1978

No a la violencia, si a la paz.

EPIFANIA DEL SEÑOR

6 de enero de 1978

Lecturas:
Isaías 60, 1-6
Efesios 3, 2-3a. 5-6
Mateo 2, 1-12

Queridos hermanos sacerdotes y fieles, Distinguidos miembros de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, Estimados radioyentes:

INTRODUCCION
DESDE TODOS LOS CONFINES VAN LLEGANDO A JESUS

Esta noche, esta Catedral repleta de fieles es protagonista de una procesión de siglos y de pueblo, que comenzó hace 20 siglos.

El profeta Isaías en la primera lectura de esta noche, nos anunciaba cómo desde la obscuridad del mundo iban a surgir los pueblos en busca de aquella mística luz que brillaba en Jerusalén: LA LUZ DE DIOS. Y con una poesía maravillosa nos ha cantado esta noche el profeta esa Epifanía de un Dios que se hace presente a los pueblos; encontradizo a los que en las tinieblas, en las dudas, en la obscuridad: BUSCAN. Buscan la solidez de una paz, de una alegría que al fin encontraron, precisamente -según nos ha contado el Evangelio de San Mateo también esta noche- aquellos magos que fueron precisamente la primicia de esa profecía que comenzaba a cumplirse. Aquellos magos del Oriente son los que van como a la vanguardia de esa procesión de siglos y de pueblos. Y entonces comenzó a cumplirse lo de Isaías: .

Nosotros ahora, esta noche, somos parte de esa procesión. ¡Dichosos los que con fe sienten la alegría inmensa de los magos de haber encontrado a Jesús! y los que aún no tengan esta fe -que ciertamente habrá personas que dudan todavía en esas tinieblas del mundo en esta hora de confusión- se preguntarán: ¿Y existe de verdad esa paz? ¿Y existe de verdad ese Cristo Salvador?

¿Existe acaso ese Dios que puede salvar estas situaciones tan horrorosas en que vivimos?

JORNADA DE LA PAZ, MENSAJE DE PABLO VI

Hermanos, terminamos precisamente 3 noches de reflexión.

Yo quiero felicitar muy cordialmente a los laicos de la Comisión Nacional de justicia y Paz, que han hecho eco tan profundo al Magisterio de la Iglesia. Gracias a ellos hemos escuchado en esta misma cátedra las profundas reflexiones teológicas del Sr. Arzobispo de Panamá, uno de los grandes teólogos actuales de América Latina, enfocando el mensaje de Pablo VI no solamente en 1978, sino a lo largo de toda la historia de la Iglesia que no ha sido otra cosa que proponer a los hombres un mensaje de paz, que se hace más enfático en estos tiempos cuando la paz se deteriora por la violencia y se oye el grito rotundo del Magisterio de esa Iglesia:

.

Escuchamos anoche también a un hombre que, viviendo en la profesión y en el mundo, recoge la sintonía de los hombres del siglo, de los hombres que en el mundo saben que tienen que mirar a este Magisterio, a esta Iglesia; y cuando se tiene el corazón noble, la intención sana, se oye a la Iglesia. No hay prejuicio contra ella y se escucha con el corazón limpio que la Iglesia tiene razón en su grito tan actual como eterno: NO A LA VIOLENCIA, SI A LA PAZ.

MENSAJE ESPECIFICO DE PABLO IV PARA EL SALVADOR.

Y yo creo, hermanos, que es providencial que junto con este regalo del mensaje Mundial de Pablo VI, haya resonado también un mensaje específico para El Salvador. Que junto al mensaje de los ángeles en Belén se concretara como una homilía dirigida a los salvadoreños, aquel en el discurso de Pablo VI al Embajador de los salvadoreños ante la Sede Apostólica, para decirles que esta búsqueda sincera de los salvadoreños de la paz, que ha caracterizado estas noches, tiene una respuesta. Y que si el corazón salvadoreño sigue esta búsqueda con sinceridad, la encontrará. Yo quisiera recoger toda esa esperanza de Pablo VI para sembrarla precisamente en el corazón de los salvadoreños y hacer de esta Epifanía, como los magos, nosotros salvadoreños encon-trar a Cristo en los brazos de MARIA, REINA DE LA PAZ, precisamente bajo el signo más bello de Jesús: La Paz, el don que simboliza todo el fruto de la redención. Aquel con que saludaba resucitado, libre ya de las ataduras de los pecados que habían sido ya redimidos, libre de los cerrojos de la muerte y del infierno que ha quedado ya clausurado bajo el imperio de la redención. En una sola palabra, todo su saludo a los hombres de buena voluntad: , , no como la dá el mundo. La paz, la que sigue ofre-ciendo esta Iglesia.

Entonces, Cristo, a quien San Pablo llama -nuestra paz-porque El reconcilió a los hombres con Dios y a los hombres entre sí y botando con su sangre el muro de odios de violencias, de rencores, de resentimientos, ha sembrado la condición ineludible de la Paz: la Justicia y el Amor. .

De eso es eco Pablo VI cuando se refiere con una visión certera a nuestra realidad salvadoreña. En su discurso quisiera destacar yo estas 3 ideas y que sean como el mensaje final de estas noches maravillosas que ustedes, queridos hermanos presentes en la Catedral, han acentuado con su entusiasmo, con la acogida, con el hombre y la fe del pueblo que se expresa en ustedes. Expresión de una ansia de paz. Para nosotros habló el Papa.

1º TRASCENDIENDO TODA DEBIDA CORTESíA, QUEREMOS DARLE LA BIENVENIDA EN UD. A TODA LA REPUBLICA DE EL SALVADOR Y A CADA UNO DE LOS HABITANTES SIN DISTINCION ALGUNA.

La primera idea que yo encuentro en su discurso es: que los salvadoreños miran a aquel centro de la Iglesia con esperanza, buscando la paz, y el Papa al abrir sus brazos al embajador, le dijo: .

¡Qué amplio el corazón del representante de Cristo! Yo creo que en esta frase, hermanos, hay toda una Epifanía, hay todo el encuentro de un pueblo con aquel que representa a Cristo en la tierra para sembrar la Paz.

