Cuaresma – Renovación de nuestra alianza con Dios
HOMILIAS 1979
Primer domingo de Cuaresma
Lectura
Gen. 9, 8-15
I de Pedro 3, 18-22
Marcos 1, 12-15
Queridos hermanos:
Lo que Cuaresma es en el año litúrgico. En el año litúrgico esta temporada que inició, ya desde el Miércoles de Ceniza, es la más importante. Yo les quiero suplicar que con ese deseo de seguimiento de Cristo en el espíritu de una Iglesia auténticamente evangélica, vivamos esta temporada.
Preparación para celebrar la Pascua. Lo esencial de la Cuaresma es una preparación para celebrar la Pascua.
Pascua, fiesta del misterio pascual. En Cristo su muerte y resurrección. El misterio pascual es la muerte y la resurrección de Cristo. Muerte: Con la que el Redentor pagó todos los pecados de los hombres; y resurrección: nueva vida que Cristo está ofreciendo a todos los hombres para hacernos partícipes de esos méritos de la cruz y de esa vida de la resurrección. Es necesario preparar las disposiciones humanas; convertirse, como ha dicho Cristo en el Evangelio de hoy: «Conviertánse y crean el Evangelio».
De allí, que la Cuaresma sea una temporada de conversión y de fe en el Evangelio. La fiesta de la Pascua no es una fiesta de Cristo, sino de Cristo como cabeza de todos nosotros que formamos la humanidad. En la próxima Pascua de 1979, tenemos que ser nosotros el Cuerpo de Cristo: Mi carne, mi vida, mi situación concreta. El pueblo de El Salvador bautizado tiene que ser como la encarnación de ese Cristo que aparece vivo y glorioso. Hagámosle honor a ese redentor nuestro en el cual creemos y esperamos. Preparémonos para no ser una célula muerta en el organismo viviente de Cristo, sino de hacer honor a todas las células revestidas de una nueva primavera, de una gran esperanza, de una vida divina.
Figura central: Cristo en el desierto.
Y en el centro de todo, naturalmente, está Cristo resucitado que ahora es el Cristo que nos ha dicho San Marcos: «Empujado por el Espíritu al desierto». Entremos con él, en el empuje de ese mismo espíritu renovador, al desierto. Dicho figurativamente, el desierto es temporada de oración, temporada de austeridad, temporada de renovación. Si un país necesita de un desierto, de una oración de una renovación, es el nuestro! Que hermoso fuera ver todos los salvadoreños aprovechar su Cuaresma para una introspección. Todos somos causantes del mal que está sufriendo el país. Sólo queremos echar las culpas a otros y no nos miramos. La Cuaresma es una invitación a entrar con Cristo, a pensar en sí.
Por eso el Papa va a entrar, desde esta tarde, a sus ejercicios espirituales. Va a hacer una semana de reflexión con sus colaboradores más íntimos. Y tratando de imitarlo en nuestra Diócesis, también el Arzobispo con un grupo de sacerdotes, comenzaremos nuestros ejercicios espirituales esta semana. Y hacemos un llamamiento a todos, para que de veras revisemos nuestra fidelidad al Señor. Y si por desgracia estamos en el número de los pecadores, ¡hagamos penitencial! Ya somos bautizados pero la Cuaresma tiene valiosos elementos bautismales que nos han de hacer pensar en la gran dignidad del bautismo, para revivir en la Pascua esa hermosa dignidad de ser bautizados. Y a eso va mi homilía de esta mañana.
CUARESMA, RENOVACION DE NUESTRA ALIANZA CON DIOS
Cuaresma, renovación de nuestra alianza con Dios, y es porque quiero darle especial atención a esa palabra: La Alianza.
1.La Alianza, signo de nuestra salvación.
2.Cristo, clave de la Alianza.
3.El bautismo, inserción de nuestra vida en la alianza cristiana.
