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Nº. 4014 Pág. 1 Mensaje Pastoral del Arzobispado de San Salvador

El Arzobispo de San Salvador, en unión con el Obispo Auxiliar y el Senado Presbiteral, al Pueblo Salvadoreño.
Queridos Hermanos:

En los últimos meses nuestro país ha venido viviendo un largo y doloroso víacrucis que, como el del propio Cristo, ha culminado en la muerte de varios hermanos nuestros.
Era nuestra esperanza y deseo, como lo manifestamos en nuestra primera carta pastoral, que después de la reflexión cristiana sobre la vida y la muerte del Señor Jesús que hoy continúa viviendo y muriendo en nuestros hermanos, nuestra sociedad caminase también a una resurrección, a una vida nueva más justa, libre y pacífica.

Desgraciadamente estas esperanzas y decesos se han visto frustrados. Con profundo y fraternal dolor y preocupación y desde el mensaje cristiano fundamental del «Amaos los unos a los otros», nos vemos obligados a decir a nuestro pueblo, mayoritariamente cristiano, que así no podemos seguir, que así no caminamos hacia la realización del Reino de dios, hacia la implantación de una sociedad justa, sino hacia la destrucción de los valores básicos de la convivencia social.

Nuestro país tiene planteados graves problemas de fondo que requieren soluciones urgentes y profundas. Pero los medio para lograrlas ni cristina ni políticamente deben ser los de la intolerancia, la violencia y el odio.

El secuestro y amenaza de muerte al ingeniero Mauricio Borgonovo Pohl, Canciller de la República, viene ahora a poner de relieve, en forma dramática, la situación que estamos señalando. con profunda preocupación vemos cómo la vida del ingeniero Borgonovo, lo mismo que la de los seres humanos que los secuestradores afirman encontrarse detenidos, está en grave peligro.

Creemos que otro hecho sangriento, como los que se han venido repitiendo en nuestro país, en nada ayudaría a mejorar la convivencia social y muy presumiblemente la empeoraría, sufriendo las peores consecuencias- como es habitual en estos casos -la mayoría de la población más desposeída y desamparada,

Por eso, hacemos un llamamiento, desde lo más hondo de nuestro corazón y del mensaje de Cristo, a todos los sectores de la ciudadanía, a los medios de comunicación social, a todas las fuerzas sociales que buscan el bien del país, para que se mantengan serenos y ponderados en sus actuaciones.

Especialmente nos dirigimos al Gobierno de la República y a las Fuerzas Populares de Liberación (F.P.L.), desde sus distintas posiciones que se abstengan de cualquier acción irresponsable y violenta que lleve como consecuencia la pérdida de vidas humanas. Creemos que en estos momentos precisamente por la gravedad del caso y el número de personas que están involucradas, se debe recurrir a la prudencia, a las consideraciones humanitarias, a pensar no sólo en el prestigio presente, sino en las consecuencias que la intransigencia pueden desencadenar para el futuro del país.

Que el país que se honra en llevar el nombre de El Salvador, no sea escenario de odio, la violencia y la muerte, sino de la justicia, la libertad y la paz. Y que la justa y cristiana solución del nuevo problema planteado con el secuestro del Ingeniero Borgonovo Pohl, sea promesa y esperanza de solución justa y cristiana a otros graves problemas de fondo de nuestro país y de nuestro pueblo.
San Salvador, 23 de Abril de 1977.

Oscar A. Romero
Arzobispo de San Salvador

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