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No.2995 Pág. 1 – EDITORIALES – DÍA DE LA MADRE ENTRE EL DOLOR DE LA PATRIA

Hace 14 años también amaneció ensombrecido el día de la Madre; el 6 de mayo de 1951 el terremoto que destruyó a Jucuapa, Chinameca y otros pueblos vecinos reflejó la aflicción de los damnificados en el semblante bondadoso de la Reina de la Paz. Recordamos las caravanas dolientes que llenaron aquellos días el santuario de la Reina.
Hoy en la angustia se coloca geográficamente más lejos, pero el corazón de la madre no conoce lejanías. Los migueleños están acudiendo a Ella, de rodillas ante la imagen bendita de la Virgen de la Paz se postraron muchos que traen todavía los rasgos de la angustia en sus semblantes… los hijos que vivían lejos pero en la hora del dolor cuentan siempre con Ella, la Madre espiritual que a nadie olvida, que pensaba en ellos y los esperaba para enjugarlos su lágrimas y el dolor de sus cuerpos y sus almas. Todos nos hemos postrado a pedirle protección, resignación, valor, optimismo.
ELLA ha inspirado lo que debíamos hacer. El comité central de catedral reunido bajo su mirada el 5 de mayo, decidió levantar una entusiasta campaña de socorro a los damnificados de la catástrofe. La colecta que todos los años se hace con motivo del Día de la Madre para el embellecimiento del santuario de la Madre de San Miguel, se hará este año a beneficio de los que están sin techo y necesitan nuestra caridad.
Sea pues nuestra felicitación de hijos a la Madre de la Paz, una generosa limosna para ayudarle en su angustia de socorro a tantos hermanos nuestros.
Llevemos nuestra limosna en efectivo, o en cosas útiles (ropa, víveres, etc) a la catedral, o a nuestra propia parroquia. Ayudemos a la Virgen, a la Iglesia y a la Patria a extender sus brazos generosos a los hijos necesitados.

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