Teología, haciendo su año de diaconía. Tuvimos una reunión muy interesante en la que me presentaron su proyecto de experiencias espirituales, pastorales y académicas. Será un año en que estos jóvenes, que interrumpen sus estudios normales, van a enriquecerse con una gran experiencia y no dejarán su hábito de estudio, ni mucho menos su formación espiritual. Los ví muy contentos y al Padre también muy optimista. Fuimos, después de la reunión, a celebrar una Eucaristía en la Iglesia de Aldeíta con una comunidad que llenaba la pequeña Iglesia con un cariño muy grade, una fe que se nota muy viva. Se conoce que el Padre Gabriel y, ahora los cuatro seminaristas, trabajan intensamente esta comunidad de fe.

Al regresar, tuve la reunión con la Comisión Ecuménica de ayuda humanitaria para esclarecer las relaciones con Cáritas y con el Comité de Emergencia del Arzobispado. No queremos multiplicar ni complicar el trabajo por la caridad, sino coordinar todos los esfuerzos, las iniciativas que nacen para el servicio del prójimo. Considero que, toda esta actividad, dará un sentido de verdadera educación en el amor a esta comunidad de la Arquidiócesis. Trataremos de hacer la bodega de Cáritas, junto con su oficina, en el local donde está el Centro Universitario y trataremos también de que la junta arquidiocesana de Cáritas se incorpore plenamente a este trabajo coordinado de la caridad y de la beneficiencia.

Por la noche, vino el reverendo Monseñor de Suecia que trae el Premio de la Paz 1980, que me fue conferido y que se entregará el próximo domingo. Tuvimos una larga conversación en que él me explicaba cómo era la vida religiosa en su país, la Iglesia Luterana es la oficial del país, mientras que todas las demás, incluyendo la Católica, se llaman Iglesias libres, y han organizado un Secretariado Ecuménico, es éste el que me ha escogido junto con la Iglesia de la Arquidiócesis para galardonarme con el Premio de la Paz de 1980. Me dijo que al pedir el consentimiento del Ministerio del Culto, se mostró muy complacido, y que dijo de que, “para Monseñor Romero y para la Diócesis de San Salvador, todo lo que quisieran de Suecia”. Así, expresó también que estaría presente en este homenaje de su patria el señor embajador ante El Salvador y Guatemala. También me dijo que la Iglesia Católica, que es una proporción muy pequeña de Suecia, con un Obispo alemán, donde hay también muchos inmigrantes latinoamericanos, se sintieron muy complacidos de esta elección e hicieron una colecta para ayudar a los necesitados de esta Diócesis y que él traía ese aporte que significa mucho sacrificio y mucho cariño de los católicos de su país. Para el próximo domingo tenemos un ceremonial, para que, durante la Misa se haga entrega de este premio que significará también un estímulo para toda la comunidad.

Tuve también una conversación con un periodista inglés, con el cual conversamos acerca de la situación del país y la misión de la Iglesia en este momento tan difícil en que las reformas sociales y económicas parecen que hacen un gran bien al pueblo y, sin embargo, puede ser una pantalla para disimular la verdadera intención represiva que se sigue muy cruel en nuestro pueblo. Creo que para la Iglesia es un momento muy difícil de discernimiento, pero cuento con la luz del Espíritu Santo, que espero no me ha de fallar para orientar a mi comunidad Eclesial. También el traductor del reverendo de Suecia, quiso tener una entrevista conmigo, él es luterano y trabaja en la embajada sueca de Guatemala, y tomará parte en la ceremonia del próximo domingo. Finalmente, una breve entrevista con el Señor Ernesto Rivas Gallont, acerca del secuestro del señor Dunn, que parece que se complica; desde luego que, la colecta en Sud Africa fue un fracaso y no se puede ofrecer, por la liberación del señor Dunn, una cantidad considerable. El ha sido llamado a Washington para hablar allá con el embajador de Sud Africa y ver cómo se plantea de nuevo este grave problema. Yo prometí, como mediador, hacer lo que pueda, pero veo bastante difícil esta situación. Que el señor nos ayude a salvar esta vida y a que la Iglesia haga valer su servicio en nombre de Jesucristo para salvar la libertad del señor Dunn.

Sabado, 08 de marzo
A las diez y media, fui a bendecir la Iglesia del cantón “El Salitre” de la Parroquia de Tejutla. Un poco más de una hora de camino y la gente me esperaba en el desvío, para acompañarme, a pesar del polvo, a pie, hasta la Ermita donde el Padre Valerio y el Padre Gabriel Rodríguez, junto con otros seminaristas, presidían un buen grupo de gente que también esperaba. Prediqué sobre lo que significa una Iglesia, centro de unión de la familia cristiana, encuentro con el Señor y sentido de la trascendencia de la vida. Después de la Misa se entabló un diálogo de mucha confianza, en que los feligreses hicieron varias preguntas de carácter religioso y práctico y dieron también algunas sugerencias. Aplaudieron grandemente cuando les dije que nuestra emisora posiblemente salía mañana, pero que si no, era porque había dificultades muy graves que se estaban tratando de superar, pero que no era seguro que se superasen este mismo día; pero que si querían escuchar, posiblemente también la emisora de Costa Rica, Radio Noticias del Continente, transmitiría a onda corta.

Fui a visitar al anciano papá de Felipe de Jesús Chacón, muerto de forma violenta, catequista, a quien consideran allá mártir de nuestra fe. Es también muy simpática esta gente, acoge con mucho cariño y se desvive por dar, a participar de lo poco que tiene.

Por la noche, con el padre EllaCuria y el Padre Estrada, Monseñor Urioste, la niña Doris Osegueda, el Bachiller Cuéllar y el Padre Rafael Urrutia me asesoré para las noticias de informaciones de la homilía de mañana.

La familia del joven matrimonio Castellanos, asesinados ayer, después de unos ocho días de secuestro, me visitó para suplicarme que sus cadáveres estuvieron en la Misa de las ocho en la Basílica, porque tenían especial interés en que yo celebrara la Misa por su eterno descanso. En este gesto de amabilidad, vi yo que era necesario conceder esta petición, aún, advirtiendo el ambiente festivo que se hace en nuestras Misas, pero que visto con espíritu de esperanza y oración, no desdecía ese ambiente a la tristeza de este hogar.

A última hora me dicen que no ha sido posible hacer funcionar la nueva planta de YSAX y por eso no va a poder transmitir la Misa de mañana, aunque insistí en que buscaran a la Radio Noticias del Continente, de Costa Rica, que se ofreció para este servicio, mientras no estuvieron nuestra YSAX.

Este día fue nuevamente tomada la Catedral por FENASTRAS para velar nueve cadáveres, que fueron víctimas de esta ola represiva que estamos viviendo. Hay otros muertos que tendrán sus funerales en otras partes. Me pidieron que si celebraba la Misa oficial en Catedral, les dije que no iba, porque tenía ya arreglada la Basílica para la Misa dominical, en vista de esta incertidumbre de las ocupaciones. Y les suplicaba que la dirigencia analizara, evaluara estas tomas, teniendo en cuenta las inconveniencias que ya señalamos en un diálogo anterior. Me dijo que no había avisado de la ocupación porque tuvo que ser una estrategia rápida, ya que los del Bloque Popular Revolucionario iban a tomársela para fines de denuncia y ellos tenían urgencia de tomarla para tener allí sus cadáveres en velación esta noche.