El Papa dá ese grito que ha resonado en todo el mundo: NO A LA VIOLENCIA, SI A LA PAZ. Se hacía corazón salvadoreño para recibir sin distinción ninguna, trascendiendo toda cortesía, como quien dice: rompiendo moldes para que el corazón de todos los salvadoreños, sin distinción, se sientan muy cerquita del Papa. Y le decía: Que pensaba muchas veces en nuestra República con la solicitud de quien ve en los salvadoreños unos hijos muy queridos.

2º UNAS ORIENTACIONES DE CARACTER SOCIAL

Aquí el segundo pensamiento del Papa: Unas orientaciones de carácter Social. «Sabemos bien -le dice el Santo Padre al Embajador- que la gran mayoría de los salvadoreños vive su existencia con una referencia ideal a su fe cristiana y no olvida las múltiples implicaciones prácticas que en lo personal, lo familiar y social, esa condición lleva consigo.

Todo ésto hace surgir un conjunto de relaciones y expectativas a los que la Sede Apostólica y la Iglesia, fieles a su deber, no pueden menos de prestar atenta reflexión. Ante todo este reconocer y alabar el empeño del pueblo salvadoreño por mejorar sus condiciones generales de vida, partiendo de esa visión global del hombre y de la humanidad que le enseña la Iglesia».

DESDE LA FE HAY QUE LUCHAR POR UNA LIBERACION INTEGRAL

Hermanos, yo quiero sentirme orgulloso de ser salvadoreño esta noche, y decirle a todos mis compatriotas que nos sentimos profundamente elogiados por esta palabra del Papa que hace ver nuestras inquietudes sociales a partir de una visión cristiana, que hace ver en las luchas por nuestra liberación la trascendencia de una fe, que hace ver al revés de todos aquellos que nos han calumniado en nuestras luchas de Iglesia, que los salvadoreños no pueden romper esa relación entre sus preocupaciones sociales y sus referencias de fe; y que por eso la Iglesia, cumpliendo su deber, tiene que iluminar desde esa fe también estas realidades de la tierra, también esas preocupaciones de no tener pan, de estar marginados, de estar hambrientos, de ser pobre. La Iglesia se siente respaldada por todo el Evangelio y todo el mensaje de la Iglesia cuando el Papa ha hecho referencia a esa realidad salvadoreña.

El salvadoreño lleva su fe en el corazón, y desde su fe ilumina las realidades de la tierra. Y, por eso, no puede pensar en una fe desencarnada, en una fe como la del sacerdote y el levita que miran al herido y no hacen caso porque van a rezar. Una fe que solamente se concretara en ese alejamiento de las realidades dolorosas de la tierra no sería la fe que tiene relación con el dolor humano, con las situaciones difíciles de la tierra.

Bendito sea Dios que el Papa ha dicho que la Santa Sede y la Iglesia no pueden renunciar al deber de orientar a este pueblo, que lleva en su corazón una fe trascendental muy profunda y desde su fe lucha por una liberación auténticamente cristiana.

Yo hago un llamamiento también, para que en esta lucha renunciemos a liberaciones meramente temporales, a liberaciones que no trascienden más allá de la historia, a liberaciones que quieren resolver las cosas con odio, con violencia y con lucha. No es ese el modo de ser de los salvadoreños, es una deformación del corazón. Cuando en el corazón de un noble salvadoreño se enciende el odio, la lucha, el secuestro, el crimen, la sangre, no es un salvadoreño auténtico, no hace honor a su patria y a su fe, es un traidor de esa trascendencia que nosotros hemos -diría- amamantado en el mismo pecho de nuestras madres.

VISION GLOBAL DEL HOMBRE

Cuando el Papa evoca esa visión global del hombre que ha aprendido en la Iglesia, cita su propia Encíclica Populorum Progressio en el No. 13 y 14, donde el mismo Papa dijo hace muchos años: . Y ésto precisamente porque ella les propone lo que ella posee como propio: una visión global del hombre y de la humanidad. La Iglesia se siente orgullosa de poder decir esta frase: . Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera.

Sepamos, hermanos, que hay quien nos comprende, quien comprende nuestras inquietudes de hombre: LA IGLESIA. Es humana y divina, y como humana sabe que no tiene nada humano que le sea extraño. Todas nuestras inquietudes humanas repercuten en su corazón y sabe que como hombre todo ser humano tiene derecho a ese desarrollo que es el nuevo nombre de la paz. Un desarrollo que no consiste sólo en tener más, sobre todo, económicamente, sino en desarrollarse plenamente todo el hombre, todas sus facultades, su vocación divina sobre todo.

3º UNA ORIENTACION DE FE EN LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO

Y finalmente este tercer pensamiento del Papa en su discurso: Una orientación de fe en las relaciones Iglesia-Estado.

«La Iglesia dice el Papa al Embajador de los Salvadoreños- promueve y alienta esas aspiraciones dentro del ámbito de su propia competencia específica. Por esto, mientras en ese país (El Salvador) reivindica la imprescindible libertad para predicar la fe, enseñar su doctrina moral y social, y ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna, ella -la Iglesia- desea siempre respetar las competencias del poder temporal en su esfera propia y aceptar un diálogo constructivo con las autoridades civiles, con miras a mejor servir la vocación personal de quienes son a la vez fieles y ciudadanos». Cita el Papa en este lugar la Constitución del Concilio, en aquel punto en que en su relación con el mundo habla de las relaciones entre la Iglesia y la comunidad política. Las dos tienen como sujeto al hombre en su vocación de ciudadano de la tierra y en su vocación de fiel seguidor de Jesucristo.

Por eso no debía haber conflictos entre estas autoridades que deben procurar el bien común, la felicidad del hombre en la tierra, al mismo tiempo que respetarle su vocación eterna, sus orientaciones hacia lo celestial, su espiritualidad, el desarrollo de toda la intimidad del hombre como cristiano. Por eso el Papa reivindica para El Salvador la libertad de la Iglesia, así como recuerda que la Iglesia respeta también la autonomía del poder civil y aboga por un diálogo constructivo, cuyo único objetivo no es sacar ventaja, privilegios. La Iglesia tiene que renunciar a ellos cuando su testimonio se empaña en esa relación; pero en cambio, tiene que buscar el diálogo con miras a mejor servir la vocación personal de quienes son a la vez fieles y ciudadanos.

