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No.3054 Pág. 1 – EDITORIALES – «CARITAS» POSTCONCILIAR

«El fin del Concilio es el principio de muchas cosas», dijo el Papa al iniciarse esta difícil pase postconciliar.

Y entre esas «muchas cosas» que debe recalcar la renovación de la Iglesia en este tiempo, está sin duda, en lugar preeminente, la línea de la caridad, noble distintivo de la Religión de Cristo.
«CARITAS»-cuyo nombre y espíritu deben ser expresión de esa virtud teologal-, es una realidad entre nosotros, gracias a Dios. El 30 de junio clausuró su plan trinal de reparto familia e institucional, de alimento por trabajo, de organización de clubs, de construcción de casa comunales, etc. Qué magníficos logros llenan de satisfacción a todos sus nobles colaboradores. Hoy nuevos censos y nuevos programas va a emprenderse, incluso se proyecta la organización de la mendicidad en colaboración con las autoridades y el capital privado. Cuántas otras cosas pueden lograrse si se desarrolla la inspiración de la caridad en un pueblo tan necesitado de ella!.
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Mas, «para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente extraordinario y aparezca como tal, es necesario que se vea en el prójimo la imagen de Dios, según la cual ha sido creado, y a la Cristo Jesús a quien en realidad se ofrece lo que se da al necesitado; se considere con la máxima delicadeza la libertad y dignidad de la persona que recibe el auxilio; que no se manche la pureza de la intención con ningún interés de la propia utilidad o por el deseo de dominar; se satisfaga ante todo a las exigencias de la justicia, y no se brinde como ofrenda de caridad lo que ya se debe por título de justicia; se quiten las causas de los males, no sólo liberando poco a poco de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismo». (Concilio Decreto sobre apostolado seglar n.8).
Con estas normas, bellamente expresadas por el Concilio, «Cáritas» y toda beneficencia institucional o privada llena a plenitud el concepto de caridad. Cualquiera de esos elementos que falte, deja de ser caridad para convertirse en peligroso paternalismo o demagogia.
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Felicitamos pues, a «Cáritas» en su nuevo año social y auguramos para todos sus dirigentes y voluntarios, el auténtico espíritu del postconcilio que hará más fecundo y amable tan providencial apostolado.

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