Domingo, 09 de marzo
Considero que es un domingo extraordinario y le doy gracias a Dios por las inmensas satisfacciones que me ha dado hoy. La Misa dominical fue extraordinaria en el sentido de dos acontecimientos que no suele haber los otros domingos: primero estaba anunciaba la entrega del Premio de la Paz 1980, que me confería la Acción Ecuménica de Suecia. No habiendo podido ir allá, ellos tuvieron la bondad de enviar al Secretario General, junto con otro miembro de la Iglesia Luterana, pera hacerme esta entrega solemne en la Catedral. Estuvo también presente el señor embajador de Suecia. El Monseñor que me entregó el premio, un pergamino con un cheque por diez mil dólares y otro cheque adicional de una colecta entre los católicos de Suecia por dos mil quinientos dólares, se expresó antes de entregar el premio con frases muy elogiosas, que expresaban el sentir de aquellas Iglesias cristianas. El premio me lo entregó el propio embajador, que se solidarizó en forma oficial de parte de su país con este gesto de la acción ecuménica de su patria. El otro hecho, fue la presencia de dos cadáveres que fueron masacrados estos días, después de haber sido secuestrados. Los encontraron asesinados, horrendamente torturados, se trata del matrimonio de Roberto Castellanos con su esposa, una joven danesa, cuya madre no pudo venir; pero la madre de Roberto, expresamente pidió estar en esta Misa, a pesar del ambiente que yo le advertí que podía talvez ofender sus sentimientos de dolor. Me dijo que ella siempre había admirado esta Misa y que estaba su hijo muy de acuerdo con todo…

Domingo, 09 de marzo de 1980, (Continuación)
Explicaba que la Misa de este domingo fue extraordinaria por dos hechos: por haberme entregado, después del Evangelio, el Premio de la Paz 1980, que otorga la Acción Ecuménica de Suecia, y segundo, porque estuvieron presentes dos cadáveres asesinados por las fuerzas de la derecha y cuya madre del esposo, ya que se trata de un matrimonio, quiso, precisamente, que fueran velados en esta Misa de la ocho de la Basílica, Ella me decía que su hijo, Roberto, casado con la esposa, una joven danesa, asesinada juntamente con él, había trabajado mucho por mejorar la situación del país y admiraba mucho la actitud de nuestra Iglesia y que ella también se sentía atraída para esta Misa y suplicó que aquí se rezaran sus últimas oraciones para conducirlo al cementerio. Por estos dos motivos, la asistencia a la Basílica era muy grande, no era capaz la inmensa basílica de contener la muchedumbre que, gran parte, se quedó en la calle.

Mi homilía se motivó en estas dos circunstancias para enlazar con el mensaje de la Palabra de Dios sobre la conversión personal, como condición indispensable para la salvación. Me referí también, en la parte aplicativa, a los dos perfiles que han sobresalido en esta semana en el país: el crecimiento de la represión del Gobierno para el pueblo, sobre todo, para las organizaciones, y, por otra parte, las do leyes de Reforma Agraria y de nacionalización de los bancos. Mi pensamiento era que eran leyes buenas, pero que corrían el peligro de ser inoperantes, mientras no se evitara la represión y no se tratara de ponerse en diálogo con los proyectos del pueblo. Que querer defender los proyectos del Gobierno con una intransigencia tal de sentir como enemigos iguales a la derecha y a la izquierda era injusto. Ya que sí a la derecha afectaban estas transformaciones, pero no se reprimían sus ataques que tratan de destruir la organización del pueblo. Y la izquierda no era una oposición a los proyectos que van en bien del pueblo; ya que la Izquierda, llamada así a las Organizaciones Populares, no presentan proyectos enemigos, sino que pueden ser muy convergentes en beneficio del pueblo y que el Gobierno tenía que atender estas voces del pueblo, si quería encontrar arraigo y eficacia en sus proyectos. La salida de la Misa fue muy conmovedora. Pusimos a la cabeza del desfile de salida los dos ataúdes, la familia doliente, los sacerdotes que concelebraron conmigo de parte de la UCA, ya que la muerta era alumna de la UCA, y los representantes de Suecía y todo el pueblo en general, que a la salida expresó su condolencia a la familia y su felicitación a este servidor. Después nos fuimos al convento de la Basílica, donde la misión sueca había preparado una recepción popular, con gaseosas y galletas para el pueblo, y al mismo tiempo, se tuvo una conferencia de prensa muy interesante, ya que había, en esta Misa, muchos periodistas de la televisión, de la radio y de la prensa de otros países y participó en ella el Padre EllaCuria, Rector de la UCA, estuvo también muy inteligente en sus respuestas. Suplicamos que llevaran hacia el extranjero la verdadera imagen de nuestra situación que es muy difícil de comprender, pues mientras se ofrecen reformas que benefician al pueblo, se lleva también una represión que ofende terriblemente la dignidad de nuestro pueblo.

Me dirigí, a mediodía, a clausurar la convivencia de jóvenes en el Seminario San José de la Montaña. Unos cuarenta jóvenes asesorados por la Comisión de Pastoral juvenil del mismo Seminario y la Misa resultó muy juvenil, de muchas promesas para nuestra Iglesia. Me encantó el momento de la comunión, en que casi todos los jóvenes pudieron acercarse a la Eucaristía. Les dije que, una vida en gracia, siempre disponibles a la comunión, era toda una garantía de bendiciones de Dios y de éxitos pastorales, y les invité a trabajar en la juventud de toda la Diócesis.

A las cinco de la tarde, fui a la Basílica nuevamente a celebrar un funeral en sufragio del doctor Mario Zamora, que fue también asesinado la semana pasada. Dí el pésame a la familia, su papá, su esposa y demás hermanos y familiares. Y tomando el tema de la primera lectura, donde Dios manifiesta a Moisés su voluntad de liberar al pueblo y de ofrecerle “una tierra que mana leche y miel”; dije que los méritos de quienes trabajan en la política y en la liberación del pueblo son inmortales cuando se han trabajado con esperanza cristiana en el corazón. Esta “tierra que mana leche y miel” no se encuentra en este mundo, sino como una utopía que va marcando caminos más allá de la historia y que este era el mérito de Mario Zamora, ya que como cristiano, había trabajado por un mundo más justo y más fraternal en El Salvador.

Finalmente, a las siete de la noche, fui a dar posesión de la Parroquia del Barrio de Lourdes al Padre Juan Martínez, Paulino; su Provincial, el Padre Chacón, junto conmigo y el Padre Juan presidimos la Eucaristía. Se establecerá allá el Padre Juan junto con un grupo de teólogos Paulinos, que estudian en el Seminario y que van a compartir las experiencias pastorales de aquel barrio pobre. La gente estuvo muy acogedora, principalmente, las religiosas de La Asunción, que ya trabajan allí y se muestran muy deseosas de colaborar con el nuevo párroco. Lo mismo las hermanas de la Caridad, que por ser Paulino el párroco, estaban allí y ofrecen también su colaboración. Hay toda una esperanza de mejorar una pastoral que el Padre Mateo Quijada, párroco, que pasa a otro lugar en la Colonia Escalón, el cantón El Carmen, no podía desarrollar en toda su sinceridad de la línea del Arzobispado por tener ciertos prejuicios contra la liberación de nuestro pueblo y tratar de conservar siempre ciertos privilegios, con los cuales no se puede vivir en este momento, en que nos pide el Evangelio su lógica radicalidad. El Padre Mateo no estuvo en este acto, pero el domingo pasado, como ya dije, estuvo en la ceremonia de confirmación que él había preparado como una despedida de su parroquia. Hubo también unas pedradas contra la Iglesia en el momento de la ceremonia, sin duda gente descontenta de una pastoral que quiere ser más fiel a las exigencias del Evangelio.

Lunes, 10 de marzo
Empecé la labor con una entrevista de prensa con una periodista de Chile, que venía especialmente de parte de la Vicaría de la solidaridad, que tenía interés de conocerme y hacer algún cuestionario a mis criterios acerca de la Iglesia en este momento del país. Otra entrevista con televisión francesa; que estuvo también ayer tomando vistas durante la Misa de la Basílica. También un breve cuestionario sobre la coyuntura actual del país.

