EXIGE LA DEMOCRACIA SALVADOREÑA.
Artículo 22 de anteproyecto. «Ningún acto religioso servirá para establecer el estado civil de las personas».
Se sanciona para un pueblo católico un matrimonio ateo. Porque en otras palabras eso es decir: El único matrimonio que reconoce el Estado es el contrato civil; no se reconoce el matrimonio religioso.
Tal disposición es un robo a los derechos de la Iglesia y un atropello a la democracia salvadoreña.
Es un robo. La materia matrimonial es derecho exclusivo de la Iglesia y esto no por concesión del Estado sino por disposición de Dios.
Razones 1ª. Por ser una cosa sagrada. Desde la más remota antigüedad se consideró el matrimonio como una cosa sagrada. Las bodas aun en los pueblos más remotos y antiguos se celebran con ceremonias religiosas.
2a. Por ser Sacramento. Además, el matrimonio entre cristianos, por voluntad de Cristo, es verdadero sacramento o sea un símbolo de la unión de Cristo con la Iglesia, símbolo efectivo de gracia matrimonial para los casados. Ni se pueden separar, como pretende el liberalismo, la razón de contrato del sacramento, para dejar éste a la iglesia y tomarse aquel el Estado pues el mismo contrato es ya sacramento.
Siendo pues el matrimonio una cosa sagrada y un verdadero sacramento, «es natural que las leyes que lo rigen sean puestas por la Iglesia, pues ella sola tiene el magisterio de las cosas sagradas y no por el imperio de los príncipes seglares.
3ª. Por la historia. Jesucristo condenó la poligamia y el repudio, o sea: legisló en materia matrimonial no por concesión del estado, sino por autoridad divina San Pablo, con la misma autoridad apostólica, declaró Tertuliano, etc, aún cuando rugía la persecución, declararon con autoridad eclesiástica injusta y adulterinas ciertas bodas que el mismo imperio aprobaba. Los mismos Emperadores ya cristiano, por ejemplo Honorio, Teodosio el joven y Justiniano, juzgaron que en materia matrimonial no les era permitido otro derecho sino custodiar y defender los sagrados cánones. Y si el matrimonio estuviera en el arbitrio del Estado: cómo se explica la furia de Lotario, Felipe I rey de las Galias, Felipe II príncipe de las Galias, Enrique VIII Rey de Inglaterra o Napoleón, Emperador de Francia cuando en vano esperaron del Papa aprobación a sus atropellos contra la ley matrimonial.
Luego el único matrimonio que la historia y la razón reconoce es el sancionado por la autoridad religiosa. Solo fue desverguenza de la masonería y del liberalismo, acostumbrados a robar los bienes de la Iglesia, quiere despojarla también de este derecho plurisecular concedido por Dios. Y solo fue triste privilegio de nuestros avances liberales la pretensión de cambiar la sagrada solemnidad del altar por un frío escritorio de alcaldía en la celebración del más sagrado contrato entre el hombre y la mujer.
Es un atropello a la democracia salvadoreña. Negar efectos civiles al matrimonio que la ciudadanía salvadoreña tiene por verdadero matrimonio, es pisotear la más sagrada libertad democrática: la de conciencia.
Ni Mussolini con su totalitarismo llegó a tanto, ya que el art.34 del Pacto de Letrán que aún rige en Italia legisla. La Nación Italiana queriendo restituir al matrimonio, que es la base de la familia, una dignidad que esté en armonía con las tradiciones de su pueblo, reconoce efectos civiles al sacramento del matrimonio que es conforme con el Derecho Canónico.
Ejemplo de también la más conspicua democracia americana, la de Estados Unidos, donde el Estado reconoce por matrimonio con efectos civiles el matrimonio celebrado según la religión de los contrayentes.
Y dos contradicciones. 1ª. En qué quedamos? Comienza el art.22 asegurando garantías al ejército de las religiones. Parece que deshacen con los pues lo que hicieron con…2ª. Pedimos explicación esta otra contradicción. Si se niega efectos civiles a los actos religiosos porqué se reconoce distinción entre el estado seglar y el estado clerical para los actos electorales? Lo único que distingue al estado eclesiástico del estado seglar es la ordenación sacerdotal que es un acto religioso. Sin ningún acto religioso establece diferencias civiles, con igual derecho puede elegir y ser electo un sacerdote: o en qué quedamos?
Así de ilógica la tendencia sectaria de un liberalismo trasnochado e indigesto que solo cabe en los sesos obtusos y en el alma hipócrita de nuestros masones y liberales.
O.A.R.