Hermanos, este es el ideal de la Iglesia: llegar a esa sana cooperación para buscar juntos -el gobierno encargado del bien común de la tierra y la Iglesia responsable de las orientaciones de la vocación eterna del hombre- una vocación que no está descoyuntada entre la tierra y el cielo, sino la vocación que unifique para felicidad del pueblo, para unidad de desarrollo de cada individuo su vocación de ciudadano y de fiel.

EL CONCRETADO EN EL SALVADOR

Por eso termina el Papa señalando los frutos de estas orientaciones: . He aquí el Papa concretando su NO A LA VIOLENCIA en el ambiente salvadoreño: se siguieran estas orientaciones cristianas -dice- prevendríamos los males, se superaría ese clima de violencia que ha llevado el luto y tiene sumergida en luto a la Iglesia y a muchos hogares
Como ven, el Papa no cancela el pasado, lo recuerda. Pero lo recuerda con una esperanza de que no se vuelva a repetir, que busquemos por el camino de una concordia bien entendida el superar ese clima de violencia. Ese NO A LA VIOLENCIA para 1978 tiene que buscarse por estos caminos que el Papa acaba de señalar. «Y también, será -dice el Papa- el camino para llegar a construir una atmósfera social en la que se enmienden adecuadamente injusticias evidentes que impiden que los bienes creados lleguen de manera equitativa a todos, bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad». Son palabras del Santo Padre reconociendo esta triste realidad salvadoreña: una atmósfera social donde los bienes creados por Dios no llegan a hacer felices a todos los salvadoreños. Y es necesario que, en un ambiente de justicia y de amor fraterno, sintamos que esta República tan bella, que estas tierras tan fértiles, que estos cielos tan lindos de El Salvador, sean alegría de todos los salvadoreños; que todos nos sintamos hermanos cobijados por los dones del mismo Dios para todos.

EL CIMENTADO EN LA JUSTICIA

Por eso, hermanos, el NO A LA VIOLENCIA tiene que estar cimentado sobre fundamentos de justicia. En Medellín, los Obispos de América Latina
-aprobados por este mismo Papa- dijeron que la paz en el continente no será posible mientras no se construya un orden más justo, que la paz no es ausencia de guerra, la paz no es miedo de represión, la paz no es equilibrio de dos poderes que se tienen pavor. La paz es el fruto de la justicia, la paz será flor de un amor y de una justicia en el ambiente. Sí a la Paz, dice el Papa, sí a Dios, sí diríamos nosotros- a la justicia, sí al amor, sí a la comprensión de todos los salvadoreños. Sólo así tendremos esa afirmación neta de la Paz.

UN LLAMAMIENTO A TENER PAZ Y A CELEBRAR LA EUCARISTIA

Queridos hermanos, esta es nuestra Epifanía, una Epifanía que nos ha presentado a Cristo bajo este nombre de Paz. El es nuestra paz. Que estos inicios de 1978, bajo este augurio de la paz que tan intensamente ha resonado en esta Catedral y, a través de la radio, en muchos hogares, sea verdaderamente un llamamiento a la conversión. Que quienes no tienen sentimientos de paz porque tienen mucho egoísmo en su corazón, se conviertan al amor; quienes están lejos de la paz porque tienen sus manos manchadas de sangre y de crímenes, se laven en el arrepentimiento y sientan que también para los pecadores y los criminales hay paz cuando hay arrepentimiento y amor. Un llamamiento a tener paz en los hogares. Que haya reconciliación, que haya amor, que Cristo esté presente en toda la República y en cada uno de los salvadoreños.

La homilía -que no es mía- sobre la paz, se inició en el Vaticano junto al Papa. Se hizo eco grandioso a través de la Comisión Nacional de Justicia y Paz. Vinieron a predicarla de otros lugares, de otras Iglesias. Escuchamos la simpatía de Panamá con El Salvador, escuchamos hombres del mundo de la profesión. La paz ha sido predicada, gracias a Dios.

Ahora la homilía termina donde debe terminar: un llamamiento a celebrar la Eucaristía. Un llamamiento a decir: esta palabra no es simple palabra, esta palabra es vida, es Cristo en el misterio de su muerte y de su resurrección. Cristo que vive dándonos su paz, esperando que nosotros no prefiramos las tinieblas a su luz. Y que la luz de Epifanía, luz de paz, luz de amor, luz de Justicia, llene los ámbitos de El Salvador.

Vamos a celebrar, hermanos, esta Eucaristía. Y quiero agradecer a los queridos sacerdotes el darle esa solemnidad de la concelebración; y a todos ustedes, su presencia que la convirtamos ya en una plegaria fervorosa para que en la sangre de Cristo que vamos a adorar, y ése cuerpo que se dá por nosotros, sea el precio por el cual quede pagado todo pecado, toda iniquidad, todo lo que haya sido ofensa a la paz y que en cambio el Señor nos repita también a los salvadoreños, esta noche, desde su altar: . Así sea.

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Santa María, Madre de Dios

1º de enero de 1978

Lecturas:
Números: 6, 22-27
Gálatas:4, 4-7
Lucas:2,16-21

SALUDO DE DIOS Y PRESENCIA DE MARIA

Amados hermanos, amados radioyentes:

Con el saludo bíblico que Dios mandaba cuando se dirigía a su pueblo, ya que los cristianos hoy somos el Israel espiritual de Dios, somos el pueblo de Dios, y para nosotros es este precioso augurio de Año Nuevo: , no podía hacerse un Saludo más oportuno y espléndido para el año nuevo que estas palabras que la Biblia pone a nuestra consideración esta mañana, y al mismo tiempo unir a esta buena voluntad de Dios la presencia de María, la Virgen Madre.

Hay una fiesta oficial de la Iglesia en honor de María y es hoy, lo. de enero. Ocho días después de dar a luz al Redentor del mundo la Iglesia quiere llamar la atención de todos sus hijos para celebrar la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Así se inicia el año bajo la bendición directa de Dios y bajo este título que es toda una inspiración de confianza en el poder de la Virgen, por ser de Dios.

