CONTRATO Y SACRAMENTO
1.- El matrimonio es verdadero contrato. Se dan los elementos de verdadero contrato: «el consentimiento de dos o de muchos acerca de un mismo objeto, contrayendo respectivas obligaciones de justicia». En el matrimonio hay a) consentimientos, b) de un hombre y de una mujer, c) acerca de dar y aceptar un derecho de justicia en el cuerpo del cónyuge.
Es contrato se funda en la misma naturaleza, ya que es natural el atractivo de los sexos y la capacidad que solo tiene su pleno cumplimiento en el contrato de hacer vida común un hombre y una mujer en forma permanente y exclusiva, donde se prevea también de manera efectiva a la propagación y conservación de la especie humana y a la recta formación física y educación moral de los nuevos vivientes.
Este contrato depende solo de la voluntad de los contrayentes. Ningún legislador puede suplir ese consentimiento; tampoco ningún legislador, ni ninguno de los contrayentes puede disolverlo una vez celebrado; como tampoco nadie puede contraer ese contrato negando el derecho en su cuerpo. O sea, que por ser un contrato consensual depende solo de la voluntad de los contrayentes, por quienes lo celebran no pueden excluir las notas esenciales que le ha puesto Dios en la naturaleza.
2.- Este contrato es también sacramento.
a) Sacramento en general significa algo sagrado, algo que por su naturaleza y por la estimación de los hombres se aparta del uso profano para dedicarlo a Dios, algo que se substrae de la autoridad profana para que solo lo rija la autoridad sagrada. En este sentido siempre se consideró sacramental el contrato matrimonial; recuérdese las ceremonias religiosas con que siempre los celebraron los pueblos; recuérdense que entre los romanos era asunto de competencia sacerdotal. Este carácter sacramental se funda en el fin del matrimonio (y el fin es el que determina la naturaleza de las cosas): procrear hijos de Dios, adoradores de Dios, educar la prole como racional, es decir como ordenada a Dios, fin de todos los hombres.
b) Pero además se llama sacramento por su significado sacramental: representa la unión de Cristo con su Iglesia. Así como Cristo y la Iglesia se unen en la Encarnación y por la gracia para ser un solo principio de regeneración espiritual, así el hombre y la mujer se unen en un solo principio matrimonial de generación natural.
c) Pero decimos sobre todo el contrato matrimonial es sacramento porque se dan en él las notas de estricto sacramento: «una señal sensible que significa y confiere la gracia significante». Es símbolo del amor y unión sobrenatural, santificante, permanente de Cristo con su Iglesia. Da por tanto gracia sobrenatural a los que se casan y auxilios para cumplir los deberes de casados y merecer en el orden sobrenatural.
3.- CONTRATO SACRAMENTAL. En El matrimonio de los bautizados no se pueden separar el contrato y el sacramento. Son la misma cosa Cristo ha elevado a sacramento el mismo contrato matrimonial. Por tanto si el contrato matrimonial de dos bautizados es válido, ya es sacramento; y si no es sacramento tampoco es contrato. Para los bautizados que se unen no hay medio: o contrato sacramento, o simple unión de concubinato.
Son ministros del sacramento del matrimonio los mismos contrayentes; el sacerdote no es más que testigo oficial del contrato sacramental. Materia de ese sacramento son las palabras con que los contrayentes expresan la entrega del derecho en sus cuerpos. Forma son las palabras con que aceptan el mismo derecho.
O.A.R.