1. LA ALIANZA SIGNO DE NUESTRA SALVACION
La primera lectura de hoy nos habla de la primera alianza que aparece en la Biblia. Una de las cosas más oportunas en Cuaresma es repasar la historia de la salvación, el proyecto de Dios para salvar la humanidad; un proyecto de amor, de benevolencia. La primera vez en que la Biblia nos habla de esa palabra: La alianza- que es lo mismo que el pacto, que es lo mismo que el testamento, palabras bíblicas con las que Dios como que establece un trato con los hombres-, se puede resumir en aquellas palabras que le dice al pueblo dirigido por Moisés: «Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo».
El diluvio. En la primera lectura de hoy se nos cuenta el epílogo del diluvio: «Los hombres habían errado los caminos- dice la Biblia-. Y Dios hasta se había arrepentido de haber creado al hombre». Es una expresión bíblica para decir como le pesaba a Dios la infidelidad de los hombres Y, entonces, determinó castigar la tierra con toda la humanidad abriendo las cataratas- lenguaje bíblico, también, para decir inundación- en la cual «sólo se salvaron ocho personas- nos ha dicho hoy San Pedro-: Noé con sus hijos y las mujeres de sus hijos y en el arca iba una pareja de cada animal.».
Esta es la señal del pacto que hago con ustedes. Y cuando pasa este castigo, Dios que siempre ama a pesar de que castiga, pronuncia las palabras que le han dado tema a la homilía: La Alianza. Señalando el arco iris, dice Dios: «Esta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todo lo que vive con ustedes, para todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con ustedes y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes».
-Significa las relaciones recíprocas entre dos partes con todos los deberes y derechos que se siguen de tal reciprocidad. ¿Qué significa el pacto, la Alianza? Era un acontecimiento muy frecuente y muy respetado en los pueblos orientales. Hacer alianza significaba las relaciones recíprocas entre dos partes con los deberes y derechos que se siguen de tal reciprocidad. Por ejemplo, el matrimonio es una alianza, son dos partes que convienen en vivir perpetuamente juntos, de allí derivan deberes y derechos entre iguales. En la alianza, también se imponen condiciones.
Ese pacto, esa alianza, según las tradiciones antiguas- sobre todo orientales-, se hacía ya entre iguales y, entonces, la reciprocidad era equilibrada; pero algunas veces era un pueblo vencedor que hacia alianza con un pueblo vencido y le imponía condiciones. Y en la Biblia aparece una nueva fórmula que no aparece en las otras religiones: Es Dios que toma iniciativa de hacer una alianza con un pueblo. En los otros pueblos, la alianza era considerada como sagrada y en este sentido siempre intervenía un Dios, pero no para hacer alianza con los hombres, sino para proteger al pueblo que hacía alianza. De allí, que toda la ruptura de la alianza tenía también un carácter pecaminoso, una ofensiva al Dios que había sido testigo de esa alianza.
-Cuando se celebra con Dios, éste toma iniciativa… es gracia. la Biblia, que nos revela al único Dios verdadero, nos habla también de ese Dios que ha creado al hombre y que escoje un pueblo para hacer alianza con él. Entonces la alianza no es propiamente un conjunto de deberes y de derechos recíprocos. En el lenguaje de los profetas, la alianza de Dios con los hombres, aparece como una gracia, un don, una promesa de salvación y ésto es lo original de la alianza que ya va presagiando al Cristo que va a venir. Es un Dios bondadoso que marca las etapas de la historia con alianzas de bendiciones y de promesas. Por eso era fácil el cambio de alianza a testamento, es el don de padres a los hijo; el Viejo Testamento, la alianza del Viejo Testamento se completa en el Nuevo Testamento: La Nueva Alianza.
Ritos: sangre Pero esta figura sagrada se desarrollaba en un rito también impresionante y por eso le llamaban alianza de sangre, porque sangre de las dos partes se mezclaba. La sangre para los antiguos, era el símbolo de la vida y una alianza se firmaba con las dos vidas.
Recuerdan cuando Moisés derrama la sangre sobre el pueblo para significar que Dios ha hecho alianza y la ha rubricado con esa sangre de víctimas, que no era más que un prestigio de la sangre que se iba a derramar un día en el Calvario: Sangre de Dios, pero que en el Antiguo Testamento era sangre de corderos, sangre de pichones, sangre de animales, la vida se expresaba de parte de los hombres para firmar con Dios su compromiso de adoración, de culto, de deber.
