Dos actitudes de CONTRASTE
En esta semana, dos poblaciones de la Diócesis han sido escenarios de dos actitudes contrastantes: Ciudad Barrios y Ozatlán.
Ciudad Barrios nos conmovió con su espléndida apoteosis de unidad eclesial, el martes, Día de San Pedro. En torno del Papa. sucesor de San Pedro representado por el Señor Nuncio Apostólico Monseñor Emmanuele Gerada, y en torno también de su propio Obispo, signo de la unidad diocesana, una corona magnífica de sacerdotes, cuya mística se remozaba con la impresionante ordenación sacerdotal de Elías Morales, y una abigarrada muchedumbre de miles de fieles llegado de todas las Parroquias de la Diócesis, la pintoresca «Ciudad de los cipreses» ofrecía un inolvidables testimonio de la unidad que Cristo pidió a su padre para su Iglesia.
Al día siguiente, por la tarde, una pequeña comitiva de sacerdotes y laicos, presidida por el Padre Juan Macho Merino, Vicario General de Pastoral, entraba a Ozatlán, a dar posesión al Padre Vitalino Zilli como nuevo Párroco de aquella población que más parecía un desierto asolado por la desunión y la confusión, pero donde el nuevo Párroco, con mansedumbre franciscana, ha comenzado ya a sembrar la verdad, la unidad y el amor.
Son dos experiencia de contrastes que, en esta semana han enriquecido la historia de la Diócesis. Son dos episodios de la vida diocesana que viene a confirmar una eterna lección de la iglesia: que ésta no se puede construir sólidamente si no se pone como cimiento la Jerarquía puesta por el mismo Cristo: NIHIL SINE EPISCOPIO» (Nada sin el Obispo). O como lo expresó el Papa Pablo VI en su reciente discurso a los Cardenales, sin causarse jamás, que quien se separa de la Iglesia, de sus Pastores, de su doctrina, de sus normas morales, corre el peligro de colocarse por sí mismo fuera de la comunión eclesial» (21 VI-76).
EL OBISPO