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No.1821 Pág. 1 – PARA EL DIA DEL SEMINARIO

EL SEMINARIO Y EL ESTADO
Parecen disonantes, y sin embargo queremos empalmar estos dos términos de actualidad. El Seminario y el Estado.
Parecen disonantes no porque lo sean, sino porque una injusta mentalidad liberal de tipo totalitario, atropellador, ha implantado en un pueblo netamente católico el laicismo que nos ha acostumbrado a ver todas las obras de la Religión del pueblo como algo ajeno a los deberes del Estado. Pero en realidad no debía ser así. Debiendo el Estado procurar el bien común en todos sus aspectos, no debe descuidar aquellas exigencias más altas de los ciudadanos, cuales son las religiosas y prestar también a ellas su apoyo oficial.
Así como debe abrir todos los cauces de la cultura y de la industria para que la Nación tenga sus buenos abogados, médicos, ingenieros, agricultores, etc. Los cuales contribuyen al bien de la Patria, del mismo modo debería el Estado abrir todas las facilidades y prestar todo apoyo a la Religión del pueblo para que forme a sus sacerdotes que en mayor medida que otros profesionales han de dedicarse a procurar la satisfacción de aquellas altas aspiraciones espirituales del os ciudadanos.
Los liberales salvadoreños no deberían olvidar que uno de los gobernantes que ellos mismos reconocen como los mejore, el Gral. Gerardo Barrios, fue verdaderamente comprensivo de este deber del Estado cuando firmó su concordato con la Santa Sede en cuyo art. 5º. Se dice:
«El Gobierno de El Salvador se compromete a suministrar las donaciones del Obispo, del Cabildo y del Seminario y a proveer a los gastos del culto y fábrica de la Iglesia de los fondos del Tesoro Nacional conforme a la escala específica que va al fin del presente concordato; la cual en caso de erecciones de nuevos Obispados se adoptará del mismo modo para la dotación de los Obispos, de los Cabildos y de los Seminarios y de las fábricas de la iglesias. Y asentado que tales asignaciones son un compensativo o mas bien una subrogación de los diezmos; pues el Gobierno con miras de utilidad pública local ha solicitado y obtenido de la Santa Sede esta sustitución, deberán considerarse como lo son a «título oneroso», y reconocidas por el Gobierno con un verdadero crédito de la Iglesia contra la Nación Salvadoreña, adquirirán el carácter de una verdadera renta independiente».
Por tanto no solo porque el recto orden asi lo exige, sino porque en momentos de juicio, el Estado Salvadoreño, por circunstancias que todavía perduran, reconoció «un verdadero crédito de las Iglesias contra la Nación Salvadoreña» sería justa una suficiente subvención del Estado para las obras de la Iglesia, máxime el Seminario, subvención que tendría siempre «el carácter de una renta independiente».
«Lástima grande que no sea verdad tanta belleza»!
Bajemos a la realidad.
Mañana es el DIA DEL SEMINARIO, la obra máxima de la Iglesia porque en ella se cimienta su porvenir.
Ya que para obra tan trascendental no contamos con ningún apoyo oficial en la Católica Patria Salvadoreña, sigue la Iglesia con su mano tendida a la limosna de los buenos ciudadanos.
Que la generosidad de los ciudadanos, supla la mezquindad de nuestro laicismo oficial.
O.A.R.

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