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No.2018 Pág. 2 – EL PRIMER MANDAMIENTO

Falsa interpretación protestante
O.A.R.
«Yo soy el Señor Dios tuyo», comenzó diciendo Dios en el SINAB. Y con esto puso el sólido cimiento de la verdadera mora: DIOS. Los actos del hombre serán morales si se orientan hacia Dios, serán inmorales si se alejan de Dios o le contrarían.
Tenía que quedar, pues, en la legislación divina, bien nítido, firme y hasta exclusivista ese principio único de toda moral. Y por eso continúa Dios hablando en la majestad de aquella montaña: «No tendrás otros dioses delante de mí». No harás para ti imagen de escultura, ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. No las adorarás ni rendirán culto. Yo soy el Señor Dios tuyo».
Con esas palabras Dios condenó la idolatría.
La idolatría consiste en tributar a una criatura el homenaje que solo se debe al Creador.

Un ídolo viene a sustituir a Dios. El hombre que se aparta del verdadero Dios y se postra ante un ídolo, quebranta la base de la moral.

En ese sentido, entendámoslo bien, solo en ese sentido de adoración idolátrica es como Dios prohibió el uso de las imágenes. Es que el culto idolátrico ofende gravemente a la divina majestad de dos maneras:
Primero, atribuyendo a una criatura atributos que solo son de Dios, por ejemplo, adorarla, confiar en su protección, poner en ella su esperanza. Y esto es lo que reprochan frecuentemente las divinas Escrituras.
Segundo, también ofende a Dios la idolatría representando la divinidad por medio de las figuras materiales y a veces indecorosas. Y en este sentido Dios prohíbe en este primer mandamiento que se hagan representaciones de Dios como la hacían los paganos, que lo representaban en figuras de aves, de cuadrúpedos, de serpientes…Así fue idolatría grosera la de los Israelitas cuando ante el becerro de oro clamaban: «estos son tus dioses, oh Israel, que te han sacado de la tierra de Egipto». El salmo 105, comentando aquel grave desorden, dice: «trocaron la gloria de Dios por una figura de becerro que come zacate».
En esa forma es como deben entenderse todas las prohibiciones de la Biblia acerca del culto de los ídolos y dioses. Nunca en el sentido del protestantismo que a cada paso está citando el texto del primer mandamiento como una condenación del culto que la iglesia católica rinde a las imágenes de nuestros santos.
Los protestantes se saben de memoria esta cita y la repiten cada vez que ven pasar una procesión católica…también se saben otros pasajes en que la Santa Escritura se burla de los idólatras. Pero debían estudiar el sentido de estos otros dos pasajes bíblicos: Éxodo cap.25, versículo 18. Y Números cap.21, 8 y 9. Consta el primer texto que Dios mandó hacer dos imágenes de Querubines adorando el Arca. Y consta en el segundo que Dios mandó a Moisés hacer una imagen de serpiente de bronce para levantarla en el desierto al fin que al mirarla quedaran curados los que eran picados por las serpientes, como prefigurando al divino Crucificado. Y si está prohibido el culto de las imágenes, porqué Dios manda a hacer esas dos imágenes?. Luego debe entender en qué sentido prohíbe las imágenes y en qué sentido las manda hacer.
Dios prohíbe el culto idolátrico. Dios no prohíbe el culto relativo de las imágenes. Los católicos no veneramos nuestras imágenes en culto idolátrico sino en culto relativo. Esta idea la explicó así maravillosa y nítidamente un eximio Doctor al que tocó enfrentarse con la herejía protestante cuando ésta nacía.
Dice así el eximio teólogo S. Roberto Balarmino:
«Nosotros podemos arrodillarnos y orar delante de las sagradas imágenes, porque las imágenes del Señor, de la Virgen, de los santos, no son tenidas por nosotros como dioses y tampoco pueden llamarse ídolos como eran las de los gentiles: sino que las consideramos como imágenes que nos recuerdan al Señor, a la Virgen, a los santos, y así a los que no saben leer les sirven como los libros porque en las imágenes se aprenden muchos misterios de nuestra santa fe y la vida y muerte de muchos santos. Y el honor que tributamos a esa imágenes no se los tributamos porque sean figuras de papel o en metal o porque estén bien formada, sino porque representa al Señor, a la Virgen y a los santos».
Cómo puede expresarse con más claridad nuestra actitud católica ante las imágenes?
El mismo Dios prohíbe hacer imágenes y manda hacerlas…
Luego en diverso sentido deber ser lo uno y lo otro.
Dios prohíbe el culto idolátrico de las imágenes.
Dios mandó hacer imágenes de querubines y la serpiente de bronce para que a través de esas figuras sensibles se remonte nuestra adoración al mismo Dios.
Y nosotros católicos no tributamos culto idolátrico a las imágenes de nuestros santos, sino culto relativo que nos remonta a adorar al único Dios verdaderos de donde toman su santidad todos los santos.
No esta demás recordar a los modernos inconociastas un valioso argumento histórico. El culto de las imágenes se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Bastaría hojear los famosos estudios arqueológicos de Rossi, Armellini y Marucci y también bajar a las catacumbas de Roma para ver en la ingenuidad de los primeros pinceles preciosos, imágenes del Redentor, de la Virgen y de los mártires. Y ya que para los protestantes los primeros siglos del cristianismo fueron vividos con verdadera pureza evangélica, se podrá apreciar que la actual costumbre de venerar las imágenes entre los católicos es una tradición que viene desde aquellos siglos y que por tanto ni iconoclastas ni protestantes podrán cambiar el verdadero Dios de quien los santos son un reflejo.

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