Se hace, entonces, nuestro momento en que compartimos aquí en la Catedral y a través de la radio en todas las comunidades, el pensamiento de la Arquidiócesis. Se hace un pensamiento de hogar y sentimos que la Iglesia es nuestra casa y que alli hay una madre mucho más cariñosa, más fina que nuestras mismas madres terrenales que nos quieren tan bien, que no quisieran nada malo para nosotros. Pues María asume toda esa ternura de hogar, y la Iglesia, la Arquidiócesis, las comunidades, deben sentirla siempre presente.

HECHOS DE LA SEMANA

Ahora yo la siento como que fuera nuestra Madre a la que rodeamos todos nosotros, sus hijos, para comentar un poco estos días de Navidad y Año Nuevo como lo están haciendo en sus hogares muchas familias en torno de sus padres. Y le diré a mi madre, la Virgen María, que bendiga siempre este esfuerzo desde la Catedral a quien trata de ser el servidor de la Diócesis, para dar voz a los que no tienen voz. Que este es un servicio que, sin duda, gusta a la Madre: de ver unos hijos que sufren y que no pueden, muchas veces, manifestar sus sufrimientos, por ejemplo:

ATROPELLOS QUE SUFRE EL PUEBLO Y LA IGLESIA

la carta que recibí de Las Tres Ceibas, donde desmienten las publicaciones que oficialmente se han hecho acerca de los desórdenes que allá surgieron el 24 de diciembre en la noche y el 26 por la tarde. Sería bueno que se investigaran estas cosas; y antes de echar la culpa a otros de cosas tan graves, se dedujeran las verdaderas responsabilidades.

También se quejan en Aguilares de que la casa donde viven las religiosas, el convento parroquial, se vio de repente invadido por personas de autoridad que saltaron del solar vecino, por el tapial, al convento.

Siguen llegando muchas quejas de capturas de reos sin ser sometidos a tribunales, de desaparecidos; injusticias también que se lamentan en fábricas, en fincas, acerca de aguinaldos, de medidas, de sueldos, de prestaciones.

Hermanos, yo no quiero ser más que una voz que en nombre de Dios que nos quiere a todos hermanos, pide ese sentido de equidad, de justicia, nada más, de ley bien cumplida.

También la Iglesia en esta reunión de familia lamenta el misterio de aquella bomba que destruyó la conocida bodega y el misterio que envuelve los secuestros: del Sr. Safié y de la Sra. de Ciurato.
Ojalá que el nuevo año nos libre de veras, nos de un aspecto de más tranquilidad y paz de todo lo que se ha venido lamentando en este año que ha terminado.

LA JORNADA DE LA PAZ

En esta reunión con Nuestra Madre, la Virgen, también nos alegramos de celebrar hoy, por voluntad del Santo Padre, la jornada de la Paz. Pero como el día 1o. no es el más oportuno para esta reflexión que quiere llamar la atención de todos los hombres de buena voluntad, la Comisión de Justicia y Paz ha organizado para los días 4, 5 y 6 de enero, tres reuniones de reflexión. En ellas van a participar el Sr. Arzobispo de Panamá, Monseñor McGrath; y de los salvadoreños, el Dr. Martínez Moreno a las 7 de la noche. Será aquí en Catedral esta reflexión los días 4, 5 y 6.

El día 4 a las 4 de la tarde ya estará Monseñor McGrath, y quiere ofrecer a los sacerdotes y a los que tengan preocupaciones pastorales: religiosas y laicos, una información sobre la preparación de la 3a. reunión general del Episcopado Latinoamericano, que va a tener lugar en Puebla de los Angeles, el mes de octubre de este año que comienza hoy. Es bueno que todos los sacerdotes -ya han sido citados y por este medio les hago llegar nuevamente la invitación para el 4 de enero a las 4 de la tarde en el Seminario- nos reunamos. Lo mismo invito a las personas, religiosas o seglares, que tengan interés en conocer esta actividad del Episcopado de todo el Continente, en el cual se destaca Monseñor McGrath como representante de esta zona centroamericana.

Quiero comunicarles también un saludo muy fraternal recibido ayer del señor Arzobispo de Tegucigalpa, al cual habíamos invitado para la Jornada de Paz, pero no podrá venir por razones ajenas a su voluntad; pero dice que cordialmente está con nosotros y orará mucho por la paz entre estos dos países.

NOMBRAMIENTO DEL OBISPO AUXILIAR

En este ambiente de la línea del Papa, en que reclama la construcción de un orden más justo en El Salvador, que se enmienden evidentes injusticias y que se dé plena libertad sin trabas a la misión y a la predicación de la Iglesia, y otras recomendaciones del Santo Padre, digo que en ese contexto quiero presentarles también la noticia que todos ya saben. Salió en la prensa de esta semana el nombramiento de Monseñor Revelo como Auxiliar de San Salvador. Ya he expresado mi parecer acerca de la persona de Monseñor Revelo. Se trata de un verdadero amigo, aunque muchos quisieran distorsionar su manera de pensar. Yo creo que cuando el Papa, que ha dado esas líneas del proceder de la evangelización en El Salvador y al mismo tiempo nombra un obispo, es decir, expresión de su confianza para la predicación en ese país, es porque el obispo designado es un eco de esta auténtica doctrina de la Iglesia actual. Por eso yo les suplico a todos acoger con benevolencia al nuevo Obispo Auxiliar que el Santo Padre ha designado para ayuda de la Arquidiócesis de San Salvador, y tener en cuenta, pues, cuáles son los pensamientos del Papa a los cuales todo maestro en la Iglesia, todo Obispo, tiene que atenerse para ser digno ministro de la Iglesia en aquel pueblo de Dios al cual es enviado.

En este mismo sentido les dije, cuando nombraron a Monseñor Rivera obispo de Santiago de María, es una expresión de la confianza del Papa en aquella persona designada y por tanto nos dá la garantía que la predicación de estos obispos es verdaderamente acorde con la doctrina actual de la Iglesia, y que todos tenemos que ponernos al día en el pensamiento de una Iglesia que quiere ser cada vez más encarnada en las realidades del pueblo.