Después me fui a celebrar la Misa de cuerpo presente de nueve cadáveres matados por la represión militar y que se encuentran desde ante ayer en la Catedral. Allí acudieron también otros sacerdotes, con quienes concelebramos esta Eucaristía. Aproveché para decir el mensaje de la homilía que aquellos cadáveres eran una enseñanza del alto destino del hombre; la eternidad; una denuncia del pecado que impera en la tierra hasta matar de esa manera y una palabra de aliento para que todos los que siguen luchando por la liberación de su pueblo…
A continuación fuí a tomar parte en la reunión de un grupo de sacerdotes, que se reúne en Domus Mariae cada mes. Son los sacerdotes que podíamos llamar progresistas y con los cuales es interesante tener estos diálogos de mutuo conocimiento.

Por la tarde, vino el Padre Ramiro a contarme que en la Basílica había sido encontrada una bomba de alto potencial y que hubiera estallado el día de ayer, posiblemente, mientras celebraba la Misa de cinco en sufragio del doctor Mario Zamora y en que había mucha gente. La bomba estaba puesta junto al altar de Santa Marta y fue desactivada por policías expertos, que dijeron, que el potencial hubiera acabado con toda la Basílica y con los que allí se hubieran encontrado. He dado gracias a Dios de que nos ha librado de este nuevo peligro y ha salvado también este viejo templo que tanto quieren los capitalinos.

Fui también con el Padre Ramiro a la Iglesia del Rosario a saludar a los Padres Dominicos y a informarme, más detalladamente, del tiroteo de que fue objeto la noche anterior. Según los padre, el grupo que se había refugiado en el templo, fue agredido por dos andanadas de ametrallamiento. La primera que, posiblemente, procedía de los edificios vecinos y que podía ser de las fuerzas de derecha. Y la segunda cuando la policía hizo acto de presencia y desde el monumento de La Libertad lanzó sus tiros sobre la Iglesia. Me dí cuenta de lo terrible de estos balazos que atravesaban hierros, “descascarillaban” paredes y muros, pero, gracias a Dios, no se lamentó una desgracia personal. Pero sí en la Iglesia muchos daños, posiblemente, decían los padres, unos cien balazos habían roto vidrieras, arcos metálicos, paredes y otros aspectos del templo.

Por la noche, visita del Licenciado Arene, para platicarme muy a fondo de la crísis en el Partido Demócrata Cristiano y de su renuncia, junto con otros antiguos demócratas, muy inteligentes, pero que, analizando la situación, creen que la Democracia Cristiana no debe de participar más en el poder, porque está sirviendo como de amparo a la represión tan terrible que el Gobierno está llevando contra nuestro pueblo. El Licenciado Arene ha recibido amenazas a muerte y se va para Estados Unidos, no sólo para evitar el peligro, sino, sobre todo, porque que urge un trabajo internacional que informe objetivamente de esta situación, en que la presencia de la Democracia Cristiana ampara una situación que realmente es de represión para el pueblo.

Finalmente, fui a cenar, por invitación de Monseñor Urioste, con el Doctor Delgado, primo de Monseñor, y con el Doctor Granillo, Presidente de la Corte Suprema de Justicia. La conversión versó sobre mis homilías y me criticaron de que no hubiera apoyado más decididamente el proyecto de la Reforma Agraria y de la nacionalización de los bancos. Yo les dije que había aprobado lo bueno, pero que señalaba, al mismo tiempo los grandes riesgos que hacen posible la ineficacia de estas leyes, mientras no se suprime la terrible represión del pueblo, que el pueblo no puede creer ni colaborar con un Gobierno que le ofrece reformas, pero que, al mismo tiempo, le ofrece represión. La discusión sobre otros aspectos, principalmente, de mis homilías duró toda la noche hasta que terminamos la cena. Pero terminamos diciendo que la franqueza que había reinado en este ambiente, hacía ver la necesidad de mayor comunicación para tomar información también de otros sectores que no suelen acercarse.

Ya en mi cuarto y a las once de la noche, recibí un llamado de una radio de Nicaragua para tener una entrevista sobre la situación actual del país y sobre mis criterios acerca de otros aspectos que atañen también a Nicaragua. Sobre todo, defendí los sentimientos cristianos en todo movimiento revolucionario, para que sea verdaderamente un servicio al pueblo, el cual es profundamente religioso.

Martes, 11 de marzo
La primera noticia de esta mañana es la bomba que fue puesta en la Cooperativa Sacerdotal. Fui a verla a mediodía y, gracias a Dios, sólo arruinó la puerta y las mercaderías que estaban cerca de la puerta y a pesar de haber estado abierto por la bomba de la una de la mañana hasta las cinco, en que llegaron los encargados, no hubo otra pérdida. Pero sí, fue un atentado cuya explicación no podemos aventurar, pero hay algo de ribetes políticos, ya que coincide con el nombramiento del ingeniero Duarte como miembro de la Junta de Gobierno; ya que el hermano del Ingeniero es el ex-sacerdote Alejandro Duarte y se considera como una sola cosa este personaje de la política. Pudieron ser otras causas, algunos dicen que por tratarse de sacerdotal, pero es más posible la primera explicación.

Tuvimos después de varios meses de no tenerla, la reunión del Consejo Ejecutivo del Arzobispado. Estuvo Monseñor Urioste, el Padre Cortés, Padre Brito, el Ingeniero Galván y el licenciado Mauricio Silva y este servidor. Se trata de una reunión, que todos los martes queremos tener de ocho a nueve, para evaluar el funcionamiento de nuestra Curia Arzobispal. Se estudiaron varios aspectos como quedará en el Acta que se levanta cada vez. Me dió mucho gusto la preocupación por lograr una mejor comunicación entre los diversos colaboradores de la Curia y una mejor atención y orden en la portería.

Por la tarde, acudí a la audiencia con el señor Nuncio de Costa Rica, que ha venido por encargo del Santo Padre, para trabajar por la unidad del Episcopado en El Salvador. Me entregó una carta del Cardenal Secretario de Estado en que me pide la colaboración para el mejor logro de esta finalidad. Comentamos varios aspectos de esta desunión, expliqué mi posición en la Iglesia. El hizo varias observaciones y traté de convencerlo de mis convicciones, en conciencia, pero noto en él cierta prevención contra mi proceder y a pesar de explicarle el ambiente tan difícil en que nos movemos y la aceptación que el pueblo tiene a esta línea, él mantiene ciertos temores de que las organizaciones populares sean comunistas y, este aspecto y temor del comunismo, es el que invade algunos de sus juicios. Yo le dije que tenía yo mucho cuidado de evitar esas infiltraciones y que era una de mis preocupaciones y que no tuviera cuidado de que mi apoyo a la organización popular significara una simpatía por la Izquierda ni mucho menos la ignorancia del peligro de infiltración, que con toda franqueza reconozco, pero que también veo que el anti-comunismo, entre nosotros, es muchas veces el arma que usan los poderes económicos y políticos para sus injusticias sociales y políticas. Creo que ha quedado clara la idea de mi posición y acepto, desde luego, que en todas aquellas cosas accidentales en que se puede ceder, estoy dispuesto a ceder por el bien de la paz, pero nunca mis convicciones de fidelidad al Evangelio y a las líneas nuevas de la Iglesia y a mi querido pueblo.

Ya muy noche, hubo una llamada telefónica de un periódico de México para entrevistarme sobre la situación del país y los criterios de la Iglesia.

