DESDE EL «MES DE REFLEXIÓN»
El tiempo es Corto
A cualquiera que desde afuera mire este «mes de relfexión episcopal». Talves pueda parecer demasiado lujo que un Obispo deje su Diócesis y sus graves responsabilidades tanto tiempo, para irse a reflexionar todo un mes. Sin embargo, aquí adentro, parece que hemos llegado ayer, cuando ya estamos terminando la segunda semana de trabajo.
La jornadas son densas. Una típica música de marimba, anuncia la hora del despertad y de acudir a la capilla a recitar en coro los salmos de las laudes matutinas y meditar la Palabra de Dios. Y de nuevo, bajo el fresco atardecer de la Antigua, volvemos trayendo el cansancio y las inquietudes del día, entre el cantar de las vísperas, hasta el altar donde las concelebraciones, recobran cada día emociones nuevas.
Gracias a estas «estaciones» junto al Señor, se tornan síntesis, esperanza, acción de gracias, iluminación, aliento, alegría…todas esas inquietudes que despiertan en el corazón de los pastores, las maravillosas exposiciones de nuestros expertos en antropología, en historia, en sociología, en Bíblica, en eclesiología. Las nueva corrientes que circulan en el pensamiento, y en el corazón de la Iglesia, están pasado aquí, a través de bien armonizadas lecciones, diálogos de grupos, plenarios, consultas privadas, al cerebro y al corazón de los responsables del Magisterio de la Iglesia en Centro América y Panamá. Un sano «Aggiornamento», una necesaria revisión se hace hoy imprescindible a un Maestro de la Iglesia. Y por eso creemos que un mes, en realidad, es lo menos a que se puede reducir un curso de esta categoría.
Todos pensamos que estamos recibiendo un verdadero regalo del cielo y estamos tratando de aprovechar con avaricia.
(CONTINUARA)