EL PERIÓDICO CATÓLICO
He aquí dos hechos y una enseñanza.
El 29 de junio en todas las Diócesis de España se celebro el «Día de la Prensa e Información de la Iglesia» para recordar a la conciencia de los católicos el deber de ayudar a difundir la vida de la Iglesia, por medio de la prensa.
El 30 de junio L`Osservatore Romano lanzaba al mundo una edición de 60 páginas y …150,000 ejemplares, celebrando su primer centenario de vida. El Papa concedió audiencia especial a sus redactores, el Correo le honró con una serie d estampillas, y se prepara una exposición y una antología para revivir la larga trayectoria de 100 años de periodismo.
España y Roma nos dan una lección.
Se ha dicho que si viviera hoy San Pablo, sería periodista. Y es que aquel incansable pregonero del Evangelio, hubiera comprendido y aprovechado el poder formidable del periódico para difundir el «mensaje» del Evangelio, y hubiera apremiado a los católicos su colaboración diciéndoles: cómo creerán los hombres si no hay quién le pregone la fe? Porque el periódico católico eso es ante todo: un pregonero de la vida de la Iglesia que urge ayudar.
¿Cómo se le puede ayudar? Toca a la jerarquía la alta organización de este necesario apostolado de la prensa. Pero los católicos pueden ayudar; primero leyendo…ya es un estímulo para el vocero, saber que se le oye. Segundo propagándolo…que no haya un hogar donde no brille la luz de un periódico católico. Tercero con generosos donativos para ayudar a la vida precaria del periódico católico. Finalmente, y en la cumbre de la colaboración, se le ayuda con el cerebro y la pluma…para presentar la noticia con criterio católico, para aplicar el criterio católico al problema, a la vida.
Todo el que ha recibido la fe debe ser un colaborador del mandato de Cristo que anhela que se difunda por todos los pueblos. Ayudar al periódico católico es cumplir un deber de nuestra fe.