Miércoles, 12 de marzo
Hoy es el aniversario de la muerte del Padre Grande y se va a celebrar también una reunión de obispos en Ayagualo, convocada por el mismo Santo Padre, como una sugerencia para orar y buscar nuestra unidad. Coincidió con la venida del señor Nuncio de Costa Rica, que llega precisamente con este cometido. La reunión tuvo lugar en Ayagualo, en la casa de retiro de los salesianos; y se inició con la celebración de la Santa Misa, por parte del Nuncio y de todos los Obispos. Después el Nuncio hizo una exhortación durante la homilía, que, después de Misa, quiso concretar en pedir un diálogo en que hablaran los dos sectores en diferencias de la Conferencia Episcopal. Por mi parte, expresé que era mi afán de fidelidad del Evangelio y a la doctrina de la Iglesia, la cual siempre resulta conflictiva cuando se le aprueba, no sólo en teoría, sino cuando se trata de vivir, y también señalé que estas divisiones ya eran en tiempo de Monseñor Chávez y que eran siempre como una crítica en contra de la Arquidiócesis, que trata de ser fiel a estas líneas de la Iglesia postconciliar. También dije que se hacía mucha crítica del Arzobispado y no se ofrecían ejemplos vivos de las otras diócesis para imitarlos y que lo que yo pedía era un respeto para la Arquidiócesis y que respetáramos también cada uno su propia jurisdicción. También Monseñor Rivera estuvo muy inteligente en la explicación de esta situación, ya que él pudo remontarse, con más datos precisos históricos y doctrinales, al proceder de nuestra Arquidiócesis a partir del Concilio Vaticano Segundo. Las otras intervenciones de los otros obispos naturalmente, iban contra la línea del Arzobispado y se sacaron muchos argumentos superficiales, aunque reconozco aquellas cosas en que puede haber un error de mi parte y estoy dispuesto a corregir. Después de almuerzo continuó esta interesante junta hasta las cuatro de la tarde, en que se procedió a la votación para elegir de nuevo al presidente y vice presidente. Se atendió mi llamamiento de unirnos para elegir a Monseñor Alvarez y ratificar así nuestra elección, pero me sorprendió que con el vice-presidente no se hiciera lo mismo; sino que a Monseñor Rivera se le quitó de su puesto y se puso a Monseñor Aparicio como vice-presidente. Me ha quedado una gran inquietud por esta incoherencia de nuestros propósitos de unidad. Entre otras cosas, se acordó que se hará un comunicado conjunto sobre la situación del país y principalmente un llamamiento de cuaresma, que sea un signo de nuestra unión en el Magisterio y en la disciplina de la Iglesia. También de que, al hacer declaraciones que afecten a todo el Episcopado, se tenga en cuenta en la consulta de otros obispos. Comprendí que se trataba de mi caso personalmente, pero también dije que aceptaba estas condiciones, toda vez que también tuvieran en cuenta las declaraciones que muchas veces se hacen en otras diócesis con mucha imprudencia y que comprometen también a la Iglesia. Fue muy fructuoso todo, aunque temo, dada la agresividad con que me atacaron Monseñor Aparicio y Monseñor Alvarez, de que no se haya ganado mucho en sentimientos profundos de unidad. El Señor dirá y de mi parte quiero ofrecerle todos estos sacrificios y sinsabores a fin de que prevalezca el Evangelio y todos nos convirtamos a la verdad y al servicio de Dios y de nuestro Pueblo.

Tuve la visita de la señora de Dada Hirezi, doña Gloria, que vino como a consolarse y agradecer mi apoyo moral al ingeniero después de su renuncia de miembro del Consejo de Gobierno. Me aclaró varias cosas, de las deslealtades que con su esposo se han hecho de parte del partido Demócrata Cristiano y de la Junta de Gobierno. Y le dije que podía estar tranquilo, ya que había sido obediente a su conciencia y había dado un testimonio de fidelidad a su conciencia.

Jueves, 13 de marzo
En la reunión de Curia perfilamos el personal del Senado y de las vicarías, los vicarios de las diversas vicarías de la Diócesis, y acordamos hacer unas observaciones, un documento, en que expresemos nuevamente nuestra esperanza de una renovación, así como se han renovado las Personas.

Esta mañana hubo bastante visitas, pero la principal fue la del Movimiento de Profesionales Independientes, una Organización que ya cuenta con ciento cincuenta miembros, entre profesionales y técnicos, que creen haber encontrado su ubicación en el proceso del pueblo, y que, sin partidarizarse políticamente en un sólo sentido, quieren ser como un centro de iluminación y de promoción de toda la política del país. Platicamos bastante ampliamente y vi que había muchas coincidencias entre el pensamiento de la Iglesia y el pensamiento de ellos. De allí que terminamos ofreciéndonos nuestros mutuos servicios, tanto los de la Iglesia en sentido pastoral, como los de ellos en sentido profesional y técnico.

Vino al mediodía el señor Nuncio de Costa Rica para ver, en el mismo lugar, la situación de nuestro Arzobispado y del Seminario San José de la Montaña. Tratamos de evidenciarle que no había tal interferencia como acusan los señores Obispos, pero se nota en el señor Nuncio siempre una predisposición que, sin duda, ha sido el encargo que se le ha dado. De allí su insistencia en que procuremos, cuanto antes, hacer nuestra oficina arzobispal y dejar todo el edificio para el Seminario, lo cual ya es mi mentalidad desde hace mucho tiempo, sólo que, económicamente, nos faltan los medios; pero, con la ayuda de Dios, y le dije al señor Nuncio, cabalmente, se presentaba en ese momento el Ingeniero Galván, que es testigo de nuestros esfuerzos en este sentido. Fue a almorzar conmigo al hospital, donde después de almuerzo con las religiosas, compartimos con él más íntimamente sus últimas recomendaciones, siempre en el sentido de que soy yo bastante culpable de la desunión de los obispos, a pesar de mis sugerencias de recordarle la reunión de ayer, y que él tuvo que reconocer que había bastante apasionamiento, sobre todo, en Monseñor Alvarez y Monseñor Aparicio. No obstante, reconocer este apasionamiento y ese aspecto personal contra mí, él insiste en que debo de ceder hasta donde sea posible, lo cual es también mi pensamiento, pero no en lo sustancial cuando se trata de ser fiel al Evangelio, a la doctrina de la Iglesia y, sobre todo, a este pueblo tan sufrido que cuesta que lo comprendan.

Después de siesta, salí con el Padre Alliet a visitar a la comunidad belga de religiosas que está en Santiago Texacuangos. Pasamos unos momentos muy cordiales y felices con aquella comunidad, por que está trabajando intensamente, sobre todo en el campo de la salud, y que son ellas expertas en enfermería y tienen casi un hospital, diríamos, una asistencia de salud muy competente en lo que fue el convento y hoy, podemos decir, es un centro asistencial, muy bien surtido.
Al regresar, platicamos con periodistas de Italia, de Venezuela y de Norteamérica. Una entrevista bastante profunda sobre el pensamiento de la Iglesia, sobre todo en materia de violencia y ante las reformas del país.

Doña Inge de Gavidia también vino en nombre de Cáritas y cenamos juntos para platicar sobre este problema que para mi es de mucho interés, ya que se trata de organizar la caridad en la Arquidiócesis.

A las siete y media de la noche tuvimos la reunión con el Seminario Menor que resultó muy simpática, después de expresarles que nuestras relaciones de obispo y seminaristas tienen que ser a base de fe y en un sentido muy sobrenatural de obediencia y de comprensión. Surgieron mucha preguntas, un diálogo interesante sobre la vocación, en que llegamos hasta contar los orígenes de nuestra vocación. Comencé yo por contar el mío y ellos también sintieron mucha confianza de contar por dónde el Señor les había llamado. Yo les pedí que hicieran un relato personal, ya que no había dos vocaciones iguales y que serviría de mutua edificación.

