Número 30826 – Pág. 4 – DOBLE DINÁMICA DE LA IGLESIA
- Diario de Oriente
- Wednesday March 10th, 2021
Por Monseñor Oscar A. Romero
Se han publicado en estos días, dos oportunos documentos de nuestro magisterio episcopal: un mensaje conjunto ante el próximo DÍA MUNDIAL DE LAS MISIONES y una exhortación arzobispal sobre la oración, con motivo del “mes del rosario”.
Fieles a nuestro propósito de adhesión a la Jerarquía queremos subrayar, con esta modesta colaboración, la importancia, coherencia y oportunidad de ambas orientaciones pastorales, dirigidas a la feligresía salvadoreña.
En realidad, es importante y consolador, el hecho de unos pastores de la Iglesia que están en lo que deben estar y que enmedio de tantas voces y consignas que se proyectan exclusivamente a nivel de la tierra, horizontalmente, se oiga la serena palabra de la fe que da a las mismas realidades temporales su verdadera dimensión y grandeza.
La Iglesia es “luz del mundo” y para serlo, debe mantener su claridad original, la que le da su fe, esa fe que desde el corazón del mundo y de los hombres, proclama la trascendencia de Dios y la meta escatológica de la historia. Todo esfuerzo de “aggiornamento” y de acercamiento al mundo, lo puede comprometer en nada, esta interioridad original de la Iglesia, so pena de perder su eficacia salvadora y convertirse en “sal insípida”.
Gracias a esta unión con Dios, que le proporciona su oración, y gracias a la perspectiva ultrahistórica, del mundo que le otorga su fe, la Iglesia puede cumplir su difícil tarea de identificarse con la misión de Cristo y “ser, para todo el género humano, germen de unidad, de esperanza y de salvación”. (LG 9).
Cuando se pierde el sentido de esta originalidad salvífica y universalista en la Iglesia y se le quiere relativizar con los problemas inmediatos y locales, periclita “el porvenir de la Iglesia y nuestra misma existencia cristiana”. Al recordar “este atinado diagnóstico del Papa”, los Obispos exhortan a los católicos salvadoreños a despertar o profundizar su conciencia, misionera, asegurándoles, en cambio, “una primavera de santidad, de pastoral práctica y fecunda, de vocaciones en nuestras parroquias, colegios, escuelas, centros de promoción y agrupaciones seglares, etc”.
Por su parte, Monseñor Chávez, nos indica, en su breve exhortación, un camino sencillo y eficaz para esta labor de interiorización evangélica: el Rosario. Y este Arzobispo que, por no haber perdido la ternura filial que muchos ya no sienten para la Virgen, sienten también la valentía pastoral de mencionar ese nombre del que otros se ruborizan. Y no es el consejo de una pastoral barata o “alienante”, es para que él y para todo hombre que sabe rezar el rosario, “al concentrarnos en los misterios principales de la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo, el Rosario es una oración eminentemente teológica, bíblica y eclesial, de un hondo sentido comunitario, para los cristianos que quieren ser fermento de evangelización”.
Noviembre de 1972Número 30826 – Pág. 4 – TRADICIÓN Y PROGRESO