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No.2884 Pág. 1 – EDITORIAL – ANTE LOS PROBLEMAS DEL MUNDO

En julio del año pasado el Papa Juan XXIII. En su Encíclica «MATER ET MAGISTRA», hacía resaltar los problemas sociales de nuestros países latinoamericanos y trataba precisamente de la desnutrición, del hambre y de la falta de alimentación en tantas familias. Y el Papa decía «Todos nosotros somos solidariamente responsables de aquellos que son mal alimentados».
Reproducimos en este número las sabias enseñanzas del Santo Padre. «En ciertos países, los bienes de consumación, sobre todo los frutos de la tierra, son productos en excedentes. En otros la mayoría de los habitantes tienen que enfrentarse a la miseria y al hambre. Justicia y Humanidad exige que los primeros acudan a socorrer a los segundos. Destruir o desperdiciar los bienes que son indispensables para que otros seres humanos sobrevivan, es herir la justicia y a la humanidad». Pero socorrer no basta dice el Papa: «Los socorros de urgencia responden a un deber de la humanidad y es de justicia. Pero no basta eliminar las causas que ocasionan en muchos países un estado permanente de la causas que ocasionan en muchos países un estado permanente de la indigencia, de miseria y de hambre. Estas causas provienen ante todo un régimen económico primitivo y retrasado. Estas causas no pueden ser eliminadas sino por medio de diversas organizaciones cooperativas que darán a los habitantes aptitudes y cualificaciones profesionales, competencia técnica y científica. Ellas pondrán a su disposición los capitales indispensables para poner en marcha y acelerar el desarrollo económico según las en horas y los métodos modernos».
«El problema el más importante de nuestra ápoca- prosigue el Santo Padre es quizás el de las relaciones entre comunidades políticas económicamente desarrolladas y los países en vía de desarrollo. Los primeros gozan de un nivel de vida elevado, los otros sufren de privaciones con frecuencia graves. «La solidaridad que une a todos los hombres en una sola familia impone a las naciones que sobreabundan en medios de subsistencia el deber de no ser indifentes frente a las dificultades de miseria y hambre con que luchan otros países»
Pero ayudar no es colonizar! «Los estados económicamente desarrollados deben vigilar y tener cuidado cuando recurren a ayudar a países en vía de desarrollo, y no tienen que buscar una convivencia política, con espíritu de dominación. Si esto sucede es necesario decir que eso es una forma nueva de COLONIZACIÓN. Es pues indispensable, la justicia exige, que esta ayuda técnica y financiera sea otorgada con el desinterés político el más sincero. De esta manera, se prestará una contribución preciosa a la formación de una comunidad mundial».

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