DISTORSION DEL MENSAJE DE PABLO VI

En el número de de esta semana les voy a encarecer que lean detenidamente el discurso del Papa al Embajador de El Salvador ante la Santa Sede, porque las noticias parciales que salieron en los periódicos no dan la idea exacta de lo que el Papa desea de este país. Y allí nos daremos cuenta cómo lo que la Iglesia está predicando aquí, localmente en El Salvador, es la línea que el Papa señala también en el discurso dirigido a través del Embajador, a nuestro Gobierno y a nuestro pueblo salvadoreño.

VISITAS PASTORALES Y COMUNIDADES DE BASE

He visitado esta semana las comunidades de San Juan Opico, de Antiguo Cuscatlán y de la Parroquia La Merced en su Iglesia de San Esteban. Yo quiero agradecerles la acogida cariñosa que allí me dispensaron y felicitarlos, a sus párrocos y a sus comunidades, por las actividades eclesiales que están llevando tan magníficamente.

También felicito a las diversas comunidades cristianas que en estos días de Navidad han reflexionado mucho en el Evangelio. Es una de las características más hermosas de Nuestra Iglesia: que se está haciendo más bíblica, más reflexiva; en esas Comunidades de Base que se llaman, porque son los pequeños grupos de fieles dirigidos naturalmente por sus párrocos o por las religiosas que cuidan esos pueblos. Estamos viendo crecer en reflexión y en fe a muchos hombres y mujeres que van comprendiendo cada día más lo que es ser miembro de una Iglesia que prolonga a Cristo en la historia.

OCTAVARIO DE ORACION POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

También las Comunidades no católicas, los protestantes, han asumido los que pertenecen a la Comisión Ecuménica una entusiasta preparación de los 8 días de oración que desde hace muchos años se celebra en este mes de enero, del 18 al 25 de enero; se llama el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. Me dá verdadero gusto saber que no es la Iglesia Católica sola, sino en comunión con los hermanos protestantes los que estamos preparando estos días de oración para pedirle al Señor lo que Cristo pidió en la última cena: «Padre, que todos los que crean en mi, sean una sola cosa, que no presentemos al mundo el escándalo de la división cristiana sino que seamos verdaderos seguidores del evangelio auténtico y allí nos encontremos como un sólo rebaño bajo un sólo Pastor que es Cristo».

INVITACION AL HOSPITAL DE LA DIVINA PROVIDENCIA

Finalmente, hermanos, quiero invitarle hoy, lo. de enero, como lo. de cada mes, allá en el Hospital de la Divina Providencia. A las 5 de la tarde se tiene una Hora Santa, es una Capilla muy linda que quizá muchos no conocen, invita a la oración. El lo. de cada mes, allá, junto a los enfermos, podemos al mismo tiempo que hacer un acto de fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía y ejercitar nuestra oración por las grandes necesidades de la Patria, de la Iglesia, de las familias, al mismo tiempo hacer un acto de caridad -que nos manda el Catecismo entre las obras de misericordia – visitar a los enfermos y ayudar a esa obra que verdaderamente tiene un nombre que no es sólo nombre sino realidad: La Divina Providencia. Allí se vive de caridad, del amor con que se llevan allá los donativos, no tiene subsidios sino simplemente la mano de la Providencia a través de sus generosos bien hechores.

REFLEXION COMUNITARIA

Podíamos seguir comentando, hermanos, muchos hechos de la Iglesia que va apiñando cada vez más, a sus católicos en la unidad que Cristo quiere, que va también conjurando todas las tentaciones de desunión que arrecian contra nuestra Iglesia. Pero ya bastan estas breves notas, a las cuales juntaría yo la historia íntima de cada uno de ustedes con quienes estamos haciendo esta reflexión: sus familias, Uds. mismos en particular, ¡cuántos problemas! ¡cuánta historia!, todo eso quisiera que lo pusiéramos en común para reflexionar en el cariño, en la grandeza, de esta Madre Bendita que la Iglesia nos ofrece hoy como centro de nuestra reflexión: La Virgen Madre de Dios.

De las tres lecturas de hoy, yo sacaría tres notas para enfocar en su grandeza casi divina, a esta Mujer bendita entre todas las mujeres. La primera lectura es Dios que presenta su pensamiento acerca del Viejo Testamento, toda la historia de Israel. La segunda lectura, San Pablo que nos presenta el momento llegado cuando Dios tenía que hacerse hombre, necesitó la colaboración de una mujer de la cual nace Dios hecho hombre; y el tercer pensamiento es el evangelio: los pastores encontraron a Jesús junto a María, María signo, camino hacia Cristo.

1º DIOS PRESENTA SU PENSAMIENTO ACERCA DEL VIEJO TESTAMENTO: TODA LA HISTORIA DE ISRAEL

En la primera lectura veo en esas breves líneas que hemos leído hoy, todo lo que significaba para Dios su pueblo. Habló el Señor a Moisés y le dijo: y luego sigue la bendición que ya la hice como saludo de Año Nuevo. ¿Qué siente Dios para su pue-blo? y ¿Qué siente el pueblo de Dios para su Dios? ¿Qué es Israel el de la biblia? ¿Qué es el Viejo Testamento? Es toda una historia de un amor de Dios que va preparando con promesas santas la redención de los hombres. Quiso prepararlos durante largos siglos a ese advenimiento del Hijo de Dios para salvar a la humanidad, para que la humanidad fuera tomando conciencia de lo que es Dios Salvador.

PUEBLO QUE SE FUNDA EN LA FE DE CUYA DESCENDENCIA SERAN BENDECIDOS LOS DEMAS.

