SOLO HAY UNA SOLUCIÓN:
AUTENTICIDAD EN EL SACERDOTE Y EN EL LAICO
Son conceptos de una interesante entrevista con el Nuevo Cardenal Gabriel Garrone, experto de Seminarios. «El clericalismo tradicional, el de una iglesia autoritaria celosa de sus estructuras, intolerante ante las iniciativas de los laicos, existe todavía como voz acusadora y piedra de toque». Pensábamos efectivamente con tristeza que todavía perseveran en más de un elemento joven los criterios de ese viejo clericalismo que considera el clero como una carta privilegiada a donde no debe llegar el reclamo del seglar a su conducta poco sacerdotal, o que no admite con humildad y apertura la sugerencia o el diálogo ante su disposiciones dictadas con un tono de autoridad infalible.
Pero el Cardenal agregó: «El Concilio ha marcado en este terreno el final de una época. Hoy no es posible considerar el poder espiritual desde unas categorías que lo confundieran más o menos con un poder civil. Se ha comprendido que MANDAR EN LA IGLESIA ES SERVIR».
Pero hoy, dijo su Eminencia, el Clericalismo presenta una nueva cara: «En la medida en que el sacerdote busca equivocadamente definirse en función del laicado, nos encontramos abocados hacia un nuevo clericalismo, más grave que el anterior, pues este clericalismo o revelaría su nombre y se creería, incluso lo contrario del clericalismo. Cuando el Sacerdote tiene a convertirse en un falso laico, el verdadero laico tiene todos los riesgos de ser mal conocido».
Para el Cardenal que ocupa uno de los puntos claves en la formación del futuro clero, sólo existe esta solución: «es al abrigo de una noción firme del sacerdocio como puede definirse y ser mantenido el papel propio del laico». Y luego su eminencia se refirió exigente a los insustituibles medios tradicionales con que el sacerdote encuentra cada vez mejor su propia razón de ser; o sea los medios necesarios para una auténtica vida interior profunda y sin poner en práctica los medios normales para mantenerlas, el sacerdote no había otra cosa que perder poco a poco su significado en el alma de un presbítero…Y precisamente porque estos valores en crisis, la reacción debe ser viva; el sacerdote de hoy, para redescubrir al mundo, debe redescubrir el sentido de la alabanza, de la contemplación de la adoración.
O.A.R.