Un mensaje y un pésame
El mensaje es misionero y quiere dar lenguaje al Día Mundial de las Misiones que estamos celebrando este domingo 23 de octubre. Y la condolencia es par compartir con nuestros queridos hermanos, el Párroco y los cristianos de San José de las Flores, la tristeza y la esperanza ante el cruel asesinato de nuestro hermano Simón Córdova, mayordomo de Nueva trinidad.
Acerca del Día Mundial de las Misiones quiero hacer un encarecido llamamiento a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos para que esta «Jornada» de reflexión, oración y generosidad sirva para cuestionar la conciencia de nuestra responsabilidad misional. Lamentablemente hay quienes han disociado de su sentir cristiano el sentido misionero de su fe; considerando de carácter sociológico han enfermado de miopía a muchas pupilas que han perdido la perspectiva teológica del mandato universal que Cristo insufló a la fe de sus cristianos, cuando mandó a su Iglesia a evangelizar a todos los pueblos.
El sentido misionero es señal de salud en la fe, así como la pérdida o el enfriamiento de ese sentido es síntoma de una fe débil y miope, porque reducir las perspectivas del Reino universal de Cristo a horizontes limitados de fronteras nacionales es empequeñecer la sublime aventura de la redención universal de los hombres.
Por otra parte, la interesante hora de cruz y de pascua que ha vivido y está viviendo nuestra Arquidiócesis, nos invita a vivirla en fecundo sentido misionero. En efecto, la solidaridad que, como poderosa voz de aliento, nos ha llegado y sigue llegando de tantas iglesias particulares del Continente y de más allá, nos invita a dar una respuesta agradecida de solidaridad con todas las iglesias del mundo y con la divina aventura de implantar la Iglesia universal en todos los pueblos de la tierra.
Hagamos pues, de este DOMUND 1977 un día de intensa promoción misionera en nuestra Arquidiócesis, ofreciendo oraciones y sacrificios por las misiones y participando también generosamente en la colecta mundial para las obras misioneras de la Iglesia. Pero sin olvidar que un cristiano tiene que ser misionero, no sólo el Día de las misiones, sino siempre!.
Y, desde luego, la Arquidiócesis puede ofrecer este año, por las misiones, el dolor de su persecución que me parece expresado tiernamente en las lágrimas del querido Párroco de San José Las Flores con quien compartimos la tristeza de este telegrama: «Octubre 9-77, Hoy madrugada Nueva Trinidad mataron a balazos al Mayordomo Simón Córdova, mi mejor cursillista, jefe de Cáritas allá, estoy tristísimo, ruego Excelencia oraciones. Duar Alex Poprawa».
El Arzobispo