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No.2990 Pág. 1 – EDITORIALES – LA CUARESMA QUE QUIERE EL CONCILIO

«Orientese el espíritu de los fieles sobre todo a las fiestas del Señor en las cuales se celebran los misterios de salvación durante el curso del año…
«Puesto que el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la palabra de Dios y a la oración, para que celebren el misterio pascual, sobre todo mediante el recuerdo o la preparación del bautismo y mediante la penitencia, de ese particular relieve en la liturgia y en la catequesis litúrgica al doble carácter de dicho tiempo. Por consiguiente:
7 Úsense con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresmas; y, según las circunstancias, restáurense ciertos elementos de la tradición anterior.
8 Dígase lo mismo de los elementos penitenciales. Y en cuanto a la catequesis, incúlquese a los fieles, junto con las consecuencias sociales del pecado, la naturaleza propia de la penitencia, que lo detesta en cuanto es ofensa de Dios; no se olvide tampoco la participación de la Iglesia en la acción penitencial y encarézcase la oración por los pecadores.
«La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser solo interna e individual, sino también externa y social.. Foméntese la práctica potencial de acuerdo con las posibilidades de nuestro tiempo y de los diversos países.
Sin embargo, téngase como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el viernes de la pasión y muerte del Señor y aun extenderse, según las circunstancias, al sábado santo, para que de este modo se llegue al gozo de Domingo de resurrección con ánimo elevado y entusiasta».
Así, con palabras insustituibles, la reciente constitución de Liturgia del Concilio Vaticano II ofrece los densos conceptos que deben diluir en sus oportunas predicaciones y demás ministerios cuaresmales los pastores de almas y meditar y practicar con maravilloso fruto los católicos que quieran estar a tono con la mentalidad moderna de su Religión.
En resumen, la cuaresma que el Concilio quiere tener una meta: «llegar al gozo del Domingo de Resurrección con ánimo elevado y entusiasta».
Y un camino eficaz; usar con mayor abundancia los elementos bautismales y pontificiales de la liturgia cuaresmal.

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