Es Roma la esplendorosa creación de 27 nuevos cardenales, en una ceremonia nueva, estilo Paulo VI, que ha querido destacar la obediencia y adhesión hasta el martirio de aquellos altos colaboradores de la Santa Sede.
En nuestra Diócesis el viaje de nuestro Señor Obispo a Polorós con la ilusión de levantar un «entredicho» que pesa desde hace años sobre aquel pueblo por la rebeldía de un falso comité pro templo. el viaje de Monseñor no logra su finalidad por la actitud de tres caciques y la cómplice cobardía de los que se llaman católicos.
Dos noticias de contraste.
Un contraste que nos hace meditar en el auténtico estilo de la Iglesia. Porque entre la obediencia conmoverdora de 2 preclaros eclesiásticos que sienten un honor en rendir sus múltiples méritos ante el trono de la autoridad eclesiástica…y la actitud tonta de unos ignorantes que se creen insustituibles colaboradores de su religión solo por remendar un templo ofendiendo a la autoridad de la Iglesia…va el contraste de la verdadera y falsa colaboración con la Iglesia. Por esos dos caminos van dos interminables filas de trabajadores: unos consagrando sus fatigas, sus cualidades al servicio de la Iglesia bajo una obediencia sin condiciones a la autoridad jerárquica; otros malgastando talentos y energías en apostolados desvertebrados de la verdadera obediencia, buscando su amor propio más que el triunfo de la Iglesia.
Los 27 cardenales en el esplendor de su adhesión sublime a la Santa Sede; y los tres testarudos de Polorós empeñados en remendar un templo sin obediencia a su Obispo, son una lección para todos. Solo construye la Iglesia quien vértebra su catolicismo y su actividad en adhesión jerárquica. Todo lo demás es construir sobre arena. Y la Biblia ya anuncia el resultado definitivo de ambas actitudes cuando proclama : SOLO EL OBEDIENTE CANTARA VICTORIA.