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No.2023 Pág. 2 – EL PRIMER MANDAMIENTO Y LAS ROMERIAS

Falsa interpretación Protestante:
Volvamos al famoso texto del Éxodo, tan conocido de católicos y protestantes porque es un interesante punto de divergencia: «Yo soy el señor Dios tuyo…no tendrás otros dioses delante de mí. No harás para ti imagen de escultura, ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. No las adorarás ni rendirás culto. Yo soy el señor Dios tuyo…»
En estudios anteriores probados que Dios prohíbe allí el culto idolátrico o absoluto, como lo hacen los paganos que adoran sus ídolos como si fueran verdaderos dioses, terminando en ellos su adoración y esperando ser protegidos por ellos. Pero de ninguna manera prohíbe Dios en ese precepto el culto relativo o sea la veneración que se les da a las imágenes no como a los ídolos sino como a figuras representativas del mismo Dios o de alguna persona viva que goza de la amistad de Dios. Que conste bien claro por tanto: nuestro culto a las imágenes no termina en la imagen sino en la persona representada por la imagen.
Y por esa razón, según la opinión más común entre los teólogos católicos, el culto que se le da a la imagen tiene la misma categoría que el culto que se tributa a la persona representada. Así por ejemplo si se adora una imagen de Cristo, se le adora con verdadero culto latréutico, pues Cristo es Dios y a Dios se le debe culto de latría (de adoración), por tanto a sus imágenes se les da culto latréutico pero relativo (no absoluto). Así también si se venera una imagen de la virgen se le tributa culto de «hiperdulia» (suma veneración, no a la imagen en sí, sino por la imagen relativamente al a Madre de Dios. Así también a las imágenes de los demás santos se les tributa culto relativo de dulía (de veneración).
La razón de todo esto es la veneración que damos a las imágenes es relativa, no absoluta. No es la figura muerta material de madera o de papel, etc. Sino por medio de esa figura se dirige al prototipo representado a la persona viva. Y según sea la persona así es el homenaje relativo de sus retratos.
A esta doctrina tan clara, los protestantes todavía ponen otra objeción. Si el culto católico de las imágenes que representan el mismo santo se les debería la misma veneración. Porqué entonces, dicen los protestantes, los católicos prestan más veneración a ciertas imágenes, por ejemplo a las imágenes de sus romerías. Quieren concluir los protestantes que las romerías son verdaderas idolatrías.
Vamos a responder que nuestras romerías católicas, lejos de ser idolatrías, son culto auténtico que no está prohibido por la ley de Dios y que al contrario son magníficas ocasiones para el verdadero culto de Dios.
Es cierto que las imágenes de una misma persona se merecen igual veneración relativa, según sea la persona representada. Y en ese sentido la misma veneración debería presentarse por ejemplo a un cuadro privado de la Virgen de la Paz que a su famosa imagen patronal que se venera en San Miguel.
Pero adviértase bien. Las imágenes, además de ser representaciones de una persona, pueden ser objeto escogido por Dios para transmitir por medio de ellos sus divinos beneficios. Y en este sentido una imagen puede ser más venerada que otra, no por representar a la persona, sino por ser más venerada que otra, no por representar a la persona, sino por ser un vehículo sagrado de los favores de Dios. En ese caso la imagen no solo es imagen de un santo, sino vehículo sagrado de los dones de Dios.
Y esto consta en la misma Biblia. Dios muchas veces escogió ciertos lugares y ciertos objetos para manifestar mediante ellos su omnipotencia y protección a los hombres. Por ejemplo: escogió el templo de Jerusalén para manifestar tantas veces por medio de ella su omnipotencia y su bondad al pueblo judío…escogió la serpiente de bronce que hizo Moisés en el desierto para curar mediante ese objeto a los que eran mordidos por las serpientes… Y por la vara de Moisés cuántos prodigios de Dios vieron florecer el pueblo escogido y los enemigos de Israel.
Nada extraño entonces que Dios siga en el pueblo cristiano la misma conducta: por ejemplo que escoja las aguas de Lourdes en Francisca para aprobar los poderes y la bondad de la Santísima Virgen, o que quiera seguir haciendo prodigios por medio de Cristo de Esquipulas, o el Cristo del Rescate Ciudad Barrios, o de la Virgen de Candelaria en Jucuarán o del a Virgen de la Paz de San Miguel…
Todas estas son imágenes, pero además de ser imágenes son vehículos, objeto sagrado escogidos por Dios para sensibilizar a los hombres en medio de su omnipotencia y de su protección.
Todas nuestras romerías veneran imágenes, no ídolos.
La confianza de nuestros romeros no es una confianza idolátrica, sino una recta confianza en el verdadero Dios. Y cuanto bien reportar estos centros católicos lo demuestras la historia de aquellos lugares y romerías. Por ejemplo en Lourdes cuántos errantes vuelven a la verdadera fe y a la adoración del verdadero Dios. Y cuanto entusiasmo y alegría despierta la fe apiñada de nuestras muchedumbres peregrinas de las famosas romerías católicas.
Que hay abusos en nuestras romerías, no lo negamos. Pero los abusos de las romerías no los enseña la iglesia católica, sino que precisamente contrarían a la Iglesia que siempre concurre a aquellos lugares como cenáculos de oración y confianza.
Al criticar los protestantes nuestros famosos centros católicos, ¿no será más bien que en su corazón hay aquel resquemor que sienten los niños cuando critican los juguetes de los otros niños, solo porque ellos no pueden tenerlos?.
Cuando, por ejemplo, podrá el protestantismo presentarnos un centro protestante tan atrayente como el Lourdes católico? Cuánto podrán mostrar una caravana protestante de almas que vaya entusiasta y llena de fe como van nuestras romerías católicas?.

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