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No.2388 Pág. 1 – EDITORIAL – CIENCIA O CRIMEN?

Especialistas extranjeros han venido a nuestra Patria a enseñar «los métodos científicos del control de natalidad».
Si en esos «métodos científicos» se incluyen prácticas abortivas, de cualquier naturaleza que sean, y esos ESPECIALISTAS DE LA SUPRESIÓN DE LA VIDA» vienen a dar pábulo a nuestros hospitales donde ya se cometen con frecuencia esos crímenes, tenemos el deber de recordar que todo aborto está prohibido terminantemente por el quinto mandamiento de la Ley de Dios («no matarás») y por las leyes de la Iglesia que hasta sanciona con la pena de excomunión a quienes lo practican o lo aconsejan eficazmente.
Se nos ocurre copiar el comentario del moralista P. Riquet al enjuiciar severamente el veredicto absolutorio del proceso de Lieja que dejó sin castigo el crimen de una madre que mató a su propia hija Corinne solo por haber nacido sin brazos a consecuencia de la thalidomia.
«El proceso de Lieja pone rudamente a prueba los cimientos mismos de la moralidad. Toda vida humana debe ser incondicionalmente respetada, porque siendo ella el principio y la condición de todo, exige un respeto incondicional. No sabemos a qué aberraciones llegaríamos si empezáramos a discutir sobre le valor relativo de la vida del hombre o sufridamente con la idea de suprimir a los menos útiles o a los más enojosos. No podemos aprobar a quienes en un momento de aberración olvidaron su deber. Ello equivale a haber traicionado al hombre y haber ofendido a Dios».

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