Hacia las nueve y media de la noche salí a visitar a los jesuitas, al Padre EllaCuria y al Padre Jerez, que está recién regresado de Roma, y al Padre Jon Sobrino que ha regresado también del Congreso de Teólogos del Tercer Mundo en Brasil todos ellos me refirieron aspectos muy positivos de sus relaciones en su viaje, acerca de la seguridad con que se apoya mi trabajo pastoral. Es admirable cómo en otros países se comprende con mucho cariño este trabajo de tanto sacrificio, mientras interiormente, mis hermanos Obispos parecen tan incomprensivos de este trabajo que, sinceramente, quiere ser un servicio a Dios y al Evangelio. ¡Pido al Espíritu Santo que me haga caminar por los caminos de la verdad y que nunca me deje llevar ni por los halagos ni por los temores de ofender a nadie más que a Nuestro Señor!.

Viernes, 14 de marzo
Comencé este día con un desayuno de trabajo con los padres de la Curia. Terminamos de examinar las nominaciones de los vicarios, ya que el próximo lunes habrá una reunión de pastoral y tendrán que asistir los nuevos vicarios y pro-vicarios. Se prepara una exhortación a que esta renovación del personal signifique también una renovación de espíritu y un afán de trabajar en el sentido de construir bien nuestra Arquidiócesis. También se estudió un documento que quieren que firme la Arquidiócesis, junto con las universidades y otras instituciones independientes de la política, a fin de sancionar la tremenda represión y de dar un juicio en favor del pueblo, acerca de la Reforma Agraria que se está desarrollando y de las otras reformas. Se encargó terminar este trabajo al Padre Cortés, al Padre Fabián y a los otros que asistían también, ya que Monseñor Urioste y yo nos fuimos a atender, a las nueve de la mañana, al señor embajador de Estados Unidos, recién nombrado y quería pedir una audiencia; estuvo también el Padre Estrada y estuvimos en una conversación muy interesante. El se muestra un hombre, que es más que diplomático, un hombre de mucho respeto a los derechos humanos, y que también ha sido fogueado en la política; él quiere ser un fiel colaborador del proceso de nuestro pueblo, y reconoce los yerros cometidos por su patria en estos países latinoamericanos y está dispuesto a trabajar por lograr otro rostro acerca de norteamérica. Tuvimos confianza suficiente para señalar nuestros temores, las deficiencias que notamos y, sobre todo, nuestro afán de defender al pobre de tanta represión y de tanta injusticia. El me entregó también la carta de respuesta a la que yo envié al Presidente de Estados Unidos, pidiéndole que no enviara ayuda militar, mientras esa ayuda serviría para reprimir más a nuestro pueblo, y que se cuidara mucho de la intervención política, aunque sí necesitamos su ayuda como país más desarrollado que el nuestro. La carta está también escrita por la Secretaría de Estado de Estados Unidos y venía con una traducción en español, que analizamos.

Después de esta reunión fui a ver el predio del Centro Universitario, donde Monseñor Chávez planeaba construir el Arzobispado y su residencia episcopal, pero que dada la carestía del momento actual, parece imposible desarrollar. Junto con el Arquitecto Morales, el Arquitecto Jovel y el Padre Vega vimos la posibilidad de hacer allí, más bien, una casa de promoción para el Clero. O sea, una residencia sacerdotal, donde puedan tenerse cursos de renovación de nuestros sacerdotes y donde también habría unas piezas para los sacerdotes y obispos, que pasan por San Salvador y no tienen a veces un lugar eclesiástico donde alojarse. Pero, más que todo, para trabajos de renovación sacerdotal, junto con una capilla, que es condición para dar ese predio, y que servirá para la pastoral universitaria, original destino de la casa que ya existe, Centro Universitario Católico. He dado gracias al Señor de este proyecto, que ha sido también tomado con mucho entusiasmo por quienes han compartido esta deliberación y se encargarán ya de hacer los proyectos para pedir también una ayuda al extranjero.

A las cuatro de la tarde, importante reunión de la Federación de Centros de Educación Católica, en el Liceo Salvadoreño. Se trata de entregar un proyecto de colegios en pastoral. Yo felicité este esfuerzo de ir dando al colegio ese aspecto pastoral, que en coordinación con el pastor y la pastoral de la Diócesis, sean verdaderos focos de formación de agentes de pastoral, de cristianos que vivan solidarios con su Iglesia, que se formen para ser Iglesia en servicio de las transformaciones de nuestro pueblo, y que por eso era necesario dejar toda esa actuación al margen de la pastoral e incorporarse plenamente como fuerzas de la Iglesia a la pastoral y a la evangelización de la Arquidiócesis. Hubo un diálogo muy interesante y se sacó como conclusión, que se incorporaría la Federación, mediante una representación, a la comisión de pastoral de la Arquidiócesis y que cada centro católico trataría de formar su verdadera comunidad de educación católica, una comunidad que sea verdadera Iglesia, abierta a la Arquidiócesis y a la Iglesia Universal, con los alumnos, profesores, padres de familia, demás agentes de la administración, ex-alumnos, etc… lo que significa en torno de cada colegio, una gran comunidad humana y Eclesial.

Por la noche, entrevista con el Señor embajador de Italia, el cual comentó la situación de la Democracia Cristiana con bastantes críticas y me prometió promover una entrevista con personeros de la Democracia Cristiana, a fin de que, como pastor, pueda decirles el pensamiento de la Iglesia y su responsabilidad en política.

Finalmente, cenamos con el Coronel Majano y el Doctor Morales Erlich, miembros del Consejo de Gobierno; de la Junta Revolucionaria de Gobierno, Monseñor Urioste y el Padre Estrada. En la que comentamos, principalmente, el procedimientos de la Reforma Agraria en los diversos sectores del país. Tienen mucha esperanza, sienten verdadera alegría de haber dado un paso tan audaz que, de mi parte también felicité, pero que aproveché, para señalar los riesgos y peligros y dudas que inspiran también mi crítica y que en forma muy cordial, desarrollamos todos los asistentes a esta cena, que resultó muy cordial y creo que muy constructiva para el bien del país. Señalé, principalmente, como deficiencias y peligros, el estar unida la Reforma Agraria con esta visible ola de represión violenta de parte de lo cuerpos de seguridad, lo cual quitaba mucha credibilidad a la Reforma Agraria y falta de apoyo del pueblo. Segundo, que por qué no se aseguraba más apoyo popular, buscando un diálogo con las fuerzas populares y que no se consideraran todas como fuerzas de izquierda o de comunismo, sino con el afán de descubrir allí los verdaderos intereses del pueblo y las reivindicaciones por la justicia. Que no era lo mismo la extrema derecha que no trabaja por estas reivindicaciones, sino por mantener sus privilegios. Y el tercer aspecto que criticaba era el aparecer muy sometidos a la voluntad de los Estados Unidos, que se recibiera la ayuda, pero que se procurara promover mucho la autonomía de nuestra patria. Ellos aceptaron todos estos puntos de vista y manifestaron que eran parte de sus grandes preocupaciones y que me pedían ayudarles a encontrar ese diálogo con el pueblo y les hablé también, en este sentido, de la colaboración que puede prestar el movimiento de profesionales y técnicos, que acaba de formarse, y que ellos no conocían y que lo vieron con muy buena esperanza. He dado gracias a Dios de haber vivido un día tan denso en relaciones que pueden beneficiar a nuestra Iglesia y a nuestro pueblo.

