POR ESTADO LAICO no se entiende de ninguna manera el poder civil ejercido exclusivamente por laicos, sino el Estado que proscribe todo principio religioso de la vida pública y social y que intenta desterrar a Dios, o que al menos actúa como si la política gozase de una autonomía tal que la religión no tenga nada que ver con ella.
Debemos saber, que la concepción del Estado laico corresponde exactamente al principio liberal en economía, según el cual constituye un campo autónomo, que lleva en si mismo su propia energía y sus propias normas. De aquí que rechace toda legislación moral y estatal como una violación de su constitución interna.
Con la misma energía y con los mismos principios cristianos con que repudiamos la concepción, hoy ya anticuada, de la economía liberal, debemos igualmente rechazar el Estado Laico, que, en definitiva, ha nacido de una consciente oposición al cristianismo.
Este estado laico no solo ha intentado la separación de la iglesia y el estado y rehusado toda colaboración positiva entre ambos, sino que, además, no ha dejado de querer arrinconar premeditadamente a la religión cristiana a la sacristía. Así pues, la religión si no ha de ser atacada abiertamente, a de ser al menos constreñida a un silencio de muerte respecto a los asuntos públicos e iniciativas sociales.
La consecuencia de esto es toda la legislación que se opone abiertamente al derecho natural, y a la religión cristiana. Y así va cundiendo más y más una atmósfera tal en la vida pública, que dificulta enormemente al pobre hombre de nuestro medio a vivir y a practicar su fe.
La conciencia de los débiles se va deformando paulatinamente…Ellos se conforman ya con que la religión se limite a la vida privada, dejando sentir la gran injusticia que se comete con ellos contra los derechos de Dios. Al fin, llegan hasta tener por permitido en conciencia toda injusticia que el Estado declare lícita. Las consecuencias se sufren…
Y como es imposible mantenerse neutral ante Dios…, El Estado laico, necesariamente termina por plegarse en mayor o menor grado al bando de los estados enemigos de la fe…
Cuba es un ejemplo clásico de este proceso ideológico político que nos debe enseñar a no querer separa la política de la religión…