Dos líneas de víctimas. Otra fórmula que aparece también en la Biblia, era matar animales, partirlos en dos y poner a los dos lados las víctimas de la alianza y pasar por en medio de los que hacían alianza. Era un signo de que el pacto que habían hecho, era tan sagrado que el que no lo cumplía tenía que acabar como esas víctimas: Partido en dos. Esta era la seriedad de la alianza, del pacto, del testamento. Por eso, esta palabra tomada de las costumbres de aquellos pueblos, la utiliza la revelación de Dios, la Biblia, para expresar su benevolencia con los hombres: Su compromiso de salvar a la humanidad.
Cuando he dicho hoy, pues Cuaresma: Renovación de nuestra alianza con Dios, es porque quiero hacer un llamamiento a todos a que recordemos que tenemos un compromiso como pueblo de Dios, pueblo de bautizados.
Explicación teológica ¿Cuál es la explicación teológica de la alianza, sobre todo, de la alianza que aparece en la Biblia, de la que nosotros estamos renovando hoy en Cuaresma?
– Aspecto negativo de la salvación: Ruptura con Dios. La explicación es muy sencilla. Según la revelación de Dios, todo pecado es ruptura. El que peca, desobedece una Ley. Esa ruptura con el Legislador Supremo- nuestro Dios-, la desobediencia a sus diez mandamientos, trae consigo consecuencia de rupturas, de consecuencias bien trágicas.
-Ruptura dentro de uno mismo. El que comete un pecado, dice la teología, rompe con el principio de su existencia y de su vida, y, entonces, también rompe íntimamente, de modo que un pecado lleva en sí el desorden. La triste experiencia nos dice qué amargo es el pecado; qué desorden sentimos dentro de nosotros; qué sinsabor, qué asco de nosotros mismos; y el que no lo siente, tiene lo peor, ya está deshauciado. Ojalá que en Cuaresma sintiéramos todos que algo se ha roto por dentro de nosotros mismos, porque hemos roto con Dios.
-Ruptura con los hombres- mundo. De esa ruptura íntima, de esa falta de paz en el corazón del pecador, surge otra ruptura: Ruptura con los hombres. Y en la Biblia aparece Caín, matando a Abel y aparecen las diversidades que se van multiplicando y así también en nuestro tiempo si hay divisiones, si hay tantas cosas que nos separan y han sembrado el odio, la violencia, es porque hay pecado. Es la ruptura consecuencia de la ruptura con Dios. Cuando se ama a Dios y se está bien con Dios, también se ama al prójimo, aunque sea mi enemigo.
Hay todavía, otra tercera ruptura fatal: La ruptura contra la naturaleza. El hombre que ha desobedecido a su Creador inmediatamente recibe la respuesta del Creador. Recuerden cuando Adán, antes del pecado- nos dice la Biblia- dominada toda la creación, pero cuando cometió el pecado, el desorden de sí mismo, le hace sentir miedo y siente miedo también a las fieras que ya no le obedecen. Toda esta trágica relación del cosmos es consecuencia del pecado.
Aspecto positivo, restauración de la ruptura: Rehacer la armonía, integridad, etc. Ahora bien, la alianza es recoger todas esas cosas rotas. El hombre que renueva su alianza con Dios debe renovar también su alianza con la naturaleza, con los otros hombres, consigo mismo.
La alianza señala las grandes etapas de la historia: Así tenemos -lo vamos a ver en estos tres primeros domingos de Cuaresma- las tres alianzas que la Biblia nos refiere.
Noé, la alianza cósmica: Arco iris. La de hoy, después del diluvio, nos habla de ese Dios que nos ha dicho que va a conservar la naturaleza, que va a tener las cosas: «Esta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todo lo que vive con ustedes». Es una alianza cósmica.
