Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Número 30833 – Págs. 1 y 4 – PREPAREMOS LA NAVIDAD

Resumen de Monseñor Oscar A. Romero
Convertirse, en sentido individual y colectivo. Esperar en Cristo, con espíritu de pobreza y confianza. Colaborar con Dios, en la renovación del mundo.
El Señor Arzobispo de San Salvador publica su 46a. Carta Pastoral como un mensaje de adviento y Navidad.

Con motivo de las preparaciones de Navidad, el Señor Arzobispo de San Salvador, Monseñor Luis Chávez y González, ha dirigido a su arquidiócesis, su 46a. Carta Pastoral, para hacer eco a las exigencias del verdadero cristianismo a los hombres y a la sociedad de hoy.
Convertirse
«El primer mensaje de Cristo que viene, su primera invitación es: «Convertirse». Esta palabra que se encuentra tantas veces en la Biblia es un llamado a cambiar la vida, a reconocer su pecado cada uno, cada hombre, cada comunidad y a tomar la decisión de salir al encuentro del dios que viene. De este Dios que se nos presenta en la historia; que se hizo uno de nosotros, que vivió como nosotros, que hizo amigos, que aborreció el mal en cualquiera de sus formas, que fustigó la hipocresía, que mostró la verdad y la justicia.
Monseñor no recuerda que «el Evangelio», no es un pasatiempo para desocupados», sino «un llamado a comprometerse…, un reclamo categórico y tajante».
Las impresionantes conversiones personales que nos narra el Evangelio, cómo nos hacen pensar», donde la estadística nos presenta el homicidio como la tercera causa de fallecimientos y que nos hace ocupar un puesto vergonzoso ante las demás naciones del mundo. Nada digamos de los robos y atropellos a la dignidad de la persona humana que muchas veces quedan sin ninguna sanción. La prostitución, el adulterio, el alcoholismo, son también hechos contrarios a Cristo, que está por venir y a la palabra de Dios que nos dice por medio del Apóstol Pablo: «No se engañen, ni los deshonestos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomistas, ni los ladrones, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los maleantes, poseerán el Reino de Dios».
Conversión en Dimensión Comunitaria

La Pastoral recuerda que la predicación de Juan Bautista, exigía una conversión, en el sentido de cumplir bien los deberes profesionales y a descubrir a Cristo en la persona del prójimo. En el sentido comunitario de la conversión cristiana. «Un cristiano no puede estar tranquilo mientras vea a sus hermanos padecer necesidades. En su segunda venida, que de algún modo tiene que irse realizando ya en el tiempo, Cristo ha de tomar cuentas a la humanidad en relación a las actitudes que haya tenido con su prójimo. Esta será la medida del amor que tuvimos al mismo Cristo. En tanto seremos cristianos, no de nombre, sino convertidos, en cuanto el prójimo sea para nosotros una preocupación, una inquietud, a fin de que él viva en la medida que su condición de hijo de Dios lo requieran. La justicia y la caridad, son notas esenciales del Cristianismo».
La Venida del Señor
El Señor Arzobispo ilustra, luego el verdadero sentido del adviento y la Navidad. La Navidad no debe ser sólo «una fiesta para sí y para los suyos», sino un nuevo descubrimiento de la presencia de Cristo en el mundo. Los sacramentos, la Palabra de Dios, la Comunidad Iglesia, los hombres, los acontecimientos, son signo de que «Cristo está presente en el mundo y que está actuando en él, de muchas maneras, sin esta fe es imposible celebrar realmente la venida del Señor».
Actitud de Espera y Espíritu de Pobreza
Como conclusión, la pastoral de Monseñor Chávez enumera, una serie de actitudes espirituales que deben caracterizar, al «Cristianismo del Adviento».
Espíritu de esperanza y de pobreza es lo primero. «Cómo se puede esperar a alguien si no se tiene necesidad de ese alguien?. La pobreza espiritual es la actitud del que se conoce suficientemente para saber que tiene necesidad de alguien más grande que él mismo y que le mostrará la ruta que conduce al Reino».
La venida del Señor, es «la esperanza del cristiano» más que cualquier seguridad humana.
Sentido Comunitario de su Vocación
En su oración, en su esfuerzo de perfección espiritual, «no busca esencialmente la solución de sus problemas personales, sino que el designio de salvación sobre el mundo, se cumpla». Y por eso se siente colaborador de aquel Dios que ha prometido hacer nuevas todas las cosas. Y en esa misma fe, «se responsabiliza de todos sus deberes: en la familia, por el amor y cuidado de todos los suyos».

«En el trabajo, por su honestidad y su justicia, en su continuidad humana, apoyada todo proyecto bueno».
Cree, en una palabra, que su trabajo, su ejemplo y su palabra deben ser dignos de la venida del Señor y que la presencia de sus hermanos a su lado es para él, una manifestación viva del Señor y la respeta como tal».

Leave a comment