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No.2954 Pág. 1 – EDITORIAL – LA IGLESIA Y LOS NIÑOS

MOVIMIENTOS Y RENOVACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS PASTORALES y apostólicas, de acuerdo al tiempo en que vivimos, se efectúan entre nosotros.
Podríamos preguntarnos, cual es el lugar dado a la niñez en la Iglesia aquí en San Miguel? No será para nosotros el mundo de la infancia «UN ESPACIO MISIONERO» ignorado?

Para la Iglesia el niño, es un alma, una promesa para el mundo y para Dios, una fragilidad digna de bienaventuranza.
La historia nos instruye mucho sobre la solicitud que la Iglesia siempre ha tenido por la niñez. Con San Vicente de Paul, con San Juan Bautista de la Salle, con Marcelino Champagnat, la «pastoral de la infancia» se desarrolló en un sentido misionero y una visión amplia.
La caridad al servicio de la niñez se volvió revolucionaria y profética a la vez con Don Bosco que se destacó a principios del siglo XIX en una auténtico apostolado en favor de los niños. El Decreto de Pío X sobre la comunión de los niños fue una renovación espiritual en favor de los niños, y el pontificado de Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI son ricos en esa encarnación del cuidado y solicitud de la Iglesia de hoy hacia los niños.
Esta predilección de la Iglesia por la infancia no es solamente por razones de orden místico, sino porque la niñez es vigor de la Iglesia, es conciencia del mundo, y punto de cristalización de todas las formas de caridad.
Y sin embargo…reconozcamos la «modesta» atención que aquí en San Miguel prestamos a los niños. Nos preocupamos por prepararlos y dejarlos con sus pantalones cortos de primera comunión. En el ambiente familiar una tremenda indiferencia. Hemos tomado suficientemente en serio a nuestros niños…?
No caemos en la cuenta que lo que se vuelve difícil, una vez pasada la infancia, no es más que la consecuencia lógica de lo que se considera como demasiado fácil durante la niñez…?
O será que los agigantados avances de la técnica, en esta época de la socialización, y de la competencia económica y planetaria nos hace olvidar los frágiles comienzos de una vida humana, y por donde se debe comenzar…?
Hay entre nosotros esfuerzos puerilmente empleados, a veces hay una ilógica educativa, de dispersión, hay falta de psicología y de realismo espiritual.

Hay niños que parece que no tiene hogar ni familia. Apostasía de los padres de familia en educar, incapacidad para descubrir los valores del niño!
Un hiato se establece con frecuencia entre la educación dado en los colegios o escuelas en el catecismo y los Padres en el hogar que se dice cristiaNo.
Recordemos que nuestra niñez en San Miguel es un «espacio misionero» bien importante.
Hay una exigencia fundamental para todos: ocuparnos en serio de nuestros niños. Los niños tiene que sentir que son tomados en serio en la Iglesia…
No olvidemos que los niños son los principios en el Reino de Jesucristo y la educación de un príncipe debe ser adecuada a su rango…

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