El arco- iris es un fenómeno del cosmos. No quiere decir que entonces se inventó el arco-iris. El arco-iris se puede explicar científicamente, Dios no lo inventó pero le dió un sentido religioso. Es como si uno de nosotros señala: Ese arco-iris sea testigo de lo que voy a prometer y siempre que lo mires, acuérdate de esta promesa. Esta es la alianza, el signo de la alianza. El arco-iris es signo de un Dios que dice: No volverá haber más diluvio en la tierra, conservaré la naturaleza pero es necesario trabajar para que haya más justicia; para que los bienes que yo he creado, se organicen según mi pensamiento.
Esto es lo que San Pablo recuerda allá en la plenitud de los tiempos, que la naturaleza creada por Dios, gime bajo el pecado. La alianza de la que nos recuerda el arco-iris, es un reclamo de que esa naturaleza que Dios conserva para la felicidad de todos los hombres, no la tienen que acaparar unos cuantos, ni tiene que ser objeto de envidias y discordias, sino que tiene que ser, así como Dios la conserva: Con amor, que con amor la utilicemos para la felicidad de todos.
Este domingo, pues, el recuerdo del arco-iris, como señal de la alianza cósmica de Dios con la humanidad, nos está llevando a revisar como utilizamos los bienes de la tierra. Cómo los idolatramos, o bien, los ponemos al servicio de la felicidad de esa alianza que debe romper las mismas rupturas, las luchas de clases, las violencias. Los odios no existieran si existieran un respeto a la alianza cósmica, al sentir que Dios, Creador de todo, quiere tener alianza con sus hijos y por eso quiere que todos sus hijos sean hermanos entre sí, la fraternidad que predicamos desde la revelación de Dios. Por eso no puedo predicar nunca la violencia, ni el odio, ni la guerrilla. Quienes dicen lo contrario, calumnian, porque lo que estoy diciendo ahora, es el reclamo que en nombre de Dios tengo que hacer: La alianza cósmica.
Abraham- su descendencia-circuncisión. El próximo domingo se nos hablará de la alianza que Dios hace con Abraham. Es otra clase de ruptura que Dios quiere cancelar. Es un pueblo escogido por Dios que va a descender de Abraham, y no será el arco-iris, allí será otro signo: La circuncisión. La señal de pertenecer al pueblo judío; la circuncisión, tiene que reclamar a todos los descendientes de Abraham, a todo el pueblo escogido por Dios, que son hermanos y que tienen que formar una unidad en torno de las promesas que Dios va dando a ese pueblo.
-Moisés- con el pueblo- el sábado. Dentro de tres domingos se nos hablará de Moisés. La alianza que Dios pacta con Moisés es una alianza, también, para sentirse unidos los hombres en el sentido: Con Dios, el respeto a Dios y, por eso, la señal de esa alianza será el sábado; el respeto del sábado que ahora los católicos llamamos el domingo el día del Señor. Venir a misa el domingo es venir a realizar la alianza con Dios. Cada misa de domingo es vivir la alianza que me hace respetar a Dios y sentir a Dios como el único Dios verdadero; frente al cual tengo que derrumbar todos los ídolos que le quieren quitar el puesto- a Dios- en mi propio corazón o en mi pueblo: ídolo del poder, ídolo del dinero, ídolo de la lujuría, ídolo de todas esas cosas que apartan a los hombres de Dios. El domingo tiene que ser para nosotros la alianza que se renueva con el Señor.
Cuaresma… todo el espíritu de un pueblo comprometido por una alianza con Dios… Pero la Cuaresma, esta larga temporada, es como un largo domingo en que todos debemos de pensar: Dios ha querido hacer alianza para que los hombres seamos más unidos, para que la naturaleza cósmica se use según la voluntad de Dios. Para que nos sintamos hermanos. Esto significa, hermanos, la alianza . Y la Cuaresma es la temporada en que se nos recuerdan esas viejas alianzas de Dios para que las vivamos con la actualidad de los problemas actuales, pero con el espíritu de un Dios que nos vigila, que espera el cumplimiento de nuestros compromisos.
2. CRISTO CLAVE DE LA ALIANZA
¿Qué hace Cristo en todo este conjunto de Dios que quiere tener alianza con los hombres? La Sagrada Escritura, nos presenta hoy: «El Espíritu empujó a Jesús al desierto, 40 días, dejándose tentar por Satanás. Vivía entre alimañas y
los ángeles le servían…» ¡Qué sublime imagen de Cristo! Empujado por el Espíritu.