Pero fijémonos como Dios para venir a salvar al mundo se forma un pueblo. El sentido de pueblo es muy grandioso; cuando decimos no lo profanemos. El pueblo es el conjunto de hombres que va desarrollando en la historia una vocación de Dios. Cada pueblo tiene una vocación, así como cada hombre también tiene una vocación. La vocación de Israel es de lo más grande, pueblo escogido entre todos los pueblos porque su fundador Abraham recibió de Dios una promesa. Era ya anciano y estéril y le dice: de tu descendencia voy a formar un pueblo numeroso como las arenas del mar y las estrellas del cielo. Y aquel hombre que casi pudiera tomarlo como una burla, ya viejo y no teniendo hijos: ¿»cómo voy a tener un pueblo tan numeroso?» , dice la Biblia. Creyó contra toda esperanza. Es un pueblo que se va a fundar en la fe, en la fe de Abraham. Y le comienza a prometer que de su descendencia serán bendecidos todos los pueblos.

Por eso, cuando se oían expresiones en el Antiguo Testamento como la que hemos leído hoy, , era recordarle a ese pueblo el pacto hecho con Dios, las promesas de Dios a ese pueblo. Cada vez que un nacional o extranjero bendecía a Israel, le estaba recordando: , hasta el punto de que cuando ese pueblo era humillado, era el mismo nombre de Dios que se sentía también profanado. Y cuando ese pueblo vencía en sus dificultades, era glorioso en sus circunstancias, era Dios el que se glorificaba. Existía entre Dios e Israel la relación que existe entre un esposo y una esposa. La esposa lleva el nombre del esposo, el apellido del esposo y la suerte de la esposa compromete al esposo. Si esa esposa es fiel, honrada, gloriosa, es el esposo el que se siente glorificado en ella; así como también la esposa profanada, indigna, prostituida, es el nombre del esposo manchado en la conducta de su esposa. Eso era Israel, la esposa de Dios. Por eso los verdaderos israelitas, los verdaderos descendientes de Abraham tenían tanta fe en Dios.

MARIA, ENCARNACION DE LA HISTORIA DE ISRAEL

La expresión más bella de ese pueblo es la que nos ofrece hoy la Iglesia: , ella encarna en su vida de Virgen sencilla, modesta, desconocida, pero allí como que han venido a concluir todos los torrentes de la historia. Por eso, cuando agradecida canta su Magnificat al Señor que la ha escogido para ser la Madre del prometido del pueblo, dice: . Se sentía Ella la encarnación de toda una historia. Nadie ha sido tan nacionalista como María con su nación. ¡Es un ejemplo! Hermanos, yo quisiera que en este día de María, Madre de Dios, destacáramos esta nota: la Patriota, la que amó a su pueblo, la que vibró con su pueblo, la que conocía las tradiciones, la que no traicionaba los signos patrios. Verdaderamente el corazón de una patriota! ¡Que signo más Bello!

Para que en esta hora en que la nación de El Salvador necesita verdaderos espíritus patrióticos, no traicionáramos por acomodarnos a situaciones de política, o de economía, o de sociedad, el verdadero interés del pueblo, la verdadera historia, la verdadera redención.

LLAMAMIENTO DE LA VIRGEN

Día lo. de enero. ¡Salvadoreños! «Llamamiento de la Virgen para ser como Ella: amad a vuestra patria, estudiad vuestra historia, conoced vuestra idiosincracia, sed salvadoreños profundamente. Quizás no tenemos todos la culpa, ni toda la culpa de no amar tan entrañablemente a nuestra Patria como María amó a su Patria. La vemos a veces tan fea, nos sentimos tan desubicados en nuestra propia patria que muchos prefieren mejor irse a otros lados; no sienten el hogar, no sienten la tradición, no sienten la alegría de la propia sangre, de sus paisajes, de la propia belleza de su tierra, ¡y es tan bonito El Salvador! Pero María vibraba con los paisajes de Israel, con la historia de Abraham, de Moisés, de David, de las grandes mujeres; toda la historia de Israel palpitaba en su corazón de Virgen patriota, enamorada de su tierra.

Hermanos, amemos a nuestra Patria, amémosla como María que no desconocía sus pecados y pedía misericordia a Dios por los pecados de su pueblo, pero la amaba en su grandeza de vocación de pueblo de Dios. Por eso, cuando Dios escoge una mujer de su pueblo, del pueblo de las promesas, para encarnar en las entrañas de esa mujer a su Hijo que quiere ser un modelo de hombre en la historia, escoge a aquella mujer que encarne mejor todo el espíritu de su Patria. María es escogida por su santidad y por su patriotismo; María es Madre de Cristo porque ese Cristo tiene que ser el hijo de todo un pueblo, María es la expresión de todo un pueblo. Cuando ella le dice al ángel: , es todo el pueblo escogido que está hablando. Para este momento había formado Dios un pueblo tan maravillosamente privilegiado por Dios.

Los milagros y toda la historia del Viejo Testamento no tenía otro objetivo que formar una historia de un pueblo bendecido especialmente por Dios, para que de él naciera el Redentor, la fuente de bendición de todos los otros pueblos de la tierra. Por eso, María realiza en su vocación de Madre de Dios, de Madre de Cristo, el designio divino de la nación entera de Israel. Muchos paisanos, compatriotas suyos, no lo comprendieron. Cuánto se desviaron los falsos israelitas, cuando traicionaron a Dios en su designio de su vocación como pueblo los que se vendieron a poderes extranjeros, los que pusieron su afán en adorar el becerro de oro, los que pecaron ofendiendo a Dios hasta el punto de que Dios decía a su pueblo el dolor que siente un marido por su mujer que lo ha traicionado, así siente Dios los pecados de su Pueblo.

Pero cuando encuentra siempre un resto de Israel, un pequeño grupo de fieles a las promesas de Dios -siempre lo hubo en Israel- en ese resto, en ese pequeño grupo, cuando llegó la plenitud de los tiempos era pequeñísimo de verdad. Analicen el momento en que Cristo nace; Israel ha vuelto las espaldas a Dios, pero hay un pequeño grupo, tal vez desconocido, pero allí está el alma del pueblo: María, José, los pastores que esperan al Redentor, los apóstoles que siguen a Cristo. El pequeño grupo. Este es el núcleo que Dios sigue bendiciendo aún cuando los demás se hayan hecho indignos de esa vocación. No nos vaya a pasar lo mismo, queridos salvadoreños; que Dios tiene un designio de amor, de salvación en nuestro país y lo está dando a través de su Iglesia. Los salvadoreños que se aferran a esta Iglesia la aman, trabajan con ella, son el núcleo, son el reducto, el pequeño grupo de los fieles de Israel; desde allí, desde la Iglesia, quiere Dios salvar a Nuestro Pueblo. Seamos Iglesia, seamos como María, alma que conserva la vocación de su pueblo, que cuando vengan días mejores nos encuentre Dios que hemos sido fieles a la misma vocación de nuestra tierra.

