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No.2354 Pág. 1 – EDITORIAL – CRUZ Y TRIUNFO

Mañana se abre el tiempo de Pasión.
Dos semanas para conmemorar la suprema batalla del Redentor con las potestades del mal. Todo parece marcado con la señal de la derrota hasta culminar con el desastre del viernes santo.
Sin Embargo hoy sabemos que en aquel supremo dolor se gestaba un mundo nuevo cuyos albores salúdola mañana de pascua cuya elevación quedó a cargo de la Iglesia católica fundada por aquella Victima divina.
Por eso la Iglesia se enluta para conmemorar aquella tragedia, pero la voz de la liturgia tiene acentos de primavera y de triunfo, precisamente para cantar a la Cruz que es el emblema de este tiempo santo: «ya del Rey se enarbolan los pendones, fulgura el misterio de la cruz, en la cual la vida sufrió muerte y con su mente nos dio vida».
Y no se crea que es solo literatura y recuerdo. La Iglesia y la cruz sigue flotando sobre aires de primavera. Es apenas del mes pasado el Consistorio en que el Papa creaba 10 nuevos Cardenales seleccionados de diversos ámbitos del catolicismo; y Juan XXII comentó el histórico acontecimiento «como un nuevo auspicio de éxito feliz para la manifestación mas grande de la vida colectiva de la Iglesia de Cristo que ocupa ahora la expectación universal: la celebración del Concilio VaticaNo. ..».
En el siglo de las grandes maravillas, la Iglesia emprende «el acontecimiento mas grande del siglo» como han llamado al Concilio hasta grandes estadistas. Es porque tiene corazón la Cruz donde la Vida vivificó al mundo. Y si quiere gozar el honor de ser un miembro de ese catolicismo audaz y siempre moderno, hay que ser enamorado de la cruz.
Cruz es la orden del día en este tiempo santo. Cruz y no temporada de mar.
Cruz «sinónimo de oración y sacrificio»- es la consigna de los católicos que quieran vivir a tono con este año del Concilio, para construir un mundo mejor.

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