DÍA DEL SEMINARIO
«En el Levítico (23, 21) se decía del día de Pentecostés: «Y llamaréis este día celebérrimo y santo» solo porque en él, el pueblo hebreo conmemoraba la promulgación de la Ley de Moisés y celebraba la fiesta de las primicias.
Con mayor razón debemos llamar «celebérrimo y santo» el Pentecostés cristiano en que el nace la Iglesia, porque en él la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo, hace germinar la simiente misteriosa sembrada por Cristo.
Y como la llama renovadora de Pentecostés que transformó instantáneamente a los Apóstoles, debe seguir transformando contínua y paulatinamente a los nuevos apóstoles, nuestro pensamiento vuela espontáneo a los Seminarios de Clérigos y Laicos, donde se forman los sacerdotes y los Laicos católicos de mañana».
* * *
Con esta sólida motivación el Excelentísimo Metropolitano Monseñor Chávez imparte a su Arquidiócesis las normas para celebrar el próximo Día del Seminario.
«Chaparrastique» que ha cimentado su propaganda del Día del Seminario en los indiscutibles textos del Magisterio del Concilio, acoge el pensamiento de Monseñor Chávez que sin duda refleja el pensar de nuestra Jerarquía ya que todos los Obispos Salvadoreños están mirando como la máxima preocupación de sus Diócesis el asunto del Seminario.
Que Jerarcas, sacerdotes y laicos, todo el «Pueblo de dios», se sumerja mañana en una profunda meditación bajo el calor y la luz del Espíritu Santo para una nueva toma de conciencia de nuestra responsabilidad frente a esta necesidad apremiante de todos: EL SEMINARIO, DEBE DE FOMENTAR LAS VOCACIONES PERTENECE A TODA LA COMUNIDAD DE LOS FIELES, QUE DEBE PROCURARLO, ANTE TODO, CON UNA VIDA TOTALMENTE CRISTIANA.