Por eso la segunda lectura ensancha un poco más este concepto del Cristo empujado por el Espíritu, porque San Pedro nos habla: «Cristo murió por los pecados una vez para siempre: El inocente por los culpables para conducirnos a Dios. Como era hombre lo mataron, pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en los tiempos de Noé. mientras se construía el arca, en la que unos pocos salvaron su vida cruzando las aguas.»
Cristo aparece en las dos lecturas del Nuevo testamento, hoy en su punto culminante. Todas esas alianzas que Dios venía haciendo con el viejo pueblo de Israel no eran más que figuras, promesas, que iban a tener su cumplimiento, su realización en la redención que Cristo iba a hacer. El verdadero arco-iris es aquellos brazos abiertos de Cristo en la cruz. La verdadera circuncisión- dice San Pablo- es la fe de los cristianos en Cristo. El verdadero día del Señor será el culto que el hombre le tribute a su Dios. Los signos de la alianza: El arco-iris, la circuncisión, el sábado; no tienen sentido, si no en Cristo que les dá cumplimiento, y Cristo es la realización de todas las promesas de Dios para salvar al mundo.
Por eso, Cristo, entrando al desierto de la Cuaresma para habitar entre los chacales y las fieras del desierto pero, al mismo tiempo, contando con los ángeles que le sirven, es la imagen de una redención cósmica, de un Cristo que maneja a las fieras y que se hace servir de ángeles, y que es dueño de todas las cosas, y que va a devolver las cosas al verdadero imperio de Dios.
Entrar con Cristo a Cuaresma quiere decir, también apropiarse toda la riqueza de esa alianza de Cristo para salvar al mundo, para colaborar con Cristo en la salvación de la historia.
– Su sangre es la alianza nueva anunciada: Muerte y Resurrección. Cuando Cristo en la última noche de su vida va a tomar el pan y el cáliz para dejarnos el recuerdo de su vida y de su pasión, nos va a decir: «Este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza». ¡Cómo se recoge en ese cáliz, todo el amor de Dios; toda su reconciliación con los hombres! Se derramará para perdón de todos los pecadores que quieran arrepentirse.
La Cuaresma es una actualización de las alianzas eternas de Dios, pero en Cristo Jesús. La Cuaresma es un llamamiento a la reconciliación. Entrar a Cuaresma solamente para ayunar y guardar materialmente las leyes eclesiásticas de la Cuaresma, no tiene sentido. La misma Iglesia puede ser un estorbo cuando solo cumplimos como los fariseos: Con apariencia. Recuerdan el domingo pasado cuando los discípulos de Juan y los fariseos que caían en estos legalismos, criticaban a los discípulos de Cristo: «Nosotros ayunamos y ustedes, ¿por qué no ayunan?».
Y Cristo les responde: Es el espíritu lo que vivifíca, no la letra. Mientras el novio está en casa con la novia, los amigos del novio no ayunan. Es la hora de felicidad, es la presencia de las salvación, es la alegría. Por más austeros que sean los hombres, y se disciplinen, y se castiguen y ayunen, y caminen de rodillas a los santuarios, pero llevan odio en el corazón, llevan rencillas, de nada sirve todo esto. La renovación de Cristo parte del amor de la fidelidad al Señor. ¡Esta es la verdadera religión, este es el Cristo de la alianza: El Cristo del amor, el Cristo de la reconciliación, el Cristo de la bondad!.
3. EL BAUTISMO INSERCION DE NUESTRA VIDA EN LA ALIANZA CRISTIANA
¿Cómo se hace nuestra esa alianza de Dios que se nos dá en Cristo? Si Cristo murió y resucitó hace 20 siglos, ¿cómo participo yo, pobre hombre del siglo XX, en esa redención de hace veinte siglos?
El arco iris y el diluvio, símbolo del bautismo que actualmente nos salva. San Pedro nos ha dado la respuesta esta mañana en la segunda lectura cuando evocando el arco-iris y el diluvio, dice que aquello no era más que un signo. La realidad es ésta, dice San Pedro: «Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente los salva a ustedes: Que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura por la resurrección de Cristo Jesús Señor Nuestro, que está a la derecha de Dios».
