Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

No.2063 Pág. 2 – LO QUE PODEMOS HACER POR EL SEMINARIO

Y de repente se hizo el estrépito de un espíritu vehemente que dejó atónitos a todos en el cenáculo.
Era el soplo vivificador de Dios que en gorma de lenguas de fuego tomó posesión de los apóstoles. Y los nuevos heraldos del cristianismo se enfrentaron al mundo para conquistarlo. Llevaban en el alma el soplo de Dios y ningún poder humano podía detener a la Iglesia en su marcha por los siglos y por los pueblos.
Tal fue Pentecostés. El próximo domingo se conmemora ese milagro que inauguró oficialmente a la Iglesia Católica. Y en nuestra Patria, junto con el recuerdo del fuego de Pentecostés, se recordará también a todos los católicos que un nuevo cenáculo de la patria está formando a nuevos apóstoles de la fe. Que existe un seminario en torno del cual aletean las más hondas preocupaciones de la Iglesia.
El día del seminario suela como un clarín de cruzada.
Dios lo quiere. Porque fue el mismo Cristo el que inició el día del seminario, cuando proclamó ante el mundo el problema alarmante de las almas y de los pueblos sedientos de Dios. «La mies es mucha…y los obreros son pocos».
Cómo podemos ayudar a Cristo y a la Iglesia a formar nuevos apóstoles?
1.- Lo que todos podemos hacer:
Tres ayudas están al alcance de todos: la ayuda de la comprensión, la ayuda de la oración y la ayuda del dinero.
El seminario es una de esas grandes ideas que como la cruz de Cristo suena como escándalo para los judíos y locura para los gentiles. Pero que distinguidas son aquellas almas generosas que como el Cireneo o como la Verónica no tiene miedo de acercarse a esa cruz para ayudar al Divino Nazareno a llevarla. Esta triple ayuda al alcance de todos tiene prometida la recompensa de Cristo cuando aseguró recompensa de profeta al que ayudare a sus profetas.
2.- Lo que pueden hacer los hogares:
SANTIFICARSE
Santificando la vida de un hogar comenzó Cristo la Redención. Y así también comenzará a resolverse el gran problema de escasez de sacerdotes: por la santificación del hogar. El hogar cristiano es el primer seminario. En cambio, «podemos afirmar,- dice un Obispo del Perú-: que no florecerán jamás las vocaciones en los hogares donde palidece la llama de la fe, o donde domina un ambiente mundano».
3.- Lo que pueden hacer los maestros:
ORIENTAR
Son del Papa actual estas palabras que debían gravitar sobre la conciencia de cada maestro: «la juventud actual es irreverente hacia mucha cosas que en su infancia considerada con mayor respeto…No tiene la culpa de esta actitud. Ha vivido sus años de la infancia en medio de cosas horribles y ha visto con sus propios ojos las miserables caídas y fracasos de muchos ideales de antaño, considerados altamente preciosos…Entonces los maestros deben prepararse para que los niños puedan decir: podemos acudir a ellos con nuestros problemas y nuestras dificultades, seguros de que comprenderán y ayudarán».
Maestros y maestras, en el día del seminario revisad el precioso material que tenéis en vuestras manos: nada menos que el porvenir de tantos niños.
Orientadlos hacia su verdadera vocación que talvez sea uno de esos ideales caídos de su elevado pedestal y que todos vosotros podeis poner en su puesto de honor en la mente del niño.
4- Lo que pueden hacer los jóvenes y los niños:
OIR SU VOCACION
Quisiera refrescar en toda su viveza, en el alma de todos los jóvenes, esta dulce y trágica escena del Evangelio; talvez sea la historia de muchos…
Se acerca un jovencito a preguntar al Maestro Divino ¿Maestro bueno, qué haré para alcanzar la vida eterna? Jesús le enseña el camino: guarda los mandamientos. El joven era puro y había cumplido siempre la ley, por eso Cristo lo envolvió en una mirada de profundo cariño y entonces le propuso la vocación: «Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dalo a los pobre y después ven y sígueme». El joven era rico y se entristeció y tuvo miedo al renunciamiento y perdió la ocasión de ser un apóstol. Fue entonces, frente a la deserción del cobarde, cuando Jesús hizo terribles y reflexiones sobre lo difícil que es salvarse cuando no se quieren dejar las riquezas y las comodidades…
Cuántos jóvenes han repetido en nuestras tierras la cobarde actitud del joven del Evangelio que pudo ser águila y se quedó gallina; pudo ser héroe distinguido del cristianismo y se quedó en el montón innominado.
Lo que podemos hacer por el seminario. Responder a este clarín de cruzada que a todos llama con oración, comprensión, limosna, santificación del propio hogar, orientación de la niñez y de la juventud…Sobre todo responder en heroísmo ofreciendo la propia vida.
El soplo de Pentecostés seguirá su camino conquistando el mundo para Dios. Dichoso los jóvenes y las familias que quieren encarnar ese soplo de Dios. Y dichosos todos los que colaboren a formar los nuevos apóstoles que necesita el mundo, la iglesia y Jesucristo.
O.A.R.

Leave a comment