Con el título » How Catholic are our Schools» hemos leído de folletito escrito en los E.E.U.U de América, por Richard Galen, en el que se hace esta angustiosa pregunta: Hasta que grado son católicas nuestras escuelas» Vamos a entre sacar de sus páginas algunos conceptos aplicables a nuestro medio ambiente.
En Norte América, las escuelas parroquiales son numerosas, cada parroquia tiene las suyas.. Los colegios (institutos, liceos) de enseñanza secundaria abundan, dirigidos la mayor parte por comunidad religiosa de enseñanza de ambos sexos. Estos establecimientos Católicos han contribuido mucho al progreso de la Catolicidad Norteamericana.
Entre nosotros desgraciadamente, nuestras escuelas parroquiales son pocas, y nuestros colegios solo se encuentran y prosperan en la capital, y en algunas cabeceras departamentales.
Por lo que tenemos que confesar que en materia escolar somos paupérrimos. No hemos salido todavía del estado de formación y principios de desarrollo. Pero precisamente porque estamos asentando los cimientos de nuestra escolaridad, debemos procurar que estos cimientos descansen sobre bases firmes.
Seguiremos el orden del autor.
I- EL SECULARISMO en ciertas escuelas católicas, Mr. Blancy en «The Catholic World» escribe que el mayor peligro de la fe católica es el secularismo que desemboca en el indeferentismo religioso y después en el marxismo. «Algunos colegios católicos, prosigue, son verdaderos DINAMOS ESPIRITUALES», pero estos carecen de espiritualidad y no se diferencias en nada de colegios laicos, porque no tienen la integración cristiana de la sujeta materia…Las ideas del neopaganismo se han infiltrado dentro de muchos colegios católicos.
II- FALSOS EDUCADORES que no conocen ni menos practican la filosofía cristiana, se han formado en filosofías no religiosas, educados en Normales neutras o Universidades hostiles, enseñan como profesores en Colegios Católicos. Y sus directores se han olvidado de que el fin principal de los colegios Católicos: es la salvación eterna del alma del alumNo. Las ciencias profanas vienen en segundo lugar.
Primera deducción para nosotros: si queremos tener colegios verdaderamente católicos, es preciso que tengamos Normales y Universidades Católicas, en donde se formen maestros católicos, instruidos en a doctrina cristiana. Necesitamos maestros vocacionales y no mercaderes.
III- El ideal de nuestros colegios sería que las congregaciones de Enseñanza tuvieran profesores (de su mismo Instituto) especializados para todas las materias del programa escolar…hoy no se conciben para todas las materias del programa escolar…hoy no se conciben maestros empíricos…y que no tuvieran que ir a MENDIGAR profesores de dudosa catolicidad. ¿Podrá enseñar CATOLICAMENTE en un colegio católico, un masón, un libre pensador, un ateo?…Y desgraciadamente algunos de estos asientan cátedra en algunos colegios nuestros…me dirán en Matemáticas…etc…Pero solo el hecho que figuren en la planilla de profesores, no honra el establecimiento Católico.
IV- Segunda deducción para nosotros: los colegios católicos deben tener sus propios profesores católicos…y si no los tienen, que los formen cuanto antes. Pues nadie da lo que no tiene. Un profesor que no es católico…no puede dar ni enseñar Catolicidad.
Hay entre nosotros Colegios Católicos de Varones que tienen suficientes profesores de planta…que están capacitados para enseñar casi todas las asignaturas del curso, y sobre todo ciertas materias delicadas en que pueden errar más fácilmente los profesores profanos: Filosofía, Biología, Historia, etc…Pero en la mayor parte de los colegios de señoritas, son llamados a impartir enseñanza secundaria los mismos profesores de Institutos oficiales, escuelas laicas, salvas raras asignaturas desempeñadas por religiosas. Aunque escoja lo mejor que puedan su personal docente, pueden introducirse un lobo en medio de las ovejas. Nosotros nos atreveríamos a proponer un intercambio entre colegios católicos…que de preferencia ocuparan sacerdotes (Jesuitas, Salesianos, Diocesanos), Hermanos Maristas, especializados en ciertas materias…en lugar de seglares…el bien general de la Iglesia antes que el particular de las congregaciones…Es cuestión de entenderse…católicamente.
Hace medio siglo que en la capital funcionaba un Liceo disque católico, porque lo dirigía un sacerdote, y en él laboraban como primera figuras tres o cuatro profesores liberales, incrédulos, anti-católicos…uno de ellos se suicidó con no poco escándalo.
V- TEXTOS ESCOLARES. La escuela católica así como no debe admitir profesores que no enseñen y mucho menos que impugnen la doctrina Católica; así tampoco no debe usar textos escolares que contengan errores acerca del origen del hombre, doctrinas Darwinistas y otras reprobadas por la Iglesia. La Autoridad Eclesiástica, por medio de la Federación de Colegios Católicos debe ejercer el debido control sobre textos. Los que son antirreligiosos son tantos o más nocivos a las almas de los alumnos como los profesores discriminados de malas doctrinas.
