Así Profetizo Isaías: «El monte en que se erigía la Casa del Señor tendrá sus cimientos sobre la cumbre de todos los montes, y se elevará sobre los collados y todas las naciones acudirán a él. Y vendrán muchos pueblos y dirá: ¡Ea!, subamos al monte del Señor…»
Así ordenó Cristo Jesús: ¡ID E INSTRUID A TODAS LAS NACIONES!
Así comentó San Pablo: «No hay ya distinción de gentil y judío, de circunciso, no circunciso, de bárbaro y escriba, de esclavo libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
Así lo cumplió la iglesia.
Solo diez días habían pasado del mandato de Cristo y ya Pedro, el primer misionero católico, bautiza una multitud de 3,000 almas. Y la nueva fe crece…lleva en su entraña una fuerza avasalladora que no distingue fronteras; ni lenguas, ni razas…Los confines del mundo son meta, CATOLICA es su calificativo más propio.
Ay de ella si un día se estancara…se acercaría entonces a su muerte como los organismos decrépitos que no crecen.
Solo este hecho misional de la iglesia, dilatándose con entusiasmo nuevo a pesar de sus veinte siglos, es prueba palmaria de su verdad. Porque solo la verdad no envejece; solo la verdad es capaz de encontrar apóstoles tan decididos que sepan sacrificar su hogar, su patria, etc, para lanzarse a conquistarle el mundo entero.
Porque el hecho misional de la Iglesia nos presenta este panorama que es sólo de la Iglesia: Muchos hombres y muchas mujeres, hasta de las clases acomodadas y de porvenires halagueños que van a las misiones no por oro ni plata como van los de otras religiones, ni como estos ceden ante el peligro, sino que sacrifican hasta la vida por sus ovejas.
«Aun cuando me ofrecieran en mil dólares, no me quedaría cinco minutos por dinero. Únicamente Dios y las almas me encadenan a este lugar», fue la heroica respuesta del Padre Damián Veuster cuando un gobierno le ofreció sueldo por sus abnegados servicios misionales en la isla Molokai donde murió leproso haciendo bien a los leprosos.
Mañana, domingo mundial de las misiones católicas, y el catolicismo entero ofrecerá oraciones especiales por las misiones y los fieles todos darán sus limosnas para ayudar a las misiones, porque el hecho misional también comprende esta admirable organización material; 57,267 iglesias, 37,220 escuelas, asistencia a 36,300 enfermos, 100 leproserías, y 1970 orfanatos, etc etc.
Mañana pues, cuando oremos por las misiones y les tendamos nuestra limosna generosa, no olvidemos este detalle que nos beneficia a nosotros: El hecho misional es una garantía para la verdad de nuestra fe. BENDITA SEAN LAS MISIONES.
O.A.R.