2º MARIA INSTRUMENTO DE DIOS PARA ENCARNAR A SU HIJO EN LA HISTORIA

El segundo pensamiento está en la 2a. lectura. San Pablo a los Gálatas les dice: . Calificaríamos esta lectura desde la fiesta de hoy de María, Madre de Dios: María, instrumento de Dios para encarnar a su hijo en la historia. Esto es María.

MARIA NOS DA LA PAUTA PARA COMPRENDER QUIEN ES CRISTO

Cuando llegó la hora de que aquel pueblo tenía que ofrecer una mujer, para que el que naciera Hijo de Dios fuera también hijo de mujer, es decir, hombre verdadero, encontró en María la mujer adecuada, porque, como dicen los santos, María encarnó antes en su mente, en su fe, a Dios. Y sólo cuando Dios se sentía encarnada en la santidad de aquella mujer, la escogió. Y el ángel le dice: . Entre los millones de mujeres que formaron el pueblo de Israel, sólo tú eres la bendita entre todas, vas a ser Madre del Redentor». Y María pide una explicación para salvar su virginidad y comprende una orillita del Misterio: lo que nacerá de ti será Santo. El Espíritu Santo hará esta obra, para eso formó este pueblo. Para que así como de unos estériles, Abraham y Sara, nace un pueblo numeroso, de tu virginidad, sin menoscabarse en nada, quedando siempre virgen, vas a ser la Madre de aquel que va a ser el centro de la historia cristiana en el mundo». María, pues, nos dá la pauta para comprender quien es Cristo.

MARIA ES PROCLAMADA MADRE DE DIOS

Allá por el siglo IV surgieron doctrinas erróneas acerca de Cristo. Se decía que María solamente había dado a luz un hombre, un niño cualquiera al cual Dios asumió para hacerlo su Hijo, como nosotros que nacemos hijos de la carne pero después por el bautismo nos hacemos hijos de Dios. Entonces la Iglesia, encargada de guardar las verdades reveladas por Dios, se reunió en Concilios uno de los cuales el más famoso, el Concilio de Efeso, fue para proclamar que María había dado a luz a un Dios que ya se había encarnado en sus entrañas y que, por tanto, se le debía llamar Madre de Dios. Theotokos, decían en griego: la Madre de Dios. No solamente fue madre de un hombre que es Dios, sino Madre de un Dios que se encarnó en sus mismas entrañas. Cristo tiene naturaleza divina porque es Dios y tiene naturaleza humana porque se formó en las entrañas de una mujer, pero sólo tiene una persona, persona Divina, la 2a. persona de la Santísima Trinidad. De modo que la naturaleza divina como Dios y la naturaleza humana como hombre, confluyen en una sola persona: Dios.

Lo que hace Cristo como Dios, podemos decir, lo hace Dios, pero también lo que hace Cristo como hombre como está unido con Dios, se dice, lo hace Dios. Por eso dice el Concilio que Dios se hizo hombre y desde entonces los hombres sentimos que nuestra naturaleza ha sido elevada en él. Ya piensa con pensamiento de hombre, pero es Dios el que piensa; ama con corazón de Dios, pero es Dios el que ama trabaja con manos de hombre, pero es Dios el que trabaja con esas manos; y por eso, cuando muere en la cruz, su sacrificio es de valor infinito porque no es el sacrificio de un simple hombre, sino de un hombre que al mismo tiempo es un Dios; y su dolor, su sangre, vale para salvar a todos los hombres del mundo y pagar los pecados de todos los hombres. ¡Qué grande es Cristo!

Ahora, del 60 para acá ha despertado en la teología una nueva inquietud para estudiar esta Cristología más profundamente. Y hay dos grandes corrientes, una corriente que llama la Cristología desde arriba y otra que dice la Cristología desde abajo. Entendiendo desde arriba, la consideración del Dios que se hace hombre; y la Cristología de abajo, el hombre que en Cristo se hace Dios. ¡Es maravilloso! Hermanos, como quisiera yo que en este día de la Madre de Dios, ella nos inculcara la verdadera fe que ella tenía cuando abrazaba a su niño Jesús, o como cuando al pie de la cruz recibe su cadáver. La Madre dolorosa sabe que está acariciando el cuerpo de un Dios; y que esa víctima que se ofreció en la cruz el Niño de Belén, es Dios que nació de sus entrañas hecho hombre; y ella llevará para siempre ese título glorioso: Madre de Cristo, es decir, Madre de Dios.

Esta es la doctrina verdadera acerca de Cristo y acerca de María. Por eso la Iglesia quiere que esta Navidad, a 8 días de su nacimiento, el centro de nuestra reflexión esta mañana -que nos perdone un poquito Cristo- sea María que no nos aparta de Cristo, sino que, al contrario, nos hace más accesibles a Cristo. Porque no hay duda que una Navidad que no tuviera de por medio una mujer, que es una madre con el Niño en sus brazos, seria una Navidad de un Dios que se hizo hombre pero sin la ternura de una Madre. Así como el pie de la cruz una víctima que dio su vida por los pecados del mundo pero que no hubiera tenido unos brazos de madre que lo recibieran, seria, si, el amor infinito de un Dios que se entregó por nosotros, pero le faltaría eso que saben dar, las mujeres: la ternura, el amor, la compasión. La pasión de Cristo se hace más dulce, más hermosa cuando pensamos en la Madre Dolorosa; y la Navidad se hace más encantadora cuando pensamos en la Madre del Niño Jesús.

