Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

No.2939 Pág. 1 – EDITORIAL – DESPUÉS DE LAS ELECCIONES

El comentario común es desfavorable para la conciencia cívica de San Miguel: qué indolencia! Mas de treinta mil ciudadanos hábiles para las urnas y solo unos ocho mil votantes.
Sea el Papa León XIII el que sancione este abstencionismo con sus severas palabras de la «inmortal Dei»…el no querer tomar parte ninguna en las cosas públicas sería tan malo como no querer prestarse a nada que sea de utilidad común, tanto más cuanto que los católicos enseñados por la misma doctrina que profesan, están obligados a administrar las cosas con entereza y difelidad; de lo contrario, si están quietos y ociosos fácilmente se apoderarán de los asuntos públicos personas cuya manera de pensar no ofrece grandes esperanzas de saludable gobierno».
Y aquel Pontífice magnánimo recordaba el valiente ejemplo del primitivo cristianismo que tuvo que enfrentarse a sistemas paganos y sin embargo puedo gritar un día: «somos de ayer y llenamos todo lo que era vuestro, las ciudades, las Islas, los castillos, los municipios, las asambleas, los campamentos, las tribus, las decurías, los palacios, el senado, el foro…»

El cristiano lleva entrañada una revolución. No ha entendido bien su fe el cristiano ni ha comprendido bien su patriotismo el conformista, el abstencionista en la hora de contribuir al destino del bien común de su pueblo.
Comprendemos que pesa sobre la pobre conciencia salvadoreña una vergonzosa carga de desilusiones por la oficialización de la política.

La misma denominación que segrega entre «partido oficial» y «partido de oposición» nos parece nada democrática. El gobierno, cualquiera que sea el partido que llevó al poder, debe dejar ver solo las ventajas de una facción de la Patria, para dar oportunidad a la opinión universal y poner en niveles a los rivales de la campaña. Sabemos que en otros países civilizados los subsidios del erario nacional favorecen por igual a todos los partidos en contienda. Así la misma victoria no se ve empañada con las sospechas del fraude, del temor, del apoyo oficial.

Sea como sea han pasado las elecciones para alcaldes y diputados. Y como «la historia es maestra de la vida» es hora de deducir enseñanzas, y se nos ocurren estas tres: 1.- Más decencia en las luchas partidaristas; que defienden con ardor los programas y las personas, pero que no se denigren ni se enloden famas del partido contrario. 2.- Más conciencia cívica en la hora de los votos; el voto no solo es un derecho al que se puede renunciar, sino que un verdadero deber ser un voto a conciencia, en vistas al bien público y no a la ganga personal y en vista sobre todo a las propias convicciones de la conciencia. 3.- Y que al terminar la contienda, no haya ya merecedores ni vencidos, sino hermanos de un mismo pueblo y cuyo bien común es de todos. «cerremos filas» dijo el inmortal Kennedy cuando ganó el supremo poder NorteamericaNo. Qué en cada pueblo se cierren filas sin resquemores.
Y en cuanto a San Miguel, saludamos a las electas autoridades edilicias. Yen nombre de todo un pueblo auténticamente católico, auguramos que el nuevo alcalde, a pesar de estar excomulgado de nuestra fe por ser masón contumaz, sabrá mostrar su hombría en no dejarse manejar por las tenebrosas consignas de la logia anticastrista, sino que comprenderá que gobernar es servir a los auténticos sentimientos del pueblo gobernado.

Leave a comment