Gracias al esfuerzo del comité vocacional de la curia diocesana ya le SEMINARIO MENOR es una realidad entre nosotros. Seminario quiere decir semillero donde nacen y se cultivan a los futuros sacerdotes de la diócesis. Nosotros queremos declarar una campaña permanente en favor de nuestros seminarios: tiene que ser obra de todos los cristianos conscientes de la necesidad de que haya más sacerdotes.
Estamos viviendo una crisis sacerdotal, y sin embargo podemos asegurar que hay vacaciones y que hay niños que deseen entrar al seminario, lo que nos hace falta es descubrir estas vocaciones y cultivarlas.
Con un número de dieciocho jóvenes llenos de ideales y de anhelos sacerdotales se han abierto el seminario y este comienzo está lleno de promesas y de gracias especiales. No podemos los verdaderos católicos permanecer al margen de esta gran obra que se comienza. Es el soplo de la gracia de Dios que pasa en medio de los hogares verdaderamente cristianos. El espíritu sopla y nadie sabe de dónde viene ni a dónde va dice el Evangelio, pero es necesario que nosotros sintamos ese soplo del Espíritu Santo.
Dios quiere que todos los hombres se salven, es necesario predicar el evangelio a toda criatura, es necesario bautiza a todo el que crea en Jesucristo y por eso debe haber sacerdotes portadores de la Palabra de Dios y ministros de los sacramentos. Una vocación es el principio de esta gracia total que dios nos da. Dios quiere salvar a los hombres valiéndose de otros hombres escogido. Es un misterio que nos debe llenar de comprensión hacia las vocaciones y hacia los sacerdotes. Para conservar la fe y para vivir cristianamente no podemos prescindir del sacerdote ni podemos tampoco descuidar las vocaciones sacerdotales.
Dios, el sacerdote, y nuestra fe. Esta es la consigna del nuevo Seminario menor que abre San Miguel. A todos nos debe interesar el seminario y todos debemos ayudar para que esta obra aumente y dé sus frutos.
Lo que juega primero es una vida que se inicia en la formación sacerdotal, es la gracia de Dios. «Muchos son los llamados y pocos los escogidos», pero el Señor también dijo «Todo lo que pidieres en mi nombres se os concederá. Pidamos pues que estos seminaristas coronen sus ideales.
Otro factor impotente en la vocación es el ambiente mismo de comprensión y de amistad hacia el sacerdote. Si solo criticamos y nos fijamos en los defectos, cualquier niño con vocación se desanima en su ideal.
Esperamos también la ayuda económica de los católicos, para sostener el seminario. Una obra como ésta supone enormes gastos. El comite´vocacional que tan valientemente iniciado esta obra del seminario, no podrá terminarla sin la ayuda económica y sin la generosidad de los católicos conscientes.
Cuando el Comité vocacional toque a las puertas de los hogares, quiere tener esa respuesta cristiana. EL ESPÍRITU SANTO SOPLA Y ES NECESARIO QUE NOSOTROS COLABOREMOS PARA FORMAR SACERDOTES.
EL SEMINARIO ES UNA GRACIA, EL SEMINARIO ES UN LLAMADO, EL SEMINARIO DEBE SER UNA RESPUESTA A DIOS.