VI- LOS BAILES MIXTOS EN ESCUELAS Y COLEGIO CATÓLICOS…frecuentes el algunos Colegios, dizque para fomentar matrimonios católicos y evitar los mixtos (entre católicos y acatólicos). El autor deplora estas aberraciones y fustiga severamente estas «PREMATURAS ACTIVIDADES DE MUCHACHOS Y MUCHACHAS»… Y aconseja a las señoritas colegiales que esperen otras oportunidades, ya fuera de sus estudios, para cazar novios…que tomen a la Bienaventurada Madre de Dios como modelo; que cultiven su humildad y modestia; que sean mas sencillas en sus vestidos; que se alejen de modas escandalosas…Entre nosotros nos faltan hasta colegio de monjas que favorezcan ESTAS INOCENTES DISTRACCIONES!!! Que las madres de familia se opongan a estas PELIGROSAS LIBERTADES.
VII- LENGUAJE VULGAR. Por lo visto también en los Estados Unidos, se estila en varios colegios católicos un lenguaje demasiado vulgar y grosero, nada académico. Si una persona debe distinguirse en un lenguaje pulcro, decente, honesto, diríamos clásico, es la que se forma en educación cristiana…y resulta que oímos con harta frecuencia a alumnos y alumnas de ciertos colegios católicos…expresiones tan vulgares, tan groseras, tan patanas que harían sonrojar a la placera más despreocupada…Y si asistimos a ciertos partidos de fut…basket colegial, allí se destaparon todas las cloacas, y entonces cabe preguntar: ¿en qué se distinguen los colegiales católicos de las escuelas oficiales, laicas, o particulares?, Qué moral han recibido en sus colegios?. Nosotros contestamos: Si se les enseñó moral, pero no les entró: no la vivieron intensamente. Y no se hará nada para corregir estos defectos, tan malas costumbres de nuestra educación que saltan tanto a la vista?
VIII- RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES DE FAMILIA. Estos echan toda la culpa a los colegios…y los colegios devuelven la pelota a los padres de familia. Pero seamos imparciales. Los principales responsables son los padres. Estos deben incoar la educación moral y religiosa de sus hijos; los directores y profesores de los colegios son solo sus auxiliares, la prolongación del hogar. Por más que el colegio católico se esmere en educar, si en su casa, si en el hogar el estudiante no encuentra el medio favorable, y el maestro, verdadera colaboración…Lo que el niño aprendió con la maNo. ..sus padres se lo borran con el codo…Todo resultaría inútil. El autor termina con una afirmación terrible: Hay muchas madres católicas que se oponen terminantemente a enviar a sus hijos a colegios católicos…SECULARIZADOS. Evitemos pues, ese cáncer del secularismo…Y no por aparecer «ULTRA MODERNOS» aflojemos las riendas de la disciplina, de la enseñanza profunda de la religión, de la verdadera y sólida piedad, de una formación integral.
IX- RESULTADOS PRÁCTICOS DE NUESTROS COLEGIOS. No son muy halagueños. Sacan buenos bachilleres en materia de ciencias…no se les disputa; pero flojos en sus creencias, vacilantes en su formación religiosa. Y me explico: 250 bachilleres o más salen cada año de nuestros colegios; cuántos de estos conservan su Fe, su moral, sus buenas costumbres, sus prácticas religiosas, en la sociedad, en la Universidad. Cuán pocos se adhieren a la ACUS que sería la llamada a encuadrarlos, a dirigirlos y a salvarlos! Al cabo de un año o dos de Universidad, ¿en qué se distingue un estudiante egresado de un Colegio Católico de otro que había salido de un Instituto laico? En la universidad se pervierten los que quieren, los cobardes, los anfibio, los pusilámines, pero no los valientes y los de arraigados sentimientos religiosos.
Las numerosas defecciones prevendrán de una formación superficial y luego de una capital de catecismo mal dirigido y nunca vivido; de una pinturista de religión a brocha gorda…
Que nuestros colegios católicos traten de formar CARACTERES, no veletas que se inclinen a todo viento…Almas fuertes, conciencias rectas y bien templadas, voluntades férreas…Que no se avergüencen de su fe ni delante de los hombres de la calle ni delante de sus profesores en la universidad…Y finalmente…trabajemos para que en un porvenir cercano tengamos Normales Católicas, Universidades católicas propias, no como algunas que tenemos que solo abogan por la libertad…del mal, sino que proclamen la libertad del bien y enseñen que la virtud y la santidad no están reñidas con la verdadera ciencia.
Y con la verdadera Escuela Católica hagamos que se cumpla la voluntad de Jesucristo «Dejad que los niños vengan a Mí».