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No.3087 Pág. 3 – EDITORIALES – Y DESPUÉS DE LA ELECCIONES…?

Las campañas políticas pasan. Pasan los Presidentes también. Pero por encima del vaivén político, una sola cosa debe queda, es la que interesa: EL BIEN COMÚN DE LA FAMILIA SALVADOREÑA.
Después de la elecciones, el partido que venza y los partidos vencidos, deben convertir su victoria y su derrota en una común aspiración: EL BIEN COMÚN DE LA PATRIA.

«Cerremos filas», fue la consigna de un gran presidente de nuestros tiempos, en circunstancia semejante a la que se va a presentar a nuestra Patria la próxima semana.
Es muy difícil cerrar filas cuando una campaña electoral no se ha sabido mantener a la altura de los enfoques positivos de los propios programas, sino que se ha bajado a la denigración personal. Quedan hondos resentimientos, se ha agrietado la unidad nacional. Sin embargo, esas misma desagradables circunstancias hacen más necesario y tornan más noble el esfuerzo del mutuo perdón y la búsqueda común del bien de la Patria. Es la hora de demostrar la moderación de saber ganar y la valentía de saber perder, porque después de unas elecciones, si son verdaderamente democráticas, no deben existir vencedores ni vencidos, sino una comunidad política que, sobre la pluralidad de opiniones y de partido, defendido con libertad y entusiasmo, se ha sabido dar propia autoridad para que dirija la acción de todos los ciudadanos hacia el BIEN COMÚN de la Patria, autoridad a la que hay obligación de obedecer en conciencia, mientras no rebase los límites del orden moral, señalados por el mismo Dios, única fuente de toda potestad.
Después de las elecciones, «Cerremos filas» y construyamos todos con verdadero amor a la Patria, el bien común que bellamente definieron así Juan XXIII y el Concilio: «EL bien común abarca todo ese conjunto de condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección» (Mater et Magistra. Const. sobre la Iglesia en el mundo actual n.74)

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