RIBERA DEL TIBERIADES
O.A.R.
Hoy haremos una excursión por la costa occidental del «Lago de Jesús»:
Fue esta afortunada ribera del mar de Tiberiades la que tantas veces vio pasar al Divino Maestro; hoy se atraviesa sobre una pintoresca carretera. El tramo que va desde la ciudad de Tiberiades hasta Cafarnaúm mide unos 15 kilómetros. A cada paso surgen como infinitas flores del Evangelio: nombres y recuerdos que hemos oído desde nuestra infancia. Por eso allí se siente como en una ciudad natal…es la Patria de Jesús…
El primer nombres es Magdala, los musulmanes llaman Magdel, a este insignificante caserío de hoy que en tiempos antiguos fue famoso valuarte de Israel. Pero quienes lo inmortalizan y extendieron su fama por el mundo. Fueron Jesús y la pecadora. Aquí fue donde un día Jesús en casa de Simón fariseo, vio arrodillarse a sus pies, para varios con sus lágrimas y sus besos, a la pobre magdalena y en recompensa el Redentor le lavó el alma de sus impurezas. «Se te perdonó mucho, aseguró Jesucristo, se le perdonó mucho porque amó mucho…Tu fe te ha salvador, vete en paz». Hoy unas palmeras surgen sobre las ruinas de una iglesia que la traición señala como la causa de la pecadora redimida.
Hacia el kilómetro 6 comienza la famosa llanura de Generaset. Su fertilidad inspiró aquel proverbio de los talmudistas: «si hay un paraíso en la tierra, es Generasei». Y josefa describe con entusiasmo esta llanura de 6 kilómetros de largo por unos 3 de ancho, bañado de numerosos riachuelos: «Admirable en su índole – dice el famoso historiador- como su belleza. El suelo es tan fértil, que allí florecen toda serie de árboles…su temperatura es tal y está bien proporcionada, que conviene a los árboles más diversos, de suerte que florecen nogales, palmeras, olivos, higueras, viñedos. Diríase que la naturaleza quiso juntar en este rinconcito de Galilea los productos más diversos, de manera que cada estación puede reclamar esa región por suya propia». Pero para un cristiano lo que más emocionante en medio de tanta belleza natural, es pensar que es este un paraíso santificado por las correrías apostólicas del Hijo de Dios…
Al ingreso de esta llanura están las ruinas del Khirbet el – Minte. Aseguraron que es este caserío de la orilla del lago, la antigua Betsadia de Galilea, patria dichosa de tres apóstoles. Andrés, Pedro, y Felipe. Muchas veces visitó Jesús a Bethania, pero fue un pueblo indiferente a la predilección de Dios. Y por eso un día cavó sobre él la terrible maldición «Ay de ti Batsaida…» Anatema que los redujo a la nada, pues hasta su sitio es incierto.
Subamos un poco sobre el nivel del lago. Aquí está otro apacible rincón donde Jesús debió retirarse algunas veces para orar y descansar. Los árabes lo llaman El Tabga, corrompiendo así su primitivo nombre helénico: Eptapegon, que quiere decir Siete Fuentes. En este paraíso el agua parece cantar de alegría de haber conocido a Jesús. Hay un importante documento del siglo IX: es una descripción de la peregrina Eteria, No lejos (de Cafarnaúm) – dice Eteria – se ven unas gradas de piedra sobre las cuales estuvo el Señor. Allí sobre el mar hay un prado cubierto de hierbas que tiene mucho heno y muchas palmeras; junto a él están las siete fuentes, cada una de las cuales produce abundante agua; fue en este campo donde el Señor sació al pueblo con cinco panes y dos peces. En verdad la piedra, sobre la cual el Señor puso el pan, ha sido convertida en altar del cual los peregrinos arrancan piedrecitas que usan con buen efecto para su salud, junto a las paredes de esta Iglesia, pasa la vía pública donde Mateo tenía su mesa de impuestos. Después, sobre el monte cercano hay una gruta sobre la cual subió el Señor para predicar las bienaventuranzas: Todo esto es de la peregrina del siglo IX, y las recientes excavaciones ha confirmado admirablemente estas precisiones del escenario evangélico.
Cerca de esta escalera y bajo el techo de la «Iglesia del Primado», se venera una roca llamada «Mesa Christi». Aquí se conmemora la segunda pesca milagrosa y la escena inmortal en que Cristo constituyó a San Pedro jefe de su Iglesia- Pedro me amas?», le preguntó tres veces el divino Resucitado…» Señor, tú sabes que te quiero», contestó San Pedro. Y asegurado de su amor. Jesús te confirió el Supremo Pintificado: «Apacienta mis ovejas» En memoria de ese episodio trascendental, la fe cristiana levantó aquí la «Iglesia del Primado» aquí donde las aguas siguen cantando la dicha de haber presenciado los orígenes del Primado de la Iglesia.
Pero el espíritu siente más nostalgia de la figura de Jesús, al elevar los ojos hacia la angelical colina de las bienaventuranzas..que está allí, como una cátedra vacía…Conocí esta montaña en primavera y una alfombra de variadas flores la hacia más expresiva para pensar en el rico jardín de virtudes que ha florecido en el mundo después que en aquella colina los labios divinos del Maestro declararon ante la muchedumbre extasiada las predilecciones de Dios y los secretos de la verdadera dicha: fue allí donde Jesús dijo aquellas palabras de oro: «Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia. Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que son perseguido por la justicia porque de ellos es el Reino de los cielos…»
Una preciosa basílica, llamada de las bienaventuranzas, construida sobre planta octagonal, se levanta allí como un monumento a las divinas frases de la santidad y cuando el peregrino ora ante el altar erigido en el centro de la basílica, ocho amplias ventanas transparentes ofrecen a la mirada, como la mejor decoración del santuario y la mejor invitación a la piedad, el paisaje sereno de lago y la altura evocada de la montaña de las bienaventuranzas.
Era 23 de marzo, viernes de dolores y recordando el aniversario de adoración de Monseñor Valladares, celebré allí por él la santa misa. Nos hospedamos junto al santuario. Caída ya la noche después de la excursión y una luna espléndida bogada sobre el lago para prolongarnos el placer de seguir contemplando este inolvidable panorama del Evangelio…Y cuando amanecía en las palmeras y en los eucaliptos del jardín cantaban los pájaros, mientras en la colina y en la ribera se balanceaban las flores…los mismo pájaros del cielo….los mismos lirios del campo que inspiraron al Divino Maestro sus divinas enseñanzas sobre la Providencia divina.