«Un incomparable valor humano» dice el Papa que le dejó su peregrinación a Bombay. Peregrino y extranjero en aquel vasto continente de culturas y tradiciones tan diversas y sin embargo un común palpitar de simpatías y aspiraciones espirituales en medio de aquellas muchedumbres proclamaba la sublime verdad del cristianismo de que todos los hombres somos hermanos y que sus múltiples relaciones deberían desembocar siempre en el amor.
Esta experiencia con que se ha enriquecido su vida de Pastor supremo de la Iglesia, inspira el mensaje navideño de Paulo VI para pedir a todos los hombres un esfuerzo hacia una fraternidad «más verdaderas, más activa, más universal que la que une ya a los hombres entre sí»; y para denunciar con energía los grandes obstáculos y peligros de esa misma concordia humana. Su Santidad señala estos tres estorbos de la fraternidad universal: primero, el nacionalismo con sus acompañantes habituales el racismo y el militarismo; segundo, el espíritu de clases y partidos; tercero las luchas de carácter religioso.
Pero en el profundo análisis que el Papa hace de estos sembradores de catástrofes históricas en la fraternidad universal, se descubre que la primera fuente es siempre el egoísmo…el orgullo…la codicia…la ambición…el placer desordenado…
Estas son las pasiones que hacen difícil pero meritoria la conquista de la fraternidad. Estas mismas son las que hacen necesaria la ayuda del «inagotable y siempre actual patrimonio de doctrina divina y humana y de energía moral, propia del catolicismo para sostener el esfuerzo hacia la paz y la fraternidad…La Iglesia lo ofrece a la libre aceptación del mundo moderno que no puede rechazarlo si desea verdaderamente su propia salvación».
Todo el que olvida esas doctrinas o se abandona de esas energías espirituales, será un destructor de la concordia humana porque la experiencia corrobora estas terribles expresiones del llamamiento del Papa: «el hombre es inestable, la conquista de la verdad es ardua, el bien es difícil. EL ODIO ES MAS FÁCIL QUE EL AMOR».
2.- ESTAMOS CON SOR SUPERIORA Y EL PERSONAL
Ha trascendido al público el conflicto creado por una disposición del Sr. Director del Hospital San Juan de Dios de esta Ciudad relativa a sustituir por una enfermera graduada a Sor Superiora a la que se quitaría entonces la autoridad que siempre ha tenido sobre el personal del hospital: Los empleados en bloque han protestado y se han definido por Sor Superiora. Nos adherimos a su noble actitud, pues por más competente que sea una enfermera seglar, jamás tendría el hospital la misma garantía de seriedad y responsabilidad que con una Hermana de la caridad. Desde luego el servicio de los enfermos por amor a Dios como enseñaba San Vicente de Paúl es muy superior a un servicio por sueldo que fácilmente se presta al soborno; y en cuanto a capacidad de servicio nadie duda de la competencia de una hermana técnicamente preparada. ¿Qué pretende entonces el Señor Director?