Vino Jesucristo a salvar a los hombres todos: a los que vivieron antes de su venida por su fe en el Mesías prometido. A los que vivieron en su tiempo por sus divinas enseñanzas, por su Pasión y Muerte, y a los hombres de los tiempos modernos por el establecimiento de su Iglesia, su mística Esposa, que habría de continuar su misión, su obra hasta la consumación de los siglos.
Lo que enseña pues la Iglesia es lo que enseñó Jesús, El que oye a la Iglesia, oye a Jesús, el que desprecie a la Iglesia y a sus representantes, desprecia a Jesús…» El que a vosotros oye, a Mi me oye».
«Lo que atareís en la tierra quedara atado en el cielo y lo que desataréis en la tierra, lo será en el cielo». Id por todo el mundo, enseñad a todas las gentes y bautizadlas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Los que creyeren y fueren bautizados se salvarán, y los otros No.
Y para que esta Iglesia pudiera seguir su misión, de salvar almas y no fallara, ni se equivocara en materia de Fe y de moral y no pareciera como los demás reinos e instituciones humanas, le prometió infalibilidad, perennidad y la constante asistencia del Espíritu Santo, Espíritu de verdad, y como a una obra divino-humana le dio un jefe con poderes celestiales, para que, una vez confirmado, pudiera confirmar a sus hermanos, redil bajo un solo pastor.
«Pedro me amas. Me amas de veras, Pedro? Si, Señor, Tu sabes que te amo».
Apacienta mis ovejas.
«El Espíritu Santo os todas las cosas»
Y Jesucristo ha cumplido su palabra. La nave de Pedro en 20 siglos ha sido combatido por fuertes vendavales, pero no han naufragado como muchos imperios instituciones humanas. Ni naufragará jamás porque tiene palabras de vida eterna. Y hoy mas fuerte que nunca. Cerca de 550 millones de católicos escuchan y obedecen las directivas y órdenes de su Soberano Jerarca…rodeado de 2800 prelados. Nunca jamás la Autoridad de Iglesia ha sido mayor.
Solo el Obispo de Roma ha recibido el mandato de Jesucristo de apacentar sus corderos (sus fieles) y sus ovejas(los pastores).
Todas las Iglesias disidentes, cismáticas y heréticas, han sido fundadas por hombres, sin mandato de Jesucristo, que estableció una Iglesia verdadera.
Para salvarse es preciso pertenecer a la Iglesia de Cristo, de las Iglesias disidentes solo se podrán salvar los que estén en buena fe y hayan guardado la ley natural y la esencia de los mandamiento.
Pero es difícil que un intelectual hoy, con los conocimientos de la historia y del sentido común pueda estar de buena fe en tantos errores, y en la multitud de tantas Iglesias.. dice al respecto Bossuet: «VARIAS…LUEGO NO PUEDES ESTAR EN LA VERDAD, LA VERDAD ES INVARIABLE».
«No puede haber dos, tres, diez, veinte Iglesias,…Porque la verdad es una…»
Demos gracias a Jesucristo de haber nacido en la verdadera Iglesia y roguemos al Señor que las ovejas descarriadas busquen al único redil…cuyas llaves las tiene Pedro: «Yo te entregaré las llaves de los cielos, etc».
Que Dios ilumine a nuestros «hermanos separados» y que pronto haga mas que un redil bajo un solo pastor.