No estamos solos en nuestro reclamo de enseñanza religiosa. El mundo que piensa camina con nosotros. Y gloria será de nuestra idea tener en frente los enemigos que tenemos: la malicia perversa de los masones… y la pobretona ignorancia de ciertos escritores cuya lógica se ha confundido con la suela de los zapatos, ya que parecen escritos con los pies ciertos artículos recientes que cantan las «bendiciones», del laicismo escolar.
Nuestro reclamo, como fiel derivación de los derechos naturales y del alma religiosa de nuestro pueblo, es mucho mas natural y lógico que no las imposiciones laicas que no harán más que crear una trinchera en la escuela para un estado de guerra entre el Estado y la familia cuyos hijos serán las víctimas de una posición tan antinatural.
Decíamos que no estamos solos. He aquí en pleno corazón de la UNESCO, al clausurar sus sesiones en Florencia, el mes pasado como definió esta misma posición el Excelentísimo Observador oficial de la Santa Sede:
Sin la idea de Dios ninguna de nuestras palabras, ni aún las mas excelsas en el vocabulario de las asambleas legislativas de mayor nivel progresista, podrá significar nada…La educación sin Dios nunca será popular, ni jamás la aceptará el pueblo…Ni la biología, ni la tecnología, ni la sociología, ni la psicología social y la demografía podrán sustituir a Dios, de la misma manera que la descripción del complicado mecanismo de un reloj es incapaz de reemplazar al relojero…»
Con la misma lógica expresaba así nuestra misma posición el Dr. Faustino Legón catedrático argentino de derecho y ciencias sociales, al hablar este mes a 2,000 padres de familia: «El derecho natural es el fundamento de la familia, puesto que el origen de ésta es anterior a las convenciones positivas. Siendo la familia anterior al Estado, no puede ella sujetársele. Más que nodriza de la familia, el Estado debe ser fuerza nutricia que le permita armónico desarrollo. Pero el Estado debe velar por la salud moral de la familia con una política antes que represiva».
No estamos solos en nuestro reclamo. Una legión de alumnos y profesores de escuelas oficiales se acercó este año el día de la madre a comulgar en ciudad Trujillo para pedir la enseñanza de la religión en las escuelas oficiales.
Frente a la naturalidad de nuestro reclamo, qué ficticia… qué ilógica…qué antipopular… aparece la posición de los defensores del laicismo.
La decantada libertad laica no es más que el producto de una mentalidad antirreligiosa, como lo prueba este otro dato de nuestros días. En Uruguay acaban de celebrarse «jornadas laicas», patrocinadas por gentes de esa mala calaña que conocemos: masones, libre pensadores, comunistas, etc… Amparándose en las manidas palabras de «libertad», «neutralidad», «libre crítica», mostraron sus verdaderos propósitos en los puntos de su temario: por ejemplo 1.- «Que el monopolio estatal de la enseñanza es una necesidad del país». 3.- Que los maestros de las escuelas privadas son incompetentes frente a la preparación que el Estado da a los suyos». 4.- Que la enseñanza católica se basa en el temor, aterrorizando a los niños con la idea del infierno». 8.- Que la enseñanza católica es anticientífica, deforma la personalidad del niño e inculca dogmas que la libre crítica no puede admitir»…etc.
El mundo del bien y el mundo del mal se ha atrincherado en la escuela.
La pretendida libertad laica no es más que un parapetrase de la masonería en la escuela. El laicismo escolar no defiende ninguna libertad sino que termina atacando la religión.
Y porque nuestro pueblo no es masón, ni antirreligioso…porque nuestro pueblo quiere militar al lado del bien y no de las intrigar masónicas…porque queremos que la escuela sea troquel de hombres sanos y no laboratorio de criminales y descreídos…por eso pedimos enseñanza religiosa en las escuelas.-
O.A.R.