UN LLAMADO A LOS PROTESTANTES

Sintamos mucha devoción a la Virgen, hermanos. Y ya que mi amistad con los hermanos protestantes me lleva a dirigirles mensajes desde nuestra grandeza y verdad católica, yo les digo, queridos hermanos protestantes, que sentimos esa nostalgia en ustedes, les falta más amor a María y hay algunos que en su fanatismo hasta la apartan del culto a Cristo. ¡Si nada le quita a Cristo, María!. Al contrario, María hace más simpático, más bello, más atrayente a Cristo. Así como cuando el platero engarza una joya preciosísima en una montadura de oro fino, la hace más bella a la piedra por la montadura de oro. Cristo es la perla preciosa, no hay comparación; es el único salvador entre Dios y los hombres, María no nos ha salvado, es Cristo. Pero Dios quiso escoger que junto a Cristo, la perla preciosa, existiera esta montadura de oro. María es como el marco de oro para presentarnos a Dios, a Cristo Nuestro Señor.

3º MARIA SIGNO DE LA PRESENCIA DE JESUS

Por eso hermanos, mi tercer pensamiento tomado del Evangelio, es esta frase de San Lucas: . ¡Que cosa más bella! encontraron a María y a través de ella a Jesús. Este es mi tercer pensamiento: María signo de la presencia de Jesús.

Así como cuando fulgura la aurora es señal de que ya va a parecer el sol, cuando se siente a María es señal de que Cristo está cerca. María conduce a Cristo. Es su razón de ser. Como en nuestras noches de luna, sobre todo hoy que ya la descubrieron, la luna no es más que un inmenso cascajo de piedra, piedra muerta, pero cuando el sol la ilumina y esa piedra inmensa refleja sobre la tierra, ¡qué bella aparece la luz, la luna! Esa es María, por naturaleza una mujer de nuestra raza, pero cuando la ha invadido la belleza de lo divino, María es la luna preciosa que lanza su serena luz de ternura, de madre, sobre nuestras noches y nuestros días.

En María, siempre nos referimos a Cristo. María es el signo de la presencia de Cristo. Por eso, hermanos, cuando decimos que María es la Madre de la Iglesia, estamos diciendo también esto: la Iglesia y María son la presencia de Cristo. Si la Iglesia salva, es porque prolonga la misión salvadora de Cristo. Si María es fuente de inspiración y de amor en nuestra plegaria, es porque trasluce el poder, la ternura, la redención de Nuestro Señor Jesucristo. María signo de la presencia de Cristo. No lo olvidemos. Cuando se va apagando la devoción a la virgen en un corazón tengamos miedo. Es como que se va escondiendo la estrella que conduce a los magos hasta Cristo, nos perdemos. Cuando la devoción a la Virgen va sufriendo eclipse, se está eclipsando también la luz del sol divino: Cristo Nuestro Señor. Pero cuando en el corazón del pueblo, de la familia de cada cristiano hay ternura, hay confianza, hay amor que reza a María, Cristo está cerca, esa alma no está perdida.

RECUPEREMOS LA VERDADERA DEVOCION A MARIA

Yo les inculco, hermanos, en esta mañana del día de la Virgen, Madre de Dios, Madre de Cristo, que si acaso cediendo a corrientes de moda se nos ha perdido un poco la ternura que aprendimos de nuestras madres para rezar a la Virgen Madre, hoy aprovechemos para recuperar, refrescar el corazón, que el hombre por más grande que llegue a ser en la historia siempre en un corazón de hijo; y ante la Madre, todo hombre por más grande que sea se siente niño y no se avergüenza de las cosas de niño ante su mama.

También con María que es madre, la sencillez de nuestro rosario, la sencillez de nuestras peregrinaciones a los santuarios de María, la visita a las imágenes de María. Arrodillarnos ¿por qué no? Si no lo hacemos con sentido de idolatría sino con la ternura con que muchas veces nos arrodillamos ante nuestra madre que está sentada para platicarle con más cariño. Todas esas cositas; cositas digo, porque así las llama la mamá : el caramelo que la mamá dá o que el niño le trae de la fiesta. Cositas insignificantes pero que llevan toda la ternura del amor de los hijos. Yo quisiera, hermanos, que en nuestra Arquidiócesis reverdeciera toda esa devoción que es tan proverbial, tan tradicional, entre nuestras familias. Ya en muchos hogares se ha dejado de rezar el rosario, ya en muchas familias no se invoca a María y, perdonen queridas comunidades cristianas, hasta en comunidades cristianas he sentido con tristeza, muchas veces, que se saben rezar bonitas oraciones espontáneas a Dios, a Cristo pero no se hace mención de María. Volvamos a sentirla presente, porque su presencia es señal de que Cristo está con nosotros, está cerca.

LA DEVOCION A MARIA DEBE DE GUARDAR UN EQUILIBRIO

Seamos humildes como los pastores, sencillos como los ricos magos del Oriente pero que ante María se sintieron niños. También la reconocieron Madre del Redentor. Y hagamos de nuestra fiesta de la maternidad divina de María, una renovación de nuestra fe, de nuestro conocimiento de María. El Concilio advierte maravillosamente: . Este es el equilibrio que nos pide el Concilio, es decir, una devoción a la Virgen que lleve al fanatismo, a exagerar como si ella fuera diosa, redentora, es falso; eso no es María. María es madre del Redentor, criatura de Dios creador. Pero tampoco seamos tan fuertes a nuestro modo, que ya no nos hace falta María y hablamos de ella con cierto desprestigio, con cierto desamor. Ni una cosa ni otra. Ni exagerarla, porque no necesita exageraciones, ¡es tan grande! Ni hacerla tan chiquita y tan insignificante, porque no lo es. El mismo Dios la reconoce como Madre de su Hijo y la ha querido colaboradora íntima de la redención de los hombres, dispensadora de todas sus gracias.

Hermanos, este es el mensaje de la Iglesia en el lo. de enero. Yo deseo a todos, pues, que como pertenecientes a este pueblo de Dios seamos todos muy bendecidos en este año en Cristo, que fue para el pueblo de Dios como el fruto traído por María a todo el mundo, al cual pertenecemos nosotros. Tratemos de hacer en este año una verdadera Iglesia, tal como Dios la quiere, pueblo escogido suyo desde el cual junto a María que es miembro de este pueblo, seamos iluminación, salvación….

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