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No.2957 Pág. 1 – EDITORIAL – PASTORAL DEL DÍA DEL SEÑOR

Se difunde por el mundo una de esas disposiciones de la Santa sede que demuestra su constante afán por poner la Iglesia a tono con su tiempo. Según ésta disposición de la S. Congregación del Concilio los obispos pueden solicitar a la Santa Sede, si lo creen oportuno, las facultades necesarias para que sus respectivos fieles pueden cumplir el precepto de la misa dominical el sábado por la tarde.
Nuestra Diócesis ha solicitado ya esa facultad para atender a las múltiples familias que salen de las ciudades el fin de semana y en atención también a la escasez de sacerdotes, los cuales en virtud de este privilegio podrán extender en un ámbito mayor el precepto del Día del Señor.
Aunque todavía no se ha recibido en esta Diócesis tal facultad hacemos este comentario a la atinada iniciativa del Papa para inculcar a nuestros lectores el verdadero espíritu de esta facilitación del cumplimiento dominical. «La importancia que siempre tuvo el domingo no se resentirá con esta medida, antes al contrario, cobrará mayor relieve ante los fieles, quienes verán en la misma una prueba evidente del empeño de la iglesia porque los cristianos participen comunitariamente en la gran asamblea eucaristica de la familia cristiana…Por otra parte es sabido de todos que la finalidad primordial del día festivo es dar a Dios el culto que es debido. Pero, además, entra también dentro de la santificación de la fiesta cristiana el cultivo de la propia formación espiritual, la atención debida a la familia, la visita a los enfermos y demás obras de caridad, e incluso sin más, el mismo descanso.

Pero por importante y oportuna que parezca esta nueva modalidad de la misa dominical, adviértase el sentido jerárquico de nuestra Iglesia: nihil sine episcopo. Es el obispo el que juzga o determina lo que convenga en su Diócesis y nadie puede por sí mismo poner determinaciones en materia disciplinar de la Iglesia. El mismo Obispo debe exponer sus razones a la Suprema Autoridad que es la única que puede dar tales determinaciones validez ante Dios y la propia conciencia.
Esperen pues un poco nuestros católicos para disfrutar, dentro de los linderos de la obediencia que es garantía de seguridad en las rutas espirituales, las ventajas de esta nueva medida pastoral del Día del Señor.

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