Sabado, 15 de marzo
Desayuné con el Padre Jesús Delgado, que suele venir los sábados, y aproveché para platicar con él del proyecto de renovación sacerdotal; invitándolo a que conversara con el Padre Vega y juntos hicieran un proyecto para la construcción en el predio donde se iba a construir el Arzobispado, el cual no podrá ser allí por la carestía, a la cual no puede hacer frente hoy nuestra economía arquidiocesana. En cambio, una casa para estudios y residencia, y hospedaje de sacerdotes, tendría allí mucho objetivo. El Padre Jesús Delgado, agregó también, una especie de pequeño hospital para los sacerdotes enfermos, ya que está precisamente en zona de los hospitales. Me parece que la mano de Dios va señalando este camino, que tanto he deseado. Una casa para atender mejor a nuestros queridos sacerdotes en su puesta al día, en su atención a su salud, a su descanso, a su amistad.

Con el Padre Jesús también fuimos a Domus Mariae, para ver los trabajos de la Emisora. Allá nos encontramos con el Padre Pick y con el ingeniero que está llevando, en colaboración con el padre, este trabajo. “Ya puede echarse al aire”, me dijeron, “pero sería bueno asegurar la parte del edificio para que esté un poco más preservado este transmisor que cuesta mucho”. Sin embargo, ellos verán la oportunidad de hacerlo funcionar ya para la homilía de mañana. Yo no tengo prisa sino que dejo que Dios también nos indique sus señales. Ciertamente, será un servicio muy bueno, ya que la nueva planta dicen que tiene mayor potencia y que la radio se escuchará mejor, aunque en esta forma provisional, ya que la nueva planta y la nueva antena será en el nuevo terreno que ya se está preparando.

Por la noche, vino a visitarme el Padre Astor Ruiz, que actualmente trabaja en Nicaragua y anda aclarando su situación si conviene volverse ya o quedarse allá mientras pasa aquí la tormenta y él se prepara mejor para poder servir mejor. No tenía tiempo para atender una deliberación tan de fondo y le dije que platicaríamos mejor en próximos días, ya que durante la cena estaba yo ocupado con el Padre EllaCuria, el Padre Estrada, el Padre Rafael y la niña Doris Osegueda y el Bachiller Cuéllar, preparando los informe para mi homilía.

Domingo, 16 de marzo
Había sido un día de mucho trabajo pastoral y de grandes satisfacciones. La Misa en la Basílica se prolongó hasta las diez y cuarto. Comprendo que fui excesivo en la predicación, pero los temas, los enfoques de una realidad tan densa y la atención de la gente me animan a no dejar de aprovechar esta atención que la gente me dispensa para dar a conocer cada vez más la catequesis de cuaresma, el pensamiento del misterio de Cristo que preparamos para la Semana Santa y también dar los criterios cristianos para enfocar las realidades tan complejas de nuestra patria. Hoy destaqué la represión, que no cesa, sino que va en aumento, y que está causando mucho dolor y que la Iglesia no puede dejar de denunciar. También me referí al proceso de Reforma Agraria, que está desarrollándose y que la Iglesia aprueba, pero que quisiera que no fuera con ese ribete de represión, que hace como poco creíble el proceso ante un pueblo que se siente muy golpeado por el mismo Gobierno. También me referí al estado de sitio, a la huelga que se prepara para el día de mañana, un paro general, y del cual dije que su objetivo, que era un llamar la atención sobre la represión, es legítimo, pero que tuvieran mucho cuidado de que no fuera a degenerar en una nueva tragedia de la misma represión que están tratando de denunciar. Otros aspectos de la Iglesia, una vida muy densa esta semana y de la vida civil.

Fuimos luego a Aguilares, donde a las once y media, celebramos la Misa en sufragio del Padre Grande, en su tercer aniversario de muerte. Estaba allá el provincial de los Jesuitas y muy numerosos jesuitas, quizá casi todos, junto con otros sacerdotes de otras congregaciones y otros del Clero Diocesano, hacíamos un número impresionante para esta concelebración; en cambio, noté mucha ausencia del pueblo de Aguilares, pues la Iglesia estaba a la mitad y se notaba que la mayoría eran comunidades que habían llegado de otras partes. Esto indica que los objetivos de la represión militar en esa zona tan golpeada están lográndose, de aterrorizar al pueblo y de lograr un alejamiento de quienes lo pueden promover en su conciencia y en su organización. Aproveché para predicar precisamente sobre ésto, aprovechándome de la lectura bíblica que nos habla de “CRISTO RECONCILIACION DEL MUNDO POR SU MUERTE Y SU SANGRE”, de que el misterio de nuestra Iglesia pide sacrificio como se lo pidió al Padre Grande y que nos esforzáramos por una liberación integral de nuestro pueblo sin miedos a las situaciones. Es difícil vivir en esta región. Me dijeron, el padre y las hermanas, que mucha gente se ha ido también de la población y de los cantones.

Fuimos luego a Tejutla al cantón Los Martínez, donde celebraron la fiesta patronal en honor de San Salvador de Horta, es un franciscano, ya que la parroquia está cuidada por los Padres Franciscanos. Aproveché para predicarles cómo el santo tiene que ser el hombre del día y que la imitación no debe ser literal, sino en el espíritu para ser gente de nuestro tiempo, en estos compromisos tan difíciles que nos tova vivir. Después de la Misa, di oportunidad al diálogo y noté que en el pueblo hay quejas de que el Padre Valerio, Franciscano, es muy celoso, muy trabajador, pero quiere imponer una línea que el pueblo ya no acepta con toda confianza y que quisiera la línea de la Arquidiócesis, que habla de las comunidades eclesiales de base. El padre se nota que tiene miedo a estas comunidades y yo traté de abrir esa confianza y de comprender las quejas del pueblo, pero siempre uniendo al sentido jerárquico de Iglesia, por suerte, estaban conmigo dos de los seminaristas que están haciendo el año de diaconía en aquella región y a los cuales les noté bastante maduros en este asunto y me ayudaron a aclarar la situación y les encargué que siguieran trabajando de acuerdo con las orientaciones de la Arquidiócesis, que pide estas comunidades en todas las parroquias. Comprendo que el padre, por ser extranjero y por no comprender la situación y nuestra pastoral, tenga estos reparos; hay que comprenderlo, pero también hay que impulsarlo a no apagar el espíritu que se siente tan vigorosa en el pueblo.

Por la noche, me esperaban en el hospital los Padres Dominicos, uno de ellos Vicario en una zona de Madrid, está muy interesado en conocer la línea de nuestra pastoral y de ayudarnos a difundir nuestro pensamiento ya que encuentra amplia acogida en este sector de España, y desde allí quiere él difundir la información por los países de Europa y de América Latina y de Africa.

Es, pues, un buen servicio informativo, al cual prestaremos toda atención. El Padre Luis Burguet, que es también Dominico y estaba presente, se encargará de poner en práctica la iniciativa española.

Lunes, 17 de marzo
Me informan que anoche hubo mucha balacera hacia la dirección de la Universidad Nacional. Yo he dormido profundamente y no sentí nada. Sin embargo, con el día van llegando noticias de que cuerpos de seguridad rodean la Universidad y que hay un entrecruce de balas, naturalmente, muy superior de parte de los cuerpos de seguridad. Comienzan a llegar las súplicas de intervención, tanto de dentro de la Universidad, como de los civiles, que rodean ese sector. Incluso, el rector y otros miembros de la Universidad llegaron al Arzobispado a pedir esta intervención. Los atención el Padre Cortés, quien se dirigió a Casa Presidencial para hablar con el Coronel Majano y pedirle que ordenaran el cese de esta represión, que estaba causando mucho terror en aquel sector. Prometió el Coronel, después de dar algunas explicaciones de esta situación, ordenar el retiro de las tropas; según se supo después, fue algo que escapó al control de la misma Junta.

De todos modos, por la tarde todavía continuaba esta situación y hacia las cuatro de la tarde yo hablé personalmente con el Coronel Majano, quien igualmente me prometió ordenar este retiro. Pocos minutos después, me hablaba otro miembro de la Junta de Gobierno, el Doctor Morales Erlich, de que ya se procedía a retirar este operativo militar. Todo el día lo pasé en reunión con la Comisión de Pastoral en la Casa María Eugenia, de las religiosas de la Asunción, en Planes de Renderos, con los nuevos Vicarios, que no pudieron llegar todos por la situación violenta que está imperando este día; ya que hoy se había ordenado, por parte de la Coordinadora Nacional de Masas, un paro general, y ésto ha causado disturbios en varia partes del país. Llegan noticias de Colonia Santa Lucía, del Barrio San Jacinto, de otros sectores de la capital. Nuestro curso se desarrolla tranquilamente. Tuve oportunidad de decir lo que espero de la Comisión de Pastoral, una coordinación que logre la armonía entre los dos sectores hacia los que atienden nuestros agentes de pastoral. Unos que no quieren comprometerse con la pastoral de la Arquidiócesis y otros que se van, quizá, al extremo muy avanzado, causando así desconfianza a los otros. Hay serias reflexiones sobre este hecho. El Padre Octavio Cruz, que está coordinando la reunión, nos hace un precioso análisis de lo que es el proyecto pastoral de la Arquidiócesis, tomándolo de los documentos que han impulsado este proyecto, como son la semana de pastoral, las cartas pastorales y el documento de Puebla. Es una línea concreta, bien definida, y está muy apoyada por el querer de la Iglesia, lo cual hace inaceptable las excusas de quienes no quieren acomodarse a este pensamiento y será el trabajo de la Comisión de Pastoral, para dar una fisonomía propia a nuestra Arquidiócesis. La reunión terminó con la Eucaristía de las seis de la tarde, muy íntima y muy participada.

Mientras tanto, llegan noticias de otros actos de violencia, como el de la Hacienda Colima, donde se habla de veintitrés muertos y otros lugares, donde ha habido también manifestaciones de violencia.

Terminó el día con la visita del señor Ministro de Agricultura, el Ministro de Planificación y otros dos hombres del Gobierno que me hablan de cómo va el proceso de la Reforma Agraria, cómo tiene ilusión de dar aquí una solución al problema del país y cómo lamentán ser objeto de contradicción, de parte de la derecha, que no quiere los cambios, como de parte de la Izquierda, que se apresura y provoca; como también y ésto es lo más importante, en los sectores del mismo Gobierno y de los que debían de colaborar con los cambios, entre los cuales se notan ya ambiciones, intereses personales, que están estropeando la ilusión de la reforma y me piden, en mi calidad de pastor, que denuncie esta corrupción, estos egoísmos y que pida también, dentro de lo posible, una tregua para realizar en paz estas reformas que beneficiarán al pueblo. Comentamos largamente la situación, noté mucha franqueza y un deseo de tener éxito, no por glorias personales, sino por el bien del pueblo.

Después de esta visita me esperaba el Padre Astor Ruíz, que ha trabajado en Nicaragua y ha venido para ver si se queda de nuevo en El Salvador, pero su conclusión ha sido que no conviene quedarse, ya que en este ambiente de represión y de desconfianzas mutuas, su calificativo de venir de Nicaragua, puede causarle problemas y, al mismo tiempo, quiere continuar un trabajo pastoral, principalmente, con los obreros en la diócesis de Estelí, de Nicaragua, me edificó mucho su actitud de consulta y su humildad con que se arrodilló al final para pedirme la bendición, que Dios lo bendiga, y que nos dé siempre ese sentido de nuestro sacerdocio, que nos identifica con las virtudes de Jesucristo.

Martes, 18 de marzo
Por primera vez, me ha invitado el Padre Franciscano, de la parroquia de La Reina, a visitar su parroquia y, precisamente, en el pueblo filial de Agua Caliente, donde ha preparado un numeroso grupo de jóvenes y niños para recibir la confirmación. El lugar es bastante remoto, en el departamento de Chalatenango, pero la amplia carretera nueva que se está trabajando facilita el acceso. La acogida fue muy cariñosa; es gente muy fervorosa, pero se nota una formación espiritual de tipo carismático, donde se vive una piedad intensa, pero no se nota un mayor compromiso con el momento actual. Sin embargo, tengo esperanza de que la nueva Comisión de Pastoral Arquidiocesana ha de impulsar el proyecto pastoral de la Arquidiócesis a todas las parroquias. Sin embargo, fue, repito, una mañana muy intensamente vivida como comunidad de fe y de oración.

Por la noche, tuve un breve encuentro confidencial con un representante del grupo que tiene en cautiverio al señor Dunn, ante el cual insistí que se hiciera lo posible de darle pronta libertad. Me prometió hacer lo que yo había sugerido, pero que dependía de la Alta Dirección de este grupo. Yo pido a Dios que pronto vuelva a su hogar el señor Dunn que ya tiene varios meses secuestrado. En cambio estos días ha sido, puesto en libertad el señor Jaime Hill, que también estuvo varios meses secuestrado.

En el Hospital de la Divina Providencia se tuvo la rifa a beneficio de la misma obra y que le trae siempre un apoyo económico a esta obra de verdadera providencia de Dios.

En el Arzobispado se tuvo por la mañana la reunión del Consejo Ejecutivo, donde se trató especialmente de la radio y de la Secretaría de Comunicación Social. También llegó una nota de la Casa Presidencial, transmitiendo una queja de un comandante de Cojutepeque, contra el Padre Ricardo Ayala, al que se acusa de estar indoctrinando de marxismo a un grupo de campesinos y que les anunció que pronto iría a Nicaragua y a Cuba a traer armas, para la subversión, lo cual es sumamente ridículo, ya que el Padre Cayo Ayala es un hombre muy centrado y la acusación más bien le causó chiste. Así también a nuestro Vicario General, con quien tuvo su entrevista. Se contestará, pues, en lo ridículo que son estas acusaciones y que un Gobierno que se fíe de tales informaciones, no puede ser justo.

En planes de Renderos, en la Casa de María Eugenia, concluyó hoy la reunión del Consejo de Pastoral con los nuevos Vicarios y con nuevos proyectos para el trabajo del año. No pude asistir este día por haber ido al pueblo antes indicado.

En general, hay un ambiente de tensión y de violencia, el rodeo de los militares a Casa Presidencial ha causado muy malas impresiones y ésto provoca más la violencia de la Izquierda y mientras no se suprima ese espíritu de represión de las Fuerzas Armadas al pueblo, seguirá causándose mucho mal. Por otra parte, las reformas agraria y bancarias van caminando, pero el pueblo no las puede aceptar, mientras exista esta represión tan espantosa que se siente en todas partes. En el pueblito donde fuí y donde estuve también el domingo, hay muchas quejas, pero como hay mucho terror tampoco pueden referirse con libertad a todo lo que está pasando.

Por la noche, tuve también noticia de que vendrá a El Salvador una comisión ecuménica de Estados Unidos. Monseñor Arzube con algún pastor del Consejo Nacional de Iglesias y algún otro representante de los Derechos Humanos y Amnistía, para informarse en directo de lo que pasa en nuestro país. Les dije que con gusto les recibía y que ojalá participara, el señor Obispo que viene, en la concelebración del próximo domingo.

Miércoles, 19 de marzo
Este día de San José, celebré la primera Misa en el Colegio Cristóbal Colón, de los Padres Josefinos. Les dije que San José era el modelo del hombre que hoy necesita nuestra patria, con un compromiso con el sentido de justicia, con el sentido de colaboración y con el sentido de fe. El profesor Moreno dirigió unas palabras en nombre de todo el colegio para elogiar a su obispo. También presentaron los profesores un donativo para la YSAX. La colecta de aquella reunión muy numerosa fue también para nuestra Emisora; gesto que agradecí cordialmente.

Visité los trabajos de reparación de la YSAX en Domus Mariae. Me encontré al Padre Pick, que venía para el centro de salud, porque se encontraba un poco indispuesto. Es admirable la labor silenciosa de este jesuita, que está ayudándonos a reparar, en forma muy técnica, nuestra radio YSAX.

Estuve un rato en la Curia y hubo bastantes visitas, la principal fue la de los Padres Torruella y Mejía para presentarme unas reflexiones de un grupo de sacerdotes, preocupados por la politización de algunos sacerdotes, en que me invitan a la reflexión para lograr un diálogo de los diversos sectores del clero y, si es posible, una encuesta a fin de neutralizar todo aquello que nos pueda dividir como presbíteros. Les agradecí tan valiosa sugerencia y les pedí su colaboración.

Con mi hermano, Arnoldo, que es quien me ayuda en la organización de la tesorería y otros aspectos de la administración de la Curia, comentamos las deficiencias que se notan actualmente, principalmente de parte del administrador, y en la Secretaría de Comunicación Social, sobre todo, en la imprenta y en la propia Secretaría. Le dije que me ayudara a resolver estos graves problemas y mañana tendremos una reunión con este objetivo.

A las cuatro de la tarde, tuvimos una reunión con el Consejo o Comité de Ayuda Humanitaria. Es un Comité Ecuménico, en que está Cáritas, y se trataba de ventilar un problema que surge en los lugares de refugio y es que los agentes de las Organizaciones Políticas Populares aprovechan esta gente para sus actividades políticas y hemos tratado de aclarar que un refugio no debe significar un cuartel de operaciones. Hubo bastantes discusiones y me da siempre una impresión de politización muy exagerada en las declaraciones del Padre Rogelio y del Padre Tilo Sánchez, así como de otros que participaron en la Junta. Pero me dió mucha alegría también la posición tan centrada de algunos sacerdotes y algunos miembros de las confesiones protestantes que colaboran en este Comité Ecuménico. También la gerente de Cáritas, señorita Carmen, estuvo muy atinada en esta orientación.

Fui luego a celebrar mi segunda Misa de San José al Seminario de los Somascos, donde está también un grupo de refugiados de Cojutepeque y de Chalatenango. La homilía fue en el mismo sentido del Colegio Cristóbal Colón y, después de Misa, cenamos con los seminarista y los padres y se entabló un diálogo muy interesante sobre problemas de la situación de El Salvador, del papel de la Iglesia. Y algunas informaciones que los seminaristas, con mucha inteligencia, trataron de obtener.
Finalmente, esta noche vino el Presidente de Cor Unum, la oficina pontificia que coordina las diversas organizaciones de promoción, caridad y acción social. Expresé con toda franqueza la poca eficiencia de nuestra Cáritas Nacional y nuestro deseo de hacer la Cáritas diocesana más activa en la formación del amor cristiano. Prometió que ayudaría a los programas de la Arquidiócesis, pero que le presentáramos estos programas, lo cual haremos mañana con Cáritas y la Comisión Ecuménica de ayuda humanitaria.

Jueves, 20 de marzo
A las ocho de la mañana, tuve una breve reunión con el Consejo de Administración, a la cual asistió también mi hermano Arnoldo, con un informe sobre la contabilidad y economía de la Curia. La situación es bastante preocupante, ya que solamente hemos gastado los subsidios y no se ve una esperanza de encontrar la auto-financiación de nuestros gastos. Dije que estaba dispuesto a cumplir las sugerencias que me pudieran dar, sobre todo, en el cambio de personal, en la supresión de algunos cargos, y los dejé estudiando, ya que tuve que irme para la reunión del Senado, en Planes de Renderos, en la Casa María Eugenia, de las religiosas de la Asunción. Es la primera reunión del nuevo Senado. Les exhorté ante todo a procurar la unidad del Clero, ya que estaba representado en el Senado todo el Clero con sus diversas corrientes y modos de pensar de nuestros sacerdotes. También les dije que teníamos que poner en nuestra reunión una base humana de confianza, de amistad, de sinceridad, ya que no basta el sentido de fe y sobrenatural con que debemos de considerarnos en el ambiente de nuestra vocación sacerdotal, sino que, esa base humana de amistad, es la que dará un sentido agradable, práctico y eficaz a nuestro trabajo en equipo, en función principalmente de todos nuestros sacerdotes a quienes representamos.

Después de recordar los estatutos y los deberes del Senado, se procedió a hacer la elección, habiendo salido como presidente el Padre Cristóbal Cortés, como vice-presidente, el Padre Juan Macho, y como Secretario el Padre José Luis Burguet. Se notaba un ambiente de mucha cordialidad y en ese ambiente se discutieron los primeros puntos, sobre todo, cómo hacer más ágil el servicio del Senado. Y se concluyó que se designara a la directiva como Consejo permanente, para que estuviera pendiente de las instituciones de la Diócesis y del Prelado y orientar la vida del Senado con prontitud, en servicio a este diálogo con el Obispo y de acuerdo con las circunstancias, por más inesperadas que parezcan. Luego también, buscando en servicio del Clero y en vista de la realidad, se organizaron tres comisiones: Una que se dedicará principalmente a cultivar la unidad del Clero, otra que orientará las relaciones de Clero y sociedad, todos esos aspectos socio-políticos que muchas veces nos dividen o no nos hacen trabajar en conjunto, y una tercera comisión, la que llamamos de infraestructura, la que se encargará de los diversos aspectos prácticos del Clero, como son la cultura, la espiritualidad, la salud, prestaciones sociales y subsistencia, etc… Después tratamos ampliamente problemas prácticos de las diferencias de sentido político que nos dividen, ya que vivimos un ambiente del país tan politizado, tan polarizado. A la una terminamos con el almuerzo, en un ambiente siempre amistoso y con mucho optimismo.

Por la tarde, una conversación con representantes de las Ligas Populares 28 de Febrero, que no habiendo podido atenderlas personalmente, la atendieron en mi nombre el Padre Rafael Urrutia y el Licenciado Roberto Cuéllar.

Yo tuve, al mismo tiempo, una entrevista con el Padre Pedraz, jesuita, con mucha capacidad administrativa, para rogarle, de acuerdo con la conversión de la Comisión de Administración, que nos ayudará a reorganizar nuestra Administración Arquidiocesana, teniendo autoridad para revisar los diversos aspectos que se tocaron en la reunión de la administración y que la comisión de administración trabajará de acuerdo con él. Me dijo que siempre tenía buena voluntad de servir y que sólo le dejara unos días para pensar su resolución; posiblemente, el próximo domingo o lunes, y espero que ha de ser afirmativa, para orientar pronto esta situación que me preocupa de la economía y administración de nuestra Arquidiócesis.

Tuve también una reunión con la Gerente de Cáritas y una representante del Consejo Ecuménico de ayuda humanitaria para presentar los proyectos y labores de Cáritas y de la Comisión Ecuménica, que desarrollan en beneficio de nuestra gente necesitada, para poder presentar al representante de Cor Unum, de Roma, que está entre nosotros. Y fuimos a visitarlo a la Nunciatura, habiéndose mostrado muy acogedor, comprensivo con las dificultades y proyectos de la actividad de Cáritas Arquidiocesana, las emergencias actuales.

FIN
NOTA: Monseñor Romero, no grabó en su diario los cuatro últimos días de su vida.

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