El Bautismo es un elemento insustituible en la Cuaresma. ¿Por qué la Cuaresma de Cristo se hace mi Cuaresma? Porque por el bautismo mío, yo me he imcorporado a Cristo y todo lo que Cristo hizo, es mérito mío, se traspasa a través del bautismo. ¿Por qué yo tengo esperanza de que mis pecados, por más grandes que sean, me serán perdonados? Porque Cristo murió en una cruz pagando esos pecados y ese mérito de la cruz se ha hecho tuyo o mío por el bautismo que me incorporó a la muerte de Cristo.
¿Por qué yo, mortal, que siento que mi vida envejece, que mis fuerzas van fallando y que voy camino del sepulcro, siento todo el peso de la mortalidad, de la limitación, de la enfermedad, del pecado? ¿Cómo puedo esperar yo una vida eterna, un resucitado que no muere?. Por eso, porque el bautismo hizo tuyo ese reverdecer eterno de Cristo resucitado porque la vida gloriosa de Cristo es tuya por el bautismo. Todo lo de Cristo es mío porque soy un bautizado.
¡Qué gloria la nuestra, queridos hermanos!: Por eso, la Cuaresma quiere despertar en el corazón de cada cristiano su conciencia de bautizado.
El misterio pascual. Para que el Sábado Santo en la noche sintamos que todo el mérito de la cruz y toda la alegría de la resurrección se hacen mérito y alegría de esta vida pobre de un marginado, de un hombre sin trabajo, de un trabajador robado y engañado o, también, de un patrono que es justo, y que trata de vivir su cristianismo como verdadero bautizado haciendo honor a que todos los miembros de la Iglesia, aunque sean los trabajadores de su hacienda, son miembros de su propia vida, porque Cristo es la cabeza y todo lo demás, no cabe allí categorías sociales: «Ya no hay griego, ni judío; ya no hay esclavo, ni libre; ya no hay más que hermanos en Cristo». Es hermosa la igualdad que siembra el bautismo.
Por el bautismo todos somos iguales por estar insertos en Cristo. Por el bautismo todos somos igual categoría, miembros vivos de los méritos de Cristo; y si algo valemos, no es por tener más dinero, o por tener más talento, o por tener más cualidades humanas. Si algo valgo y en la medida que valgo, es porque estoy inserto, metido, en la vida de Cristo, en su cruz, en su resurrección. ¡Esta es la medida del hombre!. Por eso decía bien Pablo VI, hablando de la promoción humana: «El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es. Y el hombre es, en la medida en que se apropia la vida divina que Cristo trajo al mundo. Ni siquiera los valores naturales cuentan cuando esta redención en Cristo nos está hablando que los valores humanos solamente tienen valor divino cuando los bautiza Cristo y los incorpora a sus méritos divinos».
Nuevo Pueblo de Dios. Esta es la Cuaresma que hemos de vivir, queridos hermanos, por eso vale la pena de ver como está este Cristo en Cuaresma. Porque el Cristo en Cuaresma en el desierto no es un personaje aislado de mi realidad. El Cristo de la Cuaresma de 1979, para mí, pueblo de Dios aquí en El Salvador, es mi Iglesia, la situación de mi pueblo. Eso es la Cuaresma de 1979.
HECHOS DE LA SEMANA
Quiero recordarles, ya en este afán de concretar el mensaje, como el Papa ha dibujado preciosamente el espíritu de la Cuaresma 1979. Dice que: «La Cuaresma tiene que tener un significado. Debe manifestar a los ojos del mundo que todo el pueblo de Dios, porque es pecador, se prepara en la penitencia: A la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Y las privaciones de Cuaresma, ¿qué sentido tiene?- dice el Papa. Y ésto tengámoslo muy en cuenta -. Privarse de algo es no sólo dar de lo supérfluo, no sólo dar lo que sobra, sino, también, muchas veces dar de lo necesario- como la viuda del Evangelio que sabía que su limosnita era un don recibido de Dios-. Privarse de algo es liberarse de las servidumbres de una civilización que nos incita cada vez más a la comodidad y al consumo sin siquiera preocuparse de la conservación de nuestro ambiente, patrimonio común de la humanidad. ¡Fíjense qué palabras!, que aún hacen el bien en el campo material!-. Somos víctimas de una sociedad de consumo, de lujo». Y estamos sacando cosas de consumo porque la propaganda es tremenda y tomamos cosas aún superiores a nuestro sueldo. Queremos vivir el lujo, queremos consumir como consumen todos y nos estamos haciendo víctimas, esclavos. ¿Ven como la Cuaresma rompe cadenas con su austeridad?
Y el Papa decía: «Las privaciones de Cuaresma es hacer partícipes de mi hambre a los otros que tiene hambre. No esperéis -decía el Papa- a que sea muy tarde para socorrer a Cristo que está en la cárcel o sin vestidos, a Cristo que es perseguido o es refugiado, a Cristo que tiene hambre o está sin vivienda. Ayuda a nuestros hermanos y hermanas que no tienen el mínimo necesario para poder llegar a una auténtica promoción humana».
Ven la Cuaresma, pues, es abrir los ojos a la miseria de los demás. Y cuando hablamos de Iglesia de los Pobres, simplemente estamos diciendo a los ricos también: Vuelvan sus ojos a esta Iglesia y preocúpense de los pobres como de un asunto propio. Más, aún, decíamos en Puebla: Así como de un problema de Cristo que dirá en el final de la vida: «Todo lo que hiciste con uno de estos pobrecitos, conmigo lo hiciste».
La Cuaresma de 1979, pues, la dibuja el Papa con esos rostros de encarcelados, de gentes sin vivienda, sin vestidos, de perseguidos, de torturados; todo ésto es la Cuaresma de 1979.
Y por otro lado, el Papa, hablando a un grupo de jóvenes, también les decía: La vuestra es la edad de la pregunta suprema: ¿Qué sentido tiene la vida?; Y sabemos como infortunadamente, gran parte del pensamiento moderno, Ateo, Agnóstico, secularizado, insiste en afirmar y enseñar que la interrogante: ¿Qué sentido tiene mi vida? es una enfermedad del hombre de la que es necesario curarse, afrontando con valor lo absurdo, la muerte, la nada. De allí -decía el Papa-, tenemos esas turbas de jóvenes que solamente buscan en la evasión del vicio o en la violencia sin sentido, cruel, un sentido de la vida que no podrán encontrar por allí. La Cuaresma, pues, es también una reflexión principalmente de la juventud, para dar un sentido a la vida.
EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS
Esta comunidad que está en Cuaresma en nuestra Arquidiócesis, como ya les dije, va a entrar en Ejercicios espirituales esta semana. Quiero pedirles a todos muchas oraciones para que, los que vamos a hacer ejercicios junto con la temporada del Papa, nos santifiquemos y podamos servir mejor a nuestro pueblo.
El martes de esta semana tendremos la reunión del Clero para conocer el documento de Puebla y poder irlo poniendo en vida en nuestra Diócesis.
Quiero invitarles- el sábado próximo 10 de marzo, a las diez de la mañana, estaremos en la Catedral, Basílica de San Miguel, junto con todos los Obispos y con todos los sacerdotes y todo el pueblo de Dios que quiera participar para entregar a la Virgen de la Paz el documento de Puebla y confiarlo a Ella para que se encarne en la realidad de la evangelización de nuestro país. ¡Ojalá, yo les quisiera suplicar, que hiciéramos una presencia muy viva de nuestra Arquidiócesis!.
POR DESPERFECTOS ELECTRICOS FUE INTERRUMPIDA AQUI LA HOMILIA.
Al final de la misa: «Voy a dar la bendición y a continuación voy a continuar lo que no pude terminar en la homilía».
Continua
Había algunos avisos que creo conveniente que los tomen en cuenta. Era la peregrinación de la Arquidiócesis a la Reina de la Paz el próximo sábado 10, a las 10 de la mañana. Los sacerdotes planearán en la próximo reunión del Clero, su participación; y esperamos que religiosas y fieles, también se aunen a esta visita espiritual a la Virgen para llevarle los documentos de la reunión de Puebla.
También, en esta Cuaresma, siguiendo el espíritu que nos ha dicho el Papa, celebraremos la jornada de Sacrificio Voluntario. Campaña mundial contra el hambre a cargo del Centro Ana Guerra de Jesús, que se encargará de realizarlo y de anunciarlo oportunamente.
En la parroquia de Aguilares y el Paisnal, el próximo domingo 11, se va a celebrar el segundo aniversario de la muerte trágica del P. Rutilio Grande y de los dos campesinos que cayeron con él. Se ha estado preparando esta celebración con un novenario desde el viernes de la semana que acaba de pasar; en todas las parroquias se tendrán triduos de misas y celebraciones de la palabra para reflexionar en el mensaje evangélico que dejó el P. Grande en su parroquia. El propio domingo 11, de hoy en ocho, desde las 8 de la mañana, comenzarán a concentrarse los fieles en la Parroquia de Aguilares para salir en peregrinación a la Iglesia de el Paisnal, donde están sepultados este sacerdote con sus dos cristianos.
Quiero decirles que el espíritu de esta peregrinación lo ha descrito así el párroco y la comunidad dirigente de aquella Parroquia: «Es una peregrinación de carácter penitencial y reparador. Esta vez, dicen, la haremos en silencio: Un silencio que no es pasividad, sino un silencio que indica la actitud de un pueblo que escucha, respetuoso de la palabra de Dios. Un Pueblo que no grita palabras de odio ni de venganza, pero que así se compromete a caminar junto a Jesús y con Jesús por este mundo: Construyendo el Reino de Dios». Esta peregrinación es una celebración de Iglesia y, por tanto, ningún grupo- aunque se diga cristiano- trate de apropiársela. De la Iglesia, iremos como Iglesia. Están todos los cristianos invitados el próximo domingo, a las 8 A.M. en Aguilares.
En San Pedro Perulapán se celebra, el viernes de esta semana que viene, la fiesta de su patrona: Santa Francisca. El estimado párroco, el P. Solórzano me invitó, pero por mis ejercicios espirituales y mi peregrinación a San Miguel, no podré ir, sino hasta el domingo. De modo que el próximo domingo, a las 10 1/2 estaremos en San Pedro Perulapán para saludar a aquella parroquia, y celebrar allí una liturgia de confirmación de jóvenes que ha sido preparada por el P. Solórzano y sus catequistas.
La Fiesta de comunidades eclesiales de base, que se celebró en el Externado de San José, de parte de la Parroquia de Zacamil, resultó una verdadera fiesta de comunidades que me hace llevar un llamamiento a todas las parroquias para interesarse en crear, en todos los barrios y cantones, estas comunidades pequeñas que Puebla elogió y recomendó grandemente.
La Vicaría de la Asunción, celebró el Miércoles de Ceniza en la Parroquia del Corazón de María la inauguración de la Cuaresma, y se le dió carácter de Arquidiócesis. Tuve la dicha de presidirla. Y quiero agradecer la presencia de muchas comunidades que participaron. Quiero felicitar, también al equipo de párrocos el cual está llevando una obra de conjunto muy útil. Por ejemplo, el martes de esta semana que viene va a inaugurar un nuevo curso del centro de Promoción de la Fe. También los felicito porque han tomado muy en serio la preparación de los sacramentos; aunque tengo que lamentar, que en ese sector: De San Benito, de Colonia Escalón, etc., hay algunos agentes de pastoral, muchas veces no de nuestra Diócesis, que no respetan las disposiciones pastorales de la Arquidiócesis. Yo quisiera que nos ayudaran a realizar una verdadera pastoral sacramental tal como la pide la Iglesia de nuestro tiempo.
El viernes que acaba de pasar, celebramos, en el centro «El Despertar» de San Antonio Abad, los 40 días de la muerte del P. Octavio Ortiz y los cuatro jóvenes que fueron asesinados con él. Fue impresionante el momento en que la comunidad entregó cinco ramos de flores rojas a las madres de los